El Señor no le habla esta palabra en exclusiva a unos "sacerdotes especiales", sino a "todos los discípulos", incluidas las mujeres (Juan 20:19). En ese "discípulos" entran todos los creyentes, con lo que no puede aplicarse a un "sistema sacerdotal exclusivo". Juan 20:23 está dirigido a TODOS, no sólo a los doce.
No puedes cambiar 57 versículos para "adecuarlos" a 1 sólo versículo ambiguo. La doctrina cristiana no se conduce ni se construye así. Nadie puede perdonar pecados, excepto Dios. Dios perdona los pecados por el sacrificio de Su Hijo, y todo aquel que en Él cree, tiene vida eterna en Él. Ese es el Evangelio: personal e intransferible. Dios te perdona porque otro se ha interpuesto.
Este versículo no está otorgando un poder independiente (y literal) de perdonar pecados a los hombres; aquí la idea es entregar a la iglesia un "gestionar el corazón de Dios ante los hombres" (y no siempre de modo verbal). Este versículo también se aplica a la disciplina entre hermanos en el seno de la iglesia y conecta con otros versículos parecidos en cuanto a un discernir pecados en tus hermanos ("si tu hermano pecare, díselo; si no te oye, lleva un testigo... si no hace caso a la iglesia, tenlo por gentil y publicano"... es una forma de aplicar Juan 20:23).
Así que no es un "perdón de pecados " absoluto, sino relativo, condicional y en "conexión con" la voluntad de Dios en el seno del ministerio de la iglesia de Dios.
No se puede leer ese versículo para defender un "sistema sacerdotal" que puede perdonar los pecados de un "laicado" por norma.
No funciona así.
Amor,
Ibero