Re: ESCUDRINANDO EL LIBRO DEL APOCALIPSIS.
Estimado patricio césped. Saludos cordiales.
Los siguientes son todos los datos respecto a la naturaleza de la observancia del primer día durante los primeros tres siglos. La epístola falsamente adjudicada a Bernabé dice sencillamente: “Nosotros guardamos el octavo día con gozo.” Justino Mártir, en palabras ya citadas en su totalidad, describe la clase de reunión que tenían en Roma y en esa vecindad ese día, y ésto es todo lo que conecta a su observancia.
Ireneo enseñó que para conmemorar la resurrección la rodilla no debe doblarse ese día, y no menciona nada más esencial en su honor. Este acto de estar de pie orando era un símbolo de la resurrección, que debía celebrarse solo ese día, como él lo hacia. Bardesanes, el Gnóstico, representa a los Cristianos reuniéndose en todas partes para la adoración ese día, pero no describe su adoración, ni da ningún otro honor al día.
Tertuliano describe la observancia del Domingo así: “Nosotros dedicamos el Domingo al gozo,” y añade, “Nosotros tenemos parecido con aquellos de ustedes que dedican el día de Saturno al descanso y lujo.”
En otra obra él da más idea del carácter del Domingo festivo. Hablando a sus hermanos, el dice: “Si alguna indulgencia debe darse a la carne, ustedes tómenla. Yo no digo sus propios días, sino más también, pues para los paganos cada día festivo ocurre solo anualmente; ustedes tienen un día festivo cada ocho días.” el Dr. Heylyn habla la vedad al decir:--
“Tertuliano nos dice que ellos dedicaban el Domingo en parte al deleite y recreación, no a la devoción; pero cien años después del tiempo de Tertuliano no había ley o constitución que restringiera a los hombres del trabajo este día en la iglesia Cristiana.”
La fiesta del Domingo en tiempo de Tertuliano no era como el Sabbat del primer día moderno, sino esencialmente la festividad Alemana del Domingo, era un día de adoración y recreación, y uno en el que el trabajo no era pecado. Pero Tertuliano habla más respecto de la observancia del Domingo, y el siguiente extracto ha sido utilizado como prueba de que el trabajo ese día si era pecado. Este es el único registro que puede encontrarse antes de que la ley del Domingo de Constantino existiera, y la prueba es decisiva que su significado no es el que reclama. Aquí están sus palabras:--
“Nosotros, sin embargo (así como lo recibimos), solo el día de la resurrección del Señor, debemos guardar, no solo en contra de arrodillarse, sino cualquier postura y oficio de solicitud, suspendiendo aun nuestros negocios, para no dar lugar al diablo. De manera similar, también en el periodo de Pentecostés : cuyo periodo nosotros distinguimos con la misma solemnidad de exaltación.”
El habla de “suspender aun nuestros negocios,” pero esto no implica necesariamente algo más que su postergamiento durante las horas dedicadas al servicio religioso. Queda muy lejos de decir que el trabajo el Domingo, es un pecado. Pero citaremos a Tertuliano:
La observancia del Domingo antes de explicar a profundidad las palabras anteriores:--
“Nosotros consideramos ilícito el ayuno y arrodillarse en adoración en el día del Señor. Nos regocijamos en el mismo privilegio también en la Pascua a Domingo de Ramos.”
Estas dos cosas, el ayuno y arrodillarse, son los únicos hechos que los Padres establecieron como ilícitos el Domingo, a menos, ciertamente, que el Duelo pueda incluirse en la lista. Es seguro que el trabajo nunca se menciona. Y observe que Tertuliano repite la declaración importante de la cita previa, que el honor del Domingo pertenece también al “periodo de Pentecostés,” esto es, los cincuenta días entre Pascua, y el Domingo de Ramos. Sin embargo, si el trabajo del Domingo, Tertuliano lo consideraba pecaminoso, lo mismo era cierto durante el periodo de Pentecostés, ¡un espacio de cincuenta días! Pero esto no es posible. Podríamos concebir suspender negocios por un día de asamblea religiosa, no así cada día por cincuenta día, y también que los hombres ni ayunaran ni se arrodillaran durante ese tiempo, lo que era precisamente la celebración religiosa del Domingo. Pero decir que Tertuliano afirma que el trabajo el Domingo era pecado, es hacerlo declarar lo mismo para los cincuenta días juntos, que nadie se atreve a decir que era la doctrina de Tertuliano.
En otro trabajo, Tertuliano nos da más datos respecto a la naturaleza de la observancia del Domingo: “¿Nosotros hacemos menos que esto?”
Su lenguaje es extraordinario cuando se considera que se dirige a los paganos. Parece ser que el Domingo como festividad Cristiana era tan similar a la festividad que guardaban los paganos que los retó a demostrar en donde los Cristianos iban más allá que estos paganos a quienes se dirigían.
Estimado patricio césped. Saludos cordiales.
VAMOS AHORA A AQUELLOS QUE FUERON LOS PRIMEROS OBSERVADORES DEL DOMINGO, Y APRENDAMOS DE ELLOS LA NATURALEZA DE LA OBSERVANCIA EN SUS COMIENZOS. ENCONTRAREMOS, 1. Que nadie reclamaba la autoridad divina de la observancia del primer día; Que ninguno de ellos había escuchado alguna vez del cambio del Sabbat, y ninguno creía que el primer día festivo fuera la continuación de la institución Sabática; Que el trabajo ese día nunca fue considerado pecado, y la abstinencia de trabajo nunca se menciona como característica de su observancia, ni siquiera se implica, solo cuando fuera necesario con el fin de pasar una porción del día en adoración; Que si juntamos todos los datos respecto de la observancia del Domingo dispersos entre los Padres de los primeros tres siglos (pues ninguno de ellos da más de dos de estos, y generalmente un solo dato es todo lo que se encuentra en un escritor), solo encontramos cuatro puntos: a) Una asamblea reunida ese día en el que la Biblia era leída y explicada, y celebrada la cena, y colecta de dinero; b) El día debe ser de regocijo: c) No debe ser un día de ayuno; y d) La rodilla no debe doblarse en oración ese día . |
Los siguientes son todos los datos respecto a la naturaleza de la observancia del primer día durante los primeros tres siglos. La epístola falsamente adjudicada a Bernabé dice sencillamente: “Nosotros guardamos el octavo día con gozo.” Justino Mártir, en palabras ya citadas en su totalidad, describe la clase de reunión que tenían en Roma y en esa vecindad ese día, y ésto es todo lo que conecta a su observancia.
Ireneo enseñó que para conmemorar la resurrección la rodilla no debe doblarse ese día, y no menciona nada más esencial en su honor. Este acto de estar de pie orando era un símbolo de la resurrección, que debía celebrarse solo ese día, como él lo hacia. Bardesanes, el Gnóstico, representa a los Cristianos reuniéndose en todas partes para la adoración ese día, pero no describe su adoración, ni da ningún otro honor al día.
Tertuliano describe la observancia del Domingo así: “Nosotros dedicamos el Domingo al gozo,” y añade, “Nosotros tenemos parecido con aquellos de ustedes que dedican el día de Saturno al descanso y lujo.”
En otra obra él da más idea del carácter del Domingo festivo. Hablando a sus hermanos, el dice: “Si alguna indulgencia debe darse a la carne, ustedes tómenla. Yo no digo sus propios días, sino más también, pues para los paganos cada día festivo ocurre solo anualmente; ustedes tienen un día festivo cada ocho días.” el Dr. Heylyn habla la vedad al decir:--
“Tertuliano nos dice que ellos dedicaban el Domingo en parte al deleite y recreación, no a la devoción; pero cien años después del tiempo de Tertuliano no había ley o constitución que restringiera a los hombres del trabajo este día en la iglesia Cristiana.”
La fiesta del Domingo en tiempo de Tertuliano no era como el Sabbat del primer día moderno, sino esencialmente la festividad Alemana del Domingo, era un día de adoración y recreación, y uno en el que el trabajo no era pecado. Pero Tertuliano habla más respecto de la observancia del Domingo, y el siguiente extracto ha sido utilizado como prueba de que el trabajo ese día si era pecado. Este es el único registro que puede encontrarse antes de que la ley del Domingo de Constantino existiera, y la prueba es decisiva que su significado no es el que reclama. Aquí están sus palabras:--
“Nosotros, sin embargo (así como lo recibimos), solo el día de la resurrección del Señor, debemos guardar, no solo en contra de arrodillarse, sino cualquier postura y oficio de solicitud, suspendiendo aun nuestros negocios, para no dar lugar al diablo. De manera similar, también en el periodo de Pentecostés : cuyo periodo nosotros distinguimos con la misma solemnidad de exaltación.”
El habla de “suspender aun nuestros negocios,” pero esto no implica necesariamente algo más que su postergamiento durante las horas dedicadas al servicio religioso. Queda muy lejos de decir que el trabajo el Domingo, es un pecado. Pero citaremos a Tertuliano:
La observancia del Domingo antes de explicar a profundidad las palabras anteriores:--
“Nosotros consideramos ilícito el ayuno y arrodillarse en adoración en el día del Señor. Nos regocijamos en el mismo privilegio también en la Pascua a Domingo de Ramos.”
Estas dos cosas, el ayuno y arrodillarse, son los únicos hechos que los Padres establecieron como ilícitos el Domingo, a menos, ciertamente, que el Duelo pueda incluirse en la lista. Es seguro que el trabajo nunca se menciona. Y observe que Tertuliano repite la declaración importante de la cita previa, que el honor del Domingo pertenece también al “periodo de Pentecostés,” esto es, los cincuenta días entre Pascua, y el Domingo de Ramos. Sin embargo, si el trabajo del Domingo, Tertuliano lo consideraba pecaminoso, lo mismo era cierto durante el periodo de Pentecostés, ¡un espacio de cincuenta días! Pero esto no es posible. Podríamos concebir suspender negocios por un día de asamblea religiosa, no así cada día por cincuenta día, y también que los hombres ni ayunaran ni se arrodillaran durante ese tiempo, lo que era precisamente la celebración religiosa del Domingo. Pero decir que Tertuliano afirma que el trabajo el Domingo era pecado, es hacerlo declarar lo mismo para los cincuenta días juntos, que nadie se atreve a decir que era la doctrina de Tertuliano.
En otro trabajo, Tertuliano nos da más datos respecto a la naturaleza de la observancia del Domingo: “¿Nosotros hacemos menos que esto?”
Su lenguaje es extraordinario cuando se considera que se dirige a los paganos. Parece ser que el Domingo como festividad Cristiana era tan similar a la festividad que guardaban los paganos que los retó a demostrar en donde los Cristianos iban más allá que estos paganos a quienes se dirigían.