Ya que el contenido de la hipotética nueva epístola sería importante para tomar una decisión, aquí pongo el texto completo.
EPÍSTOLA DE PABLO A BERNABÉ
CAPÍTULO 1
1 Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, a Bernabé, hermano verdadero en la fe. Paz, misericordia y gracia de Dios nuestro Padre y de Jesucristo Nuestro Señor.
2 Sabe bien Aquel que es veraz que he pensado en ti cada día desde que nos separamos, y que me he alegrado de recibir noticias de cómo el nombre de Jesús es glorificado en Chipre, gracias al ministerio que tú y Juan Marcos han honrado.
3 Nunca dudé de la afabilidad de Juan Marcos, sino de su constancia ante las penurias corporales. Pues si en Panfilia hubiera mostrado más fortaleza, nos habría servido de gran apoyo para seguir edificando sobre el fundamento que tú y yo habíamos echado en Asia.
4 Por eso no acepté que nos acompañara en el viaje y te reñí con dureza. Pero gracias doy a Dios de que ahora lo ha fortalecido para ser tu mejor compañero, para predicar con denuedo el evangelio de salvación.
5 Y este es el evangelio para el que todos hemos sido llamados: ser crucificados con Cristo para morir al viejo hombre, y resucitar con Él a una vida agradable a Dios, que produce los frutos del Espíritu que en ti abundan.
CAPÍTULO 2
6 Silas y yo hemos enfrentado muchas pruebas en Cilicia, pero también nos hemos gozado en el Señor a causa de los hermanos. Pues a donde quiera que vamos, encontramos oídos atentos y espíritus dispuestos. Pues ha convenido al Señor preparar tanto a judíos como a gentiles para entender el Camino.
7 A los judíos, en tanto herederos del Pacto y las promesas. Y a los gentiles, en tanto Dios se ha manifestado desde el principio de los tiempos para ser buscado y encontrado en todas las naciones.
8 Estando en Cilicia pasé por Tarso, mi ciudad natal, y visité el hogar de mis abuelos, pero me enteré que ahora duermen. Es de ellos que mi madre heredó los pergaminos que llevó consigo a Jerusalén y en los que aprendí a leer bajo la guía de Gamaliel.
9 Alabado sea Dios, quien a través de ellos preparó el camino para la obra que ahora hago, pues sus propósitos son perfectos, y no hay nada que pueda frustrarlos.
10 Pues ni la persecución, ni la enfermedad, ni el hambre ni la cárcel pueden separarnos del amor de Aquel que predicamos y quien por su gracia nos concede estar sentados en los tronos de los lugares celestiales.
11 Antes bien, encontramos la paz de Cristo donde otros hallan escándalo, comemos de su cuerpo donde otros languidecen de hambre, y seguimos su luz donde otros tropiezan en tinieblas.
12 Es así como Él nos mantiene firmes en la esperanza de permanecer hasta el Día de su Manifestación, en la que vivos y muertos habrán de rendir cuenta por sus obras, y en el que habrá de derrotar a sus enemigos para llevarlos a los pies de Dios, su Padre, a fin de que no haya ni en los cielos ni en la tierra quien dude de su poder, y la creación entera testifique de su justicia y misericordia.
CAPÍTULO 3
13 Los hermanos de Antioquia se dolieron con tu partida y con la de Juan Marcos, y desde ese día no han dejado de orar por vosotros a Dios Padre, para que no os falte nada, y para que soportéis todas las tribulaciones a las que algunos, presa de sus concupiscencias, os han querido someter en esa isla.
14 Ha llegado a nuestros oídos que entre algunos de los que han creído en Chipre se han producido discusiones vanas sobre el bautismo por los muertos. Asegúrales que no he recibido instrucción alguna del Señor sobre este tema.
15 Así pues, que quien desee bautizarse por los muertos lo haga, pero que no escandalice a los demás hermanos ni se jacte por ello. Pues no es el agua la que lava los pecados, sino el bautismo del espíritu que se obtiene mediante la gracia de Dios y de Jesucristo, Nuestro Señor.
16 He aquí, que es en la carne que nos sumergimos en el agua, pero es en el espíritu que nos sumergimos en el amor de Dios, que no tiene principio, ni mesura, ni final.
17 Adviérteles que estas peleas no sirven para edificación de la iglesia, sino que son ocasión de división, y oportunidad para que los enemigos de Cristo os vituperen.
18 Tú, por tu parte, mantén tu vista en la corona que el Señor te dará, y no participes de pleitos y disputas necias, sino preocúpate por consolar, enseñar y amonestar en las cosas eternas, conforme a tu llamado.
19 Te ruego que trates a Epifanio, con quien envío esta carta, como si fuera yo mismo. Tráele un buen médico, porque no deja de toser por las noches. El ha llevado consigo dinero, pero si algo llegara a hacer falta, yo te lo pagaré.
20 Silas y Águeda te saludan. Onesíforo sigue guardando con fidelidad aquello que le encargaste. Que la gracia de Dios sea contigo.