Santiago 2:14
Santiago 2:14
Pienso que Santiago 2:14 es una de las claves para entender toda esta sección (vs. 14-26), pues nos revela la esencia del problema que Santiago se propone a tratar en los sgtes vs., el problema del "predicar sin practicar" o de las palabras vanas. Teniendo este pasaje en mente, muchas de las supuestas contradicciones se irán aclarando:
"Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?" Santiago 2:14
Santiago se refiere a sus remitentes como "hermanos". Siempre la Escritura presume la buena voluntad de aquellos que supone han hecho confesión de fe en Cristo; sin embargo notamos aquí la preocupación de Santiago por sus remitentes, de que entre ellos haya alguno que se esté engañando a sí mismo (Santiago 1:22) pensando que su profesión de fe es verdadera cuando en la realidad no va más allá de la fe de un demonio (2:19), absolutamente inútil para salvar.
Luego, Santiago continúa con un par de preguntas retóricas que nos revelan el tema central de toda la sección (2:14-26). La primera es: - "¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?" -, esto es ¿de que te sirve decir que crees en Cristo si no te comportas como uno de sus discipulos? y la respuesta es facil, no sirve ni aprovecha para nada.
Santiago tiene en mente a personas que dicen creer, pero sus vidas demuestran tal contradicción con sus palabras que finalmente los frutos revelan la condición del árbol. Santiago tiene en mente a las mismas personas de las cuales Pablo escribió a Tito:
"Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra." Tito 1:16
Esto es, dicen tener fe, pero carecen de obras o frutos en sus vidas que demuestren la fe que poseen.
Pablo, luego de declarar a los Efesios la maravillosa verdad de que somos salvos por Gracia por medio de la fe, que es un don de Dios, dice lo sgte, que podemos decir es el objetivo de la salvación del creyente:
"Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas." Efesios 2:10
Y dice a Tito lo sgte en cuanto a la Salvación por Gracia:
"Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras." Tito 2:11-14
De modo que somos salvos para ser santos en nuestras vidas.
La personas que Santiago tiene en mente carecen absolutamente de aquellas buenas obras que Pablo menciona en sus Epístolas, y su fe es simplemente palabras vanas: - "¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?". Son personas que dicen creer, pero no tienen buenas obras que justifiquen sus propias confesiones de fe. Son como aquellas de las cuales Isaías profetizó antiguamente:
"Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado." Isaías 29:13
Y el Señor condenó una vez:
"¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?" Lucas 6:46
Es a estas personas que Santiago se refiere en esta sección de la carta, personas que dicen creer, que tienen una fe simplemente intelectual, pero no obran deacuerdo a sus palabras.
Luego pregunta lo sgte: - "¿Podrá la fe salvarle?" -, Santiago no esta cuestionando que la fe sea el único medio para ser salvos, sin obras de por medio, sino que pone en duda la fe de estas mismas personas que anteriormente define.
Pablo escribió a los Gálatas:
"...porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor." Gálatas 5:6
De manera que la única fe que vale para el Señor, y que es precisamente aquella que nos regala en Su Gracia, es aquella fe que obra motivada por el amor.
Si nos damos cuenta, la fe que dicen tener aquellas personas que Santiago define en su primera pregunta carecen de obras. Y al carecer de obras, carecen también de evidencias que demuestren que aman al Señor. Por lo tanto, la fe que tienen no vale, no sirve frente a Dios. No es una fe viva de aquella que agrada al Señor. Por lo tanto, es una fe que no salva.
El Señor Jesucristo dijo:
"Si me amáis, guardad mis mandamientos." Juan 14:15
Y el Apóstol Juan dice:
"Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo." 1 Juan 2:3-6
De manera que la fe es más que simplemente creer unas cuantas verdades y luego desentenderse del Señor, sino que la verdadera fe se somete al señorío de Cristo. Aquel que se somete a Cristo demuestra que le ama y que ha sido salvo por Él.
La personas a las cuales Santiago llama la atención creen mentalmente, sin que esta fe les mueva, por amor a Cristo, a agradar a Dios. Por lo tanto, al no tener frutos de obediencia en sus vidas, demuestran que no aman al Señor, por lo tanto no son salvos en absoluto. La fe que tienen no les salvará.
Unas cuantas observaciones:
Primero, de ninguna manera Santiago enseña que las obras junto con la fe nos salvaran, sino que la verdadera fe obra por amor. Y donde la fe no obra, no hay salvación.
Segundo, el objetivo de la salvación por Gracia por medio de la fe sin obras de por medio es el salvarnos del pecado; por lo tanto, donde no hay salvación del pecado, de sus malas obras y habitos de manera gradual, donde no hay arrepentimiento, simplemente no hay salvación. Este es el testimonio de las Escrituras, Pablo incluído.
Tercero, las obras a las que Santiago se refiere no son obras que nos ameriten la salvación ni la justificación, sino que son la consecuencia esperada de la salvación por Gracia por medio de la fe en Cristo. El Señor no nos salvó gratuitamente para dejarnos como estamos, sino para formarnos a Su imágen.
Cuarto, Santiago tampoco enseña que al momento de creer ya no tendremos más lucha con el pecado y siempre obraremos bien, pero si deja claro que la verdadera fe, aunque debil, dará algún tipo de fruto en el creyente verdadero, ya sea al treinta, sesenta o ciento por uno. La verdadera fe, aunque debil e imperfecta, siempre viene acompañada de un deseo genuino de agradar a Dios, aún si a veces caemos. Donde no hay un deseo de agradar a Dios, se puede dudar de que haya verdadera fe.
Conclusión:
En este pasaje encontramos la clave para entender toda la sección de Santiago 2:14-26, por lo tanto es necesario analizarlo con detenimiento, pues el tema propuesto aquí se profundiza en los sgtes vs.. Ruego leer este vs. una y otra vez en oración hasta que el Espíritu nos de entendimiento en cuanto a su significado.
Santiago simplemente implica en este vs. que la fe de labios para afuera no sirve absolutamente para nada. La fe que simplemente es un trabajo mental es absolutamente vana e inútil si no cambia la conducta y el carácter del creyente, pues frente a Dios, la única fe que vale es aquella que obra por amor.
Dios les bendiga...
Santiago 2:14
Pienso que Santiago 2:14 es una de las claves para entender toda esta sección (vs. 14-26), pues nos revela la esencia del problema que Santiago se propone a tratar en los sgtes vs., el problema del "predicar sin practicar" o de las palabras vanas. Teniendo este pasaje en mente, muchas de las supuestas contradicciones se irán aclarando:
"Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?" Santiago 2:14
Santiago se refiere a sus remitentes como "hermanos". Siempre la Escritura presume la buena voluntad de aquellos que supone han hecho confesión de fe en Cristo; sin embargo notamos aquí la preocupación de Santiago por sus remitentes, de que entre ellos haya alguno que se esté engañando a sí mismo (Santiago 1:22) pensando que su profesión de fe es verdadera cuando en la realidad no va más allá de la fe de un demonio (2:19), absolutamente inútil para salvar.
Luego, Santiago continúa con un par de preguntas retóricas que nos revelan el tema central de toda la sección (2:14-26). La primera es: - "¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?" -, esto es ¿de que te sirve decir que crees en Cristo si no te comportas como uno de sus discipulos? y la respuesta es facil, no sirve ni aprovecha para nada.
Santiago tiene en mente a personas que dicen creer, pero sus vidas demuestran tal contradicción con sus palabras que finalmente los frutos revelan la condición del árbol. Santiago tiene en mente a las mismas personas de las cuales Pablo escribió a Tito:
"Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra." Tito 1:16
Esto es, dicen tener fe, pero carecen de obras o frutos en sus vidas que demuestren la fe que poseen.
Pablo, luego de declarar a los Efesios la maravillosa verdad de que somos salvos por Gracia por medio de la fe, que es un don de Dios, dice lo sgte, que podemos decir es el objetivo de la salvación del creyente:
"Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas." Efesios 2:10
Y dice a Tito lo sgte en cuanto a la Salvación por Gracia:
"Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras." Tito 2:11-14
De modo que somos salvos para ser santos en nuestras vidas.
La personas que Santiago tiene en mente carecen absolutamente de aquellas buenas obras que Pablo menciona en sus Epístolas, y su fe es simplemente palabras vanas: - "¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?". Son personas que dicen creer, pero no tienen buenas obras que justifiquen sus propias confesiones de fe. Son como aquellas de las cuales Isaías profetizó antiguamente:
"Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado." Isaías 29:13
Y el Señor condenó una vez:
"¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?" Lucas 6:46
Es a estas personas que Santiago se refiere en esta sección de la carta, personas que dicen creer, que tienen una fe simplemente intelectual, pero no obran deacuerdo a sus palabras.
Luego pregunta lo sgte: - "¿Podrá la fe salvarle?" -, Santiago no esta cuestionando que la fe sea el único medio para ser salvos, sin obras de por medio, sino que pone en duda la fe de estas mismas personas que anteriormente define.
Pablo escribió a los Gálatas:
"...porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor." Gálatas 5:6
De manera que la única fe que vale para el Señor, y que es precisamente aquella que nos regala en Su Gracia, es aquella fe que obra motivada por el amor.
Si nos damos cuenta, la fe que dicen tener aquellas personas que Santiago define en su primera pregunta carecen de obras. Y al carecer de obras, carecen también de evidencias que demuestren que aman al Señor. Por lo tanto, la fe que tienen no vale, no sirve frente a Dios. No es una fe viva de aquella que agrada al Señor. Por lo tanto, es una fe que no salva.
El Señor Jesucristo dijo:
"Si me amáis, guardad mis mandamientos." Juan 14:15
Y el Apóstol Juan dice:
"Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo." 1 Juan 2:3-6
De manera que la fe es más que simplemente creer unas cuantas verdades y luego desentenderse del Señor, sino que la verdadera fe se somete al señorío de Cristo. Aquel que se somete a Cristo demuestra que le ama y que ha sido salvo por Él.
La personas a las cuales Santiago llama la atención creen mentalmente, sin que esta fe les mueva, por amor a Cristo, a agradar a Dios. Por lo tanto, al no tener frutos de obediencia en sus vidas, demuestran que no aman al Señor, por lo tanto no son salvos en absoluto. La fe que tienen no les salvará.
Unas cuantas observaciones:
Primero, de ninguna manera Santiago enseña que las obras junto con la fe nos salvaran, sino que la verdadera fe obra por amor. Y donde la fe no obra, no hay salvación.
Segundo, el objetivo de la salvación por Gracia por medio de la fe sin obras de por medio es el salvarnos del pecado; por lo tanto, donde no hay salvación del pecado, de sus malas obras y habitos de manera gradual, donde no hay arrepentimiento, simplemente no hay salvación. Este es el testimonio de las Escrituras, Pablo incluído.
Tercero, las obras a las que Santiago se refiere no son obras que nos ameriten la salvación ni la justificación, sino que son la consecuencia esperada de la salvación por Gracia por medio de la fe en Cristo. El Señor no nos salvó gratuitamente para dejarnos como estamos, sino para formarnos a Su imágen.
Cuarto, Santiago tampoco enseña que al momento de creer ya no tendremos más lucha con el pecado y siempre obraremos bien, pero si deja claro que la verdadera fe, aunque debil, dará algún tipo de fruto en el creyente verdadero, ya sea al treinta, sesenta o ciento por uno. La verdadera fe, aunque debil e imperfecta, siempre viene acompañada de un deseo genuino de agradar a Dios, aún si a veces caemos. Donde no hay un deseo de agradar a Dios, se puede dudar de que haya verdadera fe.
Conclusión:
En este pasaje encontramos la clave para entender toda la sección de Santiago 2:14-26, por lo tanto es necesario analizarlo con detenimiento, pues el tema propuesto aquí se profundiza en los sgtes vs.. Ruego leer este vs. una y otra vez en oración hasta que el Espíritu nos de entendimiento en cuanto a su significado.
Santiago simplemente implica en este vs. que la fe de labios para afuera no sirve absolutamente para nada. La fe que simplemente es un trabajo mental es absolutamente vana e inútil si no cambia la conducta y el carácter del creyente, pues frente a Dios, la única fe que vale es aquella que obra por amor.
Dios les bendiga...