Re: ESCUDRINANDO EL LIBRO DEL APOCALIPSIS.
[FONT="]“[/FONT][FONT="]Y le fue dada boca que hablaba grandes cosas y blasfemias : y le fue dada potencia de obrar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre, y su tabernáculo, y a los que moran en el cielo. Y le fue dado hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También le fue dada potencia sobre toda tribu y pueblo y lengua y gente. Y todos los que moran en la tierra le adoraron, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida del Cordero, el cual fue muerto desde el principio del mundo.” [/FONT][FONT="][/FONT]
[FONT="]“Si alguno tiene oído, oiga. El que lleva en cautividad, va en cautividad: el que a cuchillo matare, es necesario que a cuchillo sea muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos.”
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[FONT="]Habla blasfemias.
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[FONT="]Esta bestia abre su boca "en blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre, y su tabernáculo, y a los que moran en el ciclo." Ya se ha mencionado, en los comentarios sobre el libro de Daniel, el significado de la expresión: "Y hablará grandezas contra el Altísimo." (Daniel 7:25.) En el vers. 5 de este capítulo, se emplean palabras similares, pues tenía "boca que hablaba grandes cosas," Pero se añade la palabra "blasfemias," lo cual indica evidentemente que las "grandes cosas" serían declaraciones blasfemas contra el Dios del cielo.
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[FONT="]En los Evangelios encontramos dos indicaciones de lo que constituye una blasfemia. En Juan 10:33 leemos que los judíos acusaron falsamente a Jesús de blasfemar porque, dijeron, "Tú, siendo hombre, te haces Dios." La acusación, en el caso del Salvador, era falsa, porque era el Hijo de Dios. Era "Emmanuel, con nosotros Dios." Pero cuando el hombre asume las prerrogativas de Dios y los títulos de la divinidad, esto constituye una blasfemia.
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[FONT="]En Lucas 5:21 encontramos a los fariseos procurando sorprender a Jesús en sus palabras. Preguntan: "¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?" Jesús podía perdonar las transgresiones, porque era el divino Salvador. Pero cuando un hombre mortal asevera tener tal autoridad blasfema ciertamente.
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[FONT="]Podríamos preguntar si la potencia representada por este símbolo cumplió esta parte de la profecía. En los comentarios sobre Daniel 7:25 vimos claramente que había hablado "grandezas" contra el Dios del cielo. Observemos ahora lo que se dice acerca de cómo el sacerdocio pretende perdonar los pecados:
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[FONT="]"El sacerdote ocupa el lugar del Salvador mismo cuando al decir: 'Ego te absolvo [Yo te absuelvo], absuelve del pecado. . . . Para perdonar un solo pecado se requiere toda la omnipotencia de Dios. . . Pero lo que únicamente Dios puede hacer por su omnipotencia, el sacerdote puede hacerlo también diciendo:
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[FONT="]'Ego te absolvo a peccatis tuis.' . . .[/FONT][FONT="] Inocencio III escribió: 'En verdad, no es exagerado decir que en vista del carácter sublime de su cargo los sacerdotes son otros tantos dioses.'
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[FONT="]Notemos aun otras declaraciones blasfemas de aquella potencia:
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[FONT="]"Pero nuestra admiración debe ser mucho mayor cuando encontramos que en obediencia a las palabras de sus sacerdotes:
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[FONT="]HOC EST CORPUS MEUM [Este es mi cuerpo], Dios mismo desciende al altar, acude dondequiera que le llamen, y tan a menudo como lo llamen, y se coloca en sus manos, aun cuando sean sus enemigos. Y habiendo acudido, se queda, completamente a su disposición; lo trasladan como quieren de un lugar a otro; pueden, si así lo desean, encerrarle en el tabernáculo, o exponerle sobre el altar, o llevarle fuera de la iglesia; pueden, si así lo deciden, comer su carne y darlo para alimentar a otros. '¡Oh, cuán grande es su poder!--dice San Lorenzo Justiniano, hablando de los sacerdotes.--Cae una palabra de sus labios y el cuerpo de Cristo está aquí substancialmente formado con la materia del pan, y el Verbo Encarnado descendido del cielo se halla realmente presente sobre la mesa del altar!' "
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[FONT="]"Así puede el sacerdote, en cierta manera, ser llamado creador de su Creador. . . . 'El poder del sacerdote-dice San Bernardino de Siena- es el poder de la persona divina; porque la transubstanciación del pan requiere tanto poder como la creación del mundo.' "
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[FONT="]Así es cómo esta potencia representada por la bestia blasfema contra el templo del cielo atrayendo la atención de sus súbditos hacia su propio trono y palacio en vez del tabernáculo de Dios; desviando su atención del sacrificio del Hijo de Dios al sacrificio de la misa.
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[FONT="]Blasfema contra los que moran en el cielo asumiendo el poder de perdonar los pecados, y así desvía a los hombres de la obra mediadora de Cristo y sus asistentes celestiales en el santuario de lo alto.
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[FONT="]El vers. 10 nos hace volver a los sucesos de 1798, cuando fue llevado en cautividad ese mismo poder cue durante 1.260 años llevó a los santos de Dios en cautividad.[/FONT] [FONT="] [/FONT]
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