El adventismo y su falsa "ley dominical"

Re: El adventismo y su falsa "ley dominical"

Estimado wofi. Saludos cordiales.

Para mí, el mejor interprete de las Sagradas Escrituras es nuestro Señor Jesucristo, es lamentable que tu recurras a Jaime Orlando Barboza Salas, púes ya te diste cuenta que al igual que el preterismo de los ex adventistas, es falso.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: El adventismo y su falsa "ley dominical"

Pasos bíblicos para evaluar un movimiento espiritual
1. Los líderes del avivamiento: ¿son obreros de justicia o de iniquidad? ¿Se caracterizan por el amor al dinero o por las buenas obras? (Mt 23.25, 1 Ts 2.5) ¿Sana doctrina o fábulas?
(1 Ti 4.1–8) ¿Demuestran un profundo carácter cristiano o ambición egoísta? (Stg 3.14–18) ¿Obedecen la ley o la desprecian? (Mt7.15–23)
2. ¿Cuáles son los frutos a largo plazo en cuanto a su carácter cristiano? ¿Se observa en ellos fidelidad, verdad, amor, misericordia y justicia? (Mt 7.16–20, Gá 5.22, 23; Ef 5.9; Stg 3.14–18)
3. El movimiento en general: ¿evidencia amor por la sana doctrina? ¿Cuál es su actitud hacia las Escrituras? (2 P 3.13–18; 1 Ti 4.1–8)
4. El movimiento: ¿tiene un objetivo claro? ¿Lleva a la gente a algún destino específico? ¿Los resultados son tales que las generaciones venideras pueden construir sobre ellos? ¿Es una «casa de paja» o es una base bien construida para el futuro? ¿Está cimentado en Cristo, el Jesús histórico de las Escrituras?
(Mt 7.15–29; 1 Co 3.10–17)
5. ¿Cómo es la ética del movimiento? ¿Evita, por un lado, los peligros de la licencia moral y, por el otro, el legalismo exagerado? (Col 2.18–23, Jd 4)
6. ¿Cuál es la actitud del movimiento hacia el resto del cuerpo de Cristo? ¿Es humilde o es orgullosa? ¿Es arrogante? ¿Separatista?
Estas pruebas probablemente se pueden aplicar mejor si un movimiento está afectando a su propia congregación. A menos que usted esté muy bien informado, es difícil juzgar a un movimiento en general, y la Biblia nos advierte contra tales juicios.
¿Se nos permite juzgar a otros?
Se nos ordena «probar las cosas espirituales» (una traducción literal de 1 Jn 4.1) y Dios no se ofende por nuestros intentos cuidadosos de examinar la verdad. El pecado contra el Espíritu Santo no es cuestionar o examinar. Ese pecado es la blasfemia directa cuando hay evidencia clara de una revelación poderosa de Dios
(Mr 3.22–31). No debemos ser tan temerosos que dejemos de practicar en oración el examen cuidadoso de las cosas para ver si realmente vienen de Dios. Jesús nos dice que no les creamos a todos los que vienen con una afirmación espiritual (Mt 24.23–26), y Pablo repite esto más tarde cuando habla de los falsos apóstoles con su falso Cristo y falso Espíritu Santo (2 Co 11.3–5, 13–15). La pregunta se complica por el hecho de que hay dos palabras en el griego para referirse a «juzgar». Una es incorrecta (Ro 14.13), mientras que la otra es un aspecto esencial del discipulado cristiano (Flp 1.9). El «juicio» que no nos está permitido es llamado krino en griego y significa ‘juzgar a la persona o cosa como tal’, por ejemplo decir que «no tiene nada de bueno». Se nos permite juzgar aspectos específicos, lo cual es llamado dokimazo. Este juicio enfatiza cosas como «ésa fue una buena acción», «ésa persona tiene gran fe», «tal persona tiene mala doctrina en el área de...», etcétera. Por ejemplo, no está bien decir que «la bendición de Toronto no tiene absolutamente nada de bueno» ni que «todo lo que se refiere a la bendición de Toronto proviene de Dios». Cuando Jesús juzgó la herejía licenciosa de los nicolaítas en Apocalipsis dijo: «las obras de los Nicolaítas, las cuales aborrezco» (Ap 2.6). De esta manera especificaba lo que lo ofendía. De tal manera, usted puede decir con mucha más seguridad: «me preocupa tal manifestación», o «creo que está mal creer tal cosa».
Cómo somos engañados
Aquí hay veintidós formas comunes en las cuales la gente comete errores al juzgar movimientos de Dios.
1. No amar la verdad para ser salvos (2 Ts 2.10), teniendo más interés en lo práctico, las experiencias o los sentimientos que en los hechos, la verdad y la sana doctrina.
2. Creer rumores, fuentes poco confiables e informes sin confirmación (1 Ti 4.1–8).
3. Dejarse convencer por los halagos, a los cuales pocos somos inmunes. Los falsos profetas halagan a sus oyentes o hacen afirmaciones extravagantes y orgullosas (Ro 16.18, Jd 16).
4. Olvidar volver a las Escrituras y al Señor en busca de dirección (Jos 9.3–17, Hch 17.11).
5. Confirmar solamente una parte. Muchas herejías comienzan siendo ortodoxas y luego agregan cosas en el camino. Los que comienzan con el movimiento piensan: «lo que dijimos al comienzo era verdad y lo encontramos en las Escrituras. Aunque no podemos encontrar este nuevo aspecto en las Escrituras, de todas maneras debe ser cierto» (Ap 22.18, 19; 2 Pe 2.1; 3.13–18).
6. Decir: «si esto está mal, entonces lo opuesto debe estar bien». Por ejemplo: «Todo lo que recibí antes fue enseñanza bíblica sin vida. Entonces hice a un lado mi Biblia y ahora sólo tengo el Espíritu», o a la inversa: «Todo lo que vi como carismático resultó totalmente vacío, así que no quiero saber nada con gente que habla sobre el Espíritu Santo».
7. Dejarnos impresionar demasiado por «atributos mundanos», como una iglesia de buena apariencia, un predicador bien vestido, grandes congregaciones, expositores «internacionales». Estas cosas naturalmente nos impresionan y no tomamos el tiempo de examinarlas más profundamente para ver si existe un carácter piadoso, justicia y verdad. Las estadísticas no pueden medir la santidad. (Stg 2–3)
8. «Pero es el único grupo que cree ‘X’, y esto es fundamental». La mayoría de las sectas tienen una verdad bíblica central que han «redescubierto». Puede tratarse del hecho de que Dios nos habla personalmente, que las personas pueden vivir vidas santas, o cierta opinión del bautismo. Pero esa verdad redescubierta no hace que las restantes creencias sean buenas.
9. La novedad es atractiva en sí misma, pero no todas las cosas nuevas son de Dios. Tampoco es cierto que siempre están mal. El corazón de un verdadero movimiento de Dios tendrá el toque de la eternidad y de la verdad firme. Si algo es llamativo, nuevo y poco profundo, examínelo para ver qué hay detrás de las apariencias.
10. Reaccionar debido al temor o en forma apresurada en lugar de examinar las cosas calmadamente.
11. Juzgar desde una perspectiva puramente cultural. «Sabía que era un hombre de Dios por la forma en que sostenía su Biblia, hablaba, vestía, etcétera».
12. Sensaciones: «lo que se siente bien debe ser cierto». El prejuicio opuesto es: «si hay mucha emoción debe ser falso». Eso también lleva al error.
13. Una definición incorrecta de ‘bendición’. Por ejemplo, las emociones positivas equivalen a la bendición, las emociones negativas o la seriedad implican falta del Espíritu. La Biblia nunca llega a estas conclusiones. El gozo es una característica del carácter y no necesariamente se demuestra en la risa constante.
14. Una definición incorrecta del Espíritu Santo o de la presencia de Dios como un estado emocional humano en lugar de una presencia objetiva. «Tal emoción equivale a la presencia de Dios o del Espíritu Santo». En consecuencia, las personas terminan pensando que la presencia de tal emoción equivale a la presencia de Dios. Dado que los estados emocionales permanecen en nuestra memoria y podemos recordarlos o revivirlos voluntariamente, éstos pueden «hacer presente a Dios» en cualquier momento. El problema es que es el sentimiento, no el Señor, lo que está presente.
15. Equiparar la prosperidad económica con la bendición de Dios. Esto es común en el vocabulario cristiano. Desafortunadamente algunos son engañados al pensar que un predicador a quien le va bien en lo económico «evidentemente ha sido bendecido» y, por lo tanto, «es de Dios». Los falsos profetas generalmente reciben buena paga, mientras los verdaderos profetas muchas veces son perseguidos. Pablo no era próspero, y Pedro no tenía ni oro ni plata. Los héroes de la fe mencionados en Hebreos 11 «vivían en cuevas». Las riquezas no son señal de aprobación y la pobreza no es señal de desgracia.
16. Ser reacios a la predicación, la enseñanza y la teología; evitar la crítica de las modas, las tendencias y las decepciones evidentes. Algunas personas tienen un desagrado tan profundo por la «teología seca» que rechazan toda enseñanza. De esta manera descartan lo bueno junto con lo malo. Se abren a la decepción y terminan «volviendo a inventar la rueda», pasando por todos los altibajos y las herejías de la Iglesia primitiva.
17. Rechazar el aprender del pasado diciendo: «déjame aprender por mí mismo». Eso puede ser muy costoso y es una actitud que la Escritura asocia con el «necio» en el libro de Proverbios (Pr 12.15; 15.5; 18.2; 26.12).
18. «Si hay milagros debe estar bien». Todavía hay algunos milagros genuinos, pero no todos los milagros son de Dios. Algunos hacedores de milagros son en realidad «obreros de iniquidad» (Mt 7.5–21, 2 Ts 2.9). Los milagros «en el nombre de Jesús» no necesariamente indican que Dios está obrando, a menos que estén acompañados de justicia. Los milagros sin carácter son simplemente magia disfrazada.
19. La credulidad, nuestro deseo de ver un verdadero movimiento de Dios, puede abrirnos a la decepción (Mt 10.16).
20. Hacer juicios generales basados en una experiencia personal poderosa, ya sea buena o mala.
21. Decir: «si las personas están siendo salvadas, debe ser de Dios». Supongamos que alguien recibe a Cristo cuando está borracho en un casino a las tres de la mañana. Esto no significa que la borrachera, las aventuras nocturnas o los casinos sean de Dios. Las conversiones son una buena señal, pero debemos ver los resultados de las mismas luego de un buen tiempo. Jesús indicó esto cuando dijo que los fariseos convertidos eran «hijos del infierno» (Mt 23.15), implicando que sus «conversiones» no eran genuinas.
22. Exámenes equivocados. Hay toda clase de criterios para juzgar grupos. Algunos usan ciertas doctrinas periféricas como exámenes de ortodoxia. Si usted pasa ese examen, ha sido aprobado; de lo contrario es un hereje que va derecho al infierno. Mientras que la doctrina es importante, hay muy pocos exámenes críticos en las Escrituras. Las pruebas verdaderas de ser un cristiano son: el amor ágape práctico; la justicia; la fe en la encarnación, muerte, resurrección y deidad de Jesús, y la continuidad en comunión con los creyentes en el contexto de la tradición apostólica.
 
Re: El adventismo y su falsa "ley dominical"

Aquí añado algunos pensamientos de Juan Stam sobre el punto...



Sobre la teología de los reformadores:
Unas Reflexiones

Se suele resumir el aporte teológico de la Reforma en tres puntos: (1) la justificación por la gracia mediante la fe (sola gratia, sola fide), (2) la sola autoridad normativa y definitiva de las Sagradas Escrituras (sola scriptura, tota scriptura), y (3) el sacerdocio universal de todos los creyentes. Pero, casi siempre, se olvidan otros dos, que son cruciales: (4) la libertad cristiana y (5) "la iglesia reformada siempre reformándose" (ecclesia reformata semper reformanda). Es especialmente sorprendente y lamentable que los evangélicos hoy hacen caso omiso del tema de la libertad cristiana. De hecho, dicho tema es, sin lugar a dudas, central en todo el movimiento de la Reforma. La Reforma fue, en su sentido más profundo, un proceso liberador en todas sus dimensiones.

En este énfasis marcado sobre la libertad cristiana, Lutero siguió de cerca a su gran precursor evangélico, nada menos que el Apóstol Pablo, quien constantemente vinculaba la justificación por la fe con la libertad cristiana. Cuando los gálatas se echaron atrás al legalismo judaizante, San Pablo los acusó de haber negado el evangelio: "De Cristo se han desligado, los que por la ley se justifican; de la gracia han caído" (Gál 5.4), y eso, no porque hubiesen caído en alguna inmoralidad ni hubieran negado alguna doctrina ortodoxa, sino porque habían vuelto a insistir en la circuncisión y el legalismo como condiciones para ser aceptado ante Dios. Bajo tales legalismos, les dice San Pablo, "para nada les aprovecha Cristo" (Gál 5.2), porque "para libertad han sido llamados" (Gál 5.11). Por lo tanto, les exhorta, "estén firmes en la libertad con que Cristo los ha liberado" (Gál
5.1).

Al inicio de la misma epístola, Pablo escribe a estos creyentes en Galacia en términos parecidos: "Me asombro que tan pronto estén dejando ustedes a quien los llamó por la gracia de Cristo, para pasarse a otro evangelio" (Gál 1:5). En seguida, aclara que de hecho "no hay otro evangelio", y advierte que si alguien pretendiera predicarles otro evangelio, "qué caiga bajo maldición" (1:8). Ser evangélico, según San Pablo, es vivir desde la gracia de Dios que nos hace libres. No se puede ser evangélico y legalista a la vez.

A Martín Lutero le gustaba señalar que su apellido venía de una palabra griega (eleútheros) que significa "libre, independiente, no ligado"; a veces se llamaba "Lutero el Libre". Uno de sus primeros escritos, en el año 1520, se tituló "Sobre la libertad del cristiano". Tan convencido estaba Lutero de que no podría haber libertad bajo la condición de pecado, como convencido estaba también de que el evangelio nos hace verdaderamente libres. Evangelio significa libertad; evangelio y servidumbre (dominación, autoritarismo) se excluyen mutuamente.

En los párrafos siguientes intentaremos demostar que cada una de las grandes afirmaciones de la Reforma, es una afirmación de la libertad cristiana. Sin la libertad cristiana, las demás verdades reformadas no se pueden entender en su sentido pleno.


(1) La sola gratia nos libera del legalismo:

Cuando Lutero descubrió la justificación por la pura gracia de Dios, dijo que se le abrieron las puertas del paraíso, porque la sola gratia le liberó del terror ante un Dios iracundo y vengativo. La doctrina de la justificacion por la gracia significó para Lutero su liberación del dominio de la ley y de las obras. Para él, personalmente, la revelación de "la gloriosa libertad de los hijos e hijas de Dios" (Rom. 8.21) fue la respuesta a su angustiosa búsqueda de paz y salvación. Significó liberación de las demandas de la ley. Ya que nuestra justificación es "por la gracia mediante la fe", podemos confiar firmemente en la Palabra de Dios que nos asegura que el Señor nos ha aceptado. A la vez, para Lutero, la fe es muchísimo más que mero asentimiento teórico. "La fe es algo inquieto y activo", decía Lutero; es "la fe que obra por el amor" (Gal. 5.6, cf. 6.9s).

Para Lutero, esta "libertad del evangelio" estaba por encima de toda autoridad y de todas las leyes humanas. El sistema papal le parecía una intolerable contradicción a esta libertad evangélica; el papa, escribió, había dejado "de ser un obispo, para convertirse en un dictador" (S. S. Wolin, Política y Perspectiva, p.158). Era imperativo restaurar "nuestra noble libertad cristiana", pues "se debe permitir que cada persona escoja libremente..." (ibid, pp. 156,158).

Desde el tiempo de los fariseos, la mentalidad legalista, basada en la autosuficiencia de los méritos propios, siempre tiende a producir dos extremos: o el fariseo o el publicano. El fariseo está segurísimo de su propia justicia, con base en obras de moralismo externo, pero de hecho no es ni justo ni realmente libre. El publicano, en cambio, se desespera por su falta de mérito y su insuperable fracaso en lograr su propia vindicación. Pero ninguno de los dos puede hacer el bien libremente, puesto que la realizan sólo como medio para alcanzar su propia auto-justificación.

El mensaje evangélico rompe este círculo vicioso. Dios en su gracia divina recibe al injusto y lo justifica, "no por obras, sino para buenas obras" (Ef. 2:8-10). La gracia (járis) de Dios despierta nuestra gratitud
(eujaristía) y nos transforma en personas nuevas que buscamos hacer la voluntad de Aquel que nos ha redimido. De esa manera, la gracia de Dios nos libera tanto del legalismo y moralismo (heteronomía moralista) como del fideismo y de la "gracia barata" de una fe puramente formal y verbal. La gracia nos hace libres para hacer el bien, no para lograr una justificación propia ante Dios, sino para agradecer y glorificar a Aquel que nos justificó por fe.


(2) La sola scriptura nos libera del autoritarismo dogmático:

La misma paradoja liberadora aparece en la afirmación de la sola autoridad normativa de la Palabra de Dios. El principio de sola scriptura relativiza, necesariamente, toda tradición y toda autoridad humana, aun las eclesiásticas. Ninguna autoridad humana puede imponerse sobre la conciencia del creyente, si no puede fundamentarse en las escrituras. Lo expresó Lutero elocuentemente en su defensa ante el Dieta de Worms (1521):

Mi conciencia es cautiva de la Palabra de Dios. Si no se me demuestra por
las Escrituras y por razones claras (no acepto la autoridad de papas y
concilios, pues se contradicen), no puedo ni quiero retractar nada, porque
ir contra la conciencia es tan peligroso como errado. Que Dios me ayude.
Amén.

Años después Lutero dijo, "Soy teólogo cristiano. Quiero creer libremente y no ser esclavo de la autoridad de nadie. Confesaré con confianza lo que me parece cierto". Sobre su monumento en Worms están escritas estas palabras: "los que conocen verdaderamente a Cristo no pueden nunca quedar esclavos de ninguna autoridad humana". "La Palabra de Dios", escribió Lutero, "que enseña la libertad plena, no debe ser limitada" (Wolin , ibid., p.155).

¡¡Qué palabras de libertad teológica!! Su total sumisión a la Palabra de Dios le hacía libre frente a dogmatismos, magisterios, concilios y papas. En la medida en que seamos realmente bíblicos, en esa misma medida seremos libres para "examinarlo todo" a la luz de las Escrituras y de las evidencias, hoy no menos que en los tiempos de Lutero.

Martín Lutero insistía terca y vehementemente en la única, exclusiva e incondicional autoridad de la Palabra de Dios, cuidadosa y evangélicamente interpretada. Sólo el evangelio y las Escrituras pueden tener autoridad sobre la conciencia del creyente. Por las Escrituras y por la gracia redentora de Dios, somos libres de cualquier otra autoridad que pretendiera imponerse sobre nuestra conciencia.

Estudiosos de la Reforma han llamado esto "el principio protestante": sólo Dios mismo es absoluto, sólo su Palabra divina puede ostentar autoridad final. Cualquier otro absoluto no es Dios, sino un ídolo. Por lo mismo, sólo las Escrituras, fiel y cuidadosamente interpretadas en la comunidad creyente, pueden fundamentar artículos de fe. Ni el papa ni los concilios, ni las tradiciones ni los pastores ni los profesores de teología, pueden imponer sus criterios con autoridad obligatoria.

Sin embargo, a menudo pasa lo contrario (no sólo con los Testigos de Jehová sino con muchos que se llaman "bíblicos" y "evangélicos"): se levantan también en nuestro medio pequeños "papas protestantes" con su "Santo Oficio" que pretenden imponer sus tradicionalismos y dogmatismos y condenar (sin pruebas bíblicas de la más mínima seriedad) a todo aquel que no esté de acuerdo con los prejuicios de ellos. Sin darse cuenta, vuelven al autoritarismo dogmático contra el cual Lutero se había levantado, como los judeocristianos de Galacia también habían vuelto al legalismo anti-evangélico y anti-bíblico. Pero ser bíblico es ser mentalmente libre, abierto y crítico. No se puede ser bíblico y seguir siendo cerrado y dogmático.

!Qué libertad la de Lutero, ante toda autoridad, tradición, opinión y criterio humanos! ¿Y por qué? ¿Cómo se atrevía Lutero a reclamar tan osada libertad para su propia conciencia? Aunque su postura pareciera arrogante y anárquica, la fuerza de su libertad evangélica fue algo totalmente distinta: "Mi conciencia es cautiva de la Palabra de Dios."

Para Lutero, la obediencia evangélica a Dios y a su Santa Palabra tienen como corolario la liberación evangélica de toda autoridad, tradición o heteronomía que pretendieran ser absolutas (idolátricas) frente a la exclusiva autoridad normativa de la Palabra viva de Dios. Lutero explicó esto con elocuencia en su tratado de 1520, "sobre la libertad del Cristiano": porque el cristiano está sometido incondicionalmente a la Palabra liberadora del Evangelio, "el cristiano es el más libre de todos los seres humanos" (cf. Rom. 6:16-18).

Bien lo expresa el himno, "Cautívame Señor, y libre en tí seré." Eso se aplica también a nuestro pensamiento y a nuestras actitudes: cuando nuestra conciencia es cuativa de la Palabra de Dios y del glorioso evangelio, no podrá ser nunca cautiva de tradiciones humanas ni de autoridades humanas que pretendieran colocarse al nivel de, o incluso por encima de, la Palabra de Dios. Sola scriptura, sola gratia, sola fide: ¡mensaje de auténtica libertad evangélica para la conciencia de todos los cristianos hoy también!


(3) El sacerdocio de todos los fieles nos libera del clericalismo:

En tercer lugar, la afirmación reformada del sacerdocio universal de todos los fieles (1 Pedro 2:9; Apoc 1:6; 5:10) impulsa, lógicamente, un proceso de progresiva democratización dentro de la Iglesia, y por consiguiente dentro del mundo moderno. Para Lutero, todo cristiano es un sacerdote y un ministro de Dios, y toda la vida, todo empleo y oficio, son vocación divina dentro del mundo. "Una lechera puede ordeñar las vacas para la gloria de Dios", decía Lutero. En un pasaje aun más atrevido, afirma que "Todos los cristianos son sacerdotes, y todas las mujeres sacerdotisas, jóvenes o viejos, señores o siervos, mujeres o doncellas, letrados o laicos, sin diferencia alguna" (W.A. 6,370; R. García-Villoslada, Martín Lutero, Tomo. I, p.467).

Es cierto que los Reformadores no llevaron este principio hasta sus últimas consecuencias. Conservaron mucho del clericalismo heredado de largos siglos de tradición eclesiástica. Sin embargo, algunos, conocidos como Anabautistas de la "Reforma Radical", llevaron el principio del sacerdocio universal un buen paso adelante. Hoy día, tanto en círculos católicos como protestantes, se reconocen los carismas de todos los fieles y se cuestiona constantemente el clericalismo y el autoritarismo que, lamentablemente, han prevalecido en la iglesia protestante como también en la católica.

El paso de la Edad Media al mundo moderno significó un cuestionamiento radical del autoritarismo medieval e impulsó la evolución de una serie de libertades humanas que hoy día damos por sentadas. En ese proceso, Martín Lutero desempeñó un papel decisivo. Su mensaje de gracia evangélica nos libera del legalismo (autoritarismo ético). Su insistencia en la autoridad bíblica, interpretada crítica y científicamente, nos libera del tradicionalismo (autoritarismo doctrinal). Su enseñanza del sacerdocio universal de todos los fieles comenzó a liberarnos del clericalismo (autoritarismo eclesiástico).

Lutero lanzó una cruzada tenaz contra las estructuras autoritarias de la iglesia medieval: "Todas y cada una de las prácticas de la Iglesia", escribió en 1520, "son estorbadas, y enredadas, y amenazadas por las pestilentes, ignorantes e irreligiosas ordenanzas artificiales. No hay esperanza de cura, a menos que todas las leyes hechas por el hombre, cualquiera que sea su duración, sean derogadas para siempre. Cuando hayamos recobrado la libertad del Evangelio, debemos juzgar y gobernar de acuerdo con él en todos los aspectos" (Woolf I, p.303, en Wolin p.156). Al denunciar la tiranía del Vaticano, Lutero exigió a la iglesia"restaurar nuestra noble libertad cristiana" (Wolin p.158) también en las iglesias evangélicas.


4) "La iglesia reformada siempre reformándose" nos libera del tradicionalismo estático:

Otra consigna de la Reforma, cuya importancia no puede ser exagerada, rezaba ecclesia reformata semper reformanda ("iglesia reformada siempre reformándose"). Es impresionante que los reformadores hayan tenido la humildad y la flexibilidad de ver su movimiento como inconcluso, con necesidad de continua revisión. Sabían que su encuentro con la Palabra de Dios había introducido en la historia nuevas fuerzas de transformación, pero (a lo menos en sus mejores momentos) no tenían ilusiones de haber concluído la tarea. Su gran mérito histórico fue el de haber hecho un buen comienzo, muy dinámico, y precisamente de no pretender haber dicho la última palabra per saecula saeculorum.

Hay un fenómeno típico en los movimientos históricos, que consiste en que después de comenzar con la espontánea creatividad de una búsqueda dinámica, poco a poco se van institucionalizando hasta perder casi totalmente la flexibilidad de sus inicios y su original capacidad de sorprender. En muchos casos, este proceso termina en un estado senil de arterioesclerosis institucional.

De hecho, esto es lo que pasó en gran parte con la Reforma protestante. Sus sucesores redujeron los explosivos descubrimientos de los fundadores (especialmente la "teología irregular" de Lutero mismo) en un nuevo escolasticismo ortodoxo, sea de cuño luterano o calvinista. El proceso dinámico de los inicios se petrificó en el sistema rígido y cerrado. Siglos después el fundamentalismo norteamericano resucitó a ese escolasticismo protestante en una nueva reencarnación histórica.

Los reformadores anticiparon este peligro, e implantaron en su teología defensas contra esa excesiva institucionalización y sistematización. En parte por factores adversos del siglo XVII, sobre todo el surgimiento del racionalismo escéptico, los sucesores de ellos buscaron una falsa seguridad en la "fortaleza teológica" de su ortodoxia inflexible. Contra eso, los ataques de pensadores como Lessing fueron devastadores. En el siglo XX,
volvió a surgir con gran dinámica el principio de ecclesia reformata semper reformanda.

En ningún momento todas estas libertades deben significar libertinaje, ni en doctrina ni en conducta; eso sería el extremo opuesto del legalismo. Como lo ha expresado el teólogo francés Claude Geffre, necesitamos dogma (doctrina) pero sin dogmatismo, tradición pero sin tradicionalismo, y autoridad sin autoritarismo (La iglesia ante el riesgo de la interpretación,1983, p.69) y, podemos agregar, insitituciones sin institucionalismo.

¿Qué nos dicen hoy estos postulados fundamentales de la Reforma? (1) Nos desafían a redescubrir constantemente el significado de las Buenas Nuevas y la fuerza de la libertad evangélica, tan caras para los reformadores. (2) Nos llaman al contínuo trabajo de exégesis bíblica, seria, científica, crítica y evangélica, individual y corporativa: sólo en la cuidadosísima interpretación de la Palabra de Dios se hallará la libertad evangélica del Pueblo de Dios y de la teología. (3) Nos llaman a un profundo respeto hacia los demás hermanos y hermanas, al buscar juntos la voluntad del Señor en esa obediencia a la Palabra que es también una sana libertad ante toda palabra humana. En las muy sabias palabras de un antiguo refrán de la Iglesia, "En lo esencial (lo bíblico y evangélico), unidad; en lo no-esencial (opiniones, tradiciones, costumbres), libertad; en todo, caridad".


Bibliografía

García-Villoslada, Ricardo, Martín Lutero, Vol I:El fraile hambriento de Dios (Madrid: BAC, 1973).

Geffré, Claude, El cristianismo ante el riesgo de la interpretación (Madrid Cristiandad, 1984).

Wolin, Sheldon S, Política y Perspectiva (Bs.As.: Amorrortu, 1960).
 
Re: El adventismo y su falsa "ley dominical"

Para Lutero, esta "libertad del evangelio" estaba por encima de toda autoridad y de todas las leyes humanas. El sistema papal le parecía una intolerable contradicción a esta libertad evangélica; el papa, escribió, había dejado "de ser un obispo, para convertirse en un dictador" (S. S. Wolin, Política y Perspectiva, p.158). Era imperativo restaurar "nuestra noble libertad cristiana", pues "se debe permitir que cada persona escoja libremente..." (ibid, pp. 156,158).
 
Re: El adventismo y su falsa "ley dominical"

Estudiosos de la Reforma han llamado esto "el principio protestante": sólo Dios mismo es absoluto, sólo su Palabra divina puede ostentar autoridad final. Cualquier otro absoluto no es Dios, sino un ídolo. Por lo mismo, sólo las Escrituras, fiel y cuidadosamente interpretadas en la comunidad creyente, pueden fundamentar artículos de fe. Ni el papa ni los concilios, ni las tradiciones ni los pastores ni los profesores de teología, pueden imponer sus criterios con autoridad obligatoria.
 
Re: El adventismo y su falsa "ley dominical"

Estimado wofi. Saludos cordiales.

Tú dices:

ja ja. En realidad no acudo a Barboza Salas como vos recurrís a EGW

Respondo: No hay comparación. La una "elegida por el Señor para desempeñar un rol de suma importancia en la Iglesia remanente", el otro al que acudes, es parte de la cizaña en la que estás metido.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo
.
 
Re: El adventismo y su falsa "ley dominical"

Lutero lanzó una cruzada tenaz contra las estructuras autoritarias de la iglesia medieval: "Todas y cada una de las prácticas de la Iglesia", escribió en 1520, "son estorbadas, y enredadas, y amenazadas por las pestilentes, ignorantes e irreligiosas ordenanzas artificiales. No hay esperanza de cura, a menos que todas las leyes hechas por el hombre, cualquiera que sea su duración, sean derogadas para siempre. Cuando hayamos recobrado la libertad del Evangelio, debemos juzgar y gobernar de acuerdo con él en todos los aspectos" (Woolf I, p.303, en Wolin p.156). Al denunciar la tiranía del Vaticano, Lutero exigió a la iglesia"restaurar nuestra noble libertad cristiana" (Wolin p.158)
 
Re: El adventismo y su falsa "ley dominical"

Hay un fenómeno típico en los movimientos históricos, que consiste en que después de comenzar con la espontánea creatividad de una búsqueda dinámica, poco a poco se van institucionalizando hasta perder casi totalmente la flexibilidad de sus inicios y su original capacidad de sorprender. En muchos casos, este proceso termina en un estado senil de arterioesclerosis institucional.
 
Re: El adventismo y su falsa "ley dominical"

¿Qué nos dicen hoy estos postulados fundamentales de la Reforma? (1) Nos desafían a redescubrir constantemente el significado de las Buenas Nuevas y la fuerza de la libertad evangélica, tan caras para los reformadores. (2) Nos llaman al contínuo trabajo de exégesis bíblica, seria, científica, crítica y evangélica, individual y corporativa: sólo en la cuidadosísima interpretación de la Palabra de Dios se hallará la libertad evangélica del Pueblo de Dios y de la teología. (3) Nos llaman a un profundo respeto hacia los demás hermanos y hermanas, al buscar juntos la voluntad del Señor en esa obediencia a la Palabra que es también una sana libertad ante toda palabra humana. En las muy sabias palabras de un antiguo refrán de la Iglesia, "En lo esencial (lo bíblico y evangélico), unidad; en lo no-esencial (opiniones, tradiciones, costumbres), libertad; en todo, caridad".
 
Re: El adventismo y su falsa "ley dominical"

[FONT=&quot]“Para usted, Hermano CRISTIANO, ¿cuál es la ley de Cristo,
si me puede decirla punto por punto?”
[/FONT]
[FONT=&quot] [/FONT]
[FONT=&quot] [/FONT]
[FONT=&quot]La "ley de Cristo" (1 Corintios 9:21), o "doctrina de Cristo" (Hebreos 6:1), es todo el Nuevo Testamento. Esta “ley de Cristo” no es el “antiguo pacto” de Moisés meramente “espiritualizado”, sino un “nuevo pacto” (2 Corintios 3:6). No un pacto renovado, pero con los mismos mandamientos, sino un nuevo pacto con nuevos enfoques y nuevos mandamientos. [/FONT]
[FONT=&quot]-Aclaración: los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan figuran en el Nuevo Testamento porque contienen algunas directrices y enseñanzas de Cristo que integran el “nuevo pacto” sellado con su sangre (Mateo 26:28), el cual entraría en vigor con su muerte, siendo él el testador (Hebreos 9:15). Es preciso tener presente que el Antiguo Testamento estaba en vigor durante la vida de Cristo en la tierra, naciendo el Señor “bajo la ley” (Gálatas 4:4) y cumpliéndola a perfección (Mateo 5:17-20). Cumplida perfectamente, fue quitada, entrando en vigor el Nuevo Pacto en Pentecostés, diez días después de la ascensión del Señor (Hechos 2). [/FONT]
[FONT=&quot]La “ley de Cristo” , punto por punto. [/FONT]
[FONT=&quot]A continuación, algunos mandamientos del Señor (Juan 14:15-21), a manera de ejemplos, no encontrándose estos en el Antiguo Testamento. “Mis mandamientos”, apunta Cristo, contrastándolos con los mandamientos de Moisés, incluso con los del decálogo. (Pensamos que el estudioso hambriento de la verdad consulte los textos no copiados con el ánimo de apreciar el lenguaje de los nuevos mandamientos de Cristo.) [/FONT]
[FONT=&quot]- “Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo” (Mateo 5:38-39). Cristo no “espiritualiza” la Antigua Ley. Más bien, emite nuevas leyes fundamentalmente diferentes en sustancia y aplicación. En este ejemplo, podemos apreciar que la nueva “ley de Cristo” es el inverso completo de la ley dada en Sinaí. Eso de “espiritualizar” la antigua, dejándola intacta y vigente durante la Era Cristiana, lo catalogamos como una artimaña humana confeccionada para sostener lo insostenible. [/FONT]
[FONT=&quot]-La Gran Comisiónde llevar el evangelio a toda criatura (Marcos 16:15-16). No había tal “Gran Comisión” para Israel bajo el Antiguo Pacto, pues este pacto fue hecho solo con Israel, y no con los gentiles (Éxodo 31:12-17 ; Efesios 2:11-18). [/FONT]
[FONT=&quot]- Creer en Cristo como el Hijo de Dios (Juan 17:3 ; Marcos 16:16 . Tal fe viene por oír al evangelio (Romanos 10:17), y no por someterse al Antiguo Pacto. De ahí, que el Nuevo Pacto también se identifica como “la ley de la fe” (Romanos 3:27). [/FONT]
[FONT=&quot]-El bautismo “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:18-20), "para perdón de los pecados" (Hechos 2:38 ; Marcos 16:16). La circuncisión, no, sino la inmersión en agua. [/FONT]
[FONT=&quot]-Ser añadido a la iglesia (Hechos 2:47; 1 Corintios 12:12-13). ¿Existía la iglesia bajo el Antiguo Pacto? ¡Claro que no! Se trata de una nueva institución divina para la nueva Era Cristiana. Nueva institución gobernada por una nueva ley : esto es lo lógico, y esto mismo es lo que hay. La iglesia vive, adora y trabaja bajo “el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra” ( Romanos 7:6 ). ¿Cómo expresar con más claridad esta doctrina fundamental? [/FONT]
[FONT=&quot]-En el Nuevo Testamento se encuentran muchas leyes y directrices para la organización y el funcionamiento de la iglesia (1 Timoteo 3; 2 Timoteo; Tito 1; Hechos 14:23 ; 1 Corintios 14:37-38 , etcétera). [/FONT]
[FONT=&quot]- Todo lo concerniente a la iglesia está expuesta en el Nuevo Testamento. El Antiguo no la rige. Esta realidad incontrovertible constituye, por sí sola, un argumento irrefutable contra imponer al pueblo cristiano el Antiguo Testamento. [/FONT]
[FONT=&quot]-Un nuevo sacerdocio espiritual que ofrece sacrificios espirituales , y no materiales (1 Pedro 2:1-10). “Cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley” (Hebreos 7:12). [/FONT]
[FONT=&quot]-La Cena del Señor a celebrarse el primer día (domingo) de cada semana (Hechos 2:42; 20:7). La pascua judía, no, ni Pentecostés, etcétera, sino la Cena del Señor (1 Corintios 10:16-22 ; 11:17-34). [/FONT]
[FONT=&quot]- Cantar himnos y cánticos espirituales, ( Efesios 5:19 ; Colosenses 3:16 ). [/FONT]
[FONT=&quot]- Ofrendas voluntarias dadas el primer día de cada semana, apartadas para obras benévolas y de evangelismo (1 Corintios 16:1-2; 2 Corintios 8:1-2 ; 9:1-15; Filipenses 4:10-20). El diezmo, no, ni ofrendas mecidas, etcétera, sino ofrendas voluntarias. [/FONT]
[FONT=&quot]-Bajo el Nuevo Testamento, no hay que guardar días , incluso el séptimo día (Romanos 14; Colosenses 2:14-16; Gálatas 4:8), ni abstenerse de alimentos prohibidos bajo el Antiguo Pacto ( 1 Timoteo 4:1-5 ). Cristo mismo hizo “limpios todos los alimentos” (Marcos 7:18-19). [/FONT]
[FONT=&quot]¿Es necesario alargar la lista para probar que la “ley de Cristo” se compone de nuevos mandamientos? [/FONT]
[FONT=&quot]Creer en Cristo, o llamarse “cristiano”, no es suficiente para salvación. Es necesario obedecer sus mandamientos. “Si me amáis, guardad mis mandamientos . El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre… El que me ama, mi palabra guardará… El que no me ama, no guarda mis palabras…” (Juan 14:15-24). [/FONT]
[FONT=&quot]El creyente que guarda los mandamientos de la antigua ley, ¡en vano lo hace! De nada le vale. Es más, hacerlo lo hace desligarse de Cristo. Se cae de la gracia. Peca. “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído” (Gálatas 5:4). [/FONT]
[FONT=&quot]“Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo” [/FONT][FONT=&quot](Hebreos 8:6-7). Pese a esta explicación tan clara y elemental, millones de personas profesantes de fe en Cristo siguen bajo el primer pacto, defectuoso y muy inferior al segundo, siendo este el “mejor pacto establecido sobre mejores promesas” . El llamado es que salgan de esa esclavitud, que se quiten ese yugo y que acepten con alegría “la libertad con que Cristo nos hizo libres” (Gálatas 5:1), pues “donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17). [/FONT]
[FONT=&quot] [/FONT]
 
Para usted, Hermano CRISTIANO, ¿cuál es la ley de Cristo, si me puede decirla punto?

Para usted, Hermano CRISTIANO, ¿cuál es la ley de Cristo, si me puede decirla punto?

[FONT=&quot]“Para usted, Hermano CRISTIANO, ¿cuál es la ley de Cristo,
si me puede decirla punto por punto?”
[/FONT]


[FONT=&quot]La "ley de Cristo" (1 Corintios 9:21), o "doctrina de Cristo" (Hebreos 6:1), es todo el Nuevo Testamento. Esta “ley de Cristo” no es el “antiguo pacto” de Moisés meramente “espiritualizado”, sino un “nuevo pacto” (2 Corintios 3:6). No un pacto renovado, pero con los mismos mandamientos, sino un nuevo pacto con nuevos enfoques y nuevos mandamientos. [/FONT]
[FONT=&quot]-Aclaración: los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan figuran en el Nuevo Testamento porque contienen algunas directrices y enseñanzas de Cristo que integran el “nuevo pacto” sellado con su sangre (Mateo 26:28), el cual entraría en vigor con su muerte, siendo él el testador (Hebreos 9:15). Es preciso tener presente que el Antiguo Testamento estaba en vigor durante la vida de Cristo en la tierra, naciendo el Señor “bajo la ley” (Gálatas 4:4) y cumpliéndola a perfección (Mateo 5:17-20). Cumplida perfectamente, fue quitada, entrando en vigor el Nuevo Pacto en Pentecostés, diez días después de la ascensión del Señor (Hechos 2). [/FONT]
[FONT=&quot]La “ley de Cristo” , punto por punto. [/FONT]
[FONT=&quot]A continuación, algunos mandamientos del Señor (Juan 14:15-21), a manera de ejemplos, no encontrándose estos en el Antiguo Testamento. “Mis mandamientos”, apunta Cristo, contrastándolos con los mandamientos de Moisés, incluso con los del decálogo. (Pensamos que el estudioso hambriento de la verdad consulte los textos no copiados con el ánimo de apreciar el lenguaje de los nuevos mandamientos de Cristo.) [/FONT]
[FONT=&quot]- “Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo” (Mateo 5:38-39). Cristo no “espiritualiza” la Antigua Ley. Más bien, emite nuevas leyes fundamentalmente diferentes en sustancia y aplicación. En este ejemplo, podemos apreciar que la nueva “ley de Cristo” es el inverso completo de la ley dada en Sinaí. Eso de “espiritualizar” la antigua, dejándola intacta y vigente durante la Era Cristiana, lo catalogamos como una artimaña humana confeccionada para sostener lo insostenible. [/FONT]
[FONT=&quot]-La Gran Comisiónde llevar el evangelio a toda criatura (Marcos 16:15-16). No había tal “Gran Comisión” para Israel bajo el Antiguo Pacto, pues este pacto fue hecho solo con Israel, y no con los gentiles (Éxodo 31:12-17 ; Efesios 2:11-18). [/FONT]
[FONT=&quot]- Creer en Cristo como el Hijo de Dios (Juan 17:3 ; Marcos 16:16 . Tal fe viene por oír al evangelio (Romanos 10:17), y no por someterse al Antiguo Pacto. De ahí, que el Nuevo Pacto también se identifica como “la ley de la fe” (Romanos 3:27). [/FONT]
[FONT=&quot]-El bautismo “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:18-20), "para perdón de los pecados" (Hechos 2:38 ; Marcos 16:16). La circuncisión, no, sino la inmersión en agua. [/FONT]
[FONT=&quot]-Ser añadido a la iglesia (Hechos 2:47; 1 Corintios 12:12-13). ¿Existía la iglesia bajo el Antiguo Pacto? ¡Claro que no! Se trata de una nueva institución divina para la nueva Era Cristiana. Nueva institución gobernada por una nueva ley : esto es lo lógico, y esto mismo es lo que hay. La iglesia vive, adora y trabaja bajo “el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra” ( Romanos 7:6 ). ¿Cómo expresar con más claridad esta doctrina fundamental? [/FONT]
[FONT=&quot]-En el Nuevo Testamento se encuentran muchas leyes y directrices para la organización y el funcionamiento de la iglesia (1 Timoteo 3; 2 Timoteo; Tito 1; Hechos 14:23 ; 1 Corintios 14:37-38 , etcétera). [/FONT]
[FONT=&quot]- Todo lo concerniente a la iglesia está expuesta en el Nuevo Testamento. El Antiguo no la rige. Esta realidad incontrovertible constituye, por sí sola, un argumento irrefutable contra imponer al pueblo cristiano el Antiguo Testamento. [/FONT]
[FONT=&quot]-Un nuevo sacerdocio espiritual que ofrece sacrificios espirituales , y no materiales (1 Pedro 2:1-10). “Cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley” (Hebreos 7:12). [/FONT]
[FONT=&quot]-La Cena del Señor a celebrarse el primer día (domingo) de cada semana (Hechos 2:42; 20:7). La pascua judía, no, ni Pentecostés, etcétera, sino la Cena del Señor (1 Corintios 10:16-22 ; 11:17-34). [/FONT]
[FONT=&quot]- Cantar himnos y cánticos espirituales, ( Efesios 5:19 ; Colosenses 3:16 ). [/FONT]
[FONT=&quot]- Ofrendas voluntarias dadas el primer día de cada semana, apartadas para obras benévolas y de evangelismo (1 Corintios 16:1-2; 2 Corintios 8:1-2 ; 9:1-15; Filipenses 4:10-20). El diezmo, no, ni ofrendas mecidas, etcétera, sino ofrendas voluntarias. [/FONT]
[FONT=&quot]-Bajo el Nuevo Testamento, no hay que guardar días , incluso el séptimo día (Romanos 14; Colosenses 2:14-16; Gálatas 4:8), ni abstenerse de alimentos prohibidos bajo el Antiguo Pacto ( 1 Timoteo 4:1-5 ). Cristo mismo hizo “limpios todos los alimentos” (Marcos 7:18-19). [/FONT]
[FONT=&quot]¿Es necesario alargar la lista para probar que la “ley de Cristo” se compone de nuevos mandamientos? [/FONT]
[FONT=&quot]Creer en Cristo, o llamarse “cristiano”, no es suficiente para salvación. Es necesario obedecer sus mandamientos. “Si me amáis, guardad mis mandamientos . El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre… El que me ama, mi palabra guardará… El que no me ama, no guarda mis palabras…” (Juan 14:15-24). [/FONT]
[FONT=&quot]El creyente que guarda los mandamientos de la antigua ley, ¡en vano lo hace! De nada le vale. Es más, hacerlo lo hace desligarse de Cristo. Se cae de la gracia. Peca. “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído” (Gálatas 5:4). [/FONT]
[FONT=&quot]“Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo” [/FONT][FONT=&quot](Hebreos 8:6-7). Pese a esta explicación tan clara y elemental, millones de personas profesantes de fe en Cristo siguen bajo el primer pacto, defectuoso y muy inferior al segundo, siendo este el “mejor pacto establecido sobre mejores promesas” . El llamado es que salgan de esa esclavitud, que se quiten ese yugo y que acepten con alegría “la libertad con que Cristo nos hizo libres” (Gálatas 5:1), pues “donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17). [/FONT]
 
Re: El adventismo y su falsa "ley dominical"

Estimado wofi. Saludos cordiales.

Tú dices:

Lutero lanzó una cruzada tenaz contra las estructuras autoritarias de la iglesia medieval: "Todas y cada una de las prácticas de la Iglesia", escribió en 1520, "son estorbadas, y enredadas, y amenazadas por las pestilentes, ignorantes e irreligiosas ordenanzas artificiales. No hay esperanza de cura, a menos que todas las leyes hechas por el hombre, cualquiera que sea su duración, sean derogadas para siempre. Cuando hayamos recobrado la libertad del Evangelio, debemos juzgar y gobernar de acuerdo con él en todos los aspectos" (Woolf I, p.303, en Wolin p.156). Al denunciar la tiranía del Vaticano, Lutero exigió a la iglesia"restaurar nuestra noble libertad cristiana" (Wolin p.158)

Respondo: ¡El protestantismo está siguiéndole las pisadas a Roma!

"Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibiría autoridad como reyes juntamente con la bestia. Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia." (Apoc. 17: 12, 13).

A medida que nos acercamos a la crisis final, resulta de vital importancia que la armonía y la unidad reinen entre las instituciones del Señor. El mundo no conoce más que tempestades, guerras y discordias. Sin embargo, las gentes se unirán bajo una misma dirección, la de la potencia papal, para oponerse a Dios en la persona de sus testigos.

¿Qué entidad le entrega su reino a esta potencia? El protestantismo, un poder que, mientras profesa tener el carácter y el espíritu de un cordero y estar aliado con el cielo, habla con la voz de un dragón. Está movido por una fuerza que procede de abajo. . .

"Estos tienen un mismo propósito". Habrá un lazo universal de unión, una gran armonía, una confederación de fuerzas de Satanás. "Y entregarán su poder y su autoridad a la bestia". Así se manifiesta el mismo poder arbitrario y opresor contra la libertad religiosa, la libertad de adorar a Dios según los dictados de la conciencia, que manifestó el papado cuando en el pasado persiguió a los que se negaban a conformarse con los ritos y ceremonias religiosas del romanismo.

En la lucha que se librará en los últimos días estarán unidos en oposición al pueblo de Dios todos los poderes corrompidos que se apartaron de la lealtad a la ley de Jehová. En esta lucha el sábado del cuarto mandamiento será el punto controvertido, porque en el mandamiento del sábado el gran Legislador se identifica como el Creador del cielo y de la tierra.

Merced a los dos errores capitales, el de la inmortalidad del alma y el de la santidad del domingo, Satanás prenderá a los hombres en sus redes. Mientras aquél forma la base del espiritismo, éste crea un lazo de simpatía con Roma. Los protestantes de los Estados Unidos serán los primeros en tender las manos a través de un doble abismo al espiritismo y al poder romano; y bajo la influencia de esta triple alianza ese país marchará en las huellas de Roma, pisoteando los derechos de la conciencia."

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Para usted, Hermano CRISTIANO, ¿cuál es la ley de Cristo, si me puede decirla pun

Re: Para usted, Hermano CRISTIANO, ¿cuál es la ley de Cristo, si me puede decirla pun

Una metafora muy interesante :

Marcos 9: 4 "Y se le aparecieron Elías y Moisés, los cuales conversaban con Jesús"... V.5 "Pedro le dijo a Jesús: ¡Maestro, que maravilloso que la pasamos aquí... Podemos levantar tres albergues: Uno para tí, otro para Moisés y otro para Elías!"... V.6 "Pedro estaba tan estúpido que no sabía ni lo que decía"... V.7. "Entonces apareció una nube que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: Este es mi Hijo Amado. ¡Escuchénlo!"... V. 8 "De repente miraron a su alrededor, y no vieron a nadie más que a Jesús"


Para reflexionar: En su intento desesperado de tapar el ridículo de Gran Chasco, los Adventistas del 7° día quieren hoy construir 3 chozas, una para Moisés, otra para Elena de White, y otra, bueno, la tienen reservada para cuando a alguien se le ocurra declarar una ley dominical... Ya, ya, bajen de su montaña...
 
Re: Para usted, Hermano CRISTIANO, ¿cuál es la ley de Cristo, si me puede decirla pun

Re: Para usted, Hermano CRISTIANO, ¿cuál es la ley de Cristo, si me puede decirla pun

Estimado wofi. Saludos cordiales.

Como típico antinomialista dices:

Una metafora muy interesante :

Marcos 9: 4 "Y se le aparecieron Elías y Moisés, los cuales conversaban con Jesús"... V.5 "Pedro le dijo a Jesús: ¡Maestro, que maravilloso que la pasamos aquí... Podemos levantar tres albergues: Uno para tí, otro para Moisés y otro para Elías!"... V.6 "Pedro estaba tan estúpido que no sabía ni lo que decía"... V.7. "Entonces apareció una nube que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: Este es mi Hijo Amado. ¡Escuchénlo!"... V. 8 "De repente miraron a su alrededor, y no vieron a nadie más que a Jesús"


Para reflexionar: En su intento desesperado de tapar el ridículo de Gran Chasco, los Adventistas del 7° día quieren hoy construir 3 chozas, una para Moisés, otra para Elena de White, y otra, bueno, la tienen reservada para cuando a alguien se le ocurra declarar una ley dominical... Ya, ya, bajen de su montaña...

Respondo: "Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él." Mateo 17:3

"Moisés representaba a los que resucitarían de entre los muertos al producirse el segundo advenimiento de Jesús. Y Elías, que fue trasladado sin conocer la muerte, representaba a los que, cuando venga Cristo, serán transformados en inmortales y trasladados al cielo sin ver la muerte." PE 164.

Elías se enfrentó a los 450 falsos profetas de Baal, los que por más que saltaban, no se les cumplían sus pretensiones.

Tanto Moisés, como Elías y también Ellen White rindieron sus vidas a Cristo, por lo tanto no se requieren enramadas para ellos.

Sobre personas como esta destacada mensajera que está a la espera de la "voz de Dios", la Biblia dice: "Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen." Apoc. 14:13.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: El adventismo y su falsa "ley dominical"



Patricio:



Alguien entro aparentemente para que se pierda la conversacion que tu y yo estamos llevando, sin embargo espero sigas contestando a mis aportes.

Te recuerdo que NO has contestado a VARIOS de mis cuestionamientos.​

En general los has evadido, haciendo otros comentarios.

Que Dios te bendiga y guarde.