Puedes alabarte hablando maravillas de ti mismo, describir tus perfecciones y lo bueno que eres; tus logros, tu fe y moral intachable.
¿Hablando maravillas de mí mismo?
¿Puedes citar una sola frase de ostentación personal?
¿Describir mis perfecciones? Perfecto es Cristo.
¿Lo que eres? Solo hay uno bueno: Dios.
¿Tus logros? ¿Tu fe? ¿Moral intachable? Creo que me confundes con el argentino Bergoglio.
Tú máximo Jefe.
Sin embargo, tus actitudes y decisiones, lo que haces y el cómo lo haces te delatan y te exponen al mundo tal y como eres.
Ya se te explico que los guantes de seda son para los católicos honestos y sinceros, pero engañados, quienes no conocen la Biblia y solo confían en el magisterio de tu santa madre iglesia, fuera de la cual no hay salvación.
Pero otro asunto muy distinto es enfrentarlos a ustedes, que saben que el cristo de yeso y que se cuelgan en el pecho es un cristo falso.
Que el culto a la virgen María es otra falsedad.
Que la invocación a los espíritus de los muertos, con sus rezos y plegarias, es espiritismo.
Que el argentino Bergoglio no es ningún vicario de Cristo.
Que la doctrina de la transustanciación es una doctrina de demonios, donde se glorifica al diablo.
Que el Purgatorio es otra enseñanza falsa.
Ustedes saben muy bien que vuestro sacerdocio es falso, y, sin embargo, prefieren continuar adheridos como rémoras espirituales al barco del Catolicismo romano, en lugar de abrazar el verdadero Cristianismo cuyo fundamento es Cristo y su Palabra bendita.
¿No es esto iniquidad de la más abjecta?
El menosprecio que Cristo recibe por parte de ustedes no tiene límites.
Ya te has presentado, te reconocemos. Tus acciones han hablado por ti
Solo soy un pobre miserable, que por la gracia de Dios, soy lo que soy, una estimación que es potestativa de Cristo, pues bien conoce a los que son suyos, y sabe lo que hay en usted y lo que hay en mí.