Bueno, en realidad esa frase (más o menos) de «Todos los pecados serán perdonados, excepto el pecado contra el Espíritu Santo» la enseñó Jesús. En todo caso, es bueno recordarla.
Que el Señor nuestro Dios Verdadero le bendiga a usted y a los suyos.
O piensas tu que por ejemplo un musulman va al castigo eterno que tambien es llamado como tinieblas exteriores solo por haber sido mal influido desde chiquillo? O como explicar un infante, si se dice que tiene pecado original.
No es lo mismo nacer bajo las condiciones que un padre trae sobre su familia por sus decisiones, que ser culpable de los pecados de los padres. Un niño no se forma él mismo ni se concibe él mismo, lo forman y lo conciben, somos concebidos y formados en un mundo caido, pero no somos culpables de los pecados de nuestros padres. Adán y Eva asumieron su responsabilidad, era imposible que diera comienzo este estado de probación sin una transgresión que hiciera posible salir del jardín de Edén, o sea, el primer templo creado en la tierra y donde se ejecutan los ritos que agradan a Dios por ser ordenanzas eternas, el templo es un lugar santo donde Dios mismo acude. Y es imposible volver al Padre (que mora en un lugar santísimo) si no probamos que somos capaces de mantener ese lugar santo, porque nada impuro puede morar allí. La doctrina es que la caida fue en realidad un comienzo y algo en los planes de la Divinidad, pero prefieres aceptar que la caida fue un chasco en los planes de Dios, para lo cual tampoco hay apoyo en la biblia, sólo un relato de la caida pero no un porqué. Es tu elección aceptar el chasco o el comienzo. Yo se que nuestros primeros padres fueron escogidos por Dios para producir la caida.
El plan de Dios implicaba la caida, el albedrío moral de la humanidad y un gran sacrificio. Jehová, a quien conocemos como Jesucristo, se ofreció para ser aquel sacrificio y sufrir por todos nuestros pecados. Él estaba dispuesto a dar Su vida por Sus hermanos y hermanas para que aquellos que se arrepintieran pudiesen regresar limpios y con el tiempo llegaran a ser como su Padre Celestial que mora en los cielos.
Satanás por su lado nunca tendrá un cuerpo, nunca tendrá esposa ni una familia, y nunca tendrá una plenitud de gozo, por lo que desea que todos los hombres y mujeres sean miserables como él.
Los que no son redimidos por la Expiación están en las tinieblas de afuera, que es la morada del diablo, de sus ángeles y de los hijos de perdición. Los hijos de perdición son los que no reciben perdón en este mundo ni en el venidero, habiendo negado al Santo Espíritu después de haberlo recibido, y habiendo negado al Unigénito del Padre, crucificándolo para sí mismos y exponiéndolo a vituperio. Tales personas no heredarán un lugar en ningún reino de gloria, sino que continuarán en las condiciones del infierno.