Re: El arbol y las ramas-el origen de su Iglesia
Así es. Salieron de entre nosotros, se levantaron por si mismos por encima de Cristo mismo. Tomando para si una posición superior, como de elegidos, insistiendo siempre que son la verdadera, la única, con más historia, con... pero sin darse cuenta que nomás se predican a ellos mismos y su clero. Que no a Cristo... así es: salieron de entre nosotros, para pretender ser ellos mismos por sobre todos.
Bien, le voy a contar una historia familiar, una especie de ejercicio que refleja con bastante precisión la apostasía de la Iglesia:
Los personajes demuestran claramente quien es quien:
Numeros 16:1-5
Coré, hijo de Yisar, hijo de Queat, hijo de Leví, Datán y Abirón, hijos de Eliab, y On, hijo de Pélet, hijos de Rubén, se enorgullecieron
y se alzaron contra Moisés junto con doscientos cincuenta israelitas, príncipes de la comunidad, distinguidos en la asamblea, personajes famosos.
Se amotinaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: "Esto ya pasa de la raya. Toda la comunidad entera, todos están consagrados y Yahvé está en medio de ellos. ¿Por qué, pues, os encumbráis por encima de la asamblea de Yahvé?"
Lo oyó Moisés y cayó rostro en tierra.
Dijo luego a Coré y a toda su cuadrilla: "Mañana por la mañana hará saber Yahvé quién es de él, quién es el consagrado, permitiendo que se le acerque. Al que Yahvé haya elegido le dejará acercarse.
Coré, Datán y Abirón, estaban haciendo un reclamo aparentemente justo a Moisés: "Por que pretendes tu ser nuestro 'Papa' si toda la comunidad es pueblo sagrado, nosotros tenemos una relación personal unica y suficiente con Dios, no necesitamos 'intermediarios' sobre nosotros"
¿Es eso lo que dice allí verdad?
Ellos reclaman sus derechos de igualdad como hombres consagrados, sin embargo Dios se burlaría de ellos porque Moisés fué elegido por el Altísimo para ESTAR SOBRE ELLOS.
Dios les hace tomar los incensarios a cada uno de los rebeldes, para que emulasen a Aarón, el sacerdote legítimamente consagrado.
Numeros 16:6-7
Mirad, pues, lo que habéis de hacer: Tomad los incensarios, Coré y toda su cuadrilla,
ponedles fuego y mañana les echaréis incienso ante Yahvé. Aquél a quien elija Yahvé, será el consagrado; ¡esto ya pasa de la raya, hijos de Leví!"
Numeros 16:18-21
Tomaron cada uno su incensario, le pusieron fuego, le echaron incienso y se presentaron a la entrada de la Tienda del Encuentro, lo mismo que Moisés y Aarón.
Coré convocó contra éstos a toda la comunidad a la puerta de la Tienda del Encuentro. Y se apareció la gloria de Yahvé a toda la comunidad.
Habló Yahvé a Moisés y a Aarón y les dijo:
"Apartaos de esa comunidad, que los voy a devorar en un instante."
Ahora lea Numeros 16:28 al 35, para verificar el castigo.
Dios eligió un dirigente y no valen las excusas hipócritas para establecerse una mal llamada "relación personal" con Dios, hay que obedecer el orden legítimamente establecido.
Imagínese que en esta cita cambiamos a Moisés por el Papa, y a Coré, Datán y Abirón por Lutero, Calvino y Zuinglio.
¡Ellos hicieron la misma proclama para liberarse de la autoridad papal! "No pretendas estar sobre nosotros todos y cada uno somos cristianos consagrados y no te necesitamos a tí de vicario".
¿Ya sabe donde fueron a parar los que se rebelaroon contra la Iglesia?
Pues a la fosa común donde el fuego los devora (infierno), es una extrapolación razonable ¿no?
La Biblia enseña a no ser rebeldes sino a respetar el orden legitimamente constituido:
Romanos 13:1-2
Sométanse todos a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que existen, por Dios han sido constituidas.
De modo que, quien se opone a la autoridad, se resiste al orden divino, y los que resisten se atraerán sobre sí mismos la condenación.
El Pedro de la Iglesia o Papa (Nota que Pedro no es el nombre de Simón sino un título que le dió Jesús), está legítimamente constituido:
Juan 21:15-17
Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: "Simón de Juan, ¿me amas más que éstos? [
mas que estos otros discípulos]"
Le dice él: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero." Le dice Jesús: "Apacienta mis corderos."
Vuelve a decirle por segunda vez: "Simón de Juan, ¿me amas?" Le dice él: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero." Le dice Jesús: "Apacienta mis ovejas."
Le dice por tercera vez: "Simón de Juan, ¿me quieres?" Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: "¿Me quieres?" y le dijo: "Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero." Le dice Jesús: "Apacienta mis ovejas.
Mateo 16:18-19 Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos."
A ningún otro discípulo Jesús habló de esta manera.
DLB.