Re: EL ORIGEN DEL MAL.
----------------------------------------
En Apocalipsis 12:9 cuando se refiere al diablo se habla de él como de un ser personal ... un ente real.
Apocalipsis 12:9
Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
...
Apocalipsis 12:17
Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.
¿Queda claro que las Escrituras SÍ afirman la existencia del diablo como un ser real? ... lo tuyo simplemente es el despropósito de un incrédulo que no recibe el testimonio de Jesús ...
Juan 8:44
Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
Espero que lo tuyo solo sea terquedad y obstinación porque ya dije que el único interesado en convencer a la gente de que el diablo no existe, es el mismo diablo. Si sigues negando lo evidente, el testimonio de Jesús y de la Escritura, tendré que pensar que estás siendo utilizado por ese ser que dices que no existe y tendré que ponerte en cuarentena.
Que Dios les bendiga a todos
Paz a la gente de buena voluntad
Apocalipsis 12:9
Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
Se cree comúnmente que el diablo fue una vez un poderoso arcángel y que fue expulsado del cielo a causa de su orgullo, después de lo cual aplicó sus energías angélicas a oponerse a Dios en todos Sus propósitos y acciones, haciendo tanto mal cuanto puede en el universo, y siendo ayudado por una hueste de ángeles simpatizantes que fueron también lanzados con él al infierno. Este punto de vista supone tener cierto grado de respaldo en la Biblia. Veamos todos los textos que supuestamente le dan apoyo. El caso de los ángeles caídos es frecuentemente utilizado:
"Si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio..." (2 Pedro 2:4)
"Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día." (Judas 6)
Esta es toda la información que tenemos sobre el incidente. Es insuficiente y oscura; pero, aun así, apunta en una dirección muy diferente y hacia un suceso distinto del que indica la tradición popular. No habla de ángeles expulsados del cielo e involucrados en expediciones salvajes en contra de los intereses de la humanidad y de la autoridad divina, dondequiera que su capricho los conduzca. Al contrario, se refiere a ángeles desobedientes (no necesariamente en los cielos) que fueron degradados de su posición y confinados en la tumba hasta el día del juicio. Habla de ellos como en custodia "en prisiones de oscuridad," una metáfora altamente expresiva de la oscuridad de la prisión de la muerte en la cual están sujetos y de la cual saldrán para ser juzgados cuando los santos tomen su lugar en el juicio (1 Corintios 6:3). El tiempo y lugar de su caída es asunto de especulación.
De todas maneras, se verá que la alusión bíblica a los ángeles caídos no aporta respaldo alguno a la idea de que hubo "una rebelión en el cielo" bajo el liderazgo de "Satanás," resultando en la expulsión de los rebeldes, y el establecimiento en el universo de un gran antagonismo contra Dios, teniendo su centro y gobierno en el infierno del credo popular. Los superficiales creyentes en los antecedentes miltónicos del "Príncipe de las Tinieblas," citan Apocalipsis 12:7-9 en respaldo de la idea:
"Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él."
Seguramente que aquellos que citan esto para probar una rebelión en los cielos antes de Adán, deben vacilar un poco cuando se les señala que este texto describe algo que iba a suceder después de los días de Juan. Las cosas vistas por Juan en el Apocalipsis se referían a eventos posteriores a su tiempo. Esto es evidente en Apocalipsis 4:1: "Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas." Por consiguiente, resulta absurdo citar cualquiera de estas descripciones para aplicarlas a un evento que se alega haber ocurrido antes de la creación del mundo.
En segundo lugar, lo que Juan vio no fueron cosas reales, sino señales o símbolos de las cosas reales. Esto es evidente en la estructura general del Apocalipsis. Las siete iglesias de Asia son representadas por siete candeleros, y Cristo por un cordero de siete cuernos; la totalidad de los redimidos son simbolizados por cuatro bestias llenas de ojos; una ciudad imperial por una mujer, etc. Siendo esto así, es inadmisible considerar que el relato de la "batalla en el cielo" es literal, lo cual debe hacerse para que el punto de vista popular pueda ser mantenido. La misma naturaleza de la escena descrita vuelve imposible una interpretación literal. Basta leer el capítulo entero para darse cuenta de esto.
¡Una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, es amenazada por un dragón con siete cabezas y diez cuernos, el cual con su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo! La mujer da a luz un hijo a quien el dragón espera devorar. El niño es arrebatado al cielo, a donde es aparentemente seguido por el dragón, puesto que encontramos al dragón envuelto en una guerra contra Miguel y sus ángeles en el cielo. La guerra termina con el triunfo de Miguel. El dragón es expulsado, cae a la tierra, persigue a la mujer, y no pudiendo atraparla, lanza de sus venenosas mandíbulas un río de agua para arrastrarla; pero la tierra se abre, el agua se hunde dentro de la grieta, y la mujer se salva.
El hecho es que se trata de una magnífica alegoría, con un profundo significado político, el cual la historia posterior ha verificado con la más precisa exactitud. Este no es el lugar apropiado para ahondar sobre el tema. Es suficiente, por el momento, mostrar que Apocalipsis 12 no apoya la idea de un diablo personal. Las personas que se refieren a este texto en busca de apoyo para un personaje llamado diablo, también citan Isaías 14:12-15 y Ezequiel 28:11-15. Pero estos pasajes tienen tanto menor relación que Apocalipsis 12 con el asunto. En ambos casos, si el lector lee el capítulo entero encontrará que el personaje al que se refiere es un potentado terrenal: en un caso el rey de Babilonia y en el otro, el príncipe de Tiro.