¿𝐃𝐨𝐜𝐭𝐫𝐢𝐧𝐚 𝐁𝐢́𝐛𝐥𝐢𝐜𝐚 𝐨 𝐃𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐓𝐞𝐨𝐥𝐨́𝐠𝐢𝐜𝐚?
En algunos círculos religiosos con influencia judaizante, se escucha con frecuencia la expresión “pacto de gracia” como una fórmula que reinterpreta el mensaje de salvación. Allí se enseña que:
Salvación = Ley + Gracia
Esto contrasta radicalmente con la enseñanza bíblica que proclama la salvación por gracia únicamente, apartada de obras o méritos humanos (Efesios 2:8; 2 Timoteo 1:9).
¿Dónde aparece el “pacto de gracia”?
Aunque la frase como tal no se encuentra en las Escrituras, ha sido adoptada en teología sistemática para referirse al trato misericordioso de Dios a través de los tiempos. Sin embargo, algunos lo aplican indebidamente al interpretar el Nuevo Pacto como una extensión del Antiguo con las mismas condiciones de ley, confundiendo las promesas a Israel con las que se dan a la Iglesia.
Veamos algunas distinciones elementales:
La ley pertenece exclusivamente a Israel:
El Antiguo Pacto fue hecho con Israel, bajo condiciones específicas.
El Nuevo Pacto también está dirigido a ese mismo pueblo, con promesas de restauración nacional y bendiciones materiales en el reino milenario.
¿Y la Iglesia?
Aunque la Iglesia recibe bendiciones espirituales similares—salvación, perdón y el ministerio del Espíritu Santo—su llamado es celestial, no terrenal.
A diferencia de Israel, nunca se le prometió herencia en una tierra física, ni descanso político, ni restauración nacional.
Aplicación del Nuevo Pacto
Para Israel: cumplimiento futuro literal en la tierra, cuando el pueblo esté conforme a la voluntad de Dios.
La Iglesia recibe las bendiciones del nuevo pacto por medio de la sangre de Cristo, como el perdón de pecados, el sello del Espíritu Santo, y la orden de Cristo de celebrar la Cena del Señor como un memorial hasta que el venga (1Cor.11:26) en comunión diaria y directa con Cristo (Ro.8:9; 1Cor.6:17; Ef.5:30).
CONCLUSIÓN
Un llamado al discernimiento Espiritual.
Asociar a la Iglesia, con el Nuevo Pacto hecho con Israel, mediante el uso de la expresión "Pacto de Gracia" es confundir el propósito de los pactos que conduce a una mezcla doctrinal peligrosa la cual diluye la auto- suficiencia de la gracia en Cristo Jesús, desde antes del comienzo de los siglos.
La Iglesia no depende de la ley para ser salvada, ni tampoco está llamada a reclamar promesas materiales reservadas a Israel.
Volvamos a la sencillez del evangelio: Cristo es auto-suficiente (2Tim.1:9)
En algunos círculos religiosos con influencia judaizante, se escucha con frecuencia la expresión “pacto de gracia” como una fórmula que reinterpreta el mensaje de salvación. Allí se enseña que:
Salvación = Ley + Gracia
Esto contrasta radicalmente con la enseñanza bíblica que proclama la salvación por gracia únicamente, apartada de obras o méritos humanos (Efesios 2:8; 2 Timoteo 1:9).
¿Dónde aparece el “pacto de gracia”?
Aunque la frase como tal no se encuentra en las Escrituras, ha sido adoptada en teología sistemática para referirse al trato misericordioso de Dios a través de los tiempos. Sin embargo, algunos lo aplican indebidamente al interpretar el Nuevo Pacto como una extensión del Antiguo con las mismas condiciones de ley, confundiendo las promesas a Israel con las que se dan a la Iglesia.
Veamos algunas distinciones elementales:
La ley pertenece exclusivamente a Israel:
El Antiguo Pacto fue hecho con Israel, bajo condiciones específicas.
El Nuevo Pacto también está dirigido a ese mismo pueblo, con promesas de restauración nacional y bendiciones materiales en el reino milenario.
¿Y la Iglesia?
Aunque la Iglesia recibe bendiciones espirituales similares—salvación, perdón y el ministerio del Espíritu Santo—su llamado es celestial, no terrenal.
A diferencia de Israel, nunca se le prometió herencia en una tierra física, ni descanso político, ni restauración nacional.
Aplicación del Nuevo Pacto
Para Israel: cumplimiento futuro literal en la tierra, cuando el pueblo esté conforme a la voluntad de Dios.
La Iglesia recibe las bendiciones del nuevo pacto por medio de la sangre de Cristo, como el perdón de pecados, el sello del Espíritu Santo, y la orden de Cristo de celebrar la Cena del Señor como un memorial hasta que el venga (1Cor.11:26) en comunión diaria y directa con Cristo (Ro.8:9; 1Cor.6:17; Ef.5:30).
CONCLUSIÓN
Un llamado al discernimiento Espiritual.
Asociar a la Iglesia, con el Nuevo Pacto hecho con Israel, mediante el uso de la expresión "Pacto de Gracia" es confundir el propósito de los pactos que conduce a una mezcla doctrinal peligrosa la cual diluye la auto- suficiencia de la gracia en Cristo Jesús, desde antes del comienzo de los siglos.
La Iglesia no depende de la ley para ser salvada, ni tampoco está llamada a reclamar promesas materiales reservadas a Israel.
Volvamos a la sencillez del evangelio: Cristo es auto-suficiente (2Tim.1:9)