Nunca hay respuesta sobre eso, le dará pena. Por algo será. Quizás está solito en su sectita llamada Iglesia de Cristo.
Dios no es un Dios de confusión
Orden divino en las congregaciones del pueblo de Dios
Con El estaba Yo, ordenando todo, Proverbios 8.30
Dios es un Dios de orden. En El no hay disensión ni confusión (1 Corintios 14:33; Génesis 1:4) Soy amante del orden, y me regocijo
cuando las cosas pueden realizarse con orden.
Nada tengo que decir en favor del romanismo, pues de él vine yo, y lo excomulgué mucho antes de ser evangélico. Veinte y tres años atrás, cuando me fui a casar por civil, tuve valor de decir: “No me caso con cura.”
Hoy, más varón, tengo de sostenerlo, ya que me congrego al nombre del Señor en la sana doctrina. Siempre doy gracias a mi Señor por haber creído al evangelio en la sana doctrina.
Cuando empecé a interesarme por mi salvación, visité congregaciones de diversa doctrina. Fui a un culto pentecostal, y me desanimó mucho la falta de orden. Aún parece que han aprendido muy poco. Hace poco el cadáver de una hermana evangélica conducido al cementerio hubo de pasar por El Silencio. Los pentecostales que iban en los carros cantaban himnos a todo pulmón, acompañándolos con las manos, dándole a las puertas de los carros. En un pueblo del Yaracuy, hubo un velorio de un hermano pentecostal. Uno de los asistentes se levantó y dijo: “Un aplauso al muerto,” correspondiendo los otros a la profanación.
Se cree que San Pablo no visitó la iglesia de Colosas y, aunque las herejías y diversas doctrinas estaban molestando algunos creyentes. No obstante esto, las enseñanzas que habían recibido de Epafras y sus colaboradores eran sanas y puras, pues el apóstol dice:
“Porque aunque estoy ausente con el cuerpo, no obstante, con el espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro concierto y la firmeza de vuestra fe en Cristo.” (Colosenses 2:5)
Fui a los presbiterianos y la mundanalidad me llamó mucho la atención. Como yo estaba leyendo la Biblia, leí: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo.” (1 Juan 2:15) “El que quisiera hacerse amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.” (Santiago 4:4)
Junto con otro hermano visité una congregación en el estado Guárico. En el culto había nueve hombres y doce mujeres.
La cosa se echó a perder cuando una mujer descubierta se levantó a dar testimonio y a orar en medio de la congregación, donde había varones. “Toda mujer que ora o profetiza no cubierta su cabeza afrenta su cabeza … Si la mujer no se cubre, rápese” (1 Corintios 11:3-7)
“Vuestras mujeres callen en las congregaciones, porque no les es permitido hablar.” (1 Corintios 14:34; 1 Timoteo 2:11-14)
Por el mismo tiempo, observé un pastor administrando la cena del Señor con cubitos de pan y copitas de vino. Me escandalizó la irreverencia del acto. En ninguna parte de la palabra de Dios se halla la autorización para que el gobierno de la iglesia esté en manos de un pastor o reverendo (solo Diótrefes): siempre los pastores y los ancianos (1 Pedro 5:1; Hebreos 13:7,17,24; Tito 1:5; 1 Timoteo 5:17; Filipenses 1:1; Hechos 20:17)
En cuanto a la cena del Señor, los elementos son un pan y una copa (Lucas 22:19,20; 1 Corintios 10:16,17; 11:24,25). En cuanto a la condición personal para participar de la cena del Señor, véase 1 Corintios 11:28,29.
Cuando asistí al culto de los hermanos congregados en el nombre del Señor, vi el orden y la disciplina.
“En la doctrina haciendo ver integridad y gravedad.” (Tito 2:7) Aunque no perfectos, vamos hacia la perfección. Fui convencido y juzgado, véase 1 Corintios 14:24,25. Para terminar, digo al lector: Si hay algo mejor que la sana doctrina, de seguro allí iré.
Soy un redimido por la sangre de Cristo... no un religioso, sino alguien que no se pertenece así mismo, Cristo me compró con su sangre preciosa aquel día en el cual entendí que todos mis pecados fueron puestos en el cuerpo del Señor en el Altar de la Cruz.
De manera que cuando el Señor dijo:
"CONSUMADO ES"
Usó la misma expresión que se acostumbraba colocar en las facturas cuando la deuda había sido cancelada en su totalidad.
Cristo pagó con su sangre el precio de este esclavo.
Yo soy de Cristo, digo verdad en él y el Espíritu Santo me da testimonio de que soy un genuino Hijo de Dios.
No un religioso hipócrita que mantiene monedas para echarlas en la alcancía puesta a los pies de una estatua de yeso de un hombre crucificado, cuyo crucifijo me cuelga del pecho.
Porque lo que inspira esa estatua es lástima y conmiseración
Como si su muerte hubiese sido un tributo a la dignidad del hombre.
Sino un miserable pecador, reo al infierno, que por la inmensa bondad y misericordia de Dios, su Hijo me justificó con su muerte en el altar de la Cruz. Leemos:
2Co 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Al que no conoció pecado, esto es a Cristo, por amor a nosotros, Dios, su Padre lo hizo pecado, esto es, todos nuestros pecados fueron puestos sobre su santo cuerpo en aquel día cuando la misericordia y la verdad se encontraron, cuando la justicia y la paz se besaron..
En aquel día cuando el velo que separaba el lugar santo del Lugar Santísimo se rasgó en dos de arriba abajo... indicándonos con esto que tenemos plena libertad de entrar al Lugar Santísimo.
Para ustedes los católicos romanistas, el cristo de la cruz es objeto de su patrocinio y lástima...pero para nosotros él es precioso.
Cuál vestidura regia la sangre cubre al Salvador...
Aquel que se viste de luz como de vestidura...Aquel que extiende los cielos como una cortina... lo contemplamos Majestuoso, izado entre el cielo y la tierra, ropaje esplendido, divinal, es el de mi Señor, Triunfante allí en la Cruz... sobre el pecado, sobre el diablo y hasta sobre la misma muerte:
¿Dónde está oh muerte tu aguijón?
Con ropa esplendida vendrá otra vez, y todos le verán, postrándose ante sus santos pies, LOS SUYOS LE ADORARAN.