Lucas 1:43 ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?
Es claro que Elisabet fué inspirada por el Espíritu Santo (Lucas 1:41b y Elisabet fue llena del Espíritu Santo) y lo que dijo lo dijo en el Espíritu, es decir, profetizando. Hay que entender que el don profético permite dar por hecho algo que será. Si Elisabeth hubiese pensado que María es la madre de Dios, le hubiese dicho algo como esto: "¿Por qué se me concede esto a mí, que mi Señora venga a mí?". Sin embargo, llena del Espíritu Santo reconoció que el Señor sería el bebé de su vientre (criatura no nacida)
Según la última frase de este comentario, podríamos decir que es claro que Elisabet sólo usó esta frase denotando gran dignidad y honor, no divinidad. Elisabet en ningún momento afirmó que María es la Madre de Dios, sólo declaró palabra profética demostrando gran dignidad y honor al poder recibir en su hogar a la mujer que sería la madre de Jesús.
No debemos elevar a María más allá de lo que está escrito en la Palabra de Dios. Únicamente Jesús logró llevar una vida libre de pecado, pues Él fue el Cordero Sin Mancha para la Salvación, sólo Él fue perfecto, el Señor, el Mediador, sólo el nombre de Jesucristo es sobre todo nombre, ante Él toda rodilla se dobla, sólo en el nombre de Jesucristo nuestros pecados son perdonados. No debemos enfocarnos en la criatura sino en el Creador, sin importar cuan bendecida haya sido la criatura. María es digna de admiración, fue una mujer sabia y obediente pero no es la madre de Dios, tal título no es bíblico.
Para que María fuese la Madre de Dios tendría que haber sido madre del Padre y del Espíritu Santo también, es decir, tendría que haber sido una diosa creadora de Dios, lo cual es absurdo.
Prediquemos pues el evangelio de Cristo y no el evangelio de María, pues el centro de la biblia es Jesucristo y no la virgen María.
Bendiciones.
“Consideremos esto como queramos, nunca podremos ver la idoneidad de llamar Señor a una criatura no nacida, sino suponiendo que Elisabet, como los profetas de la antigüedad, estuviera iluminada para entender la naturaleza divina del Mesías” [Olshausen]. “La madre de mi Señor”, pero no “Mi Señora”
Comentario Jamieson-Fausset-Brown
Es claro que Elisabet fué inspirada por el Espíritu Santo (Lucas 1:41b y Elisabet fue llena del Espíritu Santo) y lo que dijo lo dijo en el Espíritu, es decir, profetizando. Hay que entender que el don profético permite dar por hecho algo que será. Si Elisabeth hubiese pensado que María es la madre de Dios, le hubiese dicho algo como esto: "¿Por qué se me concede esto a mí, que mi Señora venga a mí?". Sin embargo, llena del Espíritu Santo reconoció que el Señor sería el bebé de su vientre (criatura no nacida)
Mother of my Lord - The word “Lord” sometimes denotes “divinity,” and sometimes superior, master, teacher, or governor. It was given by the Jews to their expected Messiah; but whether they understood it as denoting divinity cannot now be ascertained. It is clear only that Elizabeth used it as denoting great dignity and honor.
Albert Barnes' Notes on the Bible
Según la última frase de este comentario, podríamos decir que es claro que Elisabet sólo usó esta frase denotando gran dignidad y honor, no divinidad. Elisabet en ningún momento afirmó que María es la Madre de Dios, sólo declaró palabra profética demostrando gran dignidad y honor al poder recibir en su hogar a la mujer que sería la madre de Jesús.
No debemos elevar a María más allá de lo que está escrito en la Palabra de Dios. Únicamente Jesús logró llevar una vida libre de pecado, pues Él fue el Cordero Sin Mancha para la Salvación, sólo Él fue perfecto, el Señor, el Mediador, sólo el nombre de Jesucristo es sobre todo nombre, ante Él toda rodilla se dobla, sólo en el nombre de Jesucristo nuestros pecados son perdonados. No debemos enfocarnos en la criatura sino en el Creador, sin importar cuan bendecida haya sido la criatura. María es digna de admiración, fue una mujer sabia y obediente pero no es la madre de Dios, tal título no es bíblico.
Para que María fuese la Madre de Dios tendría que haber sido madre del Padre y del Espíritu Santo también, es decir, tendría que haber sido una diosa creadora de Dios, lo cual es absurdo.
Prediquemos pues el evangelio de Cristo y no el evangelio de María, pues el centro de la biblia es Jesucristo y no la virgen María.
Bendiciones.