Conocer esta definición es importante, al menos para el católico, porque un pecado mortal "causa exclusión del Reino de Cristo y la muerte eterna en el infierno".
Si nos basamos en el Catecismo, evaluar la situación de una pareja de personas homosexuales que han contraído matrimonio civil implica, en mi opinión (que puede estar muy errada) lo siguiente:
De acuerdo al punto 1858, los actos homosexuales no están incluidos específicamente entre los Diez Mandamientos. Además, cuando se producen con fidelidad, no se cae en "No cometerás adulterio". Cuando se practican sin herir mental ni físicamente al otro, tampoco califican dentro de "No matarás". Finalmente, cuando nadie engaña a nadie, tampoco caen en "No levantarás falso testimonio".
De acuerdo al punto 1860, el pecado mortal corresponde a una ley moral inscrita en la conciencia de todo hombre. Sin embargo, son millones las personas que no tienen inscrita en su corazón la idea de que es malo un acto homosexual, si se produce en el contexto de fidelidad, amor y verdad. Por lo menos, todas las parejas homosexuales que he conocido, SABEN que matar, robar, mentir, adulterar, deshonrar a los padres es malo, aunque nunca hayan leído la Biblia. Pero ninguna de ellas sabe que tener relaciones homosexuales es malo.
De acuerdo a los puntos 1858 y 1860, hay una graduación dentro de los mismos pecados mortales. Se dan algunos ejemplos. Siguiendo esos ejemplos, no es lo mismo una vida de promiscuidad homosexual, en donde se toma a la persona como objeto de placer egoísta, a una vida en fidelidad con una pareja a la que se ama con un amor indistinguible al de un esposo hacia su esposa. La máxima gravedad es en aquel pecado que se hace "con malicia". Esto para nada aplica a un acto homosexual dentro del escenario que he descrito.
De acuerdo al punto 1861, aun si consideramos un acto como "falta grave", debemos reservarnos el juicio sobre las personas que lo cometen, confiando tal juicio a la justicia y misericordia de Dios. Es decir, un cristiano de Damasco podía haber bendecido a Saulo de Tarso antes de su conversión, aun a sabiendas de que Saulo perseguía a cristianos y aprobaba su asesinato.