Excelente aportación, Elisa. Razonada y a la vez inteligente.
Veras. El dilema entre tu, yo y nuestro oponente estriba en que hay quien la necesidad de implicar la fe en todo. Tiene fe en su muy personal,aunque inducida, interpretación de la Biblia, pero no la tiene para con la ciencia.
Ahora bien, ¿a quien se le pide que tenga fe en la ciencia? ¿Acaso los cientificos pretenden que creamos en sus investigaciones?
Lo básico en la ciencia es la investigación y el aporte de pruebas que den fiablidad a sus afirmaciones. Esto es lo contrario a la fe.
Uno de los métodos más útiles para despertar la inteligencia de un muchacho (cuando su inteligencia ha llegado a la comprensión de lo abstracto) es enseñarle a no dar nada por cierto. Es decir, estimular precisamente sus dudas. Es lo contrario a aquella afirmación: "Esto siempre ha sido así" Ante eso debe preguntarse:
¿Y por que no puede ser de otra manera? Los grandes inventos y descubrimientos parten de este principio de duda.
Solo los faltos de inteligencia pretende racionalizar la fe. Tienen, eso sí, una buena capacidad de memorizar y gastan todas sus energias en ello, y por ello su capacidad de razonar queda anulada.
Conclusión, dialogar con ellos se convierte en un diálogo de sordos y consecuentemente una total pérdida de tiempo, junto a la paz anímica.
Bendiciones, Elisa
Veras. El dilema entre tu, yo y nuestro oponente estriba en que hay quien la necesidad de implicar la fe en todo. Tiene fe en su muy personal,aunque inducida, interpretación de la Biblia, pero no la tiene para con la ciencia.
Ahora bien, ¿a quien se le pide que tenga fe en la ciencia? ¿Acaso los cientificos pretenden que creamos en sus investigaciones?
Lo básico en la ciencia es la investigación y el aporte de pruebas que den fiablidad a sus afirmaciones. Esto es lo contrario a la fe.
Uno de los métodos más útiles para despertar la inteligencia de un muchacho (cuando su inteligencia ha llegado a la comprensión de lo abstracto) es enseñarle a no dar nada por cierto. Es decir, estimular precisamente sus dudas. Es lo contrario a aquella afirmación: "Esto siempre ha sido así" Ante eso debe preguntarse:
¿Y por que no puede ser de otra manera? Los grandes inventos y descubrimientos parten de este principio de duda.
Solo los faltos de inteligencia pretende racionalizar la fe. Tienen, eso sí, una buena capacidad de memorizar y gastan todas sus energias en ello, y por ello su capacidad de razonar queda anulada.
Conclusión, dialogar con ellos se convierte en un diálogo de sordos y consecuentemente una total pérdida de tiempo, junto a la paz anímica.
Bendiciones, Elisa