EL "YO"

2 Febrero 2001
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Segun la luz que he recibido atravez de la
palabra de Dios, y el ministrar de algunos
hermanos en la fe de nuestro Señor Jesucristo
Encuentro que el "YO" del ser humano es algo
terrible, que ningun tipo de educacion huma-
na puede verdaderamente ver lo que hay en el.

Que es el "YO"?

Pues es el alma humana mezclada con la natu-
raleza satanica en franca oposicion y rebe-
lion a Dios.

Cuando fue que nuestra alma se mezclo con la
naturaleza satanica, pues fue en Genesis 2:17
cuando el PECADO, entro en el hombre como un
veneno satanico. Contaminando todo nuestro
SER, espiritu, alma y cuerpo.

Nuestro espiritu humano: quedo separado de la
comunion con Dios, es decir quedo muerto.

Nuestra alma: se corrompio haciendose uno con
el diablo al obedecer su voz.

Nuestro cuerpo: quedo expuesto a la muerte
y corrupcion fisica

El "YO" del hombre es un yo maldecido por el
juicio de Dios.

Al "YO" se le conoce como:
1. Hombre de pecado

2. El Viejo Hombre

3. El hombre Natural

4. El mal morando en mi

Es necesario en importante darnos cuenta lo
que es el "YO", porque muchas veces lo
queremos disfrazar con: Religion, cultura,
educacion, arte, conocimiento, etc...

El "YO" segun la palabra de Dios lo unico que merece es la muerte.

Nuestra capacidad mental, emocional, y de razon, pertenecen al "YO".

Entendiendo esto, podemos ver que la obra
salvadora de Dios consiste en REGENERAR pri-
meramente nuestro espiritu que estaba muerto. Despues en TRANSFORMAR el alma por
medio de la cruz al darle muerte al viejo
hombre e impartir la vida divina por el Espiritu Santo, y al ultimo en GLORIFICAR,
nuestro cuerpo mortal, por el avance de la
vida divina, santificando todo nuestro ser:
espiritu, alma y cuerpo.

Para concluir quiero decir que solo Cristo
como la vida de Dios mismo, es lo que consti
tuye en nosotros EL NUEVO HOMBRE.
 
Estoy plenamente de acuerdo contigo.

No sé si tienes la sensación de ser un incomprendido con tus mensajes y en tu vida. Parece que nadie profundiza hasta llegar a descubrir experimentalmente lo que expones en tu escrito. A mí me parece que ando muy solo por el mundo y que nadie en realidad quiere escuchar estas cosas, porque producen miedo, dolor y sufrimiento.

¡Ánimo! ¡Estoy contigo!

[]Cedesin>
 
Originalmente enviado por Cedesin:
<STRONG>Estoy plenamente de acuerdo contigo.

No sé si tienes la sensación de ser un incomprendido con tus mensajes y en tu vida. Parece que nadie profundiza hasta llegar a descubrir experimentalmente lo que expones en tu escrito. A mí me parece que ando muy solo por el mundo y que nadie en realidad quiere escuchar estas cosas, porque producen miedo, dolor y sufrimiento.

¡Ánimo! ¡Estoy contigo!

[]Cedesin></STRONG>


Me alegra leerte de nuevo Cedesín, de hecho te he echado de menos.

Si supieras cuanto me gustaria que me escribieras para poder compartir contigo escritos que estoy segura que te gustarán.

Un abrazo en Cristo. <IMG SRC="corazon.gif" border="0">

Maripaz
 
Cedesin: agradezco a Dios por hombres que en
este tiempo no se conforman con lo superficial, y que deveras quieren ser UNO
con Dios y su palabra.

El apostol Pablo dijo: El que se cree ser al-
algo,
siendo nada, asimismo
se engaña.

Lo unico que vale la pena es Cristo en noso-
tros.
 
Querida Maripaz:

Hace tiempo que no escribo ni entro en el foro, ya que, por motivos de trabajo, me he desplazado a otro centro donde no dispongo de acceso a internet. Además, estoy en una fase meditativa intentando descubrir si hablar de estas cosas sirve en realidad para algo.

Agradezco tu bienvenida, pero no podré participar aún como lo hacía antes. Tengo que descubrir tantas cosas.

Recibe un fuerte abrazo.
 
Querido David:

Te mando una poesía mía, para que veas como actúa el yo, el hombre viejo, el ego.

Yo.

Yo no soy yo, pero que no se entere nadie.

Yo todavía no soy yo, por eso me engaño con que soy un hombre y me siento grande cuando pienso que pertenezco a la raza blanca y no soy un sucio negro.

Yo aún no soy yo, por eso creo que soy el cuerpo que visto y que mi cerebro es el instrumento que me hace pensar.

Yo no soy yo, pero que no se entere nadie.
Yo siento orgullo de pertenecer a la raza vasca, sea esto lo que sea, por eso me refugio en un estereotipo de forma de ser, en una cultura y en una lengua que mis antepasados crearon cuando aún eran como yo.

Yo no soy yo, y he de ser sigiloso. He de parecerme lo más posible a lo que se espera de mí, de mi pueblo y de mi patria.

No, yo no soy aún yo, por eso valoro lo que he conseguido en la vida: mi título, mi coche, mi posición, mi profesión, mi religión y mis ideas.

Yo no soy todavía yo, por eso cuento chistes de otros, me río de los otros, odio a los otros, busco opiniones en los otros y siempre acabo haciendo lo que hacen los otros.

Yo no soy yo, por eso me siento dichoso cuando gano con mi equipo y cuando un ser humano que ha nacido en mi pueblo hace alguna proeza, porque yo así también me siento importante.

¿No comprendéis que yo no soy aún yo?

¿No comprendéis que tengo que defender lo que es mío?

¿No lo veis?

Por favor... ¿No veis que si me quitáis mi equipo, mi pueblo, mi país, mi lengua, mi patria, mi cultura, mi bandera... estáis acabando conmigo?

¿¿No veis que me estáis aniquilando??

Ciegos, no veis que yo no soy yo, y que por eso defiendo mis ideas porque si estas me faltaran, ¿Qué sería yo?

Por eso las defiendo y las defenderé con las armas hasta la muerte si es preciso. No aceptaré que me quitéis todo lo que creo que soy yo. No aceptaré que me dejéis vacío. Nooo. No lo haré.

Yo no soy aún yo..., pero yo no quiero saberlo.


Un abrazo.
 
El ego es la parte humana que se cree centro del universo , es por ello un yo en minúscula , ya que todos sabemos que el centro del universo debera ser aquel que si es verdaderamente EL QUE ES .

Nuestro yo esta aislado en si mismo por eso es incapaz de trascender , es ciego , sordo y mudo hacia las cosas del espiritu . Solo cuando cuando podemos decir NOSOTROS , es decir tu yo ridículo , intrascendente , entregado y subordinado a aquel que es verdaderamente EL QUE ES , es que podemos comenzar a percibir un algo que nos ¿ rebaja ? como individualidades al elevarnos hacia el Todopoderoso.
 
Cedesin: Cuando Dios creo al hombre, lo unico
que Dios queria es que el hombre tuviera un
verdadero YO, el cual seria Dios mismo en su
humanidad.

Pero el hombre cayo y fue haciendo adquisicio
nes atravez de la cultura, la musica, los
instrumentos de labranza, las armas y toda
clase de cultura, que es lo hoy conocemos
como el sistema de este mundo.

Gracias a Dios que podemos volver al princi-
pio de aquella voluntad para la cual Dios
nos creo.

No estoy diciendo que perdemos nuestra perso-
nalidad yespecialidad que traemos de parte de
Dios en cada ser humano.

Pero llegamos a ser como una Orquesta en la
que los instrumentos, todos tienen diferente
forma y diferente sonido, pero bajo la
direccion de Nuestro Señor todos tocamos
una sola melodia que es Cristo y la Iglesia
como la composicion eterna de Dios.
 
Elisa: El SEñor sea con tu espiritu.

Te recuerdo las palabras del apostol Pablo
YA NO VIVO "YO" Cristo vive en MI.
Mi nuevo YO es Cristo.
 
Originalmente enviado por David Calvo:
<STRONG>Elisa: El SEñor sea con tu espiritu.

Te recuerdo las palabras del apostol Pablo
YA NO VIVO "YO" Cristo vive en MI.
Mi nuevo YO es Cristo.</STRONG>

Sin embargo , el yo sigue dando pataletas , hasta que nos despidamos del cuerpo de pecado .
Rom:7:19: Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago.
Rom:7:20: Y si hago lo que no quiero, ya no obro yo, sino el mal que mora en mí.
Rom:7:21: Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal está en mí.
Rom:7:22: Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios:
Rom:7:23: Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo á la ley del pecado que está en mis miembros.
Rom:7:24: ¡Miserable hombre de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte?

Sin embargo ¡ Cuantas veces no nos sentimos tan cerca del que vive dentro , que hasta podemos SABERLO ! Si no fuera por ello ( por esos instantes de dicha suprema ) que poco valor tendría esta vida .
 
Queridos David y Elisa:

Aprovechad el tiempo, que la vida es demasiado corta para todo lo que tenemos que hacer con nosotros mismos. Os envío otro texto mío de hace algunos meses, por si os puede ser de ayuda.

¿Cómo puedo conocerme a mí mismo?

EL MOTIVO DE LA VIDA EN EL MUNDO ES ESE Y SÓLO ESE: CONOCERSE A SÍ MISMO. Durante toda tu vida surgen ciertas preguntas a las que le hemos de dar contestación. Alguien dijo que el ser más inteligente no es el que se responde mejor, sino el que se hace todas las preguntas adecuadas.

¿Cuál es el sentido de la vida? Se pregunta uno muchas veces. ¿El vivir cada vez mejor? ¿El obtener una mejor posición? ¿El tener una casa en la ciudad y otra en la playa? ¿Dos coches en la familia? ¿El tener muchos amigos? ¿El tener éxito con las mujeres o los hombres, dependiendo del sexo diana? ¿El tener un trabajo fijo? ¿El ser feliz? ¿El que me quieran? ¿El querer a toda la humanidad? ¿El darme por toda la humanidad? ¿El mejorar el mundo? ¿El tener hijos? ¿El etcétera?

Uno se embarca por esos supuestos bienes. Uno, que ya se cree bien, perfecto, sale al mundo a conquistarlo. Y descubre que la gente no piensa como tú. Que recibes golpes, humillaciones, sinsabores. Que el que tú quieres no te quiere a ti. Que viene otro y te pisa tu gran oportunidad. Que te hacen mal. Y por todos los medios intentas convencerlos, arreglarlos de sus errores. ¡Eh, que yo tengo la razón! E intentas imponer tus puntos de vista de una forma de ser que has venido practicando desde tu infancia, influida por un montón de estímulos, familiares, culturales, provinciales, nacionales, locales. De raza, de religión, de cultura, de todo.

Pero el mundo y la gente no es como tu piensas. El mundo es COMO ES. Cada uno se hace una representación mental del mundo y la llevamos en la cabeza. Con esta representación del mundo intentamos adaptarnos a él. Pero no tenemos al mundo en la cabeza, sólo una representación. Y con tu representación del mundo te enfrentas al mundo real y descubres que NO ES COMO IMAGINABAS. Te vas adaptando a él y cada vez tu representación del mundo es más fidedigna, más exacta.

Hay veces que te preguntas, aunque no creas en Dios ¡Dios mío! ¿Esto como puede pasarme a mí? ¿Esto como puede ser? Estas preguntas siempre surgen ante un hecho lamentable que cortan de raíz tu esquema del mundo y te devuelve a la cruda realidad. Surge ante la muerte de un ser querido, ante la enfermedad, ante la violencia hacia ti, ante la injusticia, ante el dolor.

Intentas cambiar tu forma de reaccionar ante los estímulos positivos y negativos. Pero es muy difícil cambiar algo con lo que vives desde tu más tierna infancia. Y más, adquirir verdaderos valores que están mal vistos en esta sociedad actual tan macabra. Esto lo saben muy bien los psicólogos que tienen que cambiar hechos, formas de actuar de la gente con problemas. Es más, no te das cuenta de por qué reaccionas así ante determinado hecho. Es algo que se escapa a tu consciente. Todo eso se traduce y se forma en tu inconsciente. Por eso el psicoanálisis. Poco a poco, muy lentamente, vas sacando a la luz partes de tu inconsciente que te obliga a actuar así. Aunque tú conscientemente no lo sepas.
Es más, cosas que tú consideras buenas, son en realidad malas y cosas que tú ves como malas, son realmente positivas. Entonces ¿Cómo he de pensar y cómo he de actuar?

Lo más importante para conocerse a uno mismo es estar en el mundo. Observarlo, sufrirlo. Ver como se comporta la gente y ver como me comporto yo. Reconocer que yo, al principio, reacciono de forma automática. Y a la violencia, respondo con violencia, a la amigabilidad, respondo con amigabilidad, al amor, respondo con amor, etc. Todavía no soy yo. Yo no estoy en ninguna parte. Yo sólo soy la correa de transmisión de la violencia de uno hacia mí que yo la devuelvo. No he tenido una reacción propia, ha sido sólo un reflejo. Este suele ser el primer impulso.

La cultura y las enseñanzas de urbanidad me han enseñado lo contrario. Entonces como segunda reacción me controlo, no digo ni hago el primer impulso, y actúo con amabilidad ante la injusticia, y con amor ante la violencia. Pero, por dentro, me carcome el primer impulso que me invita a devolver el golpe. La olla a presión de mi mente se vuelve más cargada. Aquí tampoco estoy yo, pues he reaccionado por un precepto aprendido, inculcado y que va contra mi verdadero principio de devolver el golpe, de responder con la misma moneda.

Entonces ¿Dónde estoy yo?

Yo no estoy todavía en ningún lado. Yo todavía no he nacido. El Yo auténtico está debajo de todo esto intentando darse a conocer, pero entre los impulsos del subconsciente que me ordenan devolver el golpe y mi impulso consciente y aprendido de actuar con magnanimidad, mi Yo auténtico no puede actuar. Este es el problema. Yo no estoy todavía.

Cuando mi verdadera identidad intenta formar parte mayor en las decisiones de mi consciente, mi subconsciente se revela. Hasta la más pequeña fibra de tu ser se revelará a efectuar el cambio que requiere esos pensamientos autoalineatorios del subconsciente.

¿Sabes lo que supone todo esto? Supone duda, incertidumbre interior, falta de concentración, ansiedad, angustia, falta de autoestima e incluso depresión.

Si te dejas llevar por tus impulsos subconscientes, serás feliz. Serás un monstruo sin alma, pero serás feliz. Si te dejas llevar por tus conocimientos adquiridos de urbanidad, también serás un monstruo sin alma y también serás feliz. Existirán de vez en cuando encontronazos entre tu verdadero impulso subconsciente y el aprendido, pero el subconsciente también está muy contento de los supuestos avances urbanos de tus actos.

Pero si de verdad quieres conocerte a ti mismo. Sí quieres seguir a esa pequeña vocecita que quiere indicarte el camino. Si quieres seguir a lo más auténtico que hay en ti, descubrirás que el camino es muy doloroso. Todo se te vuelven lanzas. El mundo, por fuera, y tu subconsciente por dentro. La lucha es encarnizada, es terrible. La lucha no tiene cuartel. Es de día y de noche. Es una gran hecatombe en la vida de una persona.

Tal vez la tarea sea dura. Tal vez sea demasiada tarea para un hombre solo. Pero es la tarea que Dios mismo nos ha encomendado. Es la tarea que hemos venido a hacer al planeta Tierra. La de encontrarnos a nosotros. La de ser nosotros mismos. La de arrojar a las tinieblas exteriores todo el mal que llevamos dentro.

“¿Cuál es la piedra que todos los constructores han rechazado? ¡Es la piedra angular!”

Pero es el único camino que merece la pena.
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Estimado Cedesín, y todos aquellos que os deleiteis en lecturas de carácter cristiano, que hablan sobre la vida interior, tengo algo para compartir que me está resultando de mucha bendición.

Escribidme a [email protected] y os lo envío.

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Cedesin: No se, cual es tu posicion en cuanto
Al Señor Jesucristo, pero me agradas y me da
curiosidad la forma filosofica y romantica en
cuanto al aprecio de la vida.

Deseo decirte de corazon, que Jesucristo es
un disfrute y no una carga religiosa de normas, metodos o deberes.

Cuando disfrutamos al Señor Jesucristo como
nuestra realidad, entonces tenemos un presabor de nuestra eternidad con El.

Elisa:
El apostol Pablo dice que el bien que
quiere hacer no lo hace, y el mal que
no quiere es el que hace, y encuentra
que el mal se encuentra en el, es de-
cir en su carne mortal.

Quiero decirte que siempre habra esta
lucha entre lo viejo y lo nuevo.
Pero recuerda Que tenemos a Jesucristo
morando en nuestro espiritu y esto es
en nosotros el Nuevo Hombre.

Por lo tanto lo unico que nos queda es
Constituirnos atravez del beber y
comer a Jesucristo en su palabre viva
para crecer en el Nuevo Hombre.
 
Querida Maripaz:

Gracias por enviarme alimento sólido, escrito por alguien que sí sabía, que había pasado por todas esas circunstancias por las que yo, y otros como yo, estamos pasando.

Hay tanta gente que habla de oidas, que escuchar palabras de verdad, dichas de verdad, sin subterfugios, sabiendo lo que dice y lo que quiere decir, es un honor. Su sabiduría y conocimiento es tan grande, que uno se queda anonadado y reconfortado de que haya hombres y mujeres como estos en el mundo.

Sólo lo he leido por encima y en parte, pero lo leeré detenidamente más adelante.

Quiero que sepas que no todos los que se expresan con el lenguaje engolado de Jesús, de la cruz o de Dios son auténticos. Hay mucho falso en muchos de ellos. Otros, tan elevados como los verdaderos que se expresan con ese lenguaje, hablan de otra forma.

Si quieres conocer algo de eso, busca y lee el libro: "EL SER TRANSPERSONAL" de Roberto Assagioli. Es una maravilla, expresndo un profundo conocimiento a través de palabras más cercanas al entendimiento actual. Utilizando un lenguaje psícológico, de verdadera psicología.

Un abrazo.

[]Cedesin>
 
Querido David:

Con este texto me despido hasta Septiembre, pués me voy de vacaciones.

¿Qué me hace ser yo?

Si yo me doy cuenta de que vivo. Si yo soy algo más que las circunstancias que me han tocado vivir. Si yo me doy cuenta de lo que pasa a mi alrededor. Es más, si yo me doy cuenta de lo que pasa dentro de mí. Si yo me doy cuenta de que tengo una reacción propia frente a los estímulos que me llegan. Entonces me doy cuenta de que yo soy algo diferente al entorno.

Pero ¿qué soy yo?

Pertenezco al género humano, es evidente, pero ¿es esto lo que me hace ser yo? Veamos. He nacido de un padre y de una madre, como todos los hombres. Tengo un cuerpo con dos brazos y dos piernas. Ando erguido, cosa que me costó lo suyo y que aprendí en mi más tierna infancia. Y tengo un cerebro que me permite pensar.

Este cuerpo que visto me permite moverme por el mundo y hacer cosas, pero tiene sus servidumbres. Respirar, transpirar, comer, beber, evacuar. Limpiarlo, lavarlo y mantenerlo en las mejores condiciones.

Si yo fuera el cuerpo que visto no me daría cuenta de que me pertenece, de que forma parte de mí, pero que no soy yo. Yo debo ser algo más que se percata de sus partes y de sus componentes. Por otra parte no tengo ningún mérito de tenerlo, ya que es algo que se me ha dado, por lo que no puedo sentirme orgulloso ni pesaroso de nada de él. Me sirve, lo utilizo, pero no soy yo.

Digamos que me faltara un brazo. ¿Sería menos yo? No, seguiría siendo tan yo como antes. Sólo si me faltara yo mismo dejaría de ser yo.

Tengo una cultura, una raza, un país, una nación, un idioma. Estoy inmerso en una sociedad. Pero nunca podré decir que eso soy yo. Forma parte del entorno que me ha permitido educarme en formas aprendidas y aceptadas de ser, pero que en realidad no son yo. Tampoco puedo sentirme orgulloso de ello porque es algo que se me ha dado y que tengo que romper con ello para poder ser yo, el genuino, el auténtico.

Tengo la facultad de pensar, de razonar. Pero esto que puede parecer una facultad elevada de mí, no deja de ser una torpe reacción entre mi memoria, mi capacidad de comparar y mi voluntad. Me doy cuenta que esto tampoco soy yo porque toda reacción de la razón se compone de actitudes aprendidas, de reacciones ante estímulos, de vivencias pasadas, de reacciones semejantes, en fin, de algo que es como un traje que me viste, pero que no soy yo.

También tengo la facultad de desear. El hombre se compone de deseos. Deseo lo mejor para mí e incluso lo mejor para todo el mundo. ¡Deseo tantas cosas! A veces creo que yo soy un puro deseo. Si yo fuera auténticamente yo, estaría satisfecho conmigo mismo, por lo que no necesitaría nada. No habría deseos en mi vida. Yo deseo tantas cosas, porque interiormente algo me impulsa a ser yo, y este deseo se convierte en múltiples deseos de otras cosas.

Por ejemplo, tengo un gran deseo sexual. El deseo sexual, se compone en realidad de dos deseos: el de la satisfacción sexual personal y el de la procreación. Yo deseo el cuerpo y la mente de mi contrario, porque me doy cuenta que no me pertenezco, que mi cuerpo y mi mente no me pertenecen completamente. Deseo pertenecerme y busco en el otro de lo que carezco. Si yo fuera realmente yo no tendría ya deseo sexual. Este habría muerto al resolver el deseo inicial que lo provoca. En cuanto al deseo de procreación es otra malinterpretación de mi auténtico deseo de autenticidad y eternidad, que queda traducido en un simple deseo de perpetuarme.

También tengo un gran deseo de saber. “De saberme”. Pero este deseo se traduce en un deseo de conocer, de analizar para luego sintetizar. Me deseo a mí mismo y busco en el exterior algo que satisfaga mi gran deseo, pero de esta forma nunca lo consigo y quedo frustrado.

Tengo otra facultad más sutil. La intuición. Pero esta se rechaza porque no supone un esfuerzo, no supone un razonamiento. Viene completa sin necesidad de elaborar y no la acepto. Tal vez sea lo más auténtico de mí, pero no me han enseñado a utilizarla. La intuición se compone de símbolos y no los comprendo.

Todo esto me hace pensar que lo que realmente soy yo es este punto, este centro que me permite darme cuenta de todo esto. Soy un centro de CONCIENCIA. Un centro de conciencia revestido de muchas cosas naturales y otras artificiales que me permiten habitar este mundo, mantenerme en él. Pero intuyo que este centro de conciencia no es puro aún. Es un híbrido entre la conciencia divina y la natural.

Si yo me hubiese creado a mí mismo, ya sería yo. Ya estaría completo. No necesitaría buscarme hasta encontrarme. Esto quiere decir, que lo más auténtico de mí no es obra mía. Entonces puedo pensar en un Dios que haya creado esa partícula infinitesimal que es lo más auténtico de mí. Dios ha creado esa partícula y la ha puesto en un medio natural. Este medio natural debe tener también conciencia propia, porque de hecho la partícula creada por Dios viene revestida de otra clase de conciencia. Es una conciencia natural, del medio.

Si yo sigo analizándome, llego a percibir la diferencia entre las dos. La conciencia natural tiende a facilitarme la vida en este mundo. La conciencia divina se basta por si misma y tiende a darse a conocer. No es de este mundo y el mundo no le preocupa. De ahí esos encontronazos entre las dos conciencias ante las preguntas importantes de la vida. Pero la conciencia natural asfixia a la conciencia divina, no dejándola manifestarse en el mundo. Son dos conciencias diametralmente opuestas que luchan por establecer sus postulados a la entidad, al yo. Cada una de ellas lucha por ser sí mismas.

La conciencia natural es territorial. Así como el animal marca su territorio, lucha por él y le gusta vivir en él, a la conciencia natural le pasa lo mismo. De ahí todos esos sentimientos sociales, nacionales y territoriales que luchan por imponerse a la auténtica conciencia del ser.

La conciencia natural es social, es gregaria. Se siente bien socialmente y busca, como el animal, ser el jefe de la manada. Esta conciencia natural busca situarse por encima de los demás, y si no lo consigue, al menos busca la aceptación de los demás.

La conciencia natural se siente incompleta. Busca autorealizarse y utiliza todas las teorías e ideas sociales, culturales, científicas, religiosas y antropológicas para crear un ideal. Toda su conducta va dirigida a parecerse cada vez más a su ideal. Sabe que no es, pero busca ser un ser idealizado. Quiere ser un superhombre.

La conciencia natural recibe apoyos de conciencias naturales de otras gentes habitantes del mundo. Es a lo que se llama “el inconsciente colectivo”. Por este proceso ideas culturales de otras gentes pasan a formar parte de los métodos y formas de su ideal.

En cambio, la conciencia divina sólo tiende a ella. Es la base de la intuición y es la que empuja al ser. No la conocemos, pero representa lo más auténtico de nosotros mismos. Es la autenticidad completa. No es territorial, ni nacional, ni social, ni gregaria, es, sencillamente, divina. Es lo que yo quiero ser. Quiero que su energía, que su voluntad y su belleza se manifieste en mí y a través de mí. Es intemporal, imperecedera, desproporcionada para nosotros. Es una joya. Es lo único que quedará después de quitar toda la hojarasca que la maniata y la asfixia.

Es lo que me hace ser yo.
 
La conciencia es una funcion del espiritu
humano, y al ejercitar nuestro espiritu
podemos aprender a oir la voz de la con
ciencia, y entre mas ejercitados estemos
veremos que el Espiritu de Dios nos habla
y la voz de Dios, junto con la voz de la
conciencia llega a ser una sola voz.

De esta manera llegamos a ser muy sensibles
al Espiritu de Dios, aprendemos a ser guiados
por el Espiritu y no por las funciones del
YO, que pertenecen al hombre natural.

El espiritu humano: tiene varias funciones

1. La comunion con Dios.
Es donde somos sensibles a la adoracion y
alabanza a Dios y nos regocijamos con el
sintiendo su presencia.

2. La conciencia: Que nos habla y nos dice
que es de Dios y que no es
Dios, es lo que aprueba, o
desaprueba lo que hacemos.

3. La intuicion: Es el hablar directo de Dios
a nuestro espiritu, cuando
el nos quiere revelar su
voluntad en algun asunto.
 
Muchas religiones y enseñanzas, estan en el
area de lo bueno y lo malo, por la tanto, es-
tan en el hombre natural y lo unico que hacen
es fortalecer el YO.
 
La situación del hombre.

La situación del hombre en el mundo me duele. Es un escándalo. Siempre ha sido un escándalo este bombardeo continuo para conseguir objetivos que nos alejan de lo principal, de nosotros mismos. Y ahora, con la tecnología actual, el bombardeo es constante, atroz. La televisión con sus programas, los anunciantes con sus anuncios, los periódicos con sus noticias políticas o de deportes. Los políticos con sus ideas peregrinas de construir entelequias. Los empleadores con sus logros económicos. Los científicos con sus alardes tecnológicos para arreglar el mundo. La vida con su velocidad vertiginosa que nos impide meditar un poco de hacia donde nos conduce todo esto. Los religiosos con su sermón tranquilo y sereno, no vayan a ofenderse sus feligreses y no vuelvan más por allí. ¿Quién dice algo importante? ¿Quién ayuda a mis hermanos sojuzgados por el pecado en el mundo?

No pretendo, ni nunca he pretendido saber la naturaleza divina. Creo que mi mente mortal no podría abarcar ese conocimiento. Tampoco pretendo definir a Dios. Lo único que pretendo es definir al hombre. Descubrir sus componentes espirituales y conseguir para mí mismo, salir de esta situación lamentable en la que hemos caído. Si en el proceso, puedo ayudar a alguien para que también lo consiga, pues seré el hombre más feliz de la tierra.

Pero sí sé lo que quiere Dios con respecto al hombre. Quiere sacarnos de esta situación. Y ha puesto todos los medios para ello. Nos ha dado un mundo material donde ha representado una “realidad” simplificada, para que aprendamos. Nos ha dado un cuerpo material para que sirva de herramienta para realizar una revolución. La revolución interior. Pero el hombre ha confundido el escenario y ha confundido su fin. Casi toda la cultura, toda la ciencia y toda la historia le describen como un animal racional que aspira, socialmente, a la perfección. Y creerse un animal racional es ver una parte de lo que es el hombre. El hombre TIENE un cuerpo animal, pero no es un animal. El hombre es ese centro de conciencia que necesita de un cuerpo físico para moverse en el entorno, que es el planeta. El hombre ha puesto su acento en los bienes para ese cuerpo y lo que se consigue interactuando socialmente. Pero desconoce su naturaleza espiritual, su verdadera identidad. Cuando el hombre descubre que su cuerpo es solo un apéndice de él, que él es mucho más que eso que podemos ver tan imperfecto y a la vez tan perfecto, entonces se aleja de las conquistas materiales y sociales y solo aspira a desarrollar ese aspecto espiritual que no ve, pero que intuye. Es lo que pretendo con mis escritos. Hacer recapacitar a las personas nobles que leen porque tienen un interés ya vislumbrado sobre estas cosas, para que miren dentro de sí mismos. Para que duden. Para que mediten. Para que se pregunten, porque de estas preguntas, viene la salvación.

Dios no busca a un cierto tipo de gente. Dios nos busca a todos. Pero si Dios nos busca por un lado y nosotros miramos para otro lado, nunca lo encontraremos. Por eso el hombre ha de tener una actitud básica. La de preguntarse, la de analizar, la de dudar, la de mirar, la de buscar. Es una actitud esencial que debemos tener y que yo intento fomentar.

[]Cedesin>
 
Cedesin: quien puede pretender concer o saber
lo que es la Naturaleza Divina, sin
caer en contriaredades y tropiezos
que por lo general puden llevarnos
a confusion.

Pero: quiero disfrutar contigo algo muy sen-
cillo.
El apostol Pedro en 1:4, nos dice que
Dios nos hizo para participar de su
naturaleza divina.

Genesis 1:26: Nos dice que traemos la
imagen de Dios, pero no la realidad
que viene a ser la Naturaleza Divina
expresada en el Arbol de Vida.

Por un lado en nuestra propia naturale-
za jamas comprederemos la naturaleza
divina a menos que participemos de
ella. Entonces llega a se nuestra
experiencia.

Asi como el guante trae la imagen de
la mano, pero no la realidad, porque
la realidad es la mano.

Asi nosotros traemos la imagen de Dios
pero no la realidad.

La realidad del guante es la mano,
cuando la mano entra en el guante
entonces el guante tiene la realidad
y participa de la mano.

De la misma manera nosotros traemos la
imagen de Dios, y cuando su vida entra
a nosotros, entonces traemos la reali-
dad de los que somos y para lo 'que
fuimos hechos.
 
Querido David:

Veo que eres una persona con mucho conocimiento interno de las cosas. Estoy plenamente de acuerdo contigo. Tus palabras vibran en mi interior indicándome que son verdaderas. La imagen del guante y la mano es perfecta para explicarlo. Adjunto un pensamiento mío que también explica algo de lo mismo.

La estalactita y la estalagmita.

Al principio la cueva estaba lisa. No existía ninguna elevación importante en el suelo, más que los accidentes propios del terreno.
El agua horadó el cielo de la gruta, filtrándose entre la dura roca hasta que perforó el cielo de la cueva. El agua goteó desde el cielo hasta el suelo y no hubo nada más que indicara algún tipo de vida en el interior de la cueva.
El agua arrastraba en su filtrado por entre las rocas restos de las substancias que componían el cielo, empezando a formar unas concreciones pétreas en forma de cono invertido, a lo que los científicos, transcurrido el tiempo, llamaron “estalactitas”.
Esta agua que se filtraba desde el cielo arrastraba esas sustancias de la bóveda y terminaban por llegar hasta la base de la gruta, hasta el suelo, formando unas elevaciones en forma de cono, que los científicos, transcurrido el tiempo, llamaron “estalagmitas”.
Cada estalagmita era “a imagen y semejanza” de la estalactita padre, que vivía en el cielo de la gruta.
Al principio la estalagmita no tenía contacto directo con la estalactita, por lo que era sólo un reflejo de la estalactita que vivía en el cielo. La estalagmita se creía única e independiente, empezando una vida nueva para ella.
De vez en cuando recibía otra gota de “agua” que la hacía más grande y más fuerte, pero seguía estando desconectada de la estalactita padre.
La estalactita quería terminar su obra, quería unirse en un abrazo perpetuo a la estalagmita, para así formar una sólida columna que reforzara la estabilidad de la gruta, pero esto requiere un esfuerzo, requiere un tiempo para completar la unión.
La estalagmita no se daba cuenta que debía su vida a la estalactita y creía vivir por sí misma. Pero la estalagmita no era nada sin la estalactita que la conformaba, dándole energía, fuerza y belleza.
Cierto día, la estalactita y la estalagmita se unieron y la estalactita terminó su obra y se convirtió en una esbelta columna que unió el cielo y el suelo de la gruta, provocando que la cueva adquiriera gran estabilidad y belleza.


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