Re: Elena G. de White, mensajera del Señor
bvicente18 dijo:
Hola a todos.
Estimado Ernesto, si la farsante white siguió comiendo ostras, hasta 20 años después de que su marido escribió eso; esto podría significar:
1) Que ella, no sabía que su marido había escrito sobre ese tema.
2) Quizás, a la farsante white le gustaba el sabor y el supuesto efecto de las ostras.......
!ADIVINA, ADIVINADOR!; ¿QUÉ SERÁ?.......
Dios les bendiga. Saludos.
Billy Vicente
ELENA G.de WHITE Y LAS OSTRAS
En vista del “escándalo” armado por Billy Vicente y elg por el pecado imperdonable de la Hna. White de haber consumido ostras, me dispuse a investigar al respecto, encontrándome con suficiente información, la cual resumo. Como se verá, las verdades que Dios tuvo a bien mostrarle a EGW, sea directamente o por medio de la lectura de un conocimiento de salud existente, la filosofía del Régimen Pro Salud fue algo progresivo en su implementación. En mi caso particular, sólo después de 14 años en la iglesia adventista, me decidí a dejar la carne, y eso gradualmente. Lean por favor:
Los adventistas del siglo 19 no todos aceptaron de un solo golpe la distinción bíblica de los alimentos limpios y no-limpios, tal como aparece en Levítico 11 y Deuteronomio 4, aunque sí todos condenaban la carne de cerdo, puerco o cochino.
La prohibición del cerdo fue lo primero en ser establecido, pero aún eso tomó tiempo. Antes del mensaje del Régimen Pro Salud en 1863, ella y Jaime White disuadieron a los creyentes que intentaban prohibir la carne de cerdo. Jaime White escribió en 1850: “Nosotros, de ninguna manera, creemos que la Biblia enseñe que su uso [de la carne de cerdo], en la dispensación del evangelio, sea pecaminoso”
En 1858, un hermano de Nueva Inglaterra, sin lugar a dudas S.N. Haskell, estaba intentando otra vez convencer a los hermanos de que el consumo de carne de cerdo era una falta de lealtad a la Palabra de Dios. La señora White le escribió diciendo: “Si es el deber de la iglesia abstenerse de la carne de puerco, Dios se lo mostrará a más de dos o tres [personas]”.
Por supuesto, después de la visión de la Reforma Pro Salud, la hermana White sí se pronunció contra el consumo de la carne de cerdo, argumentando que producía “escrófula, lepra y humores cancerígenos”. Es significativo el hecho de que ella y otros escritores adventistas que escribieron contra la carne de cerdo hasta 1866, lo hacían en base a un punto estrictamente de salud. En otras palabras, sólo porque la Biblia hable contra el uso de la carne de cerdo, no implicaba automáticamente que, en ese punto, los adventistas tenían claro para esa época la distinción entre animales limpios e inmundos.
D.M. Canright (el consentido de Billy Vicente y elg por ser el paradigma del apóstata adventista), mencionó las ostras en un artículo publicado en 1867, señalando sus poderes para excitar “ciertas clases de sentimientos”, o en nuestro lenguaje actual, sus características afrodisíacas, tal como se le atribuye prácticamente en todo el mundo.
Jaime White (esposo de Elena), en un artículo sobre la carne de cerdo, publicado en 1872, comienza a darle una aplicación más amplia de la ley levítica concerniente a los alimentos. Comenzando con Deuteronomio 14:8, refuta a aquellos, que como nuestros apreciados archi-negadores, aseveran que esas leyes de salud sólo eran para el pueblo judío, y por tanto no aplicables a los cristianos. El le recuerda a los lectores que la distinción entre limpio e inmundo es reconocida en la Biblia mucho antes de la existencia de “un solo judío”. Aún así, el objetivo principal del artículo era el de desacreditar al cerdo, y NO para establecer categorías de carnes limpias y no limpias. No discute el criterio bíblico para hacer tal distinción.
Así vemos que en el siglo XIX, los adventistas combatían el consumo de cerdo, basado principalmente en criterios fisiológicos. Urías Smith, pionero de la IASD, rechazó la aplicación de la ley mosaica en este caso: “Creemos que hay mejores razones sobre las cuales sustentar (la prohibición del consumo de cerdo) que en la ley ceremonial de la dispensación antigua”. Igualmente se desanimaba a la gente para que no comiera carne, a la vez que se prohibía el consumo de carne de cerdo. Otras carnes, que aplicando la norma bíblica de Levíticos 11 serían consideradas como no-limpias (p.ej: conejo, calamares, ostras, etc.) no eran consideradas, bajo la misma consideración que la carne de cerdo.
Una vez, cuando estaba enferma, su hijo W.C. White, reporta que a ella se le animó para que tomara un caldo de ostra para que le compusiera el estómago. Tomó una o dos cucharadas, pero rehusó el resto (Arthur L. White, "Dietary Witness of the Ellen G. White Household," (Unpublished paper, Washington, D. C., 1978), p. 15).
Hay, sin embargo, evidencia de que la Hna: White consumió seguramente ostras. En 1882, cuando vivía en Headsburg, California, le escribió a su nuera Mary Kelsey White en Oakland, el siguiente petitorio: “Mary, si me puedes conseguir una buena caja de arenques (tipo de pez) frescos, por favor hazlo. Los últimos que trajo Willie estaban amargos y viejos. Si puedes comprar latas, digamos, media docena, de buenos tomates, por favor hazlo. Los necesitaremos. Si puedes conseguir unas pocas latas de buenas ostras, hazlo.” Ellen G. White to Mary Kelsey White, May 31, 1882. Letter 16, 1882, p. 1, (Ellen G. White Estate, Washington, D. C.).
Elena G. de White no ocultaba que bajo circunstancias difíciles, como en algunos de sus viajes, ella comía algo de carne. El libro Consejos sobre el Régimen Alimenticio así lo publica en la página 585: “Hace más de treinta años [alrededor de 1870] a menudo me hallaba en grande debilidad. Muchas oraciones fueron ofrecidas en mi favor. Se creía que la carne me daría vitalidad, y ésta era, por lo tanto, mi principal artículo alimenticio. Pero en lugar de aumentar mi fuerza, seguía debilitándome . . .Se me mostró que toda la estructura humana es afectada por este régimen, y que por él el hombre fortalece las propensiones animales y el apetito por el alcohol. De inmediato eliminé la carne de mi menú. Después de eso a veces me encontré en situaciones en que me veía obligada a comer un poco de carne”. Esto anterior en armonía con lo que apareció en 1890 en el libro, Christian Temperante and Bible Higiene: “Cuando no podía obtener el alimento que necesitaba, algunas veces comía un poco de carne; pero cada vez más me da miedo hacerlo”.
Mientras estaba en Australia en 1894, EGW tomó la decisión de no comer carne nunca más; una posición que la mantuvo por el resto de su vida.
No es sino a comienzos de los años 1900’s cuando comienza a ver la conveniencia de aplicar la distinción dada a los judíos sobre los alimentos. Aparte del cerdo, escribió EGW: “y otros animales y aves cuyas carne eran consideradas inmundas”. El pasaje sigue enumerando otros aspectos de las leyes de salud judías, las cuales la IASD no requiere de sus miembros. Así que, sumariamente se puede decir que la Hna. White NUNCA declaró explícitamente que la distinción bíblica entre animales limpios y no-limpios, fuera algo que el adventista del séptimo día estaba obligado a observar. Su posición sobre los beneficios recibidos por los judíos al respecto estimuló la actual posición de la IASD en este punto.
Vean, por último, esta cita científica sobre las ostras y moluscos:
Shellfish may produce poisonous 'effects from putrefactive changes or from the development in them (oysters and mussels) of ptomaines. Brieger discovered a ptomaine in poisonous mussels to which he gave the name mytilotoxin. It is now fully proved that oysters and mussels may become contaminated with the organism of typhoid fever if placed in specifically polluted water, and thus transmit the disease to human beings.
http://encyclopedia.jrank.org/MEC_MIC/MEDICAL_JURISPRUDENCE_or_FORENS.html
Futura entrega: el vegetarianismo en la Biblia. Sí, ¡Aunque billy y elg no lo crean!