Re: Es la religin catlica CRISTIANA ?
ridiculo seria pensar "bautizenlos aunque no crean en el evangelio eso es intrascendente", de igual forma felipe no le hubiera dicho al etiope que era necesario creer para bautizarse
Les dejo aca a los que quieran una breve reflexion. La fuente se las debo.
Se que para varios solo sera palabreria barata, pero se que para otros estas palabras encierran amor y grandes realidades.
El bautiso de niños es tambien un acto de amor hacia Dios y hacia nuestros hijos.
Saludos
------------------------------------------------------------------------
El primer sonido de mi voz fue, como el de todos, el llanto (Sabiduría, 7, 3).
La primera señal de vida que emite un niño recién nacido es el llanto y el sollozo, como si ya tuviera noción del camino lleno de sufrimientos que va a emprender. La fase inicial de su existencia es dolorosa: la separación violenta del seno protector de la madre va acompañada de conmociones y de dolores. Deben pasar algunas semanas hasta que se orienta penosamente en este mundo contradictorio. Pero una vez pasado este tiempo como movido por una fuerza misteriosa, que surge en el alma antes que el pensamiento en el cerebro, nace el milagro de la sonrisa que posa sobre la cara tiernecita del niño un brillo matinal. Si no tuviéramos ninguna otra prueba de la existencia de Dios esta solo podría bastarnos. ¿Como es posible que esa criatura pequeña y miserable incapaz todavía de distinguir su yo del ambiente que sus pies palpan, cual si fuesen animalitos extraños, conozca el milagro de la sonrisa? ¿Que luz se refleja en sus facciones aun muertas y les da una expresión transfigurada?
La madre feliz se embriaga de esta sonrisa y concibe una sabiduría que no es de este mundo porque el mundo ignora los motivos de la sonrisa pura y verdadera. ¿Hay una respuesta más elocuente a las preguntas del corazón materno? Cuando el niño sonríe, dice a su madre: "Dios es bueno seámosle agradecidos. ¡Cuanto te quiero!” Le expresa amor una y otra vez. Lo cual demuestra que la capacidad de amor es una de las capacidades fundamentales de la naturaleza humana.
Cuando el niño sonríe se encuentra del todo contento, y, aunque pobre e impotente, ofrece a su padres grandes riquezas; inclinados sobre la cuna admiran el mas tierno milagro de la vida; es decir, la sabiduría eterna que el niño, todavía mudo y desprovisto de juicio, revela sonriendo.
¿Cual es el secreto íntimo de lo que ocurre? Los rasgos de la cara no son más que un ligero cambio en el movimiento de los músculos. Pero este proceso insignificante delata el alma del niño que lleva el destino de amor a Dios, el amor trino e infinito, con felicidad ilimitada. En los ojos inocentes del niño el cielo nos entrega una parte de su alegría eterna. La pequeña alma no ofrece ninguna resistencia, ninguna sombra que destruya las disposiciones necesarias para recibir su Creador o las oscurezca.
En efecto, la sonrisa es el primer lenguaje del alma que nos habla de la supremacía de la misma sobre el cuerpo. En el primer llanto se muestra el alma sometida a los males del cuerpo, pero en la primera sonrisa triunfa sobre la miseria del mundo.
Los animales desconocen esta exteriorización de alegra que solo florece en el alma espiritual. Podemos considerarla como el ejercicio preliminar del amor tierno e inconscientemente bello que ofrece el niño tal como el Hijo de Dios mismo quiso ofrecer este acto de amor a su Padre eterno; Que sublime hermosura es esa sonrisa del Nino Jesús en los brazos de su Madre. Esta sonrisa divino-humana es el origen de la que se refleja en las caras inocentes que nos recuerdan al Niño Jesús cuando sonríe.
La sonrisa pura de un niño contiene todo el valor de una oración bien hecha, porque la pequeña persona se encuentra totalmente entregada al servicio de alabar a Dios. El acto de amor adquiere todo su valor cuando interiormente existe el abandono y la entrega. A pesar de que este acto es fugaz en el niño, lleva el sello de la perfección, pues la criatura no es capaz de producir más.
Los componentes fluidos de esta vida nos obligan a que distingamos entre acto y estado, que, sin embargo, en la existencia eterna, constituyen uno solo. Precisamente las manifestaciones más delicadas y dulces de la naturaleza llevan el sello de lo fugaz: las flores, la sonrisa, el sonido, el perfume... Pero la realidad de donde proceden tiene la perpetuidad del estado. El fondo luminoso que produce en el alma la pequeña la sonrisa al ver a la madre, la luz, o cuando se emociona por algún otro móvil interior, mientras no se enturbia, persiste como estado. Durante el tiempo en que este estado continúa limpio y claro, el niño afirma, conforme a sus posibilidades, el amor a Dios y entrega su ser entero a la fuente de donde recibe todo su bien.
--------------------------------------------------------------------