– No fuimos escogidos porque creímos, creemos porque fuimos escogidos.
– No somos amados porque éramos santos, somos amados para ser santificados.
– No perseveramos porque somos fuertes, perseveráremos porque fuerte es el que nos preserva hasta el final.
¿Quién obra en nosotros? ¿Nosotros o Dios? Sin duda, es Él, y por Él y para Él, somos lo que somos. De modo que, como declara el Apóstol: "el que se gloría, gloríese en el Señor".
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Los Peligros de la
Teología Reformada
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El Peligro de Enseñar que Cristo
Murió sólo por los Elegidos
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Esto se conoce comúnmente como la creencia en una “expiación limitada” (algunos hombres Reformados prefieren llamarla “expiación determinada”). Es la enseñanza de que Cristo murió en la cruz y pagó la pena solamente por los pecados de los elegidos. EL no murió por aquellos que finalmente terminarán en el lago de fuego. Muchas veces se formula como sigue: “Cristo murió por todos los hombres SIN DISTINCIÓN, pero ÉL no murió por todos los hombres SIN EXCEPCIÓN”. Este es un sutil juego de semántica que les posibilita decir que ÉL murió por todos, sin querer decir realmente que ÉL murió por todos. Lo que ellos quieren decir en realidad es que Cristo murió por toda clase de gente y por gente de toda condición, pero que ÉL no murió por cada individuo en particular. Es decir, ÉL murió por judíos y gentiles, ricos y pobres, esclavos y libres, hombres y mujeres, etc., pero se entiende que ÉL murió solo por los judíos y gentiles elegidos, sólo por los ricos y pobres elegidos, etc.
El Dr. Paul Reiter ha resumido en forma clara y simple la enseñanza de las Escrituras sobre esta materia. ¿POR QUIÉN MURIÓ CRISTO?
ÉL MURIÓ
1. Por todos (1 Ti.2:6; Isaías 53:6)
2. Por cada hombre (He.2:9)
3. Por el mundo (Juan 3:16)
4. Por los pecados de todo el mundo (1 Juan 2:2)
5. Por los impíos (Rom.5:6)
6. Por falsos maestros (2 Pedro 2:1)
7. Por muchos (Mateo 20:28)
8. Por Israel (Juan 11:50-51)
9. Por la Iglesia (Efesios 5:25)
10. Por “mí” (Gálatas 2:20).
Es evidente que el Calvinista extremo tiene que ignorar el lenguaje claro y el sentido obvio de muchos pasajes y que tiene que forzar las Escrituras y adaptarlas a su modelo teológico. La expiación limitada puede parecer lógica y razonable, pero la verdadera prueba es ésta:
¿ES BÍBLICA? “¿Qué dicen las Escrituras?” (Rom. 4:3). Con una fe sencilla, como la de un niño, debemos dejar que la Biblia diga simplemente lo que dice.
Los que promueven esta doctrina errónea tratan de decirnos que “mundo” realmente no significa “mundo” y que “todos” realmente no significa “todos” y que “todo hombre” realmente no significa “todo hombre” y que “todo el mundo” realmente no significa “todo el mundo”. Se nos dice que versículos tan sencillos como Juan 3:16 e Isaías 53:6
no deben entenderse como los entendería un niño, sino como los entendería un teólogo. Es decir, debemos reinterpretar esos versículos a la luz de nuestro sistema teológico.
La verdadera doctrina de la expiación podría expresarse como sigue:
Las Escrituras enseñan que el sacrificio del Cordero de Dios involucró el pecado del mundo (Juan 1:29) y que la obra de redención del Salvador (1 Ti.2:6; 2 Pedro 2:1), de reconciliación (2 Co.5:19) y de propiciación (1 Juan 2:2), fue por todos los hombres (1 Ti. 4:10), pero que la obra de la cruz de Cristo es eficaz y válida y aplicable solamente para quienes creen (1 Ti.4:10; Juan 3:16). Podríamos decirlo de una manera aún más sencilla: “La muerte de Cristo fue SUFICIENTE PARA TODOS pero es EFICIENTE solo para quienes creen”. La obra de la cruz de Cristo no es limitada, pero la
aplicación de esa obra por la operación del Espíritu Santo está limitada sólo para los creyentes.
El Calvinista extremo diría que la cruz fue designada sólo para los elegidos y que no tenía propósito para los “no-elegidos” (los incrédulos persistentes). Pero la muerte del Hijo de Dios tenía una intención y un propósito divino para ambos grupos. Para los elegidos, la intención de Dios era salvación de acuerdo con Su propósito y gracia en Cristo Jesús desde antes de la fundación del mundo (2 Ti.1:9; 2 Ts.2:13). Para los incrédulos, el propósito y la intención es dejar al incrédulo
sin excusa. Los hombres son CONDENADOS porque han rechazado la Persona y la OBRA de Jesucristo y rechazaron el único remedio de Dios para el pecado (Juan 3:18; 5:40). Los incrédulos nunca podrán decir que no se hizo provisión para su salvación y que no les fue ofrecida. Jamás podrán estar antes Dios y decir, “La razón por la cual no soy salvo es porque Cristo no murió por mí”. No, la razón por la cual no son salvos es porque rechazaron a Aquel que murió por ellos y que es el Salvador de todos los hombres (1 Ti.4:10). Están sin excusa.
Este no es un asunto meramente académico. Es extremadamente práctico. Afecta el corazón mismo del evangelio y su presentación. El evangelio que predicaba Pablo a la gente no salva de Corinto era este: “Cristo murió por nuestros pecados” (1 Co.15:3). ¿Tenemos realmente un evangelio de buenas nuevas para
todos los hombres (comparar Lucas 2:10-11)? Al predicar el evangelio, ¿qué podemos decir a una persona no salva? ¿Podemos decir, “mi amigo, el Señor Jesucristo murió por ti? ¿ÉL pagó el castigo por tus pecados? ¿ÉL murió como tu Sustituto”?
Un escritor Reformado dijo ésto:
Pero los consejeros, como cristianos, están obligados a presentar las demandas de Cristo. Tienen que presentar las buenas nuevas que Cristo Jesús murió en la cruz
en lugar de los Suyos, que Él llevó la culpa y sufrió la pena por sus pecados. ÉL murió para que todos los que el Padre le dio vengan a ÉL y tengan vida eterna.
Como un cristiano reformado, el escritor cree que los consejeros
no pueden decir a un aconsejado no salvo que Cristo murió por él, PORQUE ELLOS NO PUEDEN DECIR ESO. Nadie sabe, excepto Cristo Mismo, quienes son Sus elegidos por quienes ÉL murió (énfasis añadido). [Jay Adams,
Capacitado para Orientar).
Como ha dicho C.H. Mackintosh, “Un discípulo de la alta escuela de doctrina (calvinismo extremo) no oirá un evangelio mundial- un evangelio del amor de Dios por el mundo—de buenas noticias para toda criatura bajo el cielo. El tiene un solamente mensaje para los elegidos”.
¿Cómo podemos ofrecer sinceramente a los hombres algo que no ha sido provisto para ellos? ¿Cómo podemos ofrecerles un don gratuito, si el don no ha sido adquirido para ellos? ¿Cómo podemos instarles a beber de la fuente de vida, si el agua no ha sido provista para ellos? ¿Cómo podemos decirles que sean salvos, si el Señor Jesucristo no ha provisto para su salvación? ¿Cómo podemos decirla a una persona, “Toma la medicina y serás sanado” si no hay medicina para tomar y no hay sanidad provista? W. Lindsay Alexander explica: “Sobre este supuesto (el de una expiación limitada), las invitaciones y promesas generales del evangelio no tienen una base adecuada, y parecen ser una mera burla, en breve, una oferta de algo que no ha sido provisto”. [W. Lindsay Alexander,
Un Sistema de Teología Bíblica].
Si el predicador Reformado fuera realmente honesto en cuanto a ésto, el debería predicar su “evangelio” dentro de estas líneas:
“Quizás Cristo murió por ti”.
“Quizás Dios te amó tanto”.
“Cristo derramó Su sangre por ti, quizás”.
“La salvación ha sido provista para ti, tal vez”.
“Posiblemente Dios encomienda Su amor hacia ti”.
“Esperamos que ÉL sea la propiciación por tus pecados”.
“Es posible que Cristo muriera como tu Sustituto”.
“Tal vez te traiga buenas noticias”.
“Es posible que Cristo muriera por ti. Si llegas a ser salvo, sabremos que ÉL murió por ti, pero si continúas rechazándole, entonces ÉL no murió por ti”.
“Cristo murió por ti solamente si tú crees que ÉL murió por ti (demostrando que eres un escogido), pero si no crees esto y continúas en tu incredulidad hasta el día de tu muerte, entonces Cristo no murió por ti”.
Los que sostienen una expiación limitada o determinada no presentan el evangelio de esta manera, pero ¿una presentación así, no sería consistente con su teología? ¿No sería esta una manera correcta y prudente y sincera de compartir el evangelio? Un calvinista extremo debe ser muy cuidadoso de como presenta la obra de la cruz de Cristo a una persona no salva, porque nunca puede estar realmente seguro si Cristo proveyó salvación para esa persona. Como ha dicho Robert Lightner, “Creer en una expiación limitada significa que las buenas nuevas de la gracia salvadora de Dios en Cristo no puede ser personalizada. Los que sostienen tal posición no pueden decirle a una persona a la que están testificando que Cristo murió por ella porque esa persona puede, de hecho, ser alguien por quien Cristo no murió”.
[Esta cita es de un artículo de Robert Lightner del libro
, Walwoord: A Tribute, p.166].
John Bunyan hizo la siguiente observación: “La oferta del Evangelio no puede, con el permiso de Dios, ser ofrecido más allá de la muerte de Cristo, porque si es quitada, no hay en realidad Evangelio ni gracia (Bunyan’s
Works). En otras palabras, ¿cómo puedes ofrecer a alguien el Evangelio si no sabes acaso Cristo murió por esa persona? ¿Cómo podemos ofrecer a un pecador algo que no ha sido provisto? Como dijo Lightner, “Ningún axioma parece más cierto que si una salvación es ofrecida, eso implica que la salvación ha sido provista”. [Robert Lightner,
The Death Christ Died, p.114).
Boettner dice: “Redención universal significa salvación universal” (citado por Lightner, The Death Christ Died, p.96). El Calvinismo extremo sostiene que Cristo tiene que salvar a todos por quienes ÉL murió. Ellos razonan así: si Cristo murió por todos, entonces todos tiene que ser salvos”. Pensemos en la lógica de tal razonamiento. Esto sería como decir, “si la medicina está al alcance de todos, entonces todos tienen que ser sanados”. Obviamente que esto es falso. La medicina, aunque esté disponible, no hará ningún, bien a menos que sea tomada. “Hay más que suficiente agua fresca para toda persona sedienta en el pueblo”. ¿Significa ésto que toda persona en el pueblo tendrá su sed aplacada? Sólo si cada persona bebe. Tenemos que hacer una diferencia entre la redención realizada y la redención aplicada.
Citado de:
https://www.middletownbiblechurch.org/spanish/reformed/danger02.htm
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