El legado hebreo en el lenguaje del Nuevo Testamento

Biblia Revisada

Miembro senior
30 Marzo 2023
148
52
Sumergirse en el estudio del Nuevo Testamento es adentrarse en un fascinante entramado de culturas y lenguajes. Al leer sus páginas, nos enfrentamos a preguntas cruciales que desafían nuestra comprensión: ¿Cómo influye la mentalidad hebrea en la escritura en griego? ¿Qué efecto tiene esto en la interpretación y la traducción de los textos? Este apasionante enigma, conocido como “transferencia lingüística”, se encuentra en el corazón del análisis bíblico y puede cambiar la forma en que entendemos las Escrituras.

Propósito de este estudio

En el intrincado paisaje de la comunicación y la traducción de textos antiguos, el fenómeno de la transferencia lingüística en el Nuevo Testamento es un tema fascinante y esencial para aquellos que buscan comprender el rico legado de la historia bíblica.

La amalgama de culturas y lenguas que convergen en estas escrituras revela la complejidad de la interacción entre las mentalidades hebreas y las palabras griegas, y cómo la adopción del griego por parte de los escritores hebreos influyó en la manera en que expresaron sus pensamientos y creencias.

Ignorar este fenómeno no solo conduce a interpretaciones simplistas y descontextualizadas de los textos, sino que también pone en peligro la apreciación de la profundidad y la riqueza de las ideas teológicas y filosóficas que yacen en el corazón de estos escritos sagrados.

A través de un examen riguroso y meticuloso, este artículo busca iluminar acerca de la importancia de reconocer y comprender la transferencia lingüística en el Nuevo Testamento, y cómo tenerla en cuenta es crucial para desentrañar los matices y la diversidad cultural de este legado judío milenario.

Aclaración: no tengo afinidad ni filiación con movimientos mesiánicos


Este artículo busca ofrecer una visión equilibrada y académica sobre la transferencia lingüística en el Nuevo Testamento. Es imperativo aclarar que no estoy afiliado ni respaldo de ninguna manera a los movimientos mesiánicos. Estos grupos, a menudo, presentan interpretaciones distorsionadas y alienadas que, aunque pueden utilizar terminologías del argot judío, perpetúan la misma carga doctrinal errónea que me esfuerzo por desmontar en este trabajo.

Qué es la transferencia lingüística

La transferencia lingüística ocurre cuando una persona que habla un idioma (su lengua materna) aprende un segundo idioma y tiende a aplicar las estructuras gramaticales, el vocabulario, la pronunciación y otros aspectos de su lengua materna al nuevo idioma. Esto puede deberse a la influencia de las estructuras mentales y los patrones de pensamiento que se desarrollaron a partir de su experiencia con su lengua materna.

Cada idioma tiene sus propias reglas gramaticales, estructuras y modismos, lo que puede dar lugar a diferentes formas de pensar y percibir el mundo. La hipótesis Sapir-Whorf sugiere que la lengua que uno habla influye en la forma en que se piensa y se experimenta el mundo. Aunque esta teoría ha sido objeto de debate, hay cierta evidencia que respalda la idea de que el lenguaje puede influir en la cognición y la percepción.


Influencia de la lengua materna en un segundo idioma

Un ejemplo de cómo la mentalidad de la lengua materna puede influir en el aprendizaje de un segundo idioma es el caso de los hablantes de español que aprenden inglés. En español, la asignación de género a sustantivos es común, y los hablantes de español pueden tener dificultades para adaptarse a la falta de género en los sustantivos en inglés. Por lo tanto, pueden aplicar incorrectamente reglas de género a los sustantivos en inglés.

Otro ejemplo es el de los hablantes de chino que aprenden inglés. El chino es un idioma tonal, y la entonación puede cambiar el significado de una palabra. Cuando los hablantes de chino aprenden inglés, pueden tener dificultades para adaptarse a la entonación en inglés, lo que puede dar como resultado una pronunciación que refleje la entonación de su lengua materna.


Pensamiento y lógica del idioma materno en el segundo idioma

En términos de pensamiento y lógica, puede haber diferencias en cómo se expresan las ideas en diferentes idiomas. Por ejemplo, los hablantes de lenguas indoeuropeas (como el inglés, el español o el alemán) suelen organizar el tiempo linealmente, mientras que los hablantes de lenguas como el hopi, una lengua nativa americana, pueden percibir el tiempo de manera más cíclica. Estas diferencias pueden influir en cómo se expresan las ideas en un segundo idioma.

La transferencia lingüística y las diferencias en la percepción y el pensamiento pueden hacer que los hablantes de un segundo idioma apliquen la mentalidad y la lógica de su lengua materna al nuevo idioma. Sin embargo, a medida que uno se vuelve más competente en el segundo idioma, estas influencias pueden disminuir y el hablante puede adoptar más plenamente las estructuras y patrones de pensamiento del nuevo idioma.


La huella del hebreo en el Nuevo Testamento

La mentalidad hebrea de los judíos del primer siglo se evidencia en la forma en que está plasmado el griego en las cartas y tratados. Ya sea que los escribieron en griego koiné o que fueron traducidos tempranamente para su difusión.

El Nuevo Testamento se encuentra escrito en griego koiné, un dialecto del griego antiguo utilizado como lengua franca en todo el Mediterráneo oriental. Los autores en el Nuevo Testamento eran judíos que tenían el arameo y el hebreo como lengua materna, y su mentalidad y forma de pensar influyeron en su escritura en griego.


Ejemplos de la influencia semítica en el Nuevo Testamento

Hay varios ejemplos en el Nuevo Testamento en los que la influencia del pensamiento y las estructuras hebreas o arameas se puede apreciar en el texto griego. Algunos ejemplos incluyen:

Mateo 5:3: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”.

La estructura de las bienaventuranzas en el Sermón del Monte es similar a la literatura de sabiduría hebrea, como los Salmos y Proverbios.

Marcos 15:34: “Y a la hora nona, Jesús clamó a gran voz, diciendo: ¡Eloi, Eloi, ¿lama sabactani?!, que traducido es: ¡Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?!”.

Aquí, Jesús cita el Salmo 22:1 en arameo, y la traducción al griego podría indicar que originalmente fue escrito en lengua semítica, y se tuvo que traducir al griego.

Influencia hebrea en la gramática del Nuevo Testamento

La gramática del griego koiné en el Nuevo Testamento a menudo refleja estructuras hebreas o arameas, como el uso de conjunciones para unir oraciones o la repetición de palabras para énfasis.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo la mentalidad hebrea y las estructuras lingüísticas pueden haber influido en la escritura en griego. Aunque el Nuevo Testamento se halla escrito en griego, es importante tener en cuenta el trasfondo cultural y lingüístico de sus autores para una interpretación adecuada y comprensión de su mensaje.


Ejemplos:

  • Hechos 2:14-36: En el discurso de Pedro en Pentecostés, la estructura y estilo de la oratoria están fuertemente influenciados por la retórica hebrea y la tradición profética. Pedro cita varias veces el Antiguo Testamento y enlaza las citas utilizando conjunciones, una característica común en la prosa hebrea.
  • Romanos 8:31-39: En este pasaje, el apóstol Pablo emplea una serie de preguntas retóricas y respuestas en un estilo similar al de la literatura profética hebrea. La estructura de este pasaje y la repetición de ciertas palabras y frases para enfatizar los puntos principales también reflejan la influencia de la gramática hebrea.
  • 1 Corintios 13:4-7: En este conocido pasaje sobre el amor, Pablo usa una serie de verbos en presente para describir las características del amor. La estructura paralela y repetitiva de estos versículos es similar a la poesía hebrea, particularmente en los Salmos y Proverbios.
  • Hebreos 1:1-4: En la introducción de la carta a los Hebreos, el autor utiliza una estructura gramatical que se asemeja a la prosa hebrea. El pasaje se inicia con una construcción participial y emplea un estilo retórico y repetitivo en la descripción de Jesucristo como el resplandor de la gloria de Dios.

La conjunción hebrea “ו” (vav) y la conjunción griega “καὶ” (kai):

El griego koiné del Nuevo Testamento a menudo utiliza la conjunción “καὶ” (kai) de manera similar a cómo el hebreo utiliza la conjunción “ו” (vav). En el hebreo, la conjunción “vav” se usa para unir palabras, frases y oraciones, lo que puede dar lugar a una estructura de paralelismo y repetición característica de la prosa hebrea. En el griego del Nuevo Testamento, “καὶ” se usa de manera similar, lo que indica la influencia de la gramática hebrea.

Aquí hay un ejemplo paralelo del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento para comparar el uso de conjunciones:

Génesis 1:1-3 (Texto hebreo):

genesis1.png
Juan 1:1-5 (Texto griego):

juan1.png

El trasfondo hebreo del Nuevo Testamento

El riesgo de interpretar el texto griego del Nuevo Testamento sin tener en cuenta la mentalidad hebrea de los escritores es que se pueden pasar por alto matices y significados importantes. La gramática y semántica griega pueden afectar la traducción e interpretación de versículos, especialmente cuando se utilizan términos y construcciones que tienen raíces y paralelismos en el hebreo.

Es fundamental considerar que la mentalidad del escritor detrás de cada frase y oración es un hebreo observante de su cultura. Los escritores del Nuevo Testamento, siendo judíos, se aferraron a su cultura y resistieron la asimilación helenística del primer siglo. Al ignorar este contexto cultural, se corre el riesgo de malinterpretar pasajes clave.


Si se ignora el trasfondo hebreo

Pretender que el texto griego refleja la cultura griega puede despojar a los versículos de su significado más fiel.

El concepto de “ἀγάπη” (agape) en el Nuevo Testamento:

En la cultura griega, existen diferentes palabras para expresar el amor, como “ἔρως” (eros), “φιλία” (philia) y “ἀγάπη” (agape). Sin embargo, es la mentalidad hebrea acerca del אַהֲבָה (ahavá) como un compromiso y una acción leal lo que le otorgó el matiz que hoy se le atribuye a esa palabra griega en el cristianismo. Al interpretar el término “ἀγάπη” desde una perspectiva puramente griega, podríamos perder el sentido hebreo más profundo del amor como un compromiso y fidelidad inquebrantable.

El uso de “πίστις” (pistis) para la fe:

La palabra griega “πίστις” (pistis) puede entenderse como fe, confianza o fidelidad. En la mentalidad hebrea, la fe implica no solo creer en algo, sino también actuar en consecuencia y ser leal a ese compromiso. Al interpretar “πίστις” desde una perspectiva puramente griega, podríamos perder la conexión entre la fe y la acción que es fundamental en la comprensión hebrea.

La interpretación de “λογίζομαι” (logizomai) en Romanos 4:

Abraham es descrito como “justificado” (δικαιόω, dikaioō) en Romanos 4:2-3. Sin embargo, el verbo griego “λογίζομαι” (logizomai) se utiliza aquí para describir cómo se le atribuye a Abraham la justicia. Este verbo tiene raíces en la mentalidad hebrea y se relaciona con el concepto de “contar” o “imputar” algo a alguien. Al no considerar esta conexión con el pensamiento hebreo, podríamos perder el significado completo de cómo la justicia se atribuye a Abraham.

En conclusión, es crucial tener en cuenta la mentalidad y la cultura hebrea de los escritores del Nuevo Testamento al interpretar el texto griego. Al hacerlo, podemos obtener una comprensión más profunda y precisa de los significados y matices que de otro modo podrían pasarse por alto.


El griego no distingue entre “Señor” y “señor”

En hebreo, “אֲדֹנָ-י” (Adon-ai) es una forma específica y reverente de dirigirse a Dios, mientras que “אָדוֹן” (adón) se emplea para referirse a un señor, amo o jefe humano. Los escritores hebreos del Nuevo Testamento, al encontrarse con la limitación de una sola palabra griega “κύριος” (kyrios) para expresar ambos conceptos, pudieron haber experimentado dificultad al tratar de transmitir las diferencias que existen en su lengua materna.

Esta ambigüedad en el uso de “κύριος” (kyrios) puede llevar a interpretaciones erróneas o ambiguas de algunos versículos. Por ejemplo:

En Romanos 10:9, se lee: “Si confiesas con tu boca que Jesús es el señor (κύριος) y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo”. Aquí, la palabra “κύριος” se usa para referirse a Jesús, pero también puede ser interpretada como una referencia a Dios (אֲדֹנָ-י) en lugar de un señor humano (אָדוֹן), lo que genera confusión.

En 1 Corintios 8:6, se lee: “Para nosotros, sin embargo, solo hay un Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas y para quien vivimos; y un señor (κύριος), Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él”. En este caso, la palabra “κύριος” se utiliza para referirse a Jesús, pero de nuevo, sin una distinción clara entre “אֲדֹנָ-י” y “אָדוֹן”, puede llevar a interpretaciones erróneas sobre la naturaleza de Jesús y su relación con Dios.


El griego “κύριος” (kyrios) es genérico

Es importante, al traducir e interpretar estos pasajes, tener en cuenta la mentalidad y cultura hebraica de los autores, o traductores al griego del Nuevo Testamento y reconocer que su uso del griego se vio influenciado por su lengua materna. Esto permite abordar de manera más precisa las interpretaciones teológicas y doctrinales en función del contexto y del trasfondo cultural de los escritores.

En el Nuevo Testamento, “κύριος” (kyrios) se utiliza en varias ocasiones para referirse a personas distintas de Jesús. Estos son algunos ejemplos:

En Mateo 20:8, “κύριος” se usa para referirse al dueño de una viña:


“Cuando cayó la tarde, el señor (κύριος) de la viña dijo a su capataz: «Llama a los obreros y págales su jornal, comenzando por los últimos contratados hasta los primeros»”.

Si interpretáramos “κύριος” como el hebreo “אֲדֹנָ-י” (Adon-ai) en lugar de “אָדוֹן” (adón), estaríamos atribuyendo el papel de dueño de la viña a Dios en lugar de a un señor humano, lo que anula la necesidad de la parábola.

Hechos 16:16-17:


“Un día, mientras íbamos al lugar de oración, nos encontramos con una esclava que tenía un espíritu de adivinación y proporcionaba una gran ganancia a sus amos mediante la adivinación. Esta mujer siguió a Pablo y a nosotros, gritando: «Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, que os anuncian el camino de la salvación»”.

En este caso, el término “κυρίοις” se utiliza en el versículo 16 para referirse a los amos de la esclava. Si interpretáramos “κυρίοις” como el hebreo “אֲדֹנָ-י” (Adon-ai) en lugar de “אָדוֹן” (adón), estaríamos atribuyendo un carácter divino a los amos de la esclava, lo que no es adecuado en este contexto. La interpretación correcta aquí es considerar “κυρίοις” como “אָדוֹן” (adón), es decir, señores humanos o amos.

La ambigüedad en el uso de “κύριος” en el Nuevo Testamento

Estos ejemplos demuestran que es importante distinguir entre el uso de “κύριος” en referencia a Dios y su uso en referencia a seres humanos. La falta de distinción entre “אֲדֹנָ-י” (Adon-ai) y “אָדוֹן” (adón) en el griego puede llevar a interpretaciones erróneas y afectar la comprensión de los pasajes bíblicos.

La ambigüedad en el uso de “κύριος” en el Nuevo Testamento puede hacer peligrar la integridad narrativa y la coherencia temática en relación con el Tanaj o “Antiguo Testamento”. La falta de distinción entre “אֲדֹנָ-י” y “אָדוֹן” en el uso de “κύριος” puede llevar a interpretaciones erróneas que no concuerden con el contexto y la enseñanza del Tanaj.

Por ejemplo, si atribuimos el título “אֲדֹנָ-י” (Adon-ai) a personajes humanos en el Nuevo Testamento, podríamos estar asignándoles una posición divina que no corresponde con la enseñanza del Tanaj, donde “אֲדֹנָ-י” se reserva exclusivamente para Dios.

Conclusión

Es esencial tener en cuenta la mentalidad hebrea de los escritores del Nuevo Testamento y reconocer la influencia de su lengua materna en el uso del griego. Esto nos permitirá interpretar de manera más precisa los pasajes y mantener la coherencia temática y narrativa entre el Nuevo Testamento y el Tanaj.
 
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En Gálatas 4:21-31, el apóstol Pablo (Sha'ul en hebreo) nos comparte una interpretación alegórica de la historia de Sara e Hagar que se encuentra en el libro del Bereshit (Génesis). Esta metodología es conocida como Midrash. En este caso, Pablo utiliza un enfoque llamado Midrash Agadá, que busca entender el texto bíblico a través de interpretaciones alegóricas y simbólicas, y no meramente literales.

La historia de Sara y Hagar gira en torno a dos mujeres, una libre y otra esclava, quienes son esposas de Avraham (Abraham) y madres de sus dos hijos, Itzjak (Isaac) e Yishmael (Ismael). Sara, la esposa principal y estéril, ofrece a Hagar, su sierva egipcia, a Avraham para tener descendencia. Hagar da a luz a Yishmael, pero más tarde, Sara también concibe y da a luz a Itzjak, cumpliendo así la promesa del Eterno.

En Gálatas 4:21-31, Sha'ul utiliza esta narrativa para establecer una conexión alegórica entre las dos mujeres y sus hijos, y las dos alianzas (britot en hebreo) que Dios establece con su pueblo. Sha'ul presenta a Hagar y Yishmael como símbolos de la Antigua Alianza, establecida en el monte Sinaí. Por otro lado, Sara e Itzjak representan la Nueva Alianza, basada en la promesa, la fe y la libertad en el Mashíaj (Mesías), que en este caso es Yeshúa (Jesús).

Pablo utiliza el concepto de "Jerusalén de arriba" (Yerushalayim shel ma'alah) como una metáfora de la Nueva Alianza, que otorga la libertad y la adopción como hijos de Dios a aquellos que creen en Yeshúa. Mientras tanto, la "Jerusalén terrenal" (Yerushalayim shel matah) representa la Antigua Alianza y su relación con la Ley y la esclavitud espiritual.

La enseñanza central de este pasaje es la idea de que los creyentes en Yeshúa, tanto judíos como gentiles, son parte de la Nueva Alianza y, por lo tanto, herederos de las promesas hechas a Avraham y a Itzjak. De esta manera, Sha'ul utiliza la técnica del Midrash Agadá para transmitir un mensaje importante a los seguidores de Yeshúa como el Mashíaj.
 
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Reacciones: MiguelR y franco48
En hebreo, “אֲדֹנָ-י” (Adon-ai) es una forma específica y reverente de dirigirse a Dios, mientras que “אָדוֹן” (adón) se emplea para referirse a un señor, amo o jefe humano. Los escritores hebreos del Nuevo Testamento, al encontrarse con la limitación de una sola palabra griega “κύριος” (kyrios) para expresar ambos conceptos, pudieron haber experimentado dificultad al tratar de transmitir las diferencias que existen en su lengua materna.

Esta ambigüedad en el uso de “κύριος” (kyrios) puede llevar a interpretaciones erróneas o ambiguas de algunos versículos.

Gracias nuevamente por tan interesante artículo.
Permíteme un comentario teológico:


Como señala nuestro compañero, en el Antiguo Testamento, Jehová es llamado "Señor" (Adonai) y no hay posibilidad de confusión alguna.
Pero en el Nuevo, bajo la influencia de la cultura y lengua griega, Jesús es llamado "Señor"(kyrios) en consideración a nuestra relación como siervos de quien es el Mesías, el Ungido de Dios.
Es ahí cuando el uso de "Señor" para Jesús y no para YHVH (el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob) se habría podido prestar a confusión.

Para evitar tal confusión, cada que los apóstoles colocan juntos al Padre y a Jesucristo en la misma frase, al Padre le asignan el título de Dios, mientras que a Jesús el de Señor. Esto no es una coincidencia: se repite una y otra y otra vez . Dos entes, con dos títulos distintos y que nunca se intercambian.

En la siguiente lista de 20 versículos, señalo
en azul al Padre con su título de Dios, y en verde a Jesucristo con su título de Señor.
En rojo, he puesto las frases en que además de esto, se indica explícitamente que el Padre es el Dios del Señor Jesucristo.


  1. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Filemón 3)
  2. a Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador. (Tito 1:4)
  3. a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor. (1 Tim 1:2)
  4. a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor. (1 Tim 1:2)
  5. a todos los que estáis en Roma, amados de Dios... Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Rom 1:7)
  6. para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. (Rom 15:6)
  7. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (1 Cor 1:3)
  8. para nosotros, sin embargo, solo hay un Dios, el Padre... y un Señor, Jesucristo... (1 Cor 8:6)
  9. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es bendito por los siglos, sabe que no miento. (2 Cor 11:31)
  10. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual... (Ef 1:3)
  11. para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación... (Ef 1:17)
  12. y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Fil 2:11)
  13. Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, (Col 1:3)
  14. Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (1 Tes 1:1)
  15. Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros. (1 Tes 3:11)
  16. para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos. (1 Tes 3:13)
  17. Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo: (2 Tes 1:1)
  18. Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, (2 Tes 2.16)
  19. Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, (1 P 1:3)
  20. Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor. (2 Jn 1:3)
 
Gracias nuevamente por tan interesante artículo.
Permíteme un comentario teológico:


Como señala nuestro compañero, en el Antiguo Testamento, Jehová es llamado "Señor" (Adonai) y no hay posibilidad de confusión alguna.
Pero en el Nuevo, bajo la influencia de la cultura y lengua griega, Jesús es llamado "Señor"(kyrios) en consideración a nuestra relación como siervos de quien es el Mesías, el Ungido de Dios.
Es ahí cuando el uso de "Señor" para Jesús y no para YHVH (el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob) se habría podido prestar a confusión.

Para evitar tal confusión, cada que los apóstoles colocan juntos al Padre y a Jesucristo en la misma frase, al Padre le asignan el título de Dios, mientras que a Jesús el de Señor. Esto no es una coincidencia: se repite una y otra y otra vez . Dos entes, con dos títulos distintos y que nunca se intercambian.

En la siguiente lista de 20 versículos, señalo
en azul al Padre con su título de Dios, y en verde a Jesucristo con su título de Señor.
En rojo, he puesto las frases en que además de esto, se indica explícitamente que el Padre es el Dios del Señor Jesucristo.


  1. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Filemón 3)
  2. a Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador. (Tito 1:4)
  3. a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor. (1 Tim 1:2)
  4. a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor. (1 Tim 1:2)
  5. a todos los que estáis en Roma, amados de Dios... Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Rom 1:7)
  6. para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. (Rom 15:6)
  7. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (1 Cor 1:3)
  8. para nosotros, sin embargo, solo hay un Dios, el Padre... y un Señor, Jesucristo... (1 Cor 8:6)
  9. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es bendito por los siglos, sabe que no miento. (2 Cor 11:31)
  10. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual... (Ef 1:3)
  11. para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación... (Ef 1:17)
  12. y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Fil 2:11)
  13. Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, (Col 1:3)
  14. Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (1 Tes 1:1)
  15. Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros. (1 Tes 3:11)
  16. para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos. (1 Tes 3:13)
  17. Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo: (2 Tes 1:1)
  18. Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, (2 Tes 2.16)
  19. Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, (1 P 1:3)
  20. Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor. (2 Jn 1:3)
Qué excelente contribución has hecho al destacar la diferencia y la importancia de los títulos de Dios y señor en los versículos mencionados.
Tu análisis demuestra los detalles importantes de las Escrituras.

Además, es evidente que tu humildad y profunda reverencia por la Palabra de Dios son características valiosas en la búsqueda de la verdad y la comprensión de lo concerniente al Eterno.

Muchas gracias por compartir la lista con las menciones destacadas en colores para una más rápida identificación.
 
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Reacciones: Pancho Frijoles
En Gálatas 4:21-31, el apóstol Pablo (Sha'ul en hebreo) nos comparte una interpretación alegórica de la historia de Sara e Hagar que se encuentra en el libro del Bereshit (Génesis). Esta metodología es conocida como Midrash. En este caso, Pablo utiliza un enfoque llamado Midrash Agadá, que busca entender el texto bíblico a través de interpretaciones alegóricas y simbólicas, y no meramente literales.

La historia de Sara y Hagar gira en torno a dos mujeres, una libre y otra esclava, quienes son esposas de Avraham (Abraham) y madres de sus dos hijos, Itzjak (Isaac) e Yishmael (Ismael). Sara, la esposa principal y estéril, ofrece a Hagar, su sierva egipcia, a Avraham para tener descendencia. Hagar da a luz a Yishmael, pero más tarde, Sara también concibe y da a luz a Itzjak, cumpliendo así la promesa del Eterno.

En Gálatas 4:21-31, Sha'ul utiliza esta narrativa para establecer una conexión alegórica entre las dos mujeres y sus hijos, y las dos alianzas (britot en hebreo) que Dios establece con su pueblo. Sha'ul presenta a Hagar y Yishmael como símbolos de la Antigua Alianza, establecida en el monte Sinaí. Por otro lado, Sara e Itzjak representan la Nueva Alianza, basada en la promesa, la fe y la libertad en el Mashíaj (Mesías), que en este caso es Yeshúa (Jesús).

Pablo utiliza el concepto de "Jerusalén de arriba" (Yerushalayim shel ma'alah) como una metáfora de la Nueva Alianza, que otorga la libertad y la adopción como hijos de Dios a aquellos que creen en Yeshúa. Mientras tanto, la "Jerusalén terrenal" (Yerushalayim shel matah) representa la Antigua Alianza y su relación con la Ley y la esclavitud espiritual.

La enseñanza central de este pasaje es la idea de que los creyentes en Yeshúa, tanto judíos como gentiles, son parte de la Nueva Alianza y, por lo tanto, herederos de las promesas hechas a Avraham y a Itzjak. De esta manera, Sha'ul utiliza la técnica del Midrash Agadá para transmitir un mensaje importante a los seguidores de Yeshúa como el Mashíaj.
“¡Canta, oh estéril, tú que no dabas a luz hijos! ¡rompe en alabanzas y alza el grito, tú que nunca estuviste de parto! porque más son los hijos de la desolada que los hijos de la casada, dice Jehová.”

El relato continúa con una llamada a la mujer desolada a que ensanche su tienda de campaña y se prepare para el aumento porque la vergüenza de su juventud y de su viudez ha de olvidarse:

“Porque marido tuyo es tu Hacedor, Jehová de los Ejércitos es su nombre.”

En ira Jehová había ocultado su rostro de ella por un momento y por un momentito se había olvidado de ella, pero ahora con gran misericordia y bondad toma a sí mismo a esta desolada que era como una viuda y la bendice con una prole numerosa, haciéndola más bendita que la mujer casada en este respecto.—Isa. 54:1-8.

Pablo habló de estas dos mujeres simbólicas y las comparó a Sara y Agar:

“Está escrito que Abrahán adquirió dos hijos, uno de la sierva y uno de la mujer libre; pero el de la sierva nació realmente según la manera de la carne, el otro, de la mujer libre por medio de una promesa.

Estas cosas quedan como un drama simbólico; porque estas mujeres significan dos pactos, el uno del monte Sinaí, que produce hijos para esclavitud, y el cual es Agar.

Bueno, esta Agar significa Sinaí, un monte en Arabia, y ella corresponde a la Jerusalén de hoy día, porque está en esclavitud con sus hijos.

Pero la Jerusalén que está arriba es libre, y ella es nuestra madre.

Porque está escrito: ‘Regocíjate, tú mujer estéril que no produces hijos; prorrumpe y clama en voz alta, tú mujer que no tienes dolores de parto; porque los hijos de la mujer desolada son más numerosos que los de aquella que tiene el esposo.’

Ahora nosotros, hermanos, somos hijos pertenecientes a la promesa igual como lo fue Isaac.

Pero así como en ese entonces el que nació según la manera de la carne empezó a perseguir al que nació según la manera del espíritu, así ahora también.

Sin embargo, ¿qué dice la Escritura? ‘Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque de ninguna manera recibirá herencia el hijo de la sierva con el hijo de la mujer libre.’

Por lo tanto, hermanos, somos hijos, no de una sierva, sino de la mujer libre.”—Gál. 4:22-31.

Agar representó el sistema del pacto de la ley que fue instituido en el monte Sinaí y que produjo al Israel natural como una nación de personas para el nombre de Jehová y que resultó en el establecimiento de Jerusalén con su templo para el ofrecimiento de sacrificios en armonía con los términos del pacto.

Constantemente se le hizo recordar a esta Jerusalén natural, terrestre, que estaba en esclavitud al pecado y a la muerte.

Los hijos que este sistema produjo estaban en esclavitud, así como lo estuvo el hijo de la sierva Agar.

No obstante, por mucho tiempo ellos eran los únicos hijos que se habían producido.

Sara no tenía prole, a pesar de ser la mujer libre y de habérsele prometido un hijo.

Finalmente, ella produjo este hijo, Isaac. Ella representó el arreglo del nuevo pacto y la Jerusalén que está arriba, la que esperó mucho tiempo antes de producir hijos.

Hasta que lo hizo estuvo desolada, semejante a una esposa de la juventud repudiada, semejante a una viuda, tal como si no estuviera casada o no tuviera marido en cuanto a tener prole.

La Jerusalén representada por Agar era la que verdaderamente parecía estar casada y ser productora de hijos.

En el idioma hebreo la palabra ciudad es de género femenino; se habla de la ciudad como de una mujer, y se hace referencia a sus moradores como sus hijos.

Igual que Sara, la Jerusalén celestial, la Jerusalén que está arriba, la organización invisible de Jehová, finalmente produjo una simiente de promesa, la Simiente prometida en Génesis 3:15.

Ella hizo esto después de un período de espera de 4,000 años al tiempo en que Jesús fue producido como el Hijo de Jehová cuando se bautizó y fue engendrado por el espíritu.

Más hijos libres, hijos de promesa, no bajo el sistema del pacto de la ley de esclavitud representado por Agar, fueron producidos por la mujer libre al tiempo del Pentecostés y después, a medida que otros fueron engendrados por el espíritu y hechos partícipes del cuerpo de Cristo o su congregación celestial.

Estos fueron perseguidos por el sistema religioso judío y sus líderes, los que fueron representados por el hijo de Agar, Ismael, que persiguió a Isaac.

Sin embargo, la prole de la Jerusalén que está arriba se multiplicó mientras los de la Jerusalén natural, terrestre, que resultaron ser infieles, fueron repudiados como hijos del gran Padre y Esposo, Jehová.

Sara era una mujer que vivía en tiendas, y un aumento en el número de la familia hubiera hecho necesario ensanchar la tienda; de modo que se le dijo a la organización mujer representada por Sara que llegaría el tiempo en que ella tendría que ensanchar su tienda.

Con el tiempo ella tendría más prole que el sistema de ley semejante a Agar que produjo a la nación de Israel, de la cual todos, sin embargo, con la excepción de un resto pequeño, fueron infieles y se quedaron en esclavitud al pecado y a la muerte.

De modo que la mujer casada de Isaías 54:1 fue la Jerusalén infiel cuyos moradores o hijos fueron repudiados, mientras que la mujer que por mucho tiempo fue desolada, como una esposa repudiada o viuda sin hijos, es la organización universal de Jehová, la Jerusalén que está arriba, quien a debido tiempo produce muchos hijos.
 
Gracias nuevamente por tan interesante artículo.
Permíteme un comentario teológico:


Como señala nuestro compañero, en el Antiguo Testamento, Jehová es llamado "Señor" (Adonai) y no hay posibilidad de confusión alguna.
Pero en el Nuevo, bajo la influencia de la cultura y lengua griega, Jesús es llamado "Señor"(kyrios) en consideración a nuestra relación como siervos de quien es el Mesías, el Ungido de Dios.
Es ahí cuando el uso de "Señor" para Jesús y no para YHVH (el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob) se habría podido prestar a confusión.

Para evitar tal confusión, cada que los apóstoles colocan juntos al Padre y a Jesucristo en la misma frase, al Padre le asignan el título de Dios, mientras que a Jesús el de Señor. Esto no es una coincidencia: se repite una y otra y otra vez . Dos entes, con dos títulos distintos y que nunca se intercambian.

En la siguiente lista de 20 versículos, señalo
en azul al Padre con su título de Dios, y en verde a Jesucristo con su título de Señor.
En rojo, he puesto las frases en que además de esto, se indica explícitamente que el Padre es el Dios del Señor Jesucristo.


  1. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Filemón 3)
  2. a Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador. (Tito 1:4)
  3. a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor. (1 Tim 1:2)
  4. a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor. (1 Tim 1:2)
  5. a todos los que estáis en Roma, amados de Dios... Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Rom 1:7)
  6. para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. (Rom 15:6)
  7. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (1 Cor 1:3)
  8. para nosotros, sin embargo, solo hay un Dios, el Padre... y un Señor, Jesucristo... (1 Cor 8:6)
  9. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es bendito por los siglos, sabe que no miento. (2 Cor 11:31)
  10. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual... (Ef 1:3)
  11. para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación... (Ef 1:17)
  12. y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Fil 2:11)
  13. Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, (Col 1:3)
  14. Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (1 Tes 1:1)
  15. Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros. (1 Tes 3:11)
  16. para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos. (1 Tes 3:13)
  17. Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo: (2 Tes 1:1)
  18. Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, (2 Tes 2.16)
  19. Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, (1 P 1:3)
  20. Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor. (2 Jn 1:3)
Falta incluir estos texto:
2 Pedro 1:1 Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo,
Tito 1:3 y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro Salvador,
Tito 1:4 a Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador.
Tito 2:13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
 
En Gálatas 4:21-31, el apóstol Pablo (Sha'ul en hebreo) nos comparte una interpretación alegórica de la historia de Sara e Hagar que se encuentra en el libro del Bereshit (Génesis). Esta metodología es conocida como Midrash. En este caso, Pablo utiliza un enfoque llamado Midrash Agadá, que busca entender el texto bíblico a través de interpretaciones alegóricas y simbólicas, y no meramente literales.

La historia de Sara y Hagar gira en torno a dos mujeres, una libre y otra esclava, quienes son esposas de Avraham (Abraham) y madres de sus dos hijos, Itzjak (Isaac) e Yishmael (Ismael). Sara, la esposa principal y estéril, ofrece a Hagar, su sierva egipcia, a Avraham para tener descendencia. Hagar da a luz a Yishmael, pero más tarde, Sara también concibe y da a luz a Itzjak, cumpliendo así la promesa del Eterno.

En Gálatas 4:21-31, Sha'ul utiliza esta narrativa para establecer una conexión alegórica entre las dos mujeres y sus hijos, y las dos alianzas (britot en hebreo) que Dios establece con su pueblo. Sha'ul presenta a Hagar y Yishmael como símbolos de la Antigua Alianza, establecida en el monte Sinaí. Por otro lado, Sara e Itzjak representan la Nueva Alianza, basada en la promesa, la fe y la libertad en el Mashíaj (Mesías), que en este caso es Yeshúa (Jesús).

Pablo utiliza el concepto de "Jerusalén de arriba" (Yerushalayim shel ma'alah) como una metáfora de la Nueva Alianza, que otorga la libertad y la adopción como hijos de Dios a aquellos que creen en Yeshúa. Mientras tanto, la "Jerusalén terrenal" (Yerushalayim shel matah) representa la Antigua Alianza y su relación con la Ley y la esclavitud espiritual.

La enseñanza central de este pasaje es la idea de que los creyentes en Yeshúa, tanto judíos como gentiles, son parte de la Nueva Alianza y, por lo tanto, herederos de las promesas hechas a Avraham y a Itzjak. De esta manera, Sha'ul utiliza la técnica del Midrash Agadá para transmitir un mensaje importante a los seguidores de Yeshúa como el Mashíaj.

Lo único que ha demostrado es minar la credibilidad del Evangelio de Cristo y de la Palabra de Dios y evidente su formación judía y anticristiana y usted esta formado en le hebreo moderno, que nada tiene que ver con el Hebreo antiguo o arqueológico y lo hace estudioso de algun rabino ortodoxo o ultraortodoxo y no quiero que crea que son antijudío, porque Dios me dice que soy judío y de la tribu de Juda y casa de David y usted tendrá que demostrarlo , si puede el día que se muera que lo es o de la sinagoga de satanás.​

 

El griego no distingue entre “Señor” y “señor”

En hebreo, “אֲדֹנָ-י” (Adon-ai) es una forma específica y reverente de dirigirse a Dios, mientras que “אָדוֹן” (adón) se emplea para referirse a un señor, amo o jefe humano. Los escritores hebreos del Nuevo Testamento, al encontrarse con la limitación de una sola palabra griega “κύριος” (kyrios) para expresar ambos conceptos, pudieron haber experimentado dificultad al tratar de transmitir las diferencias que existen en su lengua materna.
Hola, tema interesante.

He querido mirar que otras cosas se dicen por ahí sobre adon-adonai y he encontrado esto

site: Emunah Hebrea:

la forma plural de la palabra “Adón” es “Adonim”. La palabra “Adonim” con el sufijo posesivo de la primera persona singular forma la palabra “Adonai” que literalmente significa “mis Señores”.

Entiendo entonces que adonim es como elohim, un plural mayestático. En griego no existe este uso en tercera persona, por consiguiente se traduciría en singular.
Ahora bien, el posesivo sí existe, por consiguiente Adonai se prodría haber traducido por "mi Señor". Si los escritores neotestamentarios no lo hicieron, quizas hay alguna razon. Por ejemplo, que estuvieran más helenizados que hebraizados, linguisticamente hablando.
 
Falta incluir estos texto:
2 Pedro 1:1 Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo,
Tito 1:3 y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro Salvador,
Tito 1:4 a Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador.
Tito 2:13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
Hola Jorge:

Gracias por las citas.
Solo el primero y el cuatro versículo de tu lista asignan a Jesucristo el título de Dios.
Yo no puse todos los versículos que asignan el título de Dios solo al Padre pero no a Jesucristo, cuando ambos nombres se mencionan en la misma frase: en realidad no son 20 sino 29 versículos, contra solo 2. Dime entonces cuál es la regla y cuál la excepción.

Es mucho más sencillo explicar 2 versículos como probables errores de copistas o traductores, que creer que 29 versículos han sido copiados equivocadamente. Cuando tenga tiempo la proxima semana explicaré, en particular, 2 Pedro 1:1.
Salgo de viaje mañana , gracias a Dios!

Adelanto mientras tanto un tip: Leamos toda la segunda epístola de Pedro (es muy breve) y preguntémonos:

Cuántas veces y en qué contexto se menciona “Dios”?
Cuántas veces y en qué contexto se menciona la fórmula “Señor y Salvador Jesucristo”?
En qué otro libro de la Biblia se usa la fórmula “Señor y Salvador Jesucristo”?
 
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Entiendo entonces que adonim es como elohim, un plural mayestático. En griego no existe este uso en tercera persona, por consiguiente se traduciría en singular.
Ahora bien, el posesivo sí existe, por consiguiente Adonai se prodría haber traducido por "mi Señor". Si los escritores neotestamentarios no lo hicieron, quizas hay alguna razon. Por ejemplo, que estuvieran más helenizados que hebraizados, linguisticamente hablando.
Hola, mucho gusto
No tengo recuerdo de algún versículo en el que adonim se refiera a Dios.
Aunque sí hay un caso en el que recuerdo que se usa como plural intensivo, más que como mayestático. El “adonim kashé” (אדנים קשה) de Isaías 9:4.
 

Lo único que ha demostrado es minar la credibilidad del Evangelio de Cristo y de la Palabra de Dios y evidente su formación judía y anticristiana y usted esta formado en le hebreo moderno, que nada tiene que ver con el Hebreo antiguo o arqueológico y lo hace estudioso de algun rabino ortodoxo o ultraortodoxo y no quiero que crea que son antijudío, porque Dios me dice que soy judío y de la tribu de Juda y casa de David y usted tendrá que demostrarlo , si puede el día que se muera que lo es o de la sinagoga de satanás.​

Lamento haberte hecho dudar de tu fe. Quizá mi argumento es demasiado fuerte, o tu fe demasiado débil.
 
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Reacciones: Pancho Frijoles
Solo el primero y el cuatro versículo de tu lista asignan a Jesucristo el título de Dios.
Yo no puse todos los versículos que asignan el título de Dios solo al Padre pero no a Jesucristo, cuando ambos nombres se mencionan en la misma frase: en realidad no son 20 sino 29 versículos, contra solo 2. Dime entonces cuál es la regla y cuál la excepción.
¿Crees que la revelación se trata de colocar unos versículos contra otros?
¿Crees que la verdad sobre Jesucristo se obtiene por mayoría de votos?
Ya sé que profesas que el afirmar que Jesucristo "es el Hijo de Dios" significa que no es Dios, no estoy de acuerdo con eso y no creo que lleguemos a estarlo
  1. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Filemón 3)
  2. a Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador. (Tito 1:4)
  3. a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor. (1 Tim 1:2)
  4. a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor. (1 Tim 1:2)
  5. a todos los que estáis en Roma, amados de Dios... Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Rom 1:7)
  6. para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. (Rom 15:6)
  7. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (1 Cor 1:3)
  8. para nosotros, sin embargo, solo hay un Dios, el Padre... y un Señor, Jesucristo... (1 Cor 8:6)
  9. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es bendito por los siglos, sabe que no miento. (2 Cor 11:31)
  10. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual... (Ef 1:3)
  11. para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación... (Ef 1:17)
  12. y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Fil 2:11)
  13. Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, (Col 1:3)
  14. Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (1 Tes 1:1)
  15. Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros. (1 Tes 3:11)
  16. para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos. (1 Tes 3:13)
  17. Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo: (2 Tes 1:1)
  18. Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, (2 Tes 2.16)
  19. Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, (1 P 1:3)
  20. Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor. (2 Jn 1:3)
Veamos
Los 20 versículos que citas mencionan a Jesucristo como El Señor
¿A quién se le llama Señor en las escrituras?
Éxodo 4:10 Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, (cinco veces en éxodo Moisés llama Señor a Dios)
Josué 3:11 He aquí, el arca del pacto del Señor de toda la tierra pasará delante de vosotros en medio del Jordán. (cuatro veces Josué llama Señor a Dios)
Isaías 3:1 Porque he aquí que el Señor Jehová de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá al sustentador y al fuerte, todo sustento de pan y todo socorro de agua; (Isaías llama 40 veces Señor a Dios)

Hechos 2:36 Persuádase, pues, toda la casa de Israel, que Dios ha constituido Señor, y Cristo, a este mismo Jesús, al cual vosotros habéis crucificado.
Esto significa que Dios ha constituido Dios, Cristo y Salvador a este mismo Jesús

2 Pedro 1:1 Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo,

¿A quién se le llama Salvador en las escrituras?
 
¿Crees que la revelación se trata de colocar unos versículos contra otros?
Sí, entre otras cosas, sí, Jorge Enrique.
De eso se trata el estudio de la Escrituras, no solo en este sino en otros temas controversiales.
Tienes que contrastar unos versículos con otros. Y no solo es cuestión de números sino del análisis del texto y contexto en que están situados. Por ejemplo, los versículos que ponen al Padre y a Jesucristo justo uno al lado del otro, y luego asignan títulos distintos a cada uno, tienen un valor todavía mayor para definir esta cuestión, que los versículos que describen los atributos de cada quien por separado.

Ya sé que profesas que el afirmar que Jesucristo "es el Hijo de Dios" significa que no es Dios, no estoy de acuerdo con eso y no creo que lleguemos a estarlo
No espero que estés de acuerdo, Jorge Enrique. Solo que tú y quienes nos leen entiendan en qué nos basamos los que pensamos distinto, qué tan complejo es el tema y que tan irrelevante es tener la razón.
Veamos
Los 20 versículos que citas mencionan a Jesucristo como El Señor
¿A quién se le llama Señor en las escrituras?
En otro post ya aclaramos que en el AT Jehová es tratado como Señor, que en el NT a Jesús se le trata como Señor, y que precisamente para evitar confusión, los apóstoles comienzan a referirse al Padre (pero no a Jesucristo) como Dios… especialmente cuando ponen juntos a Padre y a Jesucristo en la misma frase.
¿A quién se le llama Salvador en las escrituras?
Tanto al Padre como al Hijo se les llama Salvador. Uno porque es el origen y otro porque es el medio. Te mostraré la diferencia en otro post.
Pero aquí no discuto si ambos son santos, justos, jueces, redentores, salvadores o cualquier otro calificativo. Discuto específicamente si ambos reciben o no el título de Dios.
 
Sí, entre otras cosas, sí, Jorge Enrique.
De eso se trata el estudio de la Escrituras, no solo en este sino en otros temas controversiales.
En otros temas, sí, estoy de acuerdo.
Sin embargo, si partimos de la premisa, que las escrituras son revelación de Dios. Un versículo al compararlo, enfrentándolo a otro, no lo anula; por el contrario, lo complementa y en otros casos lo confirma.
De lo contrario, estaríamos aceptando que Dios se contradice. Y no creo que eso ocurra.
 
En otro post ya aclaramos que en el AT Jehová es tratado como Señor, que en el NT a Jesús se le trata como Señor,
Tanto al Padre como al Hijo se les llama Salvador.
Así es:
Dios es Señor, Jesús es Señor
Dios es Salvador, Jesús es Salvador

Sin mencionar todavía que:
A Dios se adora, al Cordero se adora
A Dios la Honra y la Gloria, Al Cordero la Honra y la Gloria
Porque el Cordero es Jesucristo
Dios es el primero y el último, Jesús es el Alfa y Omega

Como bien dices:
"Para que, quienes nos leen, entiendan en qué nos basamos los que pensamos distinto"
 
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y que precisamente para evitar confusión, los apóstoles comienzan a referirse al Padre (pero no a Jesucristo) como Dios… especialmente cuando ponen juntos a Padre y a Jesucristo en la misma frase.
No creo que utilicen la palabra "Padre", para evitar ninguna confusión, sino porque Jesús les enseñó que Dios es el Padre diciéndoles: Tu Padre que está en los cielos, tu Padre que ve en lo secreto, oren así: Padre nuestro, vuestro Padre os perdonará etc.
 
Lamento haberte hecho dudar de tu fe. Quizá mi argumento es demasiado fuerte, o tu fe demasiado débil.

Usted me confirma sus intenciones y está muy equivocado de ninguna manera ha puesto mi fe en duda, sino que con toda claridad y como profeta de Dios que soy, le leí todo su escondido y pretendido engaño de minar las traducciones de nuestras Biblias y usted cree que descubrió la pólvora y como escucho a judíos religiosos sé como piensan de Jesús y de nosotros y no es honesto, porque aquí han entrado personas judías religiosas y que con el mismo fin traducir nuestras Biblias con sus enseñanzas y la verdad es siempre la misma, que usted le han enseñado un hebreo diferente al escrito en la Biblia hebrea y en la Biblia cristiana gran parte escrita en griego y bien dice en la nuestra que ustedes tienen un venda puesta y no pueden ver y sentir lo que nosotros con el Evangelio porque es por el Espíritu de Dios que no tienen.​

2 Corintios 2:12 Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; 13 y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. 14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. 15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. 17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.​

 
Me gusta mirar en el silencio la sucesión de hechos. La transición hebrea hacia los escritos del nuevo testamento, traen a mi mente las palabras del apóstol enviado a los gentiles:

...Porque sin fe es imposible agradar a Dios...

Jesús limpió el camino hacia el Altísimo, con un testimonio que el Espíritu de los profetas consolidó. Esta es la confianza de saber que el nombre sobre todo nombre es la consumación del testimonio que las Escrituras nos han dado del que confesó existir antes que abraham.

Así, por respeto a la dinámica del tema, me mantendré en calidad de observador de hechos. Pero si me piden confesión, no dudaré ni me avergonzaré en decir que Cristo es mi Señor.


Un saludo a todos.
 
En otros temas, sí, estoy de acuerdo.
Sin embargo, si partimos de la premisa, que las escrituras son revelación de Dios. Un versículo al compararlo, enfrentándolo a otro, no lo anula; por el contrario, lo complementa y en otros casos lo confirma.
De lo contrario, estaríamos aceptando que Dios se contradice. Y no creo que eso ocurra.
Dios no se contradice.
Es el texto que nos ha llegado el que puede contener errores. Ya se han descubierto a lo largo de la historia.
Quienes se resisten a sopesar las evidencias de pasajes mal copiados o traducidos, mutilados o agregados, es porque piensan que el texto es la Palabra de Dios.
Pero el texto no es la Palabra de Dios. Es un trasmisor de la Palabra de Dios. El trasmisor puede tener defectos.
Es lo mismo que pasa con nuestro cuerpo. Es el templo del Espíritu Santo, pero no es el Espíritu Santo. Este templo puede tener defectos.
 
Dios no se contradice.
Es el texto que nos ha llegado el que puede contener errores. Ya se han descubierto a lo largo de la historia.
Quienes se resisten a sopesar las evidencias de pasajes mal copiados o traducidos, mutilados o agregados, es porque piensan que el texto es la Palabra de Dios.
Pero el texto no es la Palabra de Dios. Es un trasmisor de la Palabra de Dios. El trasmisor puede tener defectos.
Es lo mismo que pasa con nuestro cuerpo. Es el templo del Espíritu Santo, pero no es el Espíritu Santo. Este templo puede tener defectos.
Bien, por un lado dices:
Dios no se contradice
Y por otro:
Las escrituras no son palabra de Dios
Entonces:
¿Cómo sabes que Dios no se contradice?