http://www.icp-e.org/hemeroteca/e2002/e020906ms.htm
EL PAPA CANTA EN PROTESTANTE
Acabamos de asistir a dos recientes viajes del Papa, y en el realizado a Latinoamérica uno de sus objetivos fue la canonización del primer santo indígena. No es por casualidad, no, pues la jerarquía católica mide con fina estrategia cada uno de sus pasos. En el Vaticano están alarmados por el espectacular crecimiento del protestantismo en Latinoamérica, viendo decenas de miles de católicos convirtiéndose en evangélicos; este crecimiento se hace notar también en los indígenas (así, la conversión de muchos indígenas de Chiapas al protestantismo explica parte de las razones de la persecución que sufren). Contrasta lo que digo con un dato que a la mayoría les pasará desapercibido: se trata de las canciones que ornamentan las celebraciones papales; les sorprenderá saber que muchas de esas canciones son protestantes, sí, como lo oyen: protestantes.
Les citaré dos ejemplos: Es frecuente en esas ceremonias escuchar cantar "Oh, happy day!", hermosa composición protestante; ¿repararon Vdes. en su letra? Habla del "día feliz en el que Jesús lavó mis pecados": está hablando de un día concreto, de un momento en la vida de la persona en el que decide ella personalmente, con plena responsabilidad, aceptar a Jesús como su salvador, un día que se hace único e irrepetible y que cambia la vida para siempre, y, por tanto, un día de conversión pleno de felicidad como la que salta en la música de la canción; esta experiencia es normal en el protestantismo, pero no es comprensible en el catolicismo, en el que uno es salvo por pertenecer a una iglesia, algo que tus padres deciden por ti en el bautismo. El católico es salvo por estar incorporado a una iglesia, y por eso no precisa de ninguna experiencia personal única de conversión; al protestante no le vale de nada, para su salvación, pertenecer a una iglesia: tiene que tomar una decisión personal ante Dios; esta experiencia se da en un "día feliz" concreto en la vida consciente del individuo, algo incomprensible en una visión católica.
Otra canción que le ofrecen al papa frecuentemente es "Amazing grace", otra hermosa composición protestante en la que el autor reconoce la inutilidad de las obras de la persona, y la plena convicción de que sólo la gracia, la fe en la "asombrosa gracia" de Jesús fue suficiente para salvar "a un canalla como yo; estaba perdido y fui encontrado, estaba ciego y ahora veo". ¿Es necesario recordar aquí que esta visión fue un re-descubrimiento del protestantismo y motivo de rotundo rechazo por la ortodoxia católica? ¿Cómo es que se usan estas composiciones en las grandes liturgias del papa? ¿por oportunismo? ¿por camaleonismo? ¿por sincretismo? No responderé a esta pregunta; háganlo Vdes. Sólo quise demostrar que muchas de las canciones que le cantan al papa describen la conversión por decisión personal con plena responsabilidad en un día concreto, frente a la adscripción a una iglesia por medio del bautismo; la salvación por la gracia y por la fe, frente a la salvación por las obras: ¿se puede expresar mejor la profunda diferencia entre el protestantismo y el catolicismo? No parece que le importe mucho al Vaticano: lo que le importa de esas canciones es su componente musical y emotivo, y para la curia romana bienvenido sea si ayuda a incorporar al seno de la Iglesia de Roma a cuantos más mejor, no importa mucho el contenido exacto de sus creencias, lo que importa es que se bauticen, comulguen y en su día reciban la extremaunción.
¿Cuántas veces sonó en Roma el "Aleluya" del "Mesías" de Händel o conocidas obras de J.S.Bach? Pues estamos hablando de obras con mensaje netamente protestante de dos autores protestantes militantes ¿o tienen alguna duda? Si lo dudan, permítanme sólo que les traduzca el inicio de una cantata de Bach, la BWV 126: "Haz, Señor, que sigamos tu palabra, y desbarata el criminal propósito del Papa y de los infieles que quieren echar de su trono a tu Hijo, Jesucristo". ¡Caramba con la cancioncilla! Pues no se asusten, que si a los dirigentes del Vaticano les gusta su música, cualquier día la escucharemos cantar en la plaza de San Pedro.
Manuel Suárez es médico y miembro de la Junta Directiva del Consell Evanxélico Galego