Tu, ¿en que lugar, de estos que mencionas, te encuentras?
Mi propia opinión, no posee ningún valor, por cuanto quién conoce lo que hay en el hombre es el Señor, leemos:
Jua_2:25 y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre,
pues él sabía lo que había en el hombre.
El Señor bien conoce lo que hay en ti, sí solo buscas usar la Escritura para perseverar en la impiedad, o realmente estás buscando la Verdad.
Esto es algo potestativo de Cristo, leemos:
2Ti_2:19 Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y:
Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.
Iniquidad es permanecer en un campamento contaminado por el pecado, a sabiendas que Jesús no dio ese ejemplo, el padeció fuera de las puertas de Jerusalén, porque allí dentro, lo enjuiciaron y lo crucificaron siendo absolutamente inocente.
No recuerdo si de esto te he hablado alguna vez, cuando Moisés subió a hablar con el Señor y se demoró bastante tiempo, en la época del becerro de oro que obligaron a su hermano Aarón hacer para adorarlo.
Luego que Moisés hizo Juicio, el Tabernáculo de reunión, lo sacó fuera del campamento y todo aquel que quería adorar, dejaba atrás el campamento contaminado por la idolatría y adoraba bien lejos de ese lugar, recordemos esta porción para nuestra edificación:
Éxo 33:7 Y Moisés tomó el tabernáculo, y lo levantó lejos, fuera del campamento, y lo llamó el Tabernáculo de Reunión.
Y cualquiera que buscaba a Jehová, salía al tabernáculo de reunión que estaba fuera del campamento.
Cuando Moisés y la tribu de Leví, hicieron juicio sobre los idólatras, cayeron tres mil hombres (Éxo 32:28)
El asunto de la idolatría ha sido siempre un asunto muy serio, de tal manera que acarrea condenación eterna, leemos:
Apo_21:8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros,
los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Ahora fijémonos en esta clase de insensibles, actuando como espectadores:
Éxo 33:8 Y sucedía que cuando salía Moisés al tabernáculo, todo el pueblo se levantaba, y cada cual estaba en pie a la puerta de su tienda, y miraban en pos de Moisés, hasta que él entraba en el tabernáculo.
Éxo 33:9 Cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la columna de nube descendía y se ponía a la puerta del tabernáculo, y Jehová hablaba con Moisés.
Éxo 33:10 Y viendo todo el pueblo la columna de nube que estaba a la puerta del tabernáculo,
se levantaba cada uno a la puerta de su tienda y adoraba.
ESTA GENTE NO QUISO SALIR FUERA DEL CAMPAMENTO CONTAMINADO Y ADORÓ CADA UNO A LA PUERTA DE SU TIENDA.
Éxo 33:11 Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo.
¿Y qué pasó con esa generación de insensibles que no salió fuera del campamento?
Esa generación se perdió.
Quedó postrada en el desierto, y solo entraron a la tierra prometida, de los que habían salido de Egipto, Josué y Caleb.
Núm 14:35 Yo Jehová he hablado;
así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.
Jos 5:6 Porque los hijos de Israel anduvieron por el desierto cuarenta años,
hasta que todos los hombres de guerra que habían salido de Egipto fueron consumidos, por cuanto no obedecieron a la voz de Jehová; por lo cual Jehová les juró que no les dejaría ver la tierra de la cual Jehová había jurado a sus padres que nos la daría, tierra que fluye leche y miel.
Por amor al Señor, por respeto a sus Juicios, abandone el campamento contaminado del Catolicismo Romano.
No te quedes adorando allí, sal de allí, para que el Juicio de Dios no te alcance y así puedas entrar a la Patria Celestial.