PERDONAD MI RETRASO
PERDONAD MI RETRASO
Se han acabado las vacaciones y vuelta a la rutina de siempre (que no es rutina con Cristo)... a partir de ahora tendré muy poco tiempo para acercarme por estos foros, así que espero que sepáis disculpar mis retrasos.
Es evidente, Sakar, que lo que entendemos ahora por sacerdocio no es lo mismo que se entendía "antes", y tampoco entendemos por Papa lo mismo de antes. Más evidente aún es decir que Pedro era apóstol del Señor, es decir, que Cristo le llamó en persona, que el Verbo de Dios le miró y le habló. En definitiva, que no es comparable el siglo I con el siglo XXI en estos aspectos, pues no podemos hablar igual de un Papa o de un sacerdote actual que de hace unos cuantos siglos.
En fin, salvando estas distancias, te diré que sí, que Pedro estaba casado -como algunos de los demás apóstoles- cuando el Señor le llamó... y no sólo estaba casado, probablemente tendría hijos, y una casa, trabajo, amigos, familiares... ¿Qué ocurrió? que "dejándolo todo, le siguieron" dice el evangelio en Lucas 5, 11. (Estaba con Santiago y Juan). Después de Pentecostés los apóstoles se presentarán como la presencia viva de Jesús en el mundo, y se encontrarán enviados al servicio de Dios, ofreciendo a los hombres una unidad prodigiosa y nueva con Él, y a la que ellos habían sido introducidos antes por Jesús. Los apóstoles son la continuidad de aquella comunidad fundada por Jesús, de la Iglesia, en la que los hombres se encuentran con el designio de Dios.
Los apóstoles son los que nos han transmitido la fe, nosotros creemos en lo que los apóstoles transmitieron: acoger a Cristo y su mensaje para entrar en comunión con Él. Así, la fe es un confiar en el otro, en lo que otros viven y me transmiten... dentro de la unidad del mensaje, en comunión con Cristo, dentro de la Iglesia. ¿Qué sucede? que las limitaciones humanas pueden cambiar el mensaje o su sentido, por eso enseguida surge la necesidad de una "jerarquía": el mismo Cristo insitituye a Simón como la base de su Iglesia (Siendo Cristo la piedra angular) para que vele por la correcta y fiel transmisión del Evangelio. Pero ojo, no entendamos "jerarquía" como lo solemos hacer, a la manera humana y pecadora: poder, mandato, posesión... no. Debemos identificar "jerarquía" con la autoridad del amor libre y gratuito. Así, y por no enrollarme más, el Papa es pastor, piedra, base, de la Iglesia no porque creamos en él y basemos en él nuestra fe, sino porque creemos que él nos transmite la fe que anunciaron los apóstoles y es la manera de que desde el principio llegara hasta la actualidad sin ser cambiada.
En fin, cambiando de tema... ¿es que creéis que la vocación al sacerdocio es la misma que al matrimonio? Son dos cosas muy pero que muy distintas, son dos vocaciones del ser humano, son dos llamadas distintas de Dios: no se puede llamar a dos cosas a una persona. (Ala, yo voy a ser policía y bombero a la vez, me siento llamado a las dos cosas) La vocación al sacerdocio implica el celibato por el Reino de los Cielos, y la vocación al matrimonio implica la castidad, motivada por lo mismo. Además, no podemos olvidar nunca que ser sacerdote es una llamada de Dios que la persona acepta o no con su libertad... y nadie es llamado a ser "sacerdote casado" por que son dos cosas bien diferentes.. sería dividir el corazón entre dos amores. En definitiva, que si yo me siento llamado al sacerdocio, es que me siento llamado al celibato, y si digo que sí al sacerdocio, digo que sí al celibato, digo que sí a hacer un sacrificio por amor a Dios, porque deseo hacerlo.
1ªCor 7, 24-40
Hermanos, permanezca cada cual ante Dios en el estado en que fue llamado.
Acerca de la virginidad no tengo precepto del Señor. Doy, no obstante, un consejo, como quien, por la misericordia de Dios, es digno de crédito. Por tanto, pienso que es cosa buena, a causa de la necesidad presente, quedarse el hombre así.
¿Estás unido a una mujer? No busques la separación. ¿No estás unido a mujer? No la busques. Mas, si te casas, no pecas.
Y, si la joven se casa, no peca. Pero todos ellos tendrán su tribulación en la carne, que yo quisiera evitaros. Os digo, pues, hermanos: El tiempo es corto.
Por tanto, los que tienen mujer, vivan como si no la tuviesen. Los que lloran, como si no llorasen.
Los que están alegres, como si no lo estuviesen.
Los que compran, como si no poseyesen.
Los que disfrutan del mundo, como si no disfrutasen.
Porque la apariencia de este mundo pasa. Yo os quisiera libres de preocupaciones.
El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor. El casado se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer; está por tanto dividido.
La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas del Señor, de ser santa en el cuerpo y en el espíritu. Mas la casada se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.
Os digo esto para vuestro provecho, no para tenderos un lazo, sino para moveros a lo más digno y al trato asiduo con el Señor, sin división.
Pero si alguno teme faltar a la conveniencia respecto de su novia, por estar en la flor de la edad, y conviene actuar en consecuencia, haga lo que quiera: no peca, cásense.
Mas el que ha tomado una firme decisión en su corazón, y sin presión alguna, y en pleno uso de su libertad está resuelto en su interior a respetar a su novia, hará bien. Por tanto, el que se casa con su novia, obra bien. Y el que no se casa, obra mejor.
La mujer está ligada a su marido mientras él viva; mas una vez muerto el marido, queda libre para casarse con quien quiera, pero sólo en el Señor. Sin embargo, será feliz si permanece así según mi consejo; que también yo creo tener el Espíritu de Dios.
PERDONAD MI RETRASO
Se han acabado las vacaciones y vuelta a la rutina de siempre (que no es rutina con Cristo)... a partir de ahora tendré muy poco tiempo para acercarme por estos foros, así que espero que sepáis disculpar mis retrasos.
Es evidente, Sakar, que lo que entendemos ahora por sacerdocio no es lo mismo que se entendía "antes", y tampoco entendemos por Papa lo mismo de antes. Más evidente aún es decir que Pedro era apóstol del Señor, es decir, que Cristo le llamó en persona, que el Verbo de Dios le miró y le habló. En definitiva, que no es comparable el siglo I con el siglo XXI en estos aspectos, pues no podemos hablar igual de un Papa o de un sacerdote actual que de hace unos cuantos siglos.
En fin, salvando estas distancias, te diré que sí, que Pedro estaba casado -como algunos de los demás apóstoles- cuando el Señor le llamó... y no sólo estaba casado, probablemente tendría hijos, y una casa, trabajo, amigos, familiares... ¿Qué ocurrió? que "dejándolo todo, le siguieron" dice el evangelio en Lucas 5, 11. (Estaba con Santiago y Juan). Después de Pentecostés los apóstoles se presentarán como la presencia viva de Jesús en el mundo, y se encontrarán enviados al servicio de Dios, ofreciendo a los hombres una unidad prodigiosa y nueva con Él, y a la que ellos habían sido introducidos antes por Jesús. Los apóstoles son la continuidad de aquella comunidad fundada por Jesús, de la Iglesia, en la que los hombres se encuentran con el designio de Dios.
Los apóstoles son los que nos han transmitido la fe, nosotros creemos en lo que los apóstoles transmitieron: acoger a Cristo y su mensaje para entrar en comunión con Él. Así, la fe es un confiar en el otro, en lo que otros viven y me transmiten... dentro de la unidad del mensaje, en comunión con Cristo, dentro de la Iglesia. ¿Qué sucede? que las limitaciones humanas pueden cambiar el mensaje o su sentido, por eso enseguida surge la necesidad de una "jerarquía": el mismo Cristo insitituye a Simón como la base de su Iglesia (Siendo Cristo la piedra angular) para que vele por la correcta y fiel transmisión del Evangelio. Pero ojo, no entendamos "jerarquía" como lo solemos hacer, a la manera humana y pecadora: poder, mandato, posesión... no. Debemos identificar "jerarquía" con la autoridad del amor libre y gratuito. Así, y por no enrollarme más, el Papa es pastor, piedra, base, de la Iglesia no porque creamos en él y basemos en él nuestra fe, sino porque creemos que él nos transmite la fe que anunciaron los apóstoles y es la manera de que desde el principio llegara hasta la actualidad sin ser cambiada.
En fin, cambiando de tema... ¿es que creéis que la vocación al sacerdocio es la misma que al matrimonio? Son dos cosas muy pero que muy distintas, son dos vocaciones del ser humano, son dos llamadas distintas de Dios: no se puede llamar a dos cosas a una persona. (Ala, yo voy a ser policía y bombero a la vez, me siento llamado a las dos cosas) La vocación al sacerdocio implica el celibato por el Reino de los Cielos, y la vocación al matrimonio implica la castidad, motivada por lo mismo. Además, no podemos olvidar nunca que ser sacerdote es una llamada de Dios que la persona acepta o no con su libertad... y nadie es llamado a ser "sacerdote casado" por que son dos cosas bien diferentes.. sería dividir el corazón entre dos amores. En definitiva, que si yo me siento llamado al sacerdocio, es que me siento llamado al celibato, y si digo que sí al sacerdocio, digo que sí al celibato, digo que sí a hacer un sacrificio por amor a Dios, porque deseo hacerlo.
1ªCor 7, 24-40
Hermanos, permanezca cada cual ante Dios en el estado en que fue llamado.
Acerca de la virginidad no tengo precepto del Señor. Doy, no obstante, un consejo, como quien, por la misericordia de Dios, es digno de crédito. Por tanto, pienso que es cosa buena, a causa de la necesidad presente, quedarse el hombre así.
¿Estás unido a una mujer? No busques la separación. ¿No estás unido a mujer? No la busques. Mas, si te casas, no pecas.
Y, si la joven se casa, no peca. Pero todos ellos tendrán su tribulación en la carne, que yo quisiera evitaros. Os digo, pues, hermanos: El tiempo es corto.
Por tanto, los que tienen mujer, vivan como si no la tuviesen. Los que lloran, como si no llorasen.
Los que están alegres, como si no lo estuviesen.
Los que compran, como si no poseyesen.
Los que disfrutan del mundo, como si no disfrutasen.
Porque la apariencia de este mundo pasa. Yo os quisiera libres de preocupaciones.
El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor. El casado se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer; está por tanto dividido.
La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas del Señor, de ser santa en el cuerpo y en el espíritu. Mas la casada se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.
Os digo esto para vuestro provecho, no para tenderos un lazo, sino para moveros a lo más digno y al trato asiduo con el Señor, sin división.
Pero si alguno teme faltar a la conveniencia respecto de su novia, por estar en la flor de la edad, y conviene actuar en consecuencia, haga lo que quiera: no peca, cásense.
Mas el que ha tomado una firme decisión en su corazón, y sin presión alguna, y en pleno uso de su libertad está resuelto en su interior a respetar a su novia, hará bien. Por tanto, el que se casa con su novia, obra bien. Y el que no se casa, obra mejor.
La mujer está ligada a su marido mientras él viva; mas una vez muerto el marido, queda libre para casarse con quien quiera, pero sólo en el Señor. Sin embargo, será feliz si permanece así según mi consejo; que también yo creo tener el Espíritu de Dios.