Re: Elena G. de White y su Doctrina de la Amalgama
Por que toda reforma tiene un comienzo y un fin.
Por ejemplo: La Pascua (sacrificio del Cordero) es diferente al Día del Perdón (Ayuno).
Durante la dispensación judía de los ritos y sacrificios, los sacerdotes diariamente tenían que matar animales para expiar sus pecados y los del pueblo: "Tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, limpio, apartado de los pecadores, y exaltado por encima de los cielos;
que no tiene necesidad cada día, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo. Esto lo hizo una sola vez para siempre, cuando se ofreció a sí mismo." Hebreos 7:26,27.
Aún en la Pascua, que es una representación de nuestro Señor, el verdadero sacrificio de Cristo. Por cierto, la ley y el sacerdocio estaban tan relacionados que un cambio de sacerdocio significaba que habría también un cambio de ley en el ritual. Debe notarse que el autor de Heb. ve la ley como una serie de regulaciones de sacrificios y sacerdocios para el mantenimiento de la relación de Israel con Dios.
Pero más tarde vemos el "Yom Kppur", día del perdón o día de la expiación, donde Cristo, el verdadero Sumo Sacerdote oficia por su pueblo para borrar sus pecados.
"Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro. Abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá" Isaías 22:22.
Cristo pasa del Lugar Santo al Santísimo, inaugurando el día del juicio. El Yom Kippur es la principal fiesta del calendario judío. Es un día de ayuno y oración que se celebra el 10 del mes hebreo de Tishrei, el cual coincide con el otoño en el hemisferio norte y se da justo 10 días después de Rosh Hashanah, el año nuevo judío.
La celebración marca el final de los “Diez días de arrepentimiento” o “Días terribles” y ofrece a los judíos la última oportunidad de obtener el perdón y la absolución de sus pecados del año anterior.
Este día, era un día de ayuno y oración, en la cual el pueblo esperaba con temor y temblor que su caso, ante el tribunal divino, hubiese sido absuelto para estar en la morada con Dios. Este es un día especial de introspección y de profundo examen personal. Un día en el que se nos ha dado la posibilidad de acercarnos al verdadero propósito de nuestra vida, y por lo tanto, es considerado una festividad bendita y de suma importancia. Yom Kippur es la fiesta que abre ante nosotros un mundo entero de discernimientos espirituales, refinados y maravillosos.
"Por eso, el Señor, el Eterno Todopoderoso, llamó en ese día a llanto y endechas, a raparte el cabello y vestir saco.
En cambio lo que hubo fue gozo y alegría,
matanza de vacas y ovejas, comer carne y beber vino. Dijisteis: "Comamos y bebamos, que mañana moriremos
Entonces el Eterno Todopoderoso me reveló al oído: "Este pecado no os será perdonado hasta que muráis", dice el Señor, el Señor Todopoderoso. " Isaías 22:12-14.
El ayuno representa un acto en el que la persona realiza sobre si una “restricción”, o sea, se priva momentáneamente de recibir placer de forma egoísta.
Porque la Ley es sólo una sombra de los bienes venideros, no las realidades mismas. Por eso, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen de continuo cada año, dar la perfección a los que se allegan.
De otra manera cesarían de ofrecerse. Porque los que tributan ese culto, purificados de una vez, no tendrían más conciencia de pecado.
Al contrario, con ellos se renueva cada año el recuerdo de los pecados;
porque la sangre de los toros y los machos cabríos no puede quitar los pecados.
Por eso, cuando Cristo vino al mundo, dijo: "Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero me preparaste un cuerpo.
"Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.
"Entonces dije: 'Aquí estoy. En el rollo del libro está escrito de mí. Vengo para hacer tu voluntad, oh Dios'".
Primero dijo: "Sacrificio y ofrenda, holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron", aunque la ley los requería.
Entonces agregó: "Aquí estoy, oh Dios, para cumplir tu voluntad". El quita lo primero, para establecer lo segundo.
En esa voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una sola vez.
Todo sacerdote ministra cada día y ofrece muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados.
Pero Cristo, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio, se sentó para siempre, a la diestra de Dios.
Desde entonces está esperando que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.
Porque con una sola ofrenda, Cristo llevó a la perfección para siempre a los santificados.
También el Espíritu Santo atestigua:
"Este es el pacto que haré con ellos, después de aquellos días -dice el Señor-. Pondré mis leyes en sus corazones, y las grabaré en sus mentes.
"Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones".
Así, cuando los pecados han sido perdonados, no se necesitan más ofrendas por el pecado.
Por tanto, hermanos, siendo que tenemos plena seguridad para entrar en el Santuario, por la sangre de Jesús,
por el nuevo y vivo camino que él nos abrió, a través del velo, esto es, de su carne,
y siendo que tenemos un gran Sacerdote sobre la casa de Dios,
acerquémonos pues con corazón sincero, con plena certeza de fe, purificado el corazón de mala conciencia, y lavado el cuerpo con agua limpia.
Mantengamos firme la confesión de nuestra esperanza, sin fluctuar, que fiel es el que prometió.
Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras." Hebreso 10:1-24.