Re: Es necesario el hablar en lenguas?
Hombre, que me ha llamado la atención este mensaje...
...Por experiencia propia e investigaciones, la gran mayoría, (podrían ser todas) las iglesia evangélicas, de la tendencia pentecostales, aseveran, que mientras la persona no ha hablado en lenguas no tienen el Espíritu Santo, y cuándo uno de ellos por primera vez llega a hablar en lenguas, hay un enorme regocijo en el resto de hermanos por que uno mas de ellos llego a tener el Espíritu Santo, sin embargo hay una pequeña minoría que no tenido esa experiencia, y en ellas solo continúa la frustación.
Se apoyan en números pasajes del libro de los Hechos, como la experiencia del día de Pentescostes, de la experiencia de Cornelio, del grupo de hermanos en Efeso, que cuando el Apostol Pablo les impones las manos, reciben el Espíritu Santo y hablan en lenguas.
Al mismo tiempo hacen distinción de esta primera experiencia, con el de don de lenguas que encontramos en 1 Corintios 12.
Como ustedes ya habrán podido notar, yo tomo distancia de este tipo de creencia, yo creo firmemente en los dones del Espíritu Santo, lenguas, sanidades, milagros, etc. Pero no en que todo cristiano debe hablar en lenguas.
Les rogaría que ustedes opinaran, pero con madurez, respeto, no importan si comparten o no la creencia ya descrita, de la necesidad que todos los cristianos hablen en lenguas.
Como dije yo tengo mi propia opinión, pero creo que necesito ver diferentes opiniones. Asimismo si algo no me parece creo que trataré de refutarlo bíblicamente, y la mismo tiempo necesito que si yo estoy equivocado se me demuestre de la misma forma, con biblia en mano.
Un camino más elevado es el que debemos anhelar: el amor.
Un don es el que puede mover masas: la profecía.
Una salvación inavluable es la que debemos preservar: todo lo demás vendrá si el Eterno lo quiere.
No saben lo frustrante que fue mi primera experiencia en una reunión multitudinaria sobre los dones espirituales -en una campaña evangelística de morris cerullo, allá por 1989 en la ciudad de México-. Cuando era un evangélico en pañales, mi anhelo era ver cómo podía desarrollarme en este proceso... Todo te lo pintaban tan bonito: dones, poder, unción, cosas tremendas...
¿Y qué pasó? ¡Nada! ¡Absolutamente nada! No hubo lenguas extrañas ni fuego del cielo consumiendo mi corazón.
Pero sí obtuve algo a cambio: el conocimiento.
Conforme pasó el tiempo, y conforme fui leyendo la Palabra, comprendí que las pretensiones espectaculares -tanto evangélicas como pentecostales- no eran malas en sí mismas. El problema estaba por otro lado.
A Dios, lo que le importa de tí y de mí, no es que seas canal de fuegos artificiales, ni que a una orden los cerros se muevan... Si ese fuera el caso, imagínate, entonces seríamos magos.
Lo que el Señor quiere de tí y de mí, es nuestro corazón. Tener un corazón compasivo y sensible al dolor de la gente pobre de espíritu que vive sin esperanza. ¿Seríamos nosotros tan egoístas de callarnos la esperanza que hemos recibido? Y si la gente no quiere recibir el regalo de la salvación, eso ya no será tu culpa. Tú habrás librado tu alma.
Ahora, volviendo al tema de que si es necesario hablar en lenguas extrañas, pues yo creo que no... ¿Acaso no hay más dones espirituales que Dios quiere darnos? ¿Qué hay de la profecía, por ejemplo? ¿Y el don de la enseñanza? ¿Y el del discernimiento de espíritus? Pero todo ésto sería inservible si no practicas el amor: tener dones y poder sin amor equivale a tener toda una orquesta que ejecuta sus instrumentos según como a cada uno le parece que es mejor... ¿y la armonía? Bien, gracias...