Re: EL DEMONIO ESCONDIDO TRAS EL ENGAÑO GUADALUPANO
Bien a todo esto te digo que me interesa responder a cada una de las cuestiones que les preocupan, y lo haré detenidamente y administrando mis otros deberes. Ahora con relación al genocidio, siguiendo la misma linea, no fue algo que se detuviera impetuosamente y ajeno a la aparición de Nuestra Señora, si no hubiese sido su aparición por Gracia de Dios, por las condiciones propias de la época, al no aceptar el régimen creciente las etnias hubiesen sido suprimidas hasta su extinción. El genocidio no estaba concluido, —como dices—, porque de tal ser el caso: México no sería México, Por explicarlo te diré: Yo realizo pinturas y esculturas, cuando tengo un encargo, por ejemplo: el retrato de alguien, no puedo decir que éste retrato esta terminado, sino es realizado el retrato de esa persona, aunque ya tenga el lienzo preparado. El genocidio no había terminado, simplemente no se concluyo por las cuestiones que ya indique, porque aunque no todos los Mexicanos de la época se sometieron al nuevo régimen, indudablemente con los pocos, que lo hicieron en cuanto a doctrina, cambiaron el sentido mismo de la ocupación por parte de los extranjeros en mi país.
Con lo de las muestras de cariño y los nombres, también corresponden a la cortedad de los mismos habitantes, que al ver tal prodigio de Dios, lo exclamaron en las formulas que conocían y que daban muestra de lo entrañable del suceso, más no por esto son correctas, muchos hombres al hablar de Nuestro Señor Jesucristo, lo expresan con su mejor intención y con verdadero amor en términos muy humanos, y aunque no sean adecuados, se entiende la motivación de estos.
Ahora con relación a la Iglesia, debes entender una sola postura, la Iglesia tiene el encargo de guardar y transmitir el Deposito de la Fe, que es tanto la Tradición y la Escritura, porque se a recibido la Palabra de Dios que es Cristo Jesús, en él encontramos toda la plenitud de la revelación, y no hay nada nuevo ni que lo lleve a la perfección ni lo mejore, esa sería una necedad, por eso, entonces como ahora, aún la magnitud del suceso, recae sobre las llamadas revelaciones particulares, de las cuales algunas son aceptadas por la iglesia, y que tienen el propósito de en diversas épocas, según las necesidades, auxiliar en la adhesión de esta revelación de la Verdad que es Cristo Jesús.
Y de esto mismo parte el que nosotros los Mexicanos hallamos conocido a través de los ojos amorosos de María a Nuestro Señor, en esto que ella dice: «hagan lo que él les diga».
Y pues, seguiré por aquí en tanto mi Señor me lo permita.
Gracia de parte de Dios