1 Pedro 3, 19
“Y Él fue a pregonar a los espíritus que estaban en la prisión”.
Este versículo se ha prestado para ser sacado de su contexto natural y forzarlo a decir que hay una segunda oportunidad de Salvación después de la muerte.
Veamos el contexto:
1Pe 3:18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en Espíritu;
1Pe 3:19 en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,
1Pe 3:20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.
La expresión: "VIVIFICADO EN ESPÍRITU" contrasta con la expresión: "MUERTO EN LA CARNE"
El Espíritu de Dios es inmortal, eterno.
Pero lo que entrega el Hijo de Dios por la vida del mundo es su cuerpo de carne, esto lo entendemos cuando el mismo Señor explica en referencia al Pan de vida, lo siguiente:
Jua_6:51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
Muchos siglos antes de humanarse el Hijo de Dios, ocurrió el Diluvio, luego de pasar 120 años Noé predicando la Justicia de Dios, leemos:
2Pe_2:5 y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos;
Cristo en Espíritu predicó a través de Noé a las almas que existían en los tiempos de Noé, pero ellos, se burlaron de Noé, sin conocer que se estaban burlando de Cristo y no quisieron entrar en el Arca, más caso hicieron los animales, leemos:
1Pe 1:10 Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación,
1Pe_1:11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.
En esto seguramente tenemos la clave para la comprensión de nuestra escritura:
1Pe 3:19 en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,
Noé recibió una revelación de Dios "de cosas que aún no se han visto"; era "un predicador de justicia"; y así fue un verdadero profeta.
En Noé, por tanto, fue también el Espíritu de Cristo quien obró y produjo su testimonio a las almas de su generación.
Aceptar todo esto es evidente. Leemos de nuevo:
1Pe 3:18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en Espíritu;
Pedro acababa de hablar de los sufrimientos expiatorios de Cristo, de su carácter y objeto, y luego, cuando estaba a punto de conectar el significado típico del diluvio con el bautismo, agrega:
"muerto en la carne, pero vivificado en Espíritu,
Nos recuerda de este modo, que Cristo a través de Noé estaba advirtiendo aquellas almas, que hoy día están en prisión, pero que fueron desobedientes a la paciencia de Dios, 120 años oyendo la predicación de Cristo por medio de Noé y no se convirtieron.
Hoy en días son almas encarceladas en prisiones esperando el Justo Juicio de Dios en el Gran Trono Blanco, donde esta expresión:
Apo 20:13 Y el mar entregó los muertos que había en él;
Tiene referencia a los cuerpos de los muertos del diluvio, un inmenso cementerio dentro del mar.
La salvación es ahora, fuera del campamento contaminado del Catolicismo Romano.
Salgamos a Cristo fuera del campamento.