Re: EL CATOLICISMO ROMANO: UN CAMINO HACIA EL INFIERNO.
Salmo, gracias por tu interés, pues sé que es sincero y no pura curiosidad.
A mí me bautizaron en la fe de mis padres, que era la católica. Y la seguí en el colegio y en la parroquia donde me confirmaron a los seis años, porque el obispo venía solo de vez en cuando y confirmaba a todo el que pillaba, desde los seis años a los quince, ya ves qué disparate, e hice la primera comunión a los siete. Yo solo conocía a católicos. Mi ambiente era católico y de buena gente. Y todos proclamaban que la católica era la única religión verdadera. Y yo, en mi adolescencia, afirmaba que nadie me convencería de que no lo era. Pero por entonces no tenía más estudios que la Primaria. Ni libros que leer porque no podía comprarlos ni sabía cuáles. Ni nadie con quién hablar del tema ni se me ocurría que fuera necesario.
Por entonces, no solo tenía fe. Creía que Dios estaba en el cielo y lo veía y lo sabía y lo podía todo, pero vamos, eso era todo. Yo creía sobre todo en Jesús y no solo creía, ¡lo sentía! Creía firmemente que estaba en el sagrario y todos los días, sin faltar uno, iba a la iglesia a estar un rato arrodillada delante del sagrario hablando con él con la plena seguridad de que me escuchaba. Y lo mismo cada noche al acostarme mis últimos pensamientos eran para Jesús. ¡Ya ves!
Pero cuando empecé a asistir a las reuniones de la parroquia en las que se comentaba el evangelio, empecé a hacer preguntas...sobre lo que empezaba a chocarme y siempre me contestaban que era un misterio de Dios y que lo aceptara con humildad.
Pero no era cuestión de soberbia, era que quería saber la verdad. Pero nadie me contestaba. Sin embargo las preguntas ya se estaban afincando en mi mente. Y cuando pude acceder a los estudios del bachillerato elemental y superior y magisterio...ya no solo eran preguntas, eran dudas...Y me apunté a un curso de biblia que no solo no me aclaró nada, sino que mis dudas aumentaron. Y entre esos estudios y la asignatura de Filosofía de mi carrera, acabaron por socavar mi fe.
Pero aún así, yo quería seguir creyendo en todo lo que había creído. Y durante muchos, mucho tiempo, lo pasé muy mal. Mi corazón tiraba de mí hacia mis creencias y mi mente tiraba en el sentido contrario desgarrándome.
Y llegó un momento en que no solo dejé de creen En Dios, sino en su existencia. Y solo cuando lo acepté, conseguí la paz interior y empezar a buscar la verdad con paz, sin angustia, confiando en que si Dios existe me entenderá, porque yo sigo viviendo como vivía, solo que ahora no lo hago por Dios ni pensando en la vida eterna, sino por conciencia y por los demás.
Es decir, que no he perdido la fe porque me haya enfadado con Dios por nada, ni porque haya sabido del mal comportamiento de algunos sacerdotes ni porque no esté de acuerdo con la jerarquía de la Iglesia. No. La he perdido por pensar, por razonar y ver que aquello en lo que creía no tiene más base que la fe.
Por eso, ya no siento que una iglesia esté ocupada como lo sentía antes al ver la lamparita del sagrario. Ahora la noto tan vacía como una de sus salas de reuniones, pero aún así, sigo buscando la CERTEZA de que Dios existe, aunque sé que eso nunca lo podré conseguir porque nadie podrá demostrar ni que sí ni que no. Y por eso sigo anclada en la parroquia, colaborando en todo aquello que no requiera tener fe.
Entiende, pues, que no es que no quiera creen En Dios, porque para eso antes hace falta creer que existe, es que en estos momentos, la cuestión es que no sé si existe. Es lo primero que tengo que averiguar. Pero de lo que ya estoy segura es de que si existe, no es ni dice ni hace lo que pone en la biblia. Así es como lo veían y lo entendían los que la escribieron.
Un saludo.
Martamaría
¡¡¡Que experiencia Marta!!!
Es que todo lo que no tiene sustento cae por si solo y tarde o temprano debería pasar. Claro si tenemos suerte, digo.
Hay tanta mentira e hipocresía. Muchos hablamos de lo que ni siquiera nos hemos tomado el trabajo de estudiar.
El miedo nos hace agarrarnos de primer palo que encontramos. Y proyectamos nuestro miedo y esperamos que todos se terminen agarrando de el. Y está siempre presente ese deseo de poseer y de someter a los otros. Terminamos entrando en la carrera porque no soportamos que nos manden. El tener poder y mandar a otros termina calmando nuestra conciencia y frustración. Se inventan creencias de todos los colores. Con solo leer las respuestas de este foro te encontrás el surtido que se te antoje. Y después no debemos olvidarnos de la lucha moral a la cual nos enfrentamos. Y los que deberían saber algo y ayudarnos, son papel pintado. Mercenarios vendidos confundidos y atrapados. Cada uno se salva como puede y manotea lo que con suerte le dejan que pellizque. Y siempre están los sabios que tiene todas las respuestas.
Olvídate de buscar a Dios porque no lo vas a encontrar si primero no te encontrás vos. Si Dios existe, el está dentro de nosotros.
Lo mas valioso de tu vida sos vos y porque buscar afuera lo que está muy cerca. La vida está para vivirla intensamente. Perder la religión es en resumen no perder nada. Al final, ¿Que se extraña?. Yo diría que te has liberado de la peor carga. Muchos mueren sin poder hacerlo. Pero la tan preciosa libertad no es tan fácil de cuidar. No solo la religión intenta sofocarla sino los vicios, la mala vida y las experiencias nefastas.
A muy pocos les interesa Dios. Y en realidad no lo están buscando a el. Encontramos en nosotros tendencias que sentimos están mal y la culpa nos destroza el alma. Quisiéramos saber porque y nadie nos respuestas. Y cualquiera como vos decís que razona, se da cuenta que las cosas están muy mal para muchos y demasiado bien para pocos. Y el hombre se adapta o muere. Y después de una juventud quizás un tanto revolucionaria terminamos vendiendo nuestras almas al postor que mas paga. Nuestra vida en si, se resume a nuestra capacidad de elegir en libertad lo queremos hacer de ella. Nadie debería limitarse a vivir por las experiencias de ningún otro. Es nuestro deber buscar nuestra libertad y no solo de pensar sino de actuar. Yo se que no es un ejercicio fácil porque todo nos quiere dominar. Pero te puedo asegurar que se puede practicar y desarrollar. Al preguntarte ¿Porque? comenzaste el camino de esa libertad. Debemos encontrar respuestas pero deberían ser "nuestras" respuestas y no la de los demás.
Cada uno puede creer en cualquier cosa y está claramente comprobado. Confiar en algo o tener fe en algo no es garantía absoluta de que ese algo sea cierto. Muchos ni siquiera saben que creen en lo que realmente quieren creer. Lo que se ve y se comprueba no requiere de nuestra fe y lo que no se ve, no se ve. Yo no creo que exista la fe ciega sino que creo que la fe ciega es la fe que tienen otros. O construyo mi confianza como respuesta de mi propia voluntad consciente o me entrego a la confianza de otros. Lo que no veo, o me lo invento yo, o me lo inventan otros. Cuando me apoyo en lo que otros creen sin siquiera pensar si yo también lo creo, no soy otra cosa que un esclavo. La libertad no es gratis. Muchos creemos serlo pero son pocos lo que la disfrutan. No nos queda otra que completar los espacios. Lo que no vemos con nuestros ojos debemos si o si imaginarlo. Todos necesitamos armarnos de respuestas. Y las vamos construyendo de todo lo que nos viene a la mano. Pero nadie esta a salvo. Los vacíos si o si hay que llenarlos. Y si lo hacemos bien, zafamos.
Esto que te voy a decir es muy profundo para mi y es muy mio y te pido el mayor de los respetos en tus juicios.
Yo no creo en la fe como muchos otros lo hacen. Si la fe no parte de mi y es algo que me mueve o me condiciona a actuar de una forma determinada y me quita libertad, es una fe peligrosa. Supertición, misticismo...
En el ejercicio de mi voluntad yo pongo mi confianza basado en mi razonamiento en lo que considero que la merece. Hoy puedo ponerla pero mañana quitarla. Por ejemplo he decidido creerle a Marta, hasta ahora nunca me ha mentido y todo lo que me ha dicho a salido correcto. Mientras no compruebe lo contrario decido voluntariamente creer en sus palabras. No soy un idiota que cree cualquier cosa, pero entiendo que la desconfianza tiene un costo muy alto que pagar y en un acto voluntario, decido otorgarle mi confianza. Cuando uno se casa, voluntariamente pone su confianza en la otra parte. No podemos pasarnos el día comprobando que todo lo que nos dice sea cierto. Lo asumimos en un acto voluntario. Hay personas que lo hacen sentimentalmente y cuando son defraudadas no lo pueden aceptar y caen presas de una confusión nefasta. Dicen: Es así. Hay que creer. Hay que entregarse. No es cierto. No hay que... Yo me entrego, yo creo, yo amo.
Yo entrego mi confianza no me la sacan. Yo la pongo y no es que me la quitan. Si yo la pongo soy yo el que la quita.
Yo confié. No me respondistes. No te doy mas mi confianza.
Si una persona nos defrauda o nos engaña podremos siempre retirarle nuestra confianza que le hemos otorgado voluntariamente.
Puedo escuchar a la gente decir cualquier cantidad de cosas pero en última instancia, no tengo ninguna excusa, yo desido en lo mas intimo y en forma voluntaria a quien le voy a dar mi confianza.
Dios no me tiene agarrado del cogote y me fuerza a creer en el, mediante esa fe de que muchos hablan. De esa fe yo no tengo nada.
Bueno Martita empieza mi jornada laboral y debo dejarte después la seguimos y es que te interesa hacerlo.