No he seguido toda esta convsersación, pero me gustaría responder que creo que es el papa, y que además es creencia generalizada en mi Iglesia (por lo menos en gran parte de ella). ¿Qué podemos decir del papa?
Soy protestante, no evangélico en el sentido en el que se entiende habitualmente en los países latinos así que puede que choque lo que digo, pero creo que aporta otra visión. Además casi se podría decir que nuestra visión es común a otras iglesias, incluso de contextos muy diferente como la ortodoxa, sino plenamente si parcialmente.
1. En primer lugar no creemos en cargo instaurado por los apóstoles al que se pudiese llamar papa, distinto al de obispos o al de patriarca.
2. En el orden sacerdotal (o puede que mejor dicho "orden ministerial" en la Iglesia) se habla de diáconos y diaconisas, de ancianos y de obispos. Si mal recuerdo sus nombres originales son "diakonos" "presbiteros" "episcopos" y sus significado es "servidores o auxiliares", "ancianos" y "supervisores". Yo casi prefiero la transliteración griega al castellano de estos nombres: diáconos, presbíteros y obispos.
3. Yo entiendo, y además está implícito en el significado estos nombres que los diáconos auxilian y ayudan a los ancianos o presbíteros en la congregación o iglesia local o parroquial (parish en Inglés)
4. Los obispos en cambio tienen una función en la Iglesia que trasciendo estas iglesias, son una especie de supervisores que cuidan no sólo del buen funcionamiento de las iglesias en materia judicial o económica, sino también espiritual, por ejemplo desde antiguo retienen el servicio de cuidar de la idoneidad y elegir a los los ancianos y diáconos y de los problemas espirituales, doctrinales y de formación de estos (que al fin de cuentas son los que están en contacto con la gente). También (esto más en el mundo oriental) son los responsables de la vida monacal o ascética y de la evangelizacción minisional, de las publicaciones de los teólogos, de combatir las herejías y de todo lo que se suele escapar del control local de la Iglesia como únidad de culto o congregación simple. No puede ocultarse que su labor era muy semejante a la de los apóstoles y eso trajo también confusión pues pese a que estos mantenían una sucesión histórica también intentaban mantener una sucesión espiritual que los comunicase con los apóstoles. Yo no veo nada malo en ello, siempre que esa sucesión no sea por la mera formalidad de un ritual sacramental, sino también en doctrina, en santidad y vida.
----------------------------------------- Hasta aquí ésto parece que es lo que mejor funcionaba con sus problemas en la Iglesia Antigua---------------
5. El problema vino con que no era lo mismo ser obispo de una gran región con muchas iglesias y ciudades, con muchos creyentes y riquezas que de otras más pequeñas. Tampoco lo mismo de lugares remotos que de los lugares mejor comunicados y más mimados por la Iglesia. Por ello no tardaron algunos obispos en tomar un poder sobre otros obispos. Esto intentó corregirse en los primeros concilios impidiendo que los obispos asignados a supervisar ciertas áreas se excediesen y extendiesen su poder a otras nuevas. Por ello los concilios que eran las asambleas universales de obispos impusieron cánones para mantener la autonomía total de los obispos. Obispos con gran poder, llamados pronto patriarcas o arzobispos, eran los de Constantinopla, Jerusalem, Antioquía, Alejandría y Roma, pero también otros, que sin tanto poder hacían casi lo que querían como los obispos de Asia Menor, Hispania, Galia y Norte de África (con sus propios concilios) Se intentaban mantener formalidades de sumisión entre unos y otros pero la autonomía era alta.
6. Pero estos intentos fracasaron. El mundo gobernado por un sólo emperador requería también de algún dominio unificado de la Iglesia, y no es de extrañar que las dos ciudades y obispos que se disputaron este dominio fueron Roma que heredaba una posición histórica privilegiada además del acceso al mundo latino y Constantinopla donde los emperadores fijaron la corte y la administración y que mantenía un control sobre el mundo griego (aunque mas complicado).
7. A diferencia de los ortodoxos que seguían un complejo juego de equilibrios en el poder, no sólo entre los patriarcados, sino entre escuelas teológicas, herejías y la errática intervención de los emperadores en favor de unos y otros. Roma tuvo una época de gran suerte.
8. Roma se vio pronto libre de la tutela imperial (que era sólo formal o muy débil). Pronto los obispos de Roma, el Patriarcado Romano, no tardó en ganarse a los ostrogodos y visigodos (Roma e Hispania) y un poco más tarde a los reyes galos (Galia) para extender su dominio en una amplia área donde no había gran resistencia (no existían patriarcados latinos excepto el Romano). Tardaron varios siglos pero al final elimniaron la liturgia gálica y la hispana, introdujeron clero del exterior y afianzaron sus poder, manteniendo todo lo posible la capital Roma a salvo de las intrigas de los poderes alemanes e italianos en el norte y el sur, con una compleja pero sutil política de independencia basada en la vieja técnica del divide y vencerás. Por otro lado el impulso misionero de Roma fue propicio. Los alemanes se covirtieron gracias a la alianza de la Iglesia y el reconocimiento de Carlomagno como emperador, otro tanto pasó en Inglaterra, primero con el monacato irlandés y más tarde con los misioneros a los anglos y daneses. Incluso Roma cruzó la línea oriental y no tuvo reparos (pese a las prohibiciones de someter a su jurisdicción a pueblos eslavos, llegando incluso hasta los búlgaros y servios donde fracasaron, aunque pudieron con éxito convertir a Eslovenos, Crotas, Checos y Polacos. Más tarde los vikingos (suecos, daneses y noruegos).
9.Roma había en el plazo de unos seis siglos extendido su jurisdicción sobre muchos pueblos, eliminado liturgias góticas, gálicas, hispánicas, irlandesas, etc... e implantado la liturgia romana, Uniformado a la Iglesia y sujetos a los obispos en un sistema sin precedentes. La autoridad del obispo de Roma se acrecentó tanto (en parte por a ver perdido la rebelde Iglesia Africana en manos del Islam, también) que no tardaron en desarrollarse teorías que no sólo justificaban esta expansión no canónica sino que además debían rivalizar con la Iglesia Oriental y entonces fue cuando:
10. Los patriarcas de Roma dejaron de ser meros patriarcas (que ya lo de obispos les quedaba muy bajo) y se convirtieron en Papas y con ello nació todo un nuevo derecho para establecer esta institución "el papado" y con ello un nuevo rango no bíblico con sus nuevos atributos que los siglos fueron cociendo: Lo de primus inter pares se quedó en un chiste para convertirse en, cabeza de la Iglesia en este mundo, vicario de Cristo, jefe de la Iglesia, señor temporal de unos cuantos territorios italianos (que le permitiesen sus subsistencia en el juego político) una nueva elección con sus cardenales y una nueva jerarquía donde el obispo de siempre, incluso el arzobispo o el patriarca quedaba a sus pies. El papa se convertía en infalible, sus cánones no tenían que pasar por concilio alguno (y si pasaban era para decir que sí y no otra cosa) su autoridad espiritual llegaba a todas partes. ¿Había vuelto Pablo o Pedro? No creo, pues estos se horrorizarían de haber conocido tal cosa.
Desde luego los frutos de estos papas eran tan malos en ocasiones que ni la historia oficial de su Iglesia los oculta, pero ellos dirán que la indignidad del ministro no hace indigno su ministerio, y cierto es. El problema es que el ministerio en sí mismo es indigno.
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Es innegable desde mi punto de vista, de todas formas, que v.gr. Benedicto XVI es obispo de Roma y si lo prefiriese, que ya no les gusta llamarse así, Patriarca de los latinos o del cristianismo occidental. Pero teniendo este hombre en tan baja estima esto que es, y que por derecho recibe ¿Cómo vamos a sujetarnos a él? Si el prefiere ser papa y como papa actúa. Como tal es desconocido para la Iglesia.