Dios como adversario (satán)
Es de mucha utilidad estudiar algunos ejemplos del uso de la palabra hebrea satán donde es imposible que haga referencia a un monstruo maligno. En el primer libro de Crónicas se nos dice que "Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel" (1 Crónicas 12:1). En el otro relato del mismo incidente registrado en el libro segundo de Samuel, leemos: "Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de Judá" (2 Samuel 24:1). Entonces, Dios mismo fue un adversario o Satanás para su pueblo Israel. Hubo otras ocasiones en que debido a la maldad del pueblo, Dios declaró estar en contra de Israel, o dicho de otra manera, fue para ellos un adversario o enemigo (ver Isaías 63:10, Jeremías 30:14, Lamentaciones 2:4 y 5). También tenemos la conocida ocasión en que un ángel de Dios se opuso al profeta Balaam. Este había sido contratado por los enemigos de Israel para que maldijera al pueblo de Dios. Aunque Dios le advirtió que no tratara de cumplir su misión, él perseveró y lo intentó: "Y la ira de Dios se encendió porque él iba; y el ángel de Jehová se puso en el camino por adversario (hebreo satán) suyo" (Números 22:22). Si bien es cierto que en este caso la palabra satán designa un ángel, no se trata en absoluto de un ángel rebelde sino de uno que está cumpliendo fielmente las órdenes de Dios.