Estimados amigos. Soy un musulmán que desea compartir con vosotros una cuestión que seguro que muchos no conocéis y que os resultara extremadamente interesante. ¿Quiénes sabían que el islam, el Corán y el mismísimo Profeta Mahoma son mencionados y anunciados en los diversos libros de la Biblia por los profetas de Dios? Pues sí, efectivamente, ahí se encuentran, en la Biblia.
Muchos ignorarían este hecho debido a que para identificarlos es necesario tener cierto conocimiento sobre el islam, el Corán y Mahoma de forma previa para que, cuando uno se topa con pasajes que los describen y mencionan, pueda establecer la relación entre el texto que lee y aquello a lo que hace referencia. Sin embargo, en este post vamos a poder analizar juntos los textos en cuestión para ver que esto es así, para acrecentar nuestro conocimiento y yo os voy a ayudar a ello.
En primer lugar hemos de tener en cuenta que Dios ha enviado a miles de profetas a lo largo del tiempo y de la geografía del globo para que el mensaje de la fe le llegara a todos los seres humanos. Cuando estos profetas llegaban, confirmaban la misión de profetas anteriores, continuaban con su misión de instruir a la gente en materia de religión y anunciaban los profetas venideros que continuarían con su labor.
Es así como en Deuteronomio el Profeta Moisés hace mención de los hitos de la revelación que un día conformarían las tres confesiones monoteístas abrahámicas.
Dijo: Jehová vino de Sinaí, Y de Seir les esclareció; Resplandeció desde el monte de Parán, Y vino de entre diez millares de santos, Con la ley de fuego a su mano derecha. Deuteronomio 33.2 RVR1960
Así pues, se hace referencia al judaísmo, mediante la mención al Sinaí, donde el Profeta Moisés inicio su misión al recibir por vez primera la revelación de la Torá. También se nombra a Seir, el desierto en Tierra Santa a donde se retiró el Profeta Jesús y en el que comenzó su misión profética y la revelación del Evangelio. Por último se hace referencia a Parán, el monte adyacente a La Meca donde el Profeta Mahoma recibió por primera vez la revelación del Corán, lo que dio inicio a su misión. Se menciona la ley que Dios envía a la humanidad en estas tres ocasiones, en referencia a los 3 libros revelados de las mencionadas confesiones. Por añadidura, se hace referencia a los 10.000 hombres seguidores del Profeta Mahoma que retornaron con él a La Meca tras la Hégira de La Meca a Medina.
Veamos, ¿quién es el profeta Mahoma? El Profeta Mahoma es el último y definitivo profeta enviado por Dios a la humanidad. Este profeta habitó Arabia entre los siglos VI y VII y desciende del Profeta Abraham por medio de su hijo, el Profeta Ismael, el padre de los árabes. El Profeta Ismael se estableció junto con su madre, Agar, en la zona del Monte Parán, al oeste de Arabia, tal y como nos informa el Génesis.
Y habitó en el desierto de Parán; y su madre le tomó mujer de la tierra de Egipto. Génesis 21.21 (RVR1960)
Abraham e Ismael construyeron juntos el templo de La Caaba que aun a día de hoy se encuentra en La Meca y al que peregrinan los musulmanes del mundo cada año. Con el transcurso de los siglos la descendencia del Profeta Ismael se multiplicó, dando origen a los árabes, y en su seno acabó naciendo el Profeta Mahoma, como anuncia el Génesis.
Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente. Génesis 21.13 (RVR1960)
En el libro de Isaías vemos cómo este profeta anunció el surgimiento de un nuevo profeta en Arabia.
13 Profecía sobre Arabia. En el bosque pasaréis la noche en Arabia, oh caminantes de Dedán. 14 Salid a encontrar al sediento; llevadle agua, moradores de tierra de Tema, socorred con pan al que huye. 15 Porque ante la espada huye, ante la espada desnuda, ante el arco entesado, ante el peso de la batalla. 16 Porque así me ha dicho Jehová: De aquí a un año, semejante a años de jornalero, toda la gloria de Cedar será deshecha; 17 y los sobrevivientes del número de los valientes flecheros, hijos de Cedar, serán reducidos; porque Jehová Dios de Israel lo ha dicho. Isaías 21.13-17 (RVR1960)
En los versos anteriores se hace mención a la famosa Hégira o emigración del Profeta Mahoma y los musulmanes de la Meca a Medina. Dicha emigración se realizó huyendo de los árabes paganos de la Meca, pertenecientes a la tribu de Cedar, porque perseguían, torturaban y mataban a los musulmanes, como menciona el texto. Los caminantes de Dedán son los musulmanes que emigran y a ellos salieron al encuentro los moradores de Tema, que son los “ansar” o ayudantes de la ciudad hoy llamada Medina, que acogieron y auxiliaron a los musulmanes emigrados de la Meca. También se hace referencia a la Batalla de Badr, la primera batalla que libro la comunidad islámica y que, como menciona el texto y nos dice la historia, tuvo lugar al año siguiente después de la Hégira, del calendario islámico que comienza con este acontecimiento de la emigración y corresponde al año 624 d.C. En esa batalla, tal y como dice el texto y confirma la historia, los musulmanes le infligieron una grandísima derrota a los paganos de la Meca, a la tribu de Cedar, que son árabes descendientes de Ismael, como se ve en Génesis 25.
estos, pues, son los nombres de los hijos de Ismael, nombrados en el orden de su nacimiento: El primogénito de Ismael, Nebaiot; luego Cedar, Adbeel, Mibsam, 14 Misma, Duma, Massa, 15 Hadar, Tema, Jetur, Nafis y Cedema. Génesis 25.13-15 (RVR1960)
Otra referencia que el Profeta Isaías hace del Profeta Mahoma, además de al Corán.
9 ¿A quién enseñará conocimiento, O a quién interpretará el mensaje? ¿A los recién destetados? ¿A los recién quitados de los pechos? 10 Porque dice: “Mandato sobre mandato, mandato sobre mandato, Línea sobre línea, línea sobre línea, Un poco aquí, un poco allá.” 11 En verdad, con tartamudez de labios Y en lengua extranjera, El hablará a este pueblo, 12 Al cual había dicho: “Aquí hay reposo, den reposo al cansado;” Y: “Aquí hay descanso.” Pero no quisieron escuchar. 13 Por lo cual la palabra del Señor para ellos será: “Mandato sobre mandato, mandato sobre mandato, Línea sobre línea, línea sobre línea, Un poco aquí, un poco allá, Para que vayan y caigan de espaldas, Se quiebren los huesos, Y sean enlazados y apresados.” 14 Por tanto, oigan la palabra del Señor, oh insolentes, Gobernantes de este pueblo que está en Jerusalén. Isaías 28.9-13 (NBLH)
En los versos anteriores el Profeta Isaías habla de un enviado de Dios a los israelitas, que les enseñaría y transmitiría el mensaje de Dios y al que deberían seguir. Por tanto, esa persona es un profeta. ¿Cómo sabemos que es el Profeta Mahoma? Sabemos que ese mensajero es el Profeta Mahoma porque Dios dice que el profeta les hablaría a los israelitas en una lengua extranjera y no en hebreo, como hicieron los profetas de la larga lista de profetas de tradición hebrea cuyos libros componen la Biblia. Ese profeta diferente a los anteriores, desde el Profeta Jesús hacia atrás en el tiempo, es el Profeta Mahoma, un extranjero para los hebreos que les hablaba en el idioma árabe, que no era la lengua materna de éstos.
En el texto Isaías también hace mención al Corán, aunque no lo nombre. Eso sucede cuando habla sobre los mandamientos de Dios que recibiría la gente y sobre la forma en lo que lo harían: mandato tras mandato, línea tras línea, un poco aquí, un poco allá, en referencia a la forma paulatina, intermitente y extendida en el tiempo en la que fue revelado el Corán. El Corán fue revelado en un periodo que abarcó 23 años y Dios revelaba un puñado de versos un día, otro puñado al día siguiente, algunas semanas no revelaba nada, luego continuaba revelando otros pocos versos a la semana siguiente, etc. Como se aprecia, si uno no conoce cosas sobre el Profeta Mahoma o sobre el Corán, podría leer cientos de veces versos bíblicos que hablan sobre ellos y no se enteraría de que el texto se refiere a ellos porque sería incapaz de establecer la relación por desconocimiento.
En Isaías se menciona una vez más que Dios enviaría al Profeta Mahoma con el Corán.
42 »¡Aquí está mi siervo, mi escogido, en quien me complazco! Yo lo sostengo; sobre él reposa mi espíritu. Él traerá la justicia a las naciones. 2 No gritará ni levantará la voz; no se hará oír en las calles. 3 No hará pedazos la caña quebrada, ni apagará la mecha humeante. Traerá la justicia por medio de la verdad. 4 No se cansará ni se fatigará hasta que haya establecido la justicia en la tierra; las costas esperarán sus enseñanzas. 5 Así dice Dios el Señor, el que ha creado los cielos y los despliega, el que extiende la tierra y lo que ella produce; el que infunde su aliento en el pueblo que la habita y da de su espíritu a quienes la recorren: 6 «Yo soy el Señor. Yo te he llamado en el momento justo, y te sostendré por la mano; yo te protegeré, y tú serás mi pacto con el pueblo y una luz para las naciones. 7 Quiero que abras los ojos de los ciegos, que saques de la cárcel a los presos, y de sus calabozos a los que viven en tinieblas. 8 Yo soy el Señor. Éste es mi nombre, y no daré a otro mi gloria, ni mi alabanza a esculturas. 9 Como pueden ver, los primeros acontecimientos se han cumplido, y ahora les anuncio nuevos acontecimientos; yo se los hago saber antes de que ocurran.» Alabanza por la poderosa liberación del Señor 10 ¡Canten al Señor un cántico nuevo! ¡Que lo alaben desde los extremos de la tierra todos los que se hacen a la mar, y todo lo que hay en sus aguas; todas las costas y sus habitantes! 11 ¡Que eleven su voz el desierto y sus ciudades, las aldeas donde habita Cedar! ¡Que canten los habitantes de Sela! ¡Que lancen gritos de júbilo desde la cumbre de los montes! 12 ¡Que se glorifique al Señor! ¡Que se anuncien en las costas sus loores! 13 El Señor se levanta como un gigante; despierta enojo, como un guerrero. Grita y deja oír su voz; ¡arremete con fuerza contra sus enemigos! 14 «Desde hace mucho tiempo me he callado. He guardado silencio; me he contenido. Pero ahora voy a gritar como una parturienta; a un mismo tiempo voy a gruñir y jadear. Isaías 42.1-14 (RVC)
En estos versos se aprecia cómo Dios envía a un nuevo mensajero, un profeta sobre el que reposa su espíritu. Ese espíritu es el ángel Gabriel, que acompañaba y trabajaba con los sucesivos profetas para que llevaran a cabo su misión profética, y no un espíritu parte de una trinidad. Sabemos que ese siervo es un profeta porque enseña la verdad a la gente, como dice el texto. ¿Cómo sabemos que este profeta es el Profeta Mahoma? Sabemos que es el Profeta Mahoma porque el texto habla de los primeros destinatarios de estos nuevos profeta y mensaje. Las primeras gentes que reciben a este profeta son las gentes de la tribu de Cedar, que son árabes descendientes de Ismael, como se ve en Génesis 25. También se habla de que los receptores del mensaje de este profeta son los habitantes de Sela. Sela es el nombre de la ciudad que en latín se llama Petra, la capital de los árabes nabateos, la tribu árabe descendiente de Nebayot, otro de los hijos del Profeta Ismael. Así pues, este profeta no es un profeta hebreo, como los de la larga lista de profetas israelitas cuyos libros conforman la Biblia, sino uno árabe, el Profeta Mahoma.
estos, pues, son los nombres de los hijos de Ismael, nombrados en el orden de su nacimiento: El primogénito de Ismael, Nebaiot; luego Cedar, Adbeel, Mibsam, 14 Misma, Duma, Massa, 15 Hadar, Tema, Jetur, Nafis y Cedema. Génesis 25.13-15 (RVR1960)
Los versos mencionan que ese enviado Dios lo enviaría después de haberse callado mucho tiempo. Efectivamente, el Profeta Mahoma fue enviado 600 años después de haber sido enviado el profeta precedente, el Profeta Jesús. 600 años fue un lapso de tiempo muy extenso en comparación con el que solía mediar entre el envío de profetas en tiempos del Antiguo Testamento, en cuyos tiempos Dios enviaba un profeta apenas moría el anterior y en muchas ocasiones había varios viviendo a la vez.
También se menciona cómo se exhorta a los creyentes a cantar un “cántico nuevo”. Este cántico es el Corán, cuyo significado en árabe es “recitación”. El Corán se canta durante los rezos y sus versos riman, como los de una canción, para facilitar su memorización. El Corán, el cántico nuevo, aparece también en el Apocalipsis como el canto que conocen los hombres que formarán el ejército del Mesías a su retorno.
14 Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente. 2 Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas. 3 Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra. Apocalipsis 14.1-3 (RVR1960)
Podemos saber que ese cántico nuevo es el Corán por dos motivos. Primero, ese canto es un libro revelado. Esto se sabe porque en las Escrituras se le llama canto a los libros revelados. Así, en Apocalipsis también se mencionan a la Torá y al Evangelio designándolos como cánticos, de Moisés y del Cordero, es decir, del Mesías Jesús, respectivamente.
2 Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. 3 Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. Apocalipsis 15.2-3 (RVR1960)
Al cántico nuevo se lo describe como nuevo porque es el libro revelado que no conocían los judíos del pasado, porque sería revelado mucho más tarde, en el siglo VII d.C. a los árabes a los que se refiere el Profeta Isaías.
El Profeta Habacuc también hace una breve referencia a la Hégira y a cómo Dios auxilia por medio de los habitantes de Temán al Santo que viene de Parán, es decir, al Profeta Mahoma y a sus seguidores.
Dios vendrá de Temán, Y el Santo desde el monte de Parán. Selah. Su gloria cubrió los cielos, Y la tierra se llenó de su alabanza. Habacuc 3.3 (RVR1960)
El Rey David, en sus Salmos, también hace una referencia a la Meca como etapa de la peregrinación hacia Jerusalén. Hoy en día los musulmanes hacemos la peregrinación, pero en sentido inverso, primero visitando Jerusalén si podemos para, luego, llegar a la Meca.
6 Pasando por el valle de Baca lo convierten en manantial, también las lluvias tempranas lo cubren de bendiciones. 7 Van de poder en poder, cada uno de ellos comparece ante Dios en Sion. Salmos 84.6-7 (LBLA)
En algunas traducciones bíblicas traducen el nombre de la Meca por Valle de las Balsameras o Valle de Lágrimas y, por tanto, es imposible que alguien que no conoce el significado de su nombre se entere de que el texto habla de la Meca y su templo. A la Meca siempre se la conoció por ser un valle que, tal y como el texto dice, se anegaba cuando comenzaban a caer las primeras lluvias otoñales. Baca es el nombre tradicional de la ciudad conocida en español como Meca. En el Corán puede observarse ese nombre mencionado en relación a la peregrinación.
He aquí que el primer Templo erigido para los hombres fue ciertamente el de Bakkah: lugar bendecido y guía para todos los mundos, en donde hay mensajes claros. El lugar en el que Abraham se situaba; quien entra en él encuentra paz interior. Así, la peregrinación al Templo es un deber impuesto por Dios a todos aquellos que puedan realizarla. Y en cuanto a aquellos que niegan la verdad --ciertamente, Dios puede prescindir de todos los mundos. Corán 3.96-97
En el Apocalipsis aparece otra referencia al Profeta Mahoma, junto al Profeta Jesús.
3 Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio. 4 Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra. 5 Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. 6 Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran. 7 Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado. 9 Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. 10 Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra. Apocalipsis 11.3-10 (RVR1960)
En el texto Dios hace mención a dos profetas. Se puede saber quiénes son estos dos profetas poniendo atención al hecho de que ambos son rechazados por los habitantes de una determinada ciudad. Estos habitantes son los habitantes que habitaban la ciudad en la que el Mesías fue crucificado, como dice el texto. Así pues, se puede saber que los habitantes en cuestión son los moradores de Jerusalén. Además, estos moradores han de ser los que habitaban Jerusalén hace 2000 años, que es el tiempo en el que se escribió el libro del Apocalipsis. Por tanto, las gentes que rechazan a estos dos profetas mencionados en el texto son los judíos de aquellos tiempos. En efecto, los judíos reconocen a todos los profetas del Antiguo Testamento, pero niegan a dos profetas enviados por Dios, a los dos últimos. Los dos profetas en los que no creen los judíos son los profetas Jesús y Mahoma. Así pues, el Profeta Mahoma aparece mencionado en el Apocalipsis como uno de esos dos testigos venidos de Dios.
El Rey Salomón también supo de la llegada del Profeta Mahoma y lo mencionó en su Cantar de los Cantares. Desgraciadamente, las traducciones modernas a otras lenguas traducen su nombre, como sucede con el de la Meca en los Salmos, y, por ello, quienes no conozcan el significado del nombre de Mahoma jamás se podrán dar cuenta de que se lo menciona por mucho que lean el verso en el que aparece.
Su paladar, dulcísimo, y todo él codiciable. Tal es mi amado, tal es mi amigo, Oh doncellas de Jerusalén. Cantar de los Cantares 5.16 (RVR1960)
El significado del nombre de Mahoma es “el elogiado, el alabado”. Pero si uno acude a la versión en hebreo del Cantar de los Cantares, al original tal y como lo escribió el Rey Salomón, uno verá el nombre de Mahoma escrito. Además, ese nombre de Mahoma se encuentra en plural mayestático. Esto indica, en primer lugar, que tal palabra, en efecto, es un nombre que designa a una persona. En segundo lugar, que a esa persona se le atribuye gran relevancia y distinción, como es el caso de un profeta y no de cualquier persona llamada Mahoma.
Aquí presento un link a un documento que explica esta cuestión y muestra la escritura en hebreo.
¡No tienes derecho a traducir los nombres propios!
http://www.islamic-invitation.com/downloads/no-right-to-translate-individuals-names_span.pdf
También pongo un link a un vídeo en youtube que trata la cuestión y que permite escuchar el nombre de Mahoma, que en árabe se pronuncia Mujammad, recitado en el texto original en hebreo por un rabino.
The absolute truth about Muhammad in the bible: Rabbis who acknowledging the fact and...PART 1
https://www.youtube.com/watch?v=cur_6aYs_7k
Además de en el Antiguo Testamento y el Apocalipsis, el Profeta Mahoma también es anunciado en los Evangelios. Así, en el evangelio de Juan se aprecia cómo los judíos, e incluso el Profeta Juan el Bautista, tienen constancia de la futura venida de un profeta cuya llegada tendría lugar después de la llegada del Mesías Jesús. Aunque en las traducciones actuales de esa biografía de Jesús no aparece el nombre de dicho profeta, porque en el pasado los escribas borraban lo que no les gustaba, incluso nombres de profetas por envidia de que Dios los enviara a otros pueblos, está claro que ese profeta es el único que ha venido después del Profeta Jesús, el Profeta Mahoma.
19 Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? 20 Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo. 21 Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No. 22 Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? 23 Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías. 24 Y los que habían sido enviados eran de los fariseos. 25 Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta? 26 Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. 27 Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado. 28 Estas cosas sucedieron en Betábara, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando. Juan 1.19-28 (RVR1960)
Vemos que speraban a 3 personajes, tres profetas, en el futuro: al profeta Elías retornando del cielo; al Mesías, que sabemos que es el Profeta Jesús; y a otro profeta cuyo nombre ya no aparece en las versiones actuales del evangelio porque lo borraron. ¿Cuál es este otro profeta? Es el profeta Mahoma, al cual esperaban los judíos y el Profeta Juan, debido a que el Profeta Mahoma ya fue anunciado con anterioridad por otros profetas y aparece en la Biblia, como hemos visto.
El Profeta Jesús también anunció la futura venida del Profeta Mahoma. Sin embargo, estos pasajes fueron malinterpretados y mal traducidos por sus seguidores de tiempos posteriores, debido a que la mayoría fueron gentiles que no conocían ni las lenguas, ni las expresiones, ni las tradiciones con las que se expresaban los hebreos en cuestiones de religión.
Al igual que el Profeta Jesús, el Profeta Mahoma fue enviado a la gente junto con el ángel Gabriel. En el Nuevo Testamento se confunden en ocasiones a ambos, resultando un concepto de Espíritu Santo, como parte de una trinidad. Esto no fue enseñado por ningún profeta y sólo desarrollaron esa teoría algunos seguidores de un determinado profeta por confusiones terminológicas.
Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: Verdaderamente éste es el profeta. Otros decían: Este es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo? Juan 7.39-41 (RVR1960)
Vemos además en el pasaje anterior que las gentes llegan a confundir al Profeta Jesús con ese otro famoso profeta futuro cuyo nombre ha sido borrado. Está meridianamente claro que el profeta cuyo nombre no aparece no es Jesús, pues tanto el profeta en cuestión como el Cristo, que es Jesús, se esgrimen como opiniones contrapuestas por las gentes protagonistas del pasaje. El famoso profeta futuro es el Profeta Mahoma anunciado por los diversos profetas anteriores. Veamos más alusiones al mismo para estar seguros de su identidad.
Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. 18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. 19 Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. 20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. 21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. 22 Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? 23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. 24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. 25 Os he dicho estas cosas estando con vosotros. 26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. Juan 14.16-26 (RVR1960)
En los versos anteriores el Profeta Jesús describe a ese futuro enviado. Se le describe como Consolador. En el evangelio se describe a ese futuro enviado como
“otro” consolador más, porque sería un individuo de la misma naturaleza que Jesús, o sea, alguien cumpliendo la misma función para con los creyentes con los que Jesús está hablando, es decir, otro profeta. Efectivamente, Consolador fue un título aplicado a la figura profética por los primeros cristianos. Actualmente se pueden encontrar grabados en los que aparece tal término, entre otros, referido al Profeta Jesús en ruinas de sinagogas de la época empleadas por los seguidores de éste. Por otro lado, el Profeta Mahoma completó la formación religiosa de las gentes, complementando y acabando la labor profética del precedente Profeta Jesús, como indica el texto.
En el siguiente vídeo en youtube, minuto 2:55 en adelante, se aprecian grabados en los que el título Consolador se aplica al Profeta Jesús, por lo que ese otro Consolador es otro profeta, y no un ente extraño o que cumple una función diferente a Jesús.
La sinagoga de Susya
https://www.youtube.com/watch?v=vep-eqXDtjk
Analicemos más alusiones.
Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. 27 Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio. Juan 15.26-27 (RVR1960)
Este Consolador, como dice el texto, viene de Dios, ya que es un mensajero de Dios a la humanidad, un profeta. Da testimonio de Jesús, porque un cometido de los profetas es confirmar la misión profética de los profetas anteriores, además de continuar su propia misión y anunciar a los profetas que vendrían después. Se trata de un profeta futuro, el Profeta Mahoma, el que fue enviado por Dios 600 años después de la venida del Profeta Jesús. El Profeta Mahoma enseñó que Jesús fue un mensajero honorable de Dios, el Mesías, a diferencia de lo que predicaban los judíos, quienes renegaban de Jesús.
En el siguiente fragmento se ve claramente que el Espíritu anunciado no es ningún fantasma, ni lenguas de fuego, ni una parte de una trinidad, sino otro profeta como los anteriores.
7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. 8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9 De pecado, por cuanto no creen en mí; 10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; 11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. 12 Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. 13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. 14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. Juan 16.7-15 (RVR1960)
El Profeta Jesús dijo que ese futuro Consolador, ese Espíritu de Verdad, guiaría a los creyentes a toda la verdad, porque el Profeta Mahoma, como último profeta tras el cual no vendrán más (a excepción del retorno de Jesús), tal y como ha dicho Dios, tuvo la misión de completar la instrucción religiosa de la humanidad y la revelación coránica supone la compleción de la experiencia religiosa de la humanidad, la finalización del mensaje y de la profecía. Algo importante es que Jesús dijo que ese Consolador haría saber las cosas que han de venir a los creyentes, o sea, les anunciaría el futuro, les transmitiría profecías, que es lo que los profetas hacen. Por esa razón se llaman profetas, porque profetizan, anunciando el futuro.
Por todo lo anterior, está muy claro que ese Consolador anunciado, también llamado Espíritu de Verdad, es un profeta y no un ente inexplicable, componente de una trinidad. Idea esta última surgida debido a errores de traducción e interpretación y que fue votada en sucesivos concilios por hombres en tiempos de las disputas cristológicas, debido a que cada obispo creía una cosa, porque en realidad no sabían en qué consistía la doctrina, qué debían creer o cuál era la interpretación correcta ya que las enseñanzas del Profeta Jesús se perdieron desde el principio. Ese futuro profeta es el Profeta Mahoma, surgido en Parán, y que trae la ley de fuego de Dios en el Corán, el tercer libro legal revelado de la tradición abrahámica, entre otras cosas para resolver dudas y corregir errores debido a pérdidas de la enseñanza religiosa de los profetas como la mencionada.
Así pues, juntos hemos podido observar cómo el Profeta Mahoma y el Corán, los últimos profeta y revelación de Dios, son mencionados y anunciados a lo largo de toda la Biblia por los profetas, desde Moisés hasta Jesús. No sólo eso, sino que además está claro que ese mensaje contendría la guía divina y la instrucción religiosa para toda la humanidad. Es más, el mismo Profeta Jesús exhortó a sus seguidores a poner en práctica lo que él les había enseñado, pero que debían esperar a ese próximo profeta que también esperaban los demás judíos, el Profeta Mahoma, y que, cuando viniera enviado por Dios, todos debían reconocerlo, creer en él, honrarlo, seguirlo, aprender de él y poner en práctica sus enseñanzas.
Así las cosas, yo también os exhorto a todos, amigos, a conocer más sobre el Profeta Mahoma, sobre el último libro de Dios, el Noble Corán, a creer en su mensaje y a poner en práctica el mensaje del islam. El mensaje del islam siendo la etapa final de la instrucción religiosa de la humanidad, la perfección y compleción del mensaje y la religión monoteístas revelados por Dios. Siendo las últimas instrucciones de Dios a sus siervos, las más actualizadas, las vigentes, las que corrigen errores y olvidos de revelaciones anteriores y, por lo tanto, posibilitan la práctica de la fe en Dios de la manera correcta y completa a nivel individual y social, conteniendo todas las instrucciones para llevar a cabo la vida religiosa en cuestión de ritos de adoración, práctica económica, conducta social, dirección política, administración del medio ambiente, etc. Siendo la práctica de la fe tal y como la practicará y aplicará el Mesías Jesús a su retorno, el cual fue instruido tanto en la Torá y el Evangelio, como en el Corán, para poder llevar a cabo sus misiones, de profeta hace 2.000 años y de rey en un futuro muy próximo.
Y le enseñará el Libro [el Corán], la sabiduría, la Torá y el Evangelio y será un mensajero para los hijos de Israel […] Corán, Al-Imran 3, 48-49
Sigamos, pues, a todos los mensajeros de Dios y a todos Sus mensajes y no cometamos el error que hace 2.000 años ya cometieron algunos hebreos al negar la misión del Profeta Jesús.
18 Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. 19 Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta. Deuteronomio 18. 18-19
Decid: "Creemos en Dios y en lo que se ha hecho descender sobre nosotros y en lo que descendió sobre Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y sus descendientes, y lo que fue entregado a Moisés y a Jesús, y en lo que fue entregado a todos los profetas por su Señor: no hacemos distinciones entre ninguno de ellos. Y es a Él a quien nos sometemos." Corán Al-Baqara 2.136
Creed en lo que he revelado, que confirma la verdad de lo que ya tenéis, y no seáis de los primeros en negarlo; y no malvendáis Mis mensajes por un provecho insignificante; ¡y sed conscientes de Mí, solo de Mí! Corán Al-Baqara 2.41