-¡Tremenda realidad!
-Antiguamente, los jóvenes tenían tres grandes problemas que demandaban más atención que la satisfacción de sus apetitos sexuales: las guerras en las que eran enrolados; las enfermedades implacables; el hambre. O sea, la muerte siempre rondaba cerca, y el promedio de vida era muy bajo.
-Actualmente, por el contrario, en las sociedades modernas, las guerras se pelean siempre lejos; hay remedios eficaces para todas las enfermedades; se come rico y abundante hasta la obesidad. A todo esto, súmese el constante bombardeo de los medios y hasta la publicidad callejera, apelando al instinto sexual y a la facilidad de satisfacerlo.
-Las autoridades católicas romanas no se apercibieron que luego de la Segunda Guerra Mundial, sus curas podían disfrutar de un confort nunca antes conocido, y sus ocios complacidos con la inocente materia prima de los orfanatorios e institutos de enseñanza. ¡A esto se ha llegado!
Tremendo hermano.