Oso:
Todo lo dicho respecto a la iglesia para Luis Fernando es la IC, es decir son sinónimos. Esto significa que todos sus miebros son salvos, significa tambien que nadie fuera de sus miembros puedan ser salvos.
Luis:
Mira, Oso, yo no tengo la culpa de que no sepas leer lo que escribo y de que tergiverses mis palabras.
¿Cuándo he dicho yo que TODOS los católicos son salvos?
Nunca.
¿Cuándo he dicho YO (otra cosa es lo que digan los Padres) que nadie que no sea católico pueda ser salvo?
Nunca.
Oso:
Esto es lo que significa, claro con independencia del doble discurso que sobre salvación fuera de Roma se trae ahora el romano pontifice.
Luis:
El Papa no hace sino ser fiel a la Tradición que ha recibido respecto a este tema. No hace doble discurso. En el Vaticano II las cosas quedaron muy claritas:
El sagrado Concilio pone ante todo su atención en los fieles católicos y enseña, fundado en la Escritura y en la Tradición, que
esta Iglesia peregrina es necesaria para la Salvación. Pues solamente Cristo es el Mediador y el camino de la salvación, presente a nosotros en su Cuerpo, que es la Iglesia, y El, inculcando con palabras concretas la necesidad de la fe y del bautismo (cf. Mc., 16,16; Jn., 3,5), confirmó a un tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que los hombres entran por el bautismo como puerta obligada.
Por lo cual no podrían salvarse quienes, sabiendo que la Iglesia católica fue instituida por Jesucristo como necesaria,
rehusaran entrar o no quisieran permanecer en ella.
Claro como el agua, ¿verdad?
Ahora bien, el mismo concilio aclara que a los que NACEN en comunidades protestantes no se les puede achacar el que no sean católicos. Y así leeemos:
Pero
los que ahora nacen y se nutren de la fe de Jesucristo dentro de esas comunidades no pueden ser tenidos como responsables del pecado de la separación, y la Iglesia católica los abraza con fraterno respeto y amor; puesto que quienes creen en Cristo y recibieron el bautismo debidamente, quedan constituidos en alguna comunión, aunque no sea perfecta, con la Iglesia católica.
Y
Por consiguiente, aunque creamos que las Iglesias y comunidades separadas tienen sus defectos, no están desprovistas de sentido y de valor en el misterio de la salvación, porque el Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medios de salvación, cuya virtud deriva de la misma plenitud de la gracia y de la verdad que se confió a la Iglesia.
Por tanto, la Iglesia Católica no niega que en las Iglesias ortodoxas o las comunidades protestantes se puede alcanzar la salvación por medio de Cristo. Ahora bien, ¿es eso aplicable a los que no han nacido en esas comunidades sino que han abandonado voluntariamente la Iglesia Católica para unirse a ellas? ¿es aplicable a aquellos a los que se presenta la Iglesia Católica como la Iglesia de Cristo?
Yo expreso mi opinión en el primer artículo que escribí sobre la naturaleza del protestantismo:
De la verdadera naturaleza del protestantismo
En un tiempo como el que nos toca vivir, en el cual los vientos del ecumenismo parecen soplar de nuevo con fuerza, no es fácil plantarse firme e intentar decir cuatro o cinco verdades acerca de los "hermanos separados". Yo, que durante casi 9 años de mi vida fui cristiano evangélico, sé lo que es estar a los dos lados de la acera. Y se da un hecho innegable a la vez que peculiar. Mientras que en la acera protestante-evangélica podemos encontrarnos a una gran mayoría de "hermanos" que rechaza la posibilidad de que seamos cristianos los católicos verdaderos, que creemos por tanto en todos los dogmas de la Iglesia, en la acera católica no abundan aquellos que ponen en duda la naturaleza cristiana del protestantismo evangélico. Sin entrar a valorar, no merece la pena, la opinión anticatólica de esa mayoría de protestantes-evangélicos, creo necesario dar una serie de puntos claves por las que los católicos en general, y los que tienen un contacto más habitual con los protestantes en particular, deberían de ser menos optimistas en cuanto a la existencia de un elemento cristiano genuino en la eclesiología del protestantismo.
Desde los tiempos de la Reforma, el protestantismo enarboló una serie de lemas que podríamos considerar como los dogmas de fe de la cristiandad protestante. Analicemos la teoría de uno de esos lemas, y veamos en qué se convierte en la práctica:
Solus Christus (Solo Cristo).
En principio nada habría que oponer a esa doctrina esencial de la fe cristiana por la cual sabemos que la persona y figura de Cristo es, por sí sola, el centro de nuestra creencia y de nuestra vida. Sin duda, sin Cristo no hay cristianismo. Ahora bien, resulta que en la Biblia, aparece con claridad meridiana una realidad: una vez que Cristo se ha encarnado y ha fundado su Iglesia, no se puede separar la realidad de Cristo de la realidad de su Iglesia. La Palabra de Dios es clara. La Iglesia es el CUERPO DE CRISTO (Col 1,18). Pero aún dice más. La Iglesia es SU PLENITUD (Ef 1,23). Perseguir a la Iglesia es perseguir a Cristo (Hch 9,1-6) Y por si la cosa no quedara suficientemente nítida, vemos que la relación entre Cristo y la Iglesia es un misterio al que San Pablo compara con el misterio de la unión entre el hombre y la mujer (Ef 5,31-32).
Por tanto, decimos la verdad si enseñamos que no se puede creer en el "Solo Cristo" si no se acepta que con Cristo va su Iglesia, ya indisolublemente unida a Él por la eternidad. Por eso el Credo Nicenoconstantinopolitano afirma en uno de sus puntos: "Creemos en la Iglesia santa, católica y apostólica". Es decir, desde muy antiguo queda demostrado que la fe o creencia en la Iglesia era parte de la fe cristiana.Y si Cristo mismo dijo del matrimonio aquello de que "lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre", cuanto más habremos de creer que la unión de Cristo con su Iglesia está sellada eternamente por la voluntad divina.
Una vez esto claro, cabe hacerse una pregunta: ¿atentar contra la unidad de la Iglesia no es exactamente lo mismo que atentar contra Cristo? ¿Es cristiano el dividir el Cuerpo de Cristo en mil pedazos? ¿o por el contrario la división de la Iglesia es el arma más poderosa que Satanás ha manejado durante los 20 siglos de existencia del cristianismo?
Cuando era protestante, el asunto de la unidad de la Iglesia lo veía como algo secundario y, sobre todo, perfectamente sacrificable al "dios" de la pureza doctrinal. Es decir, la verdadera doctrina expresada "sólo en la Biblia" era un tesoro de mucho más valor que la unidad visible de la Iglesia de Cristo. Pero no sólo eso. Como la inmensa mayoría de los protestantes, yo tenía un concepto sobre la Iglesia que no sólo no aparece por ningún lado en la Escritura, sino que, por el contrario, se da de tortas con el mensaje bíblico. Es lo que yo llamo el concepto docetista de la Iglesia, por el cual se rechaza la idea de que pueda existir una Iglesia visible, organizada y jerarquizada y se acepta la existencia de una Iglesia invisible, pseudo-etérea, sin una unidad orgánica real.
Sin embargo, cuando analizamos lo que la Biblia nos dice acerca de la Iglesia, vemos lo siguiente:
- Cristo dejó muy claro que la unidad de los cristianos debería ser semejante a la unidad de Él con el Padre y que del logro de esa unidad dependería el que el mundo creyese.
- La Iglesia tenía una jerarquía muy bien definida: los apóstoles, entre ellos Pedro el primero, y luego los obispos y los ancianos (presbíteros).
- La Iglesia adoptaba un sistema de solucionar los problemas doctrinales que podemos llamar conciliar, tal y como se ve en Hechos 15, con la particularidad de que Pedro fue el que zanjó las discusiones que se estaban llevando a cabo en aquel primer concilio. Además, las disposiciones de Hechos 15 eran de OBLIGADO cumplimiento para toda la Iglesia.
- Los apóstoles eran tajantes contra aquellos que causaban división. Empezando por Pablo, que tuvo que enfrentarse por primera vez con los "denominacionalismos" en Corinto (1ª Cor 1,10-13). Y además le dio a Tito una orden bien clara sobre lo que había que hacer con los que causaban divisones. Había que amonestarlos primero y echarlos fuera de la Iglesia después, porque se habían pervertido (Tit 3,10-11). En Judas 19 se pone al mismo nivel a los que causan divisiones que a los sensuales, y de ambos se dice que no tienen el Espíritu. Y, digámoslo alto y claro, el apóstol Juan muestra en 1ª Jn 2,18-19 que los que salen de la Iglesia son anticristos, aunque algunos quieren interpretar ese texto de una forma más suave.
Ahora bien, alguno se preguntará, ¿y qué tiene todo esto que ver con el protestantismo y el Solo Cristo?: Tiene TODO que ver. Es más, el protestante que entiende esta realidad, si es honesto, necesariamente tiene que dejar de ser protestante, a menos que quiera pecar gravemente delante de Dios.
Es evidente que un sistema religioso que dice aceptar a Cristo pero que en su misma esencia lleva el virus mortal de la división del Cuerpo de Cristo sólo puede ser definido como anticristiano. No hay justificación alguna al hecho de que el protestantismo haya sido absolutamente incapaz de mantener una unidad eclesial interna mínimamente decorosa. Cuando los protestanes se ufanan en señalar los supuestos errores doctrinales del catolicismo, no se dan cuenta de que la mera existencia de multitud de denominaciones protestantes independientes unas de otras es, en su ojo, una VIGA de proporciones apocalípticas.
El protestantismo es la negación de Cristo desde el momento en que en la práctica niega la existencia de una sola Iglesia de Cristo, con una sola fe, un solo credo y un solo bautismo. Y si se niega la existencia de la Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo, se está negando al propio Cristo. Y punto.
Si el protestantismo hubiera sido capaz de organizarse a sí mismo en una sola Iglesia o denominación, podríamos haber contemplado la Reforma desde un prisma diferente. Pero la Reforma no fue lo que supuestamente pretendía ser, sino que se convirtió en el mayor intento de aniquilación de la Iglesia con la excusa de una verdadera necesidad de cambio. Aprovecharon que la Iglesia estaba medio muerta para intentar aniquilarla del todo, pero, gracias a Dios, fue entonces cuando la Iglesia vio las orejas al lobo y se despertó con nuevos bríos, aunque bien que le costó recuperar el tono vital que había perdido entre tanta corrupción interna y tanto desbarajuste doctrinal y eclesial externo.
En definitiva, aunque cabría analizar muchas de las ramificaciones del desastre que supuso el protestantismo para la Cristiandad, me conformaré con señalar al menos unas pocas incoherencias de la dinámica dialéctica agresiva que usan con denudo los hijos de la Reforma contra la Iglesia Católica:
- Los protestantes achacan a la Iglesia Católica el que no se basa sólo en la Biblia. Lo cierto es que ellos, que dicen basarse sólo en la Biblia, no se ponen de acuerdo sobre aspectos tan importantes como la Eucaristía, los sacramentos, la organización eclesial, las doctrinas de la gracia y la salvación (gracia irresistible y perseverancia de los santos), etc, etc.
- Los protestantes atacan a la Iglesia Católica por dar un papel esencial a la Tradición, pero luego son esclavos de sus propias tradiciones interpretativas de la Palabra de Dios. Y encima, aceptan buena parte del lenguaje y el contenido doctrinal que les ha llegado a través de la Tradición católica (trinidad, filioque, domingo como día del Señor, pecado original, etc), lo cual no deja de ser una ironía histórica.
- Los protestantes usan la Biblia como arma arrojadiza contra determinadas doctrinas y prácticas católicas, pero rechazan o miran a otro lado ante lo que esa misma Biblia dice acerca de los que tienen el espíritu de división, tan presente en ellos.
- Los protestantes atacan a la Iglesia Católica acusándola de tener un sistema de gobierno dictatorial, pero resulta que buena parte de ellos ejercen una tiranía a nivel denominacional que ríase usted del actual poder disciplinar de Ratzinger y su Congregación para la Doctrina y la Fe.
En fin, por no alargarme demasiado, terminaré con una reflexión final. Creo que tanto aquellos que han nacido en una familia protestante como los que han llegado a serlo tras salir de la Iglesia Católica, deben volver con urgencia al seno de la Iglesia de Cristo. Es incompatible el ser de Cristo con el ser parte de un sistema religioso en el que se está dividiendo continuamente el Cuerpo de Cristo, en el que se niega por principio la eficacia regeneradora que el Espíritu Santo tiene en su guía de la Iglesia. Muchos verdaderos cristianos protestantes no han sido nunca enfrentados con esta realidad que estoy comentando. Muchos otros sí han sido confrontados por los hechos pero prefieren seguir sus vidas separados de la Iglesia y por tanto, a pesar de que se enfaden al leer esto, separados de Cristo.
Es nuestra misión evangelizarlos y/o resistir sus intentos por llevar a más católicos a la sinrazón de su fe imperfecta. Sin duda, muchos católicos necesitan un encuentro con Dios. Pero no puede ser que el resultado de dicho encuentro sea el que acaben saliendo de la Casa de Dios, que es su Iglesia, que es Nuestra Iglesia.
Dios nos bendiga a todos.
Oso:
Efectivamente, es lo único que te interesa. No seas encontrado entonces peleando contra alguien que siendo salvo persigas y te hayes dando coces contra el aguiijon.
Luis:
Cuando Cristo dijo eso a Pablo, éste estaba persiguiendo a la Iglesia. Yo no "persigo" a ninguna Iglesia porque el protestantismo no sólo no es Iglesia sino que es la encarnación viva de la anti-iglesia. Y ya he expuesto mis razones para creer tal cosa. Pero hay más. Por lo general no persigo a nadie sino que me limito a defender lo mejor que puedo la fe de mi Iglesia. De hecho, como dije en mi anterior mensaje, este foro es para mí una escuela de aprendizaje en esa tarea. Llevo sólo dos años y medio desde que volví a la IC. Ni tan siquiera he estudiado teología, patrística y apologética de forma "académica", así que me queda ni se sabe por aprender.
Oso:
Estimado Luis; esto es el espirtitu antireformado que te alienta a decir y pensar como quieres decir y pensar en tu propia conciencia y tu propio concentimiento de las cosas, para ser mas claro concupisencia
Luis:
Mira, concupiscencia es la que yo aprecio en el 90% de las intervenciones furibundamente anticatólicas que se dan en este foro y en algunos chats. El otro día, por ejemplo, estábamos en un chat católico carios hermanos compartiendo testimonios del poder de Dios en nuestras vidas cuando aparece un estúpido y después de habernos leído un rato va y dice "El Papa es el mensajero de Satanás y la Iglesia Católica es la Gran Ramera". ESE ES EL MÉTODO DE EVANGELIZACIÓN PREFERIDO POR MUCHOS EVANGÉLICOS, ESTIMADO OSO. No por todos, claro, pero sí por los "Chickeros" y similares.
Respecto al "espíritu antirreformado" que me alienta sólo puedo decir que mi ejemplo a seguir es el de San Francisco de Sales del cual estoy a años luz todavía. No se trata tanto de tener un espíritu anti-Reforma como de tenerlo pro-Iglesia Católica. ahora bien si por espíritu antirreforma se entiende el luchar con todas mis fuerzas para que el protestantismo siga sacando a gente de la Iglesia Católica para, en teoría, "llevarlos a Cristo" cuando resulta que nada hay más anticristiano que la destrucción de la unidad de la Iglesia llevada a cabo por la Reforma, pues entonces "bienvenido sea ese espíritu". Yo no tengo nada contra aquel que les dice a los católicos que deben entregar sus vidas a Cristo como nunca antes lo han hecho. Conozco a varios protestantes que hacen eso y les alabo el gusto. Sí tengo mucho contra los que les dicen "salir de vuestra Iglesia"
Oso:
tu visión de iglesia y claro dicho sea de paso cada verdad dada para que leas y veas y compares lo que enseña la IC con lo que enseña la Palabra nos das a entender en tu escrito que es mera mecha para cañon que habras de usar en sentido inverso exáctamente.
Luis:
Yo no tengo que comparar lo que enseña la IC con lo que enseña la Palabra porque es la IC quien me dice a mí lo que verdaderamente enseña la Palabra. No seré yo el que juzgue lo que enseña mi Iglesia sino mi Iglesia la que juzgue si lo que yo digo está de acuerdo a sus enseñanzas. Por tanto, lo que vosotros me decís que enseña la Palabra tiene para mí tanta validez como lo que pudo decir Lutero y Calvino en su día. Es decir, nada en comparación con la enseñanza de la Iglesia. Yo, y ningún católico que realmente lo sea, debe pensar que cualquier interpretación vuestra de la Palabra de Dios es más válida que la mantenida por el Magisterio católico. En ese sentido, vuestras interpretaciones, vuestros argumentos, nos pueden servir para analizar la forma en que la verdadera interpretación de la Iglesia puede y debe ser defendida ante vosotros y ante cualquiera que demande de nosotros la razón de nuestra fe. La verdadera fe se definió cuando fue puesta en duda por los que enseñaban otra cosa diferente a la fe apostólica. El dogma de la Trinidad no fue definido hasta que fue puesta en duda la plena divinidad de Cristo y del Espíritu Santo. La Cristología ortodoxa no fue definida hasta que fue puesta en duda por monofisitas y nestorianos. Finalmente Dios permite el error para que la verdad reluzca más. Vuestras diferentes interpretaciones de la Palabra de Dios, además de no ser ni por un casual coincidentes entre sí, nos sirven a los católicos para buscar mejores medios de definición de la verdad católica. Eso, a medio y largo plazo, fortalece a nuestra Iglesia y es para gloria de Dios en medio de ella.
Oso:
Aqui la verdad no vale, la decisión esta tomada: defiendo mi iglesia, los demas son lo de menos. No has entendido absolutamente nada de nada.
Luis:
No, para nada creo que los demás son lo de menos. Pero hay un orden. Primero, mis hermanos católicos (Gal 6,10), luego el resto. Si defiendo, mejor o peor, a mi Iglesia, estoy defendiendo a mis hermanos; estoy defendiendo su fe. A mí otros hermanos católicos me han ayudado mucho desde mi regreso a la Iglesia. Sin ellos probablemente hoy no estaría donde estoy porque son instrumentos de la gracia de Dios para mi vida. Al mismo tiempo sé que la labor de esos hermanos, a la que yo me sumo con mis fallos y aciertos, sirve para que los que no son católicos aprendan la verdad sobre la Iglesia y así puedan ser libres para volver a ella si se han alejado o entrar en plena comunión con ella si nunca lo han estado. Eso no sólo es que no tenga que ver con la verdad sino que, por el contrario, es uno de los mayores servicios a la verdad que puede hacer un católico comprometido con Cristo a través de la Iglesia.
Oso:
Esto es la síntesis del pensamiento de la contrareforma: todo lo que sea reformado, eso pienso y afirmo exáctamente al revés...a pesar de la evidencia, eso en realidad no importa.
Luis:
Je, resulta que lo que es reformado y es verdadero viene precisamente del legado del catolicismo en la Reforma. Es decir, la ortodoxia trinitaria y cristológica no nació con la Reforma. Se le "pegó" a la Reforma del catolicismo. Pero aparte de eso, ¿acaso unos protestantes no afirman cosas que son exactamente lo contrario de lo que afirman otros sobre doctrinas esenciales de la fe cristiana? ¿cómo voy a rechazar las evidencias y enseñanzas que me presenta el Magisterio de mi Iglesia para pasar a confiar en la evidencia presentada por gente que es incapaz de ponerse de acuerdo en asuntos tan elementales como el bautismo, la Eucaristía o la posibilidad de perder la salvación? Es que sería un necio si hiciera eso. Por tanto, ¿de qué evidencia reformada me hablas cuando no hay una evidencia sino varias contradictorias entre sí?
Oso:
Efectivamente quien esta fuera de la iglesia no es salvo, pues es la iglesia el conjunto de salvos de todos los tiempos ¿o hay no salvos dentro de la iglesia? Ahora bien. Para ser salvo lee y oye y comprende ¿que se requiere?¿recuerdas aun? ¿O ya te borraron el casette?
Luis:
No, para nada. Para ser salvo hay que creer en Jesucristo y obedecer en todo a Dios (lo que implica bautizarse, obrar en consecuencia con lo que se cree, etc). Ahora bien, yo he llegado al convencimiento, al igual que los primeros cristianos, de que no se puede creer en Jesucristo y no creer en su Iglesia. Eso es lo que no está puesto en vuestro casette pero sí en el alma de millones de cristianos desde el siglo I hasta el XX. Como vuestro concepto de iglesia es antibíblico, entonces no podéis creer en algo etéreo, inaprensible y que no está bien definido. Calvino entendió bien ese problema y se encargó de dejar claro que hace falta una Iglesia visible -que se manifestó en la teocracia de Ginebra-, aunque luego la mayorìa de los protestantes no le siguieran por ese camino.
Oso:
¿inclinarse ante el Papa?
Luis:
Es bíblico dar honra a quien merece honra.
Oso:
¿hacer una peregrinación?
Luis:
Es absolutamente bíblico el peregrinar a lugares santos. Se hacía en el Antiguo Testamento y no veo que tal práctica se desaconseje en el Nuevo
Oso:
¿ir ala fiesta de la virgen del Rocío?
Luis:
No he ido en mi vida y no sé si alguna vez iré, pero el ir a la fiesta del Rocío no convierte a nadie en cristiano. No es una norma obligatoria para los católicos el ir de romerías. El que quiere va, el que no, no va.
Oso:
¿rezar el rosario?
Luis:
Meditar en los misterios del evangelio tal y como se propone en el rosario es una cosa sanísima y que trae frutos de bendición para el que lo hace sabiendo lo que hace. Pero tampoco es obligatorio rezar el rosario para los católicos.
Oso:
¿ir a misa?
Luis:
Sin duda es esencial participar asiduamente del sacrificio eucarístico, del banquete cristiano por excelencia. Es el encuentro con Cristo y la comunión con su cuerpo y su sangre. ¿Habrá algo más cristiano que eso?
Lo dudo
Oso:
¿confesarte al menos una vez al año?
Luis:
Y siempre que se esté en pecado mortal. Uno no puede dejar pasar los días, semanas y años sin ponerse en paz con Dios a través de la oración personal y el ministerio de los presbíteros de la Iglesia
Oso:
¿tomar a otro por sacerdote y que te absuelva tus culpas? NO.
Luis:
¿No?
Sí, hombre, sí. Y para que ore por ti si estás enfermo. Para ambas cosas. Lee el último capítulo de la epístolas de Santiago
Oso:
¿entonces? recuerda, por favor, ahí en tu corazón.
Luis:
Sí, en mi corazón están todas esas cosas y aún más. El tesoro de mi Iglesia tiene tal cantidad de bienes que dudo que en lo que me queda de vida pueda conocerlos todos.
Oso:
Por favor, ¿que se requiere para ser salvo?. Pues una vez salvo el Señor te añade a Su iglesia y no por "pertenecer" a lo que tu consideras es la iglesia eres salvo.
Luis:
Lo que no puede ser es que una vez que eres salvo y el Señor te añade a su Iglesia, tú cojas y te larges de esa Iglesia o te niegues a estar en plena comunión con ella. Porque si haces eso, a lo peor resulta que estás negando al Señor que te salvó. Yo no soy salvo por el simple hecho de pertenecer a mi Iglesia, pero ay de mí si volviera a abandonarla con la excusa de ser más fiel a Cristo, que es su cabeza.
Oso:
¿Recuerdas aun como se engendran los hijos de Dios? ¿por el deseo de quien?¿es el que corre o se apura?¿el que se porta bien?...¿ya lo olvidaste?
Luis:
Por voluntad de Dios. Por el deseo de Dios. Pero escucha: no se puede ser salvo si después de haber nacido de Dios uno se aparte de Cristo. Sólo el que, por la gracia de Dios, persevera hasta el fin es salvo. Y el que se aparta voluntariamente de la Iglesia de Cristo, ¿podrá decir que es de Cristo? ¿el que sale de nosotros puede seguir diciendo que es de nosotros? ¿podrá alegar en su defensa "¡es que mira cuánto pecado hay entre los miembros de la Iglesia, incluídos sus dirigentes!" como excusa para abandonar el Arca de Salvación? Yo lo dudo
Oso:
Pues antes, mucho antes de que se fundara el mundo, el Cordero de Dios estaba ya dispuesto para ser entregado y llegó la hora en que fue glorificado y dió su vida por pecadores como tu y como yo para que le tomasemos o dejasemos, le aceptaramos o le rechazáramos...a los que le tomamos por Dios y Señor El nos dá vida y vida en abundancia y vida eterna y nada ni nadie podrán separarnos de Su amor eterno.
Luis:
Nadie os separa. Vosotros mismos os separáis del amor de Dios alejándoos de su Iglesia, fundando mil chiringuitos religiosos diferentes que pretenden cuartear el Cuerpo de Cristo. Ni tan siquiera en la Cruz fue quebrado uno de sus huesos mas la Reforma ha sido el mayor intento de destrozar la unidad de ese Cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia. ¿Quiénes nos van a dar lecciones a los católicos de lo que es permanecer en Cristo? ¿los que ni siquiera han sido capaces de permanecer en su Iglesia?
Oso:
El pecador se trasnformo por el poder de Dios en cristiano, no para que vaya a misa, sino para que proclame sus virtudes, lleve la verdad del evangelio como epístola viviente y no se doble ante nada ni ante nadie. Por eso somos columna y baluarte de la verdad. ¿ante quien te inclinaste hoy columna?¿ante quien te inclinaras mañana mentiroso?
Luis:
¿Vosotros columna de la verdad cuando ni tan siquiera sois capaces de poneros de acuerdo sobre elementos esenciales de la verdad revelada en la Palabra de Dios? ¿a quién pretendéis engañar? ¿a vosotros mismos? ¿necesitáis creeros que podéis ser columna y baluarte de la verdad cuando ni tan siquiera sois capaces de congregaros en una sola denominación?
Oso:
Que lindo es decirnos "columna y baluarte de la verdad" que bello es decirnos tantas cosas pero con los hechos negarlo. Pues bien, este Papa al que sigues fervientemente le he visto, no me lo han contado inclinarse y doblar sus rodillas ante imágenes, ante virgenes, y se ha doblado esta falsa columna ante otros que no es nustro Dios.
Luis:
Este Papa se ha inclinado ante imágenes de Cristo como pudo hacerlo Josué cuando se inclinó ante el Arca de Yavé (Josué 7,6). Se inclina ante imágenes de la Virgen como señal de honra y veneración a aquella que fue honrada y venerada por un ángel del Señor y por una mujer llena del Espíritu Santo
Oso:
Sea Dios veraz y todo hombre mentiroso.
Luis:
Amén, y sea la Iglesia la columna y baluarte de la verdad y el Sola Scriptura y el libre examen el semillero de la mentira y la herejía.