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Inequivocamente estas palabras tuyas manifiestan, sin lugar a duda alguna, que Jesús mismo se quitó la vida y no, que fue asesinado.
Al inferir que él era inmortal nadie podía quitarle la vida y el tuvo que suicidarse con sus poderes divinos para al fin poder morir.
Siempre que Dios pueda matar a un ser inmortal o Dios pueda matar a Dios.
Paradojicamente, uno de los atributos divinos es la inmortalidad y sin despojarse de ella, Jesús tampoco podría haberse suicidado.
Pero si se despojó de ella al hacerse hombre, entonces si, los hombres lo pudieron matar.
Que es precisamente lo que pasó.
Esto de ninguna manera inválida el hecho de que Él dió su vida por nosotros, y que nadie se la quitó.
Se entregó voluntariamente y ofició de cordero de Dios para destruir al pecado en la carne.
Aunque para algunos pueda parecer una diferencia sin importancia, la misma es completamente abismal.