¿nos confiesa usted que el Hijo de Dios (Jesús) es Dios? ¿Nos confiesa entonces que el Hijo de Dios (Cristo) es Dios y vino en carne?
Desea conocer lo que enseña la Escritura acerca de su Hijo, aquí tiene:
SU DEIDAD ESENCIAL
Cristo es Dios, en el más absoluto sentido de la palabra.
Co-Igual y Co-Eternal con el Padre y con el Espíritu Santo.
No hay nada que sea cierto con respecto a Dios, que no sea cierto con respecto a Cristo en el mismo grado de infinita perfección.
María está aparte, no entra en esta relación.
Ella es una criatura.
Como la Misma Escritura afirma acerca del Hijo de Dios.
“Este es el VERDADERO DIOS” (1Jn.5:20).
La Escritura Sagrada abunda sobre esto. Podríamos llevar la atención a 4 Pasajes del Nuevo Testamento que son básicos en esta revelación: Juan 1:1-18; Filipenses 2:5-11; Colosenses 1:13- 21; y, Hebreos 1:1-14.
Con toda la razón, Apocalipsis 1:1-18 también se ha sugerido, por los tantos Nombres y Títulos Divinos de Él allí presentados. No obstante, consideramos un poco solo los primeros 4 mencionados, porque en cada uno de ellos hay una palabra, a su vez, clave:
logos (Verbo, o Palabra), en Juan 1;
morphé (Forma), en Filipenses;
eikon (Imagen), en Colosenses; y,
caraktér (Imagen Misma), en Hebreos.
¿Qué hallamos en Juan 1:1? Su Eternidad; “en el principio, era el Verbo”; Su Personalidad, “el Verbo era con
Dios”; y, Su Deidad, “el Verbo era Dios”.
“Era”: ¡el pretérito imperfecto que significa un continuo presente! Si nos remontamos al principio de todos los comienzos, ¡ya Él era! ¡Ya existía!
El v.3 atribuye a Él, el Verbo Eterno, toda la creación:
“TODAS las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”.
Para el verdadero creyente, provisto del Espíritu de Dios, esto es suficientemente sencillo; cualquier adicional argumentación en contrario, es inútil y fútil.
Hablar que María es la madre de Dios, es un argumento adicional que no se contempla en las Escrituras.
¿Qué testimonia Filipenses 2?
“Siendo en forma de Dios” (v.6): nunca Él empezó a existir en esa forma, y nunca dejó de serlo. Eternamente ha existido así, porque Él es Dios esencial, eternal, y totalmente.
María solo colaboró con el vientre.
“Forma” es un término que expresa la suma de todas las cualidades características que hacen que algo sea precisamente lo que es; en este caso, todas las características que hacen que el Ser que llamamos Dios sea específicamente Dios. Cristo, pues, es todo lo que es Dios; posee la plenitud de los atributos que hacen que Dios sea Dios.
El NO aspiró a “ser igual a Dios”, porque siempre lo ha sido. Por el contrario, no se aferró al ser igual a Dios, para mantenerse en el Trono de Dios, donde Le vio Isaías (Is.6:1-6).
Tenía todo el derecho de permanecer así, pero asombrosamente ¡no Se aferró sino que Se despojó!
¡Llegamos a Colosenses 1! El apóstol emplea una extensa oración gramatical, cuyo Sujeto está en el v.13, “Su amado Hijo” (o, el “Hijo de Su amor”), y alcanza hasta el v.20. En relación con Dios, “Él es la Imagen del Dios invisible”. En relación con las cosas creadas, Él es “el Primogénito de toda creación”.
Antes de María, él es.
En relación con la Iglesia, Él es la Cabeza. Como Imagen, Cristo es, pues, esencial y absolutamente la perfecta y visible expresión, y representación, y manifestación de Dios, a los seres creados. Solo Él ha manifestado a Dios.
“Primogénito” (Protótokos) de toda creación: no la primera criatura (protóktistos), sino Él que fue antes de todas las cosas, y Quien es causa de estas. Habla de Su rango, honor, importancia. La palabra es explicada en el pasaje:
“porque en Él fueron creadas TODAS las cosas”.
Su majestad como Creador es presentada en el pasaje.
Note el uso de las preposiciones: “en (en) Él” — Origen, Diseñador, Arquitecto; “por medio (dia) de Él” — Operador, Constructor, Agente; “para (eis) Él” —Objetivo, Disfrutador, Aspiración; “Él es antes (pro) de todas las cosas” —Unico, Antecedente; “en (en) Él subsisten (se mantienen juntamente, tienen consistencia)” —Sostenedor, Administrador.
Hebreos 1 no es menos. Empieza con el contraste entre la revelación parcial dada por Dios por los profetas del Antiguo Pacto, y la revelación final y completa en HIJO. Es allí donde se nos da una Héptuple Descripción del Hijo.
El cap. se ocupa, entonces, con 7 citas del Antiguo Testamento para contrastar al Hijo con los ángeles.
Cuando afirma que Él es la “Imagen Misma de” la sustancia de Dios, se entiende que el Ser esencial de Dios se estampa en forma distintiva en Cristo. Él tiene la impresión exacta de la naturaleza divina y del carácter divino. Nada falta; todos los atributos de Dios Le pertenecen.
Y, ¿Qué del Antiguo Testamento? Existe perfecta consistencia en el Antiguo, como en el Nuevo, Testamentos sobre el tema. Considere:
Salmo 45:6,7 —Dios Mismo, llamando al Hijo, Dios;
Salmo 110:1 —Cristo es Adonai (Soberano Señor, Propietario, Maestro o Comandante Supremo, Poseedor);
Isaías 7:13-14 —Emanuel, Dios con nosotros;
Isaías 9:6 —Dios Fuerte;
Isaías 40:3,9 —Dios Jehová, a Quien Juan el Bautista preparó el camino;
Zacarías 13:7 —”el hombre Compañero (el hombre de Mi unión; un hombre Co-igual conmigo) Mío”;
Malaquías 3:1 —el mensajero de Dios el Señor, Juan el Bautista, prepara el camino a El Mismo, el Señor.
NO VEMOS QUE NINGÚN SALMO HABLE DE MARÍA COMO MADRE DE DIOS.
SU FILIACIÓN ETERNA
Cristo es el Hijo Eterno de Dios:
Siempre ha sido el Hijo de Dios. La relación HIJO-PADRE en Dios es eterna. El término “Hijo” no significa que Él sea menor que el Padre, o que el Padre es primero que el Hijo.
Sino, que Él es igual a Dios.
¿DÓNDE ESTÁ MARÍA EN ESTA FILIACIÓN?
Por esto, los judíos ya molestos porque el Señor había sanado al paralítico en un sábado, se ofendieron aún más cuando Él habló de Su Padre:
“los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era Su Propio Padre, haciéndose igual a Dios” (Juan 5:18).
Hijo de Dios indica, pues, igualdad con Dios, Deidad esencial:
¿Y María?
No aparece sino en la mente torcida de los católicos como la reina del cielo, como si la preñez de María hubiese ocurrido en el cielo.
“Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no Te apedreamos, sino por la blasfemia; porque Tú siendo hombre, Te haces Dios” (Juan 10:33).
Esto es el testimonio de la Escritura.
En Proverbios 30:4, escrito entre 700 y 900 años antes de Su Encarnación, se nos habla de la existencia del Hijo de Dios previo a Su Primera Venida al mundo. En Isaías 9:6 claramente se nos dice que el Hijo nos fue dado. El Hijo de Dios nunca nació; un niño nació, sí; pero, el Hijo nos fue dado. Ya era, de antemano, el Hijo de Dios cuando nació en Belén.
Juan 1:1-5,9-18 demuestra que el Verbo es la Misma Persona del Hijo: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos Su gloria, gloria como del Unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. “A Dios nadie Le vio jamás; el Unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él Le ha dado a conocer”.
¿Por qué no dice la Escritura que María conoce al Padre del Hijo de Dios?
Ella es bienaventurada porque colaboró con su vientre, eso es todo.
Porque todo lo demás lo hizo el Espíritu Santo.
Siendo el Verbo la Misma Persona del Hijo, pues, y habiéndose demostrado que el Verbo es Eterno, entonces el Hijo es Eterno.
María fue creada.
En Juan 17:1,5 son palabras del Hijo a Su Padre. Este es el contexto de todo lo que se expresa en el capítulo entero.
Y, el Hijo menciona de la gloria que tuvo con el Padre antes que el mundo fuese, antes de la creación del mundo.
En la Eternidad, Él era el Hijo de Dios.
¿Estaba María en a Eternidad?
¿A Quién fue que envió el Padre?
¡Al Hijo!
Y, ¿Quién envió al Hijo al mundo? ¡El Padre! Juan 7:28-29; Gálatas 4:4; 1 Juan 4:14.
El Padre, pues, envió a Uno que ya existía como Su Hijo; no que Él se convirtió en Su Hijo para ser enviado.
¿Por qué entonces no se menciona a María como enviando a su Hijo a la tierra?
Porque el rol de María no es el de ser adorada, ni venerada, solo es un ejemplo de bienaventuranza. Pero hasta ahí.
La misma verdad de la Eternidad del Hijo en Colosenses 1:12-17
—el Hijo del v.13, es el Hijo del Padre mencionado en el v.12, y es el Creador de todas las cosas en el v.16. Por tanto, la relación Padre-Hijo es antes de la creación de todas las cosas; es eterna.
¿Qué nos enseña Hebreos?
Hebreos 1:1-3 nos indica que el Hijo ya era el Heredero de todo cuando Él hizo el universo y antes de hacer la purificación de nuestros pecados en la cruz del Calvario.
Heb.2:9 nos dice que Él fue hecho un poco menor que los ángeles. Es decir, Él existía antes de llegar a esta posición tan humilde, en una posición elevada. Esto nos lleva al Hijo del 1:2, Quien de hecho es el Jesús del 2:9 —este pasaje, pues, enseña Su pre-existencia como Hijo de Dios.
Y, en Heb.7:3, un sacerdote y rey que vivió unos 2000 años antes que el Señor Jesucristo se encarnara, fue hecho semejante al Hijo de Dios. Melquisedec sí tuvo un padre y una madre; sí tuvo su fecha de nacimiento, y su familia, y su fecha de muerte. Empero, el Espíritu de Dios lo presenta en Gén.14 sin esos detalles para semejarlo al Hijo de Dios, Quien sí es eterno.
Esta Filiación no solo es eterna; es única. Por eso Él es llamado “el Unigénito del Padre”, el “Hijo unigénito”, Su Unigénito.
De manera que en la filiación eterna no entra María.
Los ángeles son “hijos de Dios” por creación; los creyentes de esta Dispensación somos “hijos de Dios” por regeneración, o nuevo nacimiento. Pero, Él es Único porque es Dios, es una relación esencial. Él Mismo hace la diferencia en Juan 20:17, al decir:
“Subo a Mi Padre y a vuestro Padre, a Mi Dios y a vuestro Dios”.
Él nunca usó “el Padre nuestro”; Su relación como Hijo de Dios es esencial, eterna, y exclusiva de Él.
Preguntamos, cada uno a su propia alma, y a cada uno que alcanza a leer estas líneas:
¿Puedes decir con el gran apóstol, el Hijo de Dios me amó y Se entregó a Sí Mismo por mí?
Un católico mientras permanezca en esa comunidad religiosa jamás podrá hablar así.
¿Por qué?
1. Tiene a María por delante y necesita invocarla porque se considera hijo de María.
2. Tiene el Magisterio como filtro.
Pablo con razón no respondía más a la Ley y sus ordenanzas:
¿Por qué?
Estaba crucificado juntamente con Cristo.
Ustedes los católicos romanistas no están crucificados con Cristo.
¿Entonces?
Están adheridos como esas rémoras que se adhieren al casco de un buque, que en este caso es el magisterio de su santa madre iglesia.
El apóstol Pablo ya no vivía para su “yo” (ego): vivía Cristo en él.
Ojalá que ustedes algún día puedan conocer al Cristo de las Escrituras y ser salvos.
La majestad de esta Persona, la magnitud de Su amor, la manera de Su entrega, demandan por lo menos ¡TODO!
¿Ya Se lo he dado?
Quizás me falte mucho, pero el Señor conoce a los que son suyos, y apártese de iniquidad todo aquel que invoca su nombre.
Invocar a María es pecado... ella no tiene ningún poder.