-A la intemperie no desnudo mi conciencia, siquiera en el Foro, pues lo gélido de la incomprensión me provoca escalofríos.
La revisto con tres velos importados de España, Roma y HELLAS, y así me atrevo a hablar:
“Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres” (Lucas 1:28).
“et ingressus angelus ad eam dixit have gratia plena Dominus tecum benedicta tu in mulieribus” (Vulgata Latina).
“καὶ εἰσελθὼν πρὸς αὐτὴν εἶπεν Χαῖρε, κεχαριτωμένη, ὁ κύριος μετὰ σοῦ.
Bien: cotejado este texto en una veintena de distintas versiones católicas, apenas cambia “El Señor es contigo” por “El Señor está contigo”.
El tiempo presente y el futuro que sigue aleja la idea de una gracia especial conferida a María al tiempo de su misma concepción en el vientre de su madre.
Inmejorable oportunidad tenía aquel ángel (si tal hubiese sido el propósito de Dios) para relacionar esta concepción próxima con la similar suya (inmaculada) con un “así como fue contigo”, pero no lo hizo.
La bienaventuranza de María le llega ahora por elección divina de entre todas las mujeres, y no por algo especial ocurrido al tiempo de su concepción.
Este texto de Lc 1:28, bien leído, en vez de abonar lo que se pretende, lo disuade.
Saludos cordiales
