LA ESCRITURA ENSEÑA
LA TOTAL DEPRAVACIÓN.
“Y vio Jehová que la maldad
de los hombres era mucha en la tierra,
y que todo designio de los pensamientos
del corazón de ellos
era de continuo solamente el mal.”
(GÉNESIS 6:5.)
“Y percibió Jehová olor grato;
y dijo Jehová en su corazón:
No volveré más a maldecir
la tierra por causa del hombre;
porque el intento del corazón
del hombre es malo desde su juventud...”
(GÉNESIS 8:21.)
“Todos se desviaron,
a una se han corrompido;
no hay quien haga lo bueno,
no hay ni siquiera uno.”
(SALMO 14:3.)
“Dice el necio en su corazón:
No hay Dios.
Se han corrompido,
e hicieron abominable maldad;
no hay quien haga bien.
Dios desde los cielos miró
sobre los hijos de los hombres,
para ver si había algún entendido
que buscara a Dios.”
(SALMO 53:1-3.)
“Porque yo reconozco mis rebeliones,
y mi pecado está siempre delante de mí.
Contra ti, contra ti solo he pecado,
y he hecho lo malo delante de tus ojos;
para que seas reconocido justo en tu palabra,
y tenido por puro en tu juicio.
He aquí, en maldad me concibió mi madre.”
(SALMO 51:3-5.)
“Este pueblo de labios me honra;
mas su corazón está lejos de mi.
Pues en vano me honran,
enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.”
(MATEO 15:8-9.)
“Oh congregación,
¿pronunciáis en verdad justicia?
¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres.?
Antes en el corazón maquináis iniquidades;
hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra.
Se apartaron los impíos desde la matriz;
se descarriaron hablando mentira desde que nacieron.
Veneno tienen como veneno de serpiente;
son como el áspid sordo que cierra su oído.”
(SALMO 58:1-4.)
“Engañoso es el corazón más que todas las cosas,
y perverso; ¿quién lo conocerá?”
(JEREMÍAS 17:9.)
“¡Oh gente pecadora,
pueblo cargado de maldad,
generación de malignos,
hijos depravados!
Dejaron a Jehová,
provocaron a ira al Santo de Israel,
se volvieron atrás.”
(ISAÍAS 1:4.)
“Lavaos y limpiaos;
quitad la iniquidad de vuestras obras
de delante de mis ojos;
dejad de hacer lo malo.”
(ISAÍAS 1:16.)
“Pero vuestras iniquidades han hecho división
entre vosotros y vuestro Dios,
y vuestros pecados han hecho
ocultar de vosotros su rostro para no oír.”
(ISAÍAS 59:2 Leer hasta el vers.15.)
“¡Ay de mí! ¡He venido a ser
como los últimos frutos del verano,
como el rebusco después de la vendimia!
Ya no queda racimo que comer;
mi alma desea los primeros higos.
El piadoso ha desaparecido de la tierra;
no hay ni uno que sea recto entre los hombres.
Cada cual acecha la vida;
cada cual caza a su prójimo con una red.
Han adiestrado sus manos para hacer el mal:
El gobernante exige, el juez juzga por soborno
y el poderoso habla según el antojo de su alma;
y así lo retuercen.
El mejor de ellos es como la espina;
el más correcto de ellos es como zarzal.
¡Ay de tus centinelas, pues tu castigo ha venido!
¡Ahora será su confusión!
No creáis en el amigo; no esperéis en el compañero.
Cuídate de la que duerme en tu seno;
guarda también tu boca.
Porque el hijo trata con desdén a su padre,
la hija se levanta contra la madre,
la nuera contra su suegra,
y los enemigos del hombre
son los de su propia casa.
Pero yo miraré a Jehovah;
esperaré en el Dios de mi salvación.
¡Mi Dios me escuchará!”
(MIQUEAS 7:1-7.)
“Jesús le dijo:
Deja que los muertos entierren a sus muertos;
y tú ve, y anuncia el reino de Dios.”
(LUCAS 9:60.)
“Y a vosotros, estando muertos en pecados
y en la incircuncisión de vuestra carne,
os dio vida juntamente con él,
perdonándoos todos los pecados.”
(COLOSENSES 2:13.)
“Como esta escrito:
No hay justo ni aun uno.”
(ROMANOS 3:10.)
“Sus pies se apresuran
para derramar sangre.”
(ROMANOS 3:15.)
“Por cuanto todos pecaron,
y están destituidos de la gloria de Dios.”
(ROMANOS 3:23.)
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre,
y por el pecado la muerte,
así la muerte pasó a todos los hombres,
por cuanto todos pecaron.”
(ROMANOS 5:12.)
“Porque mientras estábamos en la carne,
las pasiones pecaminosas que eran por la ley
obraban en nuestros miembros
llevando fruto para muerte.”
(ROMANOS 7:5.)
“Y yo sin ley vivía en un tiempo;
pero venido el mandamiento,
el pecado revivió y yo morí.”
(ROMANOS 7:9.)
“Porque el pecado,
tomando ocasión por el mandamiento,
me engañó,
y por él me mató.”
(ROMANOS 7:11.)
“¿Luego lo que es bueno,
vino a ser muerte para mí?
En ninguna manera;
sino que el pecado,
para mostrarse pecado,
produjo en mi la muerte
por medio de lo que es bueno,
a fin de que por el mandamiento
el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.
Porque sabemos que la ley es espiritual;
mas yo soy carnal, vendido al pecado.
Porque lo que hago no lo entiendo;
pues no hago lo que quiero,
sino lo que aborrezco, eso hago.”
(ROMANOS 7:13-15.)
“Así que, queriendo yo hacer el bien,
hallo esta ley: que el mal está en mi.”
(ROMANOS 7:21.)
“Pero veo otra ley en mis miembros,
que se rebela contra la ley de mi mente,
y que me lleva cautivo a la ley del pecado
que está en mis miembros.”
(ROMANOS 7:23.)
“Por cuanto los designios de la carne
son enemistad contra Dios;
porque no se sujetan a la ley de Dios,
ni tampoco pueden.”
(ROMANOS 8:7.)
“Entre los cuales también todos nosotros
vivimos en otro tiempo
en los deseos de nuestra carne,
haciendo la voluntad de la carne
y de los pensamientos,
y éramos por naturaleza hijos de ira,
lo mismo que los demás.”
(EFESIOS 2:3.)
“Teniendo el entendimiento entenebrecido,
ajenos de la vida de Dios
por la ignorancia que en ellos hay,
por la dureza de su corazón.”
(EFESIOS 4:18.)
“Cuando alguno es tentado,
no diga que es tentado de parte de Dios;
porque Dios no puede ser tentado por el mal,
ni el tienta a nadie; sino que cada uno es tentado,
cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
Entonces la concupiscencia,
después que ha concebido, da a luz el pecado;
y el pecado, siendo consumado da a luz la muerte.”
(SANTIAGO 1:13-15.)
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos
en vuestros delitos y pecados,
en los cuales anduvisteis en otro tiempo,
siguiendo la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire,
el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo
en los deseos de nuestra carne,
haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos,
y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Pero Dios, que es rico en misericordia,
por su gran amor con que nos amó,
aun estando nosotros muertos en pecados,
nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),
y juntamente con él nos resucitó,
y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia
sois salvos por medio de la fe;
y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
no por obras, para que nadie se gloríe.
Porque somos hechura suya,
creados en Cristo Jesús para buenas obras,
las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
(EFESIOS 2:1-10.)
“Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás;
porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”
(GÉNESIS 2:17.)
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre,
y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres,
por cuanto todos pecaron.”
(ROMANOS 5:12.)
“Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte,
para que no confiásemos en nosotros mismos,
sino en Dios que resucita a los muertos.”
(2ª CORINTIOS 1:9.)