EL ORGULLO DENOMINACIONAL ES UNA ACTITUD SECTARIA
En el momento en que comencemos a reunir personas —aunque se trate de cristianos verdaderos— alrededor de una persona particular, o hacia algún punto de vista o sistema, estamos sólo constituyendo un grupo sectario.(John Nelson Darby)
Debo confesar que, en cierta medida, todavía me siento parte de la denominación a la que pertenecí durante años, las Asambleas de Hermanos o Hermanos Libres, y no es casual que yo use una frase de quien gestó dicho movimiento, John N. Darby ; aunque su intención no fue crear una nueva denominación, ese ha sido el resultado final, un nombre más dentro de la gran amalgama de Pablos o Apolos con los que diferenciarnos.
Cuando conocemos a un nuevo hermano en Cristo le preguntamos : ¿y tú de qué denominación eres?, para inmediatamente hacerle una radiografía y un diagnóstico de acuerdo a su "apellido" de cristiano, y en consecuencia, "puntuar" su cristianismo en razón de sus tradiciones denominacionales y su proximidad a las nuestras.
En Apocalipsis 3, el Señor nos enseña que alguien puede tener nombre de que vive, y sin embargo estar muerto.
¿Dónde ha quedado el don del discernimiento y de probar los espíritus?.
¿No dice la Escritura en Gálatas 5 cual es el fruto del Espíritu?
Veamos, pues, en nuestros hermanos el amor, el gozo, la paz, la benignidad..........y su proximidad a las enseñanzas de las Escrituras, a la sana doctrina. Un nombre nos podrá engañar, sin embargo, el fruto del Espíritu es bien difícil de imitar en su conjunto, pues viene de Dios y de la perfecta comunión con Él en la plenitud del Espíritu. Nuestros hermanos han de ser un reflejo de la imagen de Cristo, no un extracto de los estatutos de una congregación o grupo en particular.
Que Dios nos ayude a deshacernos de tradiciones denominacionales que solo son estorbo para la unidad en el Espíritu que tanto anhelaba el Señor y por la que rogó y aún sigue rogando al Padre.
SEAMOS UNO, EN CRISTO, PARA QUE EL MUNDO CREA.
En el momento en que comencemos a reunir personas —aunque se trate de cristianos verdaderos— alrededor de una persona particular, o hacia algún punto de vista o sistema, estamos sólo constituyendo un grupo sectario.(John Nelson Darby)
Debo confesar que, en cierta medida, todavía me siento parte de la denominación a la que pertenecí durante años, las Asambleas de Hermanos o Hermanos Libres, y no es casual que yo use una frase de quien gestó dicho movimiento, John N. Darby ; aunque su intención no fue crear una nueva denominación, ese ha sido el resultado final, un nombre más dentro de la gran amalgama de Pablos o Apolos con los que diferenciarnos.
Cuando conocemos a un nuevo hermano en Cristo le preguntamos : ¿y tú de qué denominación eres?, para inmediatamente hacerle una radiografía y un diagnóstico de acuerdo a su "apellido" de cristiano, y en consecuencia, "puntuar" su cristianismo en razón de sus tradiciones denominacionales y su proximidad a las nuestras.
En Apocalipsis 3, el Señor nos enseña que alguien puede tener nombre de que vive, y sin embargo estar muerto.
¿Dónde ha quedado el don del discernimiento y de probar los espíritus?.
¿No dice la Escritura en Gálatas 5 cual es el fruto del Espíritu?
Veamos, pues, en nuestros hermanos el amor, el gozo, la paz, la benignidad..........y su proximidad a las enseñanzas de las Escrituras, a la sana doctrina. Un nombre nos podrá engañar, sin embargo, el fruto del Espíritu es bien difícil de imitar en su conjunto, pues viene de Dios y de la perfecta comunión con Él en la plenitud del Espíritu. Nuestros hermanos han de ser un reflejo de la imagen de Cristo, no un extracto de los estatutos de una congregación o grupo en particular.
Que Dios nos ayude a deshacernos de tradiciones denominacionales que solo son estorbo para la unidad en el Espíritu que tanto anhelaba el Señor y por la que rogó y aún sigue rogando al Padre.
SEAMOS UNO, EN CRISTO, PARA QUE EL MUNDO CREA.