Cuando alguien menciona la palabra "ángel", la humanidad ya ha sido condicionada por este mundo a imaginar a alguien con una túnica blanca con alas gigantes y tal vez con un halo o no, dependiendo de a qué haya estado expuesto. Como resultado, cuando leemos la Biblia y nos encontramos con la palabra "ángeles", inmediatamente la asociamos con seres angelicales espirituales. Pero cuando nos tomamos el tiempo de examinar la palabra hebrea y griega que Dios usó para "ángel", descubrimos que muy pocas veces en realidad se refiere a seres angelicales espirituales o incluso a seres humanos. Y la mayoría de las veces es una referencia a Dios mismo. Esto no significa que Dios es un ángel, pero la palabra Hebrea y Griega que Dios usa para "ángel", también se traduce como ¨mensajero¨. Y esta palabra mejor describe a Dios y a Cristo.
Cuando buscamos la palabra hebrea (malak) y griega (angelos) para "ángel", notamos que Dios usó esta palabra deliberadamente para referirse a tres cosas: seres espirituales angelicales, seres humanos y Dios mismo. Entonces, cuando los traductores sintieron que estaba a la vista un ser espiritual, (la mayoría de las veces) lo tradujeron como "ángel", y cuando sintieron que solo se refería a una persona, (la mayoría de las veces) lo tradujeron como "mensajero" para intentar ayudar al lector a diferenciar entre los dos. Pero al hacerlo, en realidad causaron más confusión.
Entonces, nuestro trabajo como estudiantes de la Biblia es examinar cada uno de los casos del uso de la palabra "malak" y "angelos" para poder determinar quién está a la vista cada vez. Y podemos comenzar con la frase muy común, "el ángel de Jehová". Defenderé el hecho de que esto siempre se refiere a Dios mismo. Y daré mi primer ejemplo. Este es el primer lugar en la Biblia donde se usa la frase "el ángel de Jehová" y se refiere a Agar que huyó de Sari después de que Sarai la tratara duramente.
Génesis 16:7–13 (KJV 1900)
Y el ángel de Jehová la encontró junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente camino de Shur. 8 Y él dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes? ¿Y adónde irás? Y ella dijo: Huyo de delante de mi señora Sarai. 9 Y el ángel de Jehová le dijo: Vuélvete a tu señora, y sometete a sus manos. 10 Y el ángel de Jehová le dijo: Multiplicaré tu descendencia en gran manera, hasta el punto de que por su multitud no será contada. 11 Y el ángel de Jehová le dijo: He aquí que estás encinta, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael; porque Jehová ha oído tu aflicción. 12 Y será un hombre salvaje; su mano estará contra cada uno, y la mano de cada uno contra él; y habitará delante de todos sus hermanos. 13 Y llamó el nombre de Jehová que le hablaba: Tú Dios me ves; porque dijo: ¿Acaso también aquí he mirado al que me ve?
Lo primero que notamos al estudiar el tema del ángel de Jehová es que Dios muchas veces habla de sí mismo en primera persona, pero también en tercera persona. Por eso puede ser confuso cuando vemos al ángel de Jehová hablando como si hablara en nombre del que lo envió, luego en otras ocasiones habla en primera persona, como si fuera Dios mismo hablando. Pero cuando podemos ver que Dios hace esto en toda la Biblia (no solo en el contexto del ángel de Jehová), entonces las referencias en primera y tercera persona no son un problema cuando se trata de entender quién es el ángel de Jehová.
Pero lo que no encontramos en la Biblia son seres espirituales angelicales reales que hablan como si fueran Dios mismo. Esta es una manera en que podemos estar seguros de que cuando el ángel del SEÑOR dice: "Multiplicaré tu descendencia...", será Dios mismo quien esté hablando y no un ser espiritual angelical porque ningún angel espiritual puede multiplicar la decendencia de un hombre. Por eso es importante traducir la palabra "ángel" por la palabra "mensajero" cada vez que aparece en la Biblia. De esta manera nos veremos obligados a examinar el texto mucho más de cerca para ver quién está a la vista en cada caso. Por lo tanto, el ángel de Jehová se entiende mejor como el mensajero de JEHOVÁ, que es Cristo. Esto significa que Dios no es un ángel, como entendemos que son los seres angelicales, sino que es el mensajero porque nos ha dado la Palabra de Dios (Cristo).
Malaquías 3:1 (RV1909)
HE aquí, yo envío mi mensajero (Malak) (mi ángel, Juan el Bautizta), el cual preparará el camino delante de mí: y luego vendrá a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel (Malak) (el mensajero) del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.
El ángel, o mensajero del pacto es Cristo.