EL PASTOR UREÑA FRENTA AL CALVINISMO (SERMONES)



RESPECTO A LA HEREJÍA EN QUE INCURREN QUIENES CONFUNDEN LA EVANGELIZACIÓN CON EL DISCIPULADO, LO CUAL RAYA CON SER UN EVANGELIO DIFERENTE.

Si afirmo creer en el llamamiento eficaz del cual son objeto los elegidos, y digo creer que la regeneración es una obra enteramente de Dios, entonces consecuentemente con esas premisas, también tengo que creer que quienes son llamados por Dios, experimentaran un arrepentimiento que viene como consecuencia de tener una nueva relación con el pecado debido a que por haber sido regenerados, la ley de Dios ha sido escrita en sus corazones. Hacemos esta observación debido a que el concepto que algunos reformados tienen sobre cómo debe presentarse el evangelio, pareciera mostrar a las claras, que confunden salvación con discipulado, poniendo sobre los que vienen a Cristo, condiciones y requisitos que tienen que ver con el discipulado y no con la salvación. ESTO ES DE EXTREMA GRAVEDAD PORQUE TERMINA SIENDO OTRO EVANGELIO.

La conclusión es que ante la pregunta qué debo hacer para ser salvo, la respuesta inspirada es "cree en el Señor Jesucristo y recíbelo como tu salvador" lo cual claro está incluye la predicación de la cruz. Y si verdaderamente creemos en que todos los que el Padre le ha dado a su Hijo vendrán a Él, en tal caso la única alternativa posible es que los tales serán resucitados en el día postrero es decir serán glorificados.


 


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Argumento 1: La culpabilidad universal de la humanidad prueba que el “libre albedrío” es falso.

No existe un tercer grupo de personas que se posicione en alguna parte entre creyentes y no creyentes: un grupo capaz de salvarse a sí mismo. Judíos y gentiles constituyen la totalidad de la humanidad, y están bajo la ira de Dios. Nadie cuenta con la habilidad de volverse a Dios. Él tiene que primero mostrarse a ellos. ¡Si fuera posible descubrir la verdad por medio del “libre albedrío”, seguramente un judío en alguna parte lo hubiera hecho! Los razonamientos más elevados de los gentiles y los esfuerzos más poderosos de los mejores judíos no los acercó en lo más mínimo a la fe en Cristo (Rom. 1:21; 2:23, 28-29). Eran pecadores condenados junto con todos los demás. Si todos los hombres tienen un “libre albedrío” y todos los hombres son culpables y condenados, entonces este supuesto “libre albedrío” es impotente para acercarlos a Cristo por la fe. Así que, después de todo, su albedrío no es gratis.
Fin de la cita.

Fuente : La esclavitud de la voluntad
Martín Lutero, Argumento 1, pág. 4
Versión condensada.

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