BASE BÍBLICA
Rom 8:8 y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
Rom 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros.
Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Norberto7 dijo:
Y, ¿cómo sabes que lo tienes, cuál es la evidencia para ti y los otros?
No se trata aquí, de mirarme a mí mismo, como piensa Norberto7 y muchos otros que aún no han entendido que la salvación del ser humano, la recepción del Espíritu de Cristo, es una obra absolutamente divina, en la cual el esfuerzo humano es puesto aparte.
Dios no está remendando un vaso de barro, hecho pedazos por el pecado, el no vino hacer remiendos con la vieja naturaleza Adámica.
Dios está usando una nueva naturaleza, para trabajar, desde allí, el crecimiento espiritual del creyente.
Este es un punto de inmensa importancia, puesto que presenta a la Palabra de Dios como el gran instrumento que el Espíritu Santo utiliza para dar vida a los muertos.
Dios no está presentando los eventos históricos, como afirma el preteristas Titán, para que quitemos los ojos de Jesús, el Autor y Consumador de la fe, y los pongamos en la historia.
¿Acaso los eventos históricos tienen poder para perdonar pecados y dar vida eterna?
Estas son las estupideces a las que se llega, por quitar los ojos de Jesús. Leemos:
“Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos” (Salmo 33:6), y, por la Palabra, las almas de los muertos son llamadas a la nueva vida.
Es la Palabra de Dios quien llama a los pecadores de muerte a vida.
La misma voz que en otro tiempo decía “sea la luz”, es la que en todos los casos debe decir: “Sea la vida”.
La Palabra de Dios es poderosa tanto para crear como para regenerar.
Nuestra confianza está depositada en Cristo, allí en el Altar de la Cruz, lo contemplamos efectuando la purificación de nuestros pecados.
Mi deber, mi responsabilidad delante de Él, es no andar en la carne, sino agradándole en todo.
Rom 8:6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Rom 8:7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
Cuando recibimos el Espíritu de Cristo, hemos muerto al viejo hombre, tal como aprendemos aquí:
Rom_6:6 sabiendo esto, que
nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
Efe_4:22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
EL PROBLEMA DEL CREYENTE ES QUE ANDAMOS CON ESTE MUERTO PODRIDO Y NAUSEABUNDO EN NUESTRA MENTE
Esta es la razón por la cual nos avergonzamos cuando, en ocasiones, nos vemos atrapados por pensamientos impíos, propios del viejo hombre.
El creyente maduro, que ha aprendido a andar en comunión con Cristo, es testimonio público, leemos:
2Co_2:14 Más a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.
No esperemos que los embajadores del preterismo, Norberto7 y Titán, nos hablen de las glorias de Cristo, nos hablen del nuevo nacimiento, pues ambos agentes del diablo, están aquí es para que los que son atrapados en sus palabras persuasivas de humana sabiduría, se alejen del Cristo de las escrituras para poner sus ojos en los eventos históricos, como descaradamente confirma uno de ellos.