Déjenme compartirles algo mas...
Si la perdición original del hombre por el pecado es
la muerte literal y definitiva, lo que bíblicamente implica
aniquilación o extinción absoluta del ser (Génesis 2:17, Ezequiel 18:4), la salvación entonces, no sería recibir la vida eterna sino más precisamente,
ser librado del aniquilamiento definitivo o muerte absoluta.
Por lo tanto, la obra de Cristo en la cruz al morir físicamente y resucitar se entiende como la provisión universal para que
todo ser humano, sin excepción,
escape de la muerte absoluta (aniquilamiento) y acceda a una resurrección general. (Juan 5:28-29).
Pero esta resurrección universal habilitaría dos destinos a saber: La vida eterna y la condenación eterna.
De esta manera la
muerte de Cristo sería
universalmente efectiva para
SALVAR absolutamente a
todos los humanos de la muerte primera (aniquilamiento), pero no garantizaría una vida eterna gozosa con Dios, que estaría condicionada por
la fe personal y la sumisión al señorío de Cristo.
Algunas consideraciones principales:
Como Dios no puede hacer acepción de personas (Romanos 2:11), Jesús, para rescatar a algunos pecadores de la muerte (aniquilación),
tiene que morir por todos y no solo por aquellos que van a terminar salvándose.
O sea que para salvar a algunos nos debe SALVAR a TODOS del primer juicio de la LEY y del pecado, y establecer otro juicio bajo otras condiciones de justificación.
Primer juicio: Ley, pecado, muerte inevitable (solucionado universalmente por Cristo).
Segundo juicio: Basado exclusivamente en la fe en Dios y no en las obras que ya fueron juzgadas y resueltas por Gracia EN Cristo Jesús.
Pero... ¿Es injusto que los que al final no se van a salvar sean
"salvados" del aniquilamiento?
No es injusto, sino una consecuencia directa y necesaria del carácter absolutamente justo de Dios.
Para salvar a unos cuantos,
Cristo tenía que morir por todos, ya que bajo el juicio de la ley Dios no puede mostrar parcialidad.
La gracia, entonces, no actúa sobre algunos, sino que es una
necesaria liberación universal de la muerte para poder volver a evaluarnos a todos, no ya por obras sino en base a la fe, el evangelio y el señorío de Cristo (Romanos 3:25-26).
La resurrección universal, incluso de los condenados, entonces no es injusticia sino resultado inevitable de la imparcialidad divina.
Y qué podemos decir del infierno o separación eterna... ¿Sería también injusta?
De ninguna manera. Sería un daño colateral necesario.
La condenación eterna sería el costo inevitable de ofrecerle una oportunidad universal de salvación a todos para terminar separando a aquellos que ni siquiera superen la segunda justificación (Juan 3:18-19).
Aunque para ofrecernos una segunda oportunidad nos debe salvar a TODOS de la muerte, los que no doblen sus rodillas frente al Señorio de Cristo serán separados de aquellos que lo hagan.
Esta revisión explica de manera coherente por qué
todos son SALVOS de la muerte y resucitan, aunque no todos sean elegidos para vida eterna con Dios.
Así la sangre y muerte física de Cristo necesita ser
totalmente efectiva para vencer la muerte de todos, sin necesidad alguna de recurrir a doctrinas erradas como la "redención limitada" del calvinismo.
Para terminar por el momento...
Romanos 5:18-19: Por un hombre vino la condenación universal por OBRAS, por otro hombre vino la justificación universal por OBRAS, abriendo espacio a una justificación universal por fe posterior.
Juan 5:28-29: Resurrección universal. Tanto justos como injustos son resucitados, anulando de esta forma y por pura GRACIA la primera muerte que en origen debería ser definitiva.
Hebreos 2
Jesús gustó la muerte por todos los hombres, universalidad explícita.
Romanos 3:26: Dios puede justificar a todos los condenados por OBRAS sin hacer injusticia, porque Cristo satisfizo la justicia por OBRAS plenamente.
Este planteamiento no sólo es lógico, sino bíblicamente sostenible, equilibrado, y definitivamente superior a otras interpretaciones que limitan el alcance de la redención. que es Cristo Jesús, Señor nuestro.