DISTINCIÓN ENTRE LA LEY Y LA GRACIA

A la luz de la Escritura, la evidencia indica que la concupiscencia NO formaba parte de la creación original, sino que surgió a raíz del pecado original.
Difiero.

Codiciar el Trono de Dios por parte del Querubín Protector (Is.14:14) es un fruto de la concupiscencia.

Allí en el cielo constituyó la base fundamental de la rebelión contra Dios.

Aquí en la tierra, el mismo promotor de la rebelión allí, la inoculó en el Edén a Eva (Gén.3:5) dando como resultado una descendencia espiritual caída en el pecado, reos al infierno, donde no hay justo ni aún uno, sino que nacemos ya condenados (Ro.5:18).
 
A los foristas que nos exigen guardar el sábado:

En los tiempos del Señor y de los apóstoles fue muy difícil para muchos dejar atrás la dispensación de la ley y aceptar la dispensación de la gracia de Dios en Cristo Jesús (Hch.20:24).

Y, a pesar de todas las claras enseñanzas que tenemos en los evangelios yen las epístolas, muchos hoy en día todavía no distinguen bien entre la ley y la gracia, como es el caso patético de varios foristas judaizantes que postean en este foro.

El apóstol Juan claramente destaca esa diferencia:

“Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo” (Jn. 1:17).

No tomar en cuenta esa distinción ha resultado en muchas falsas doctrinas y posturas equivocadas aun entre verdaderos creyentes, que, siendo engañados por su grupo judaizante, hacen de la autosuficiencia de Cristo depender de Moisés, socavando de esta forma, la perfección de la Obra de la Redención.

Algunas figuras utilizadas en la Biblia nos ayudarán a entender que la ley y la gracia son dos cosas distintas que no se pueden mezclar.

Vestido viejo o vestido nuevo (Mt. 9:16; Lc. 5:36).

La ley es como un vestido viejo; tuvo su utilidad en el pasado, pero ya ha sido descartado.

La gracia es como un vestido nuevo y hermoso.

El Señor no vino para remendar el viejo sistema de la ley ceremonial, sino para descartarlo completamente.

Los judaizantes del foro se cubren con ese vestido viejo de la ley, queriendo remendarlo con el vestido nuevo de la gracia, resultando en un atuendo ridículo y empobrecedor.

Pero, cortar un pedazo de un vestido nuevo y ponerlo en un vestido viejo trae tres consecuencias negativas:

1. Se rompe el nuevo,
2. El remiendo no armoniza con el viejo
3. Y además tira del vestido, empeorando la rotura.

Definitivamente la ley y la gracia no se pueden mezclar.

Odres viejos u odres nuevos. (Mt. 9:17).

Los odres viejos, tiesos e inflexibles, representan la ley.

Los odres nuevos representan la gracia.

El vino nuevo nos habla del gozo de la salvación que trae el Evangelio.

Ese gozo exuberante echa a perder las formas rígidas del ritualismo, y sólo puede contenerse dentro de los nuevos principios de la gracia de Dios.

Sin embargo, como los fariseos, muchos todavía prefieren estar bajo la ley, diciendo:

“El añejo es mejor”.

Estar bajo ayo o ser mayor de edad (Gál. 3:24,25).

El ayo era el esclavo guardián o tutor del hijo menor de edad, que lo dominaba y enseñaba hasta que llegaba a la mayoría de edad.

Para los judíos la ley era como un ayo, sujetándolos y conduciéndolos a Cristo.

La ley les hizo sentir su culpabilidad y la imposibilidad de salvarse a sí mismos, para que pudieran recibir a Cristo y ser justificados por la fe.

“Pero venida la fe, ya no estamos bajo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”.

La ley ya cumplió su función.

Volver a la ley es como volver a la niñez y ponerse de nuevo bajo el control del ayo siendo ya adulto (Heb.5:12-14).

Yugo pesado o yugo fácil (Hch. 15:10; Mt. 11:29,30)

Cuando algunos de los fariseos insistieron que era necesario circuncidar a los gentiles que habían creído y mandarles que guardasen la ley de Moisés, Pedro dijo:

“¿Por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemospodido llevar?”

Pablo exhorta: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” (Gál. 5:1).

El creyente no está bajo ese yugo pesado de la ley, pero el Señor le anima a llevar Su yugo:

“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.”

Volver a la ley es volver a una esclavitud (Gal. 4:9).

Ismael o Isaac (Gál. 4:21-31)

Al señalar la distinción entre la ley yla gracia, Pablo utiliza la alegoría de los dos hijos de Abraham.

“Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley? Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre.”

Ismael está asociado con el Monte Sinaí, con la Jerusalén actual y la esclavitud de la ley.

Isaac está asociado con la Jerusalén de arriba, con la promesa y la libertad en Cristo.

Ismael e Isaac no podían vivir juntos.

“Mas ¿qué dice laEscritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre”.

El estanque de Betesda o el poder del Señor (Jn. 5:1-9)

Para beneficiarse del poder curativo del estanque de Betesda, uno tenía que ser el primero en descender al estanque después del movimiento del agua.
El pobre paralítico confesó que no tenía quién le metiera en el estanque, y entre tanto que iba, otro descendía antes que él. La ley (como ese estanque) es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno (Rom.7:12). Pero el problema es que el hombre (como el paralítico) no tiene la capacidad para guardar la ley (la ley “era débil por la carne” Rom. 8:3).

Volver a la ley, sería como decirle al paralítico que siguiera esperando (inútilmente) el movimiento del agua, cuando, por gracia, el Señor podía suplir su necesidad de manera inmediata.

Sombra o sustancia (Col. 2:16,17)

La ley, con sus regulaciones en cuanto a comida y bebida, días de fiesta, luna nueva y días de reposo, era solamente la sombra de lo que había de venir.

Cristo es el cuerpo, la sustancia, la realidad que producía esa sombra.

La ley tenía “la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas” (Heb. 10:1).

Viendo solamente la sombra de una persona que se acerca, se puede apreciar algunas características de esa persona (por ejemplo, si es gordo o es flaco, si es alto o bajo, etc.).

Por medio de la ley se podía vislumbrar algo de lo que iba a venir al llegar la gracia.

Al llegar la gracia por medio de Jesucristo, vemos claramente lo que la ley vislumbraba.
¿Por qué volver a las sombras de la ley cuando ya ha llegado la sustancia en Cristo?

Entender la enseñanza de estas figuras nos guardará de volver a la ley con sus decretos, demandas, días, diezmos, dietas, dominio y dureza.

La ley es un sistema de salvación por obras.

Pero la gracia de Dios en Cristo Jesús provee salvación completamente aparte de méritos y obras.

Si se trata de añadir el sistema de la ley al otro de la gracia, el resultado es que dejan de ser lo que son.

“Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no eso bra” (Rom. 11:6).

No, la ley y la gracia no se pueden mezclar.

Pero, por si acaso algún forista esté pensando torcido, el hecho de que ya no estamos bajo la ley sino bajo la gracia, no se debe tomar como excusa para abusar de la gracia de Dios.

Veamos las advertencias de la Palabra de Dios en cuanto a esto:

1. “Me he hecho…a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo)” (1 Cor. 9:21).

2. “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.” Gál 5:13

3. “Como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios” (1 Ped. 2:16).

4. Y Judas nos advierte sobre los “hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios”. (Jud. 4).

Entonces, foristas judaizantes, no confundamos la ley con la gracia.

No podemos volver a la ley.

Tampoco podemos usar la ley para remendar la gracia (como si esto fuera necesario).

¿Habéis entendido estas distinciones?
Hombre, por fin un hermano que sabe. Muchas gracias por su explicación. Para mi ha sido altamente grata y confirmatoria. Concuerdo totalmente con lo que nos ha comentado. Por causa de la ley muchos siguen hoy en día apartados de la gracia divina que nos trajo Jesús; a mi cuando me preguntan de que religión soy digo que de ninguna. Porque no me interesan las religiones evolutivas que se oponen al progreso y al sentido común. Para mi religión es sinónimo de consciencia, de conocimiento y de gracia. Jesús es mi padre creador y mi referente en la vida. Me considero profundamente religioso porque mi religión es dios; Cristo salvador y el padre eterno celestial son a los únicos que yo venero. A Jesús, mi padre, nuestro padre, porque le admiro profundamente, al padre eterno, que en cierto modo podríamos decir que es nuestro abuelo, porque Jesús dijo que él es el único Santo, el único puro, inmaculado y absolutamente perfecto. No me interesan los ceremoniales, ni las procesiones, ni los que se dicen a si mismo reyes y papas, sacerdotes y profetas de la palabra de dios. Yo creo que la palabra de dios no tiene nada que ver con las personalidades egoicas humanas, aunque presuman de conocerla, por mi propia imperfección reconozco al imperfecto, por mi propio conocimiento reconozco al que conoce. Y cuando la palabra de dios surge de una boca humana la reconozco al instante, porque es clara, precisa y concisa, y porque por la gracia de dios me ha sido dado el regalo de conocerla. Gracias hermano, porque por tu teclado ha sido privilegio mío leerla, constatarla y disfrutar de ella. Un abrazo de todo corazón.
 
Primero que todo, ocupe su lugar como criatura irredenta que es (1P.1:18-20)

Cuando uno tiene sobre sí mismo un amo que no es Cristo, entonces se plantea razonamientos privados, independientes de la voluntad de Cristo; a esta rebelión, aquí en este foro la identifican "sanamente" como "libre albedrío".

Como criatura irredenta, usted tiene todo el derecho de plantearse lo que quiera, porque aún no acepta la redención que ya hizo Cristo por su alma.

Isa 43:7 todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.

Cuando acepte a Cristo como Redentor y Señor de su alma, entonces será sellado con el Espíritu Santo, y, solo vivirá para servir al Señor, su verdadero dueño.
Cuando yo no era creyente, de esto hace como cuarenta años ya, me gustaba medir mi intelecto con el de los creyentes, cuando me vino la conversión, porque un buen día reconocí la naturaleza perfecta del creador, entonces me di cuenta que mi intelecto estaba impregnado por la luz del mundo, pero cuando la luz del reino vino a mi mente, enseguida descubrí lo ignorante que había sido y me avergoncé de ello. Claro que, esto lo descubrí cuando el espíritu santo me hizo comprender las cosas esenciales del reino. " Ama a dios sobre todas las cosas y al prójimo tanto o más que a ti mismo". Y ciertamente, esto último no es fácil, amar a dios sí que lo es, al menos para mí, porque cuando el ministerio de la genuina fe, la verdadera fe, nada que ver esto que digo con fanatismo religioso alguno- te es concedida, cuando la gracia desciende sobre ti, no te vuelve perfecto de repente, claro que no, pero abre los ojos de tu entendimiento para que te conozcas y veas que no lo eres; para que no caigas en el mesianismo ni en el fanatismo; esa divina luz te alumbra el angosto camino de la vida espiritual para que veas que en este mundo la alegría es efímera y que te conviene aferrarte a tu propósito de ser obediente al servicio del creador; si quieres ser ciudadano del reino de dios no hay otro modo; tienes que servirle aquí, en este mundo, ahora, y por siempre, para toda la eternidad. Mientras tu vestido carnal esté vivo, y después; en la otra vida, la vida eterna. Cristo es mi vida, mi ser, nada me pertenece, todo es de él. Jamás pensé que diría algo así... Bendito sea el señor.
 
Primero que todo, ocupe su lugar como criatura irredenta que es (1P.1:18-20)
Con su visión tan retorcida estaríamos todavía curando las enfermedades con sangrías, los demonios con exorcismos y de cruzadas por media Europa contra gente como usted que, por supuesto, irían a la hoguera.

Aceptar a Cristo es aceptar su gracia, esta es gratuita, donada y perseverante en aquel corazón humano que ama, que cree, que busca.
 
cuando me vino la conversión, porque un buen día reconocí la naturaleza perfecta del creador, entonces me di cuenta que mi intelecto estaba impregnado por la luz del mundo, pero cuando la luz del reino vino a mi mente, enseguida descubrí lo ignorante que había sido y me avergoncé de ello.
La ignorancia no es un pecado, lo es la soberbia. Es la frecuente confusión de nuestro compañero Natanael.

Cada proceso de conversión o iluminación es distinto y personal, por eso nuestro Dios lo consideramos "persona", no tanto por su entidad como Ser o Inteligencia, sino porque está tan íntimamente relacionado con cada uno de nosotros que sin duda conoce todo aquello que somos, necesitamos, para lo que estamos capacitados, nuestros pros, contras, amor o desamor, fallos, errores, pecados, todo aquello que optamos por compartir.

Es muy soberbio creemos como cristianos por encima de otras religiones, usted mismo lo afirmo, la única "religión" si se puede llamar así es nuestra relación con Cristo, pero ojo, es muy soberbio pensar que Cristo no calibraba ya en su venida lo que iba ser el futuro de la humanidad, sabía perfectamente que la conversión no es sino de corazón, por eso se ha hablado tanto de los corazones incircuncisos.

La conversión a Cristo es de corazón, no de religión, no de mente, sino de espíritu, en verdad y en vida, eso es precisamente lo que nos conduce a la salvación. Y bueno, ahí todavía reside la soberbia de muchos en el foro definiendo la salvación como algo monolítico y absoluto, como si Jesucristo no nos conociera, como si Dios no hubiera previsto un camino de conversión para cada ser humano, adaptado a sus circunstancias.

Cada uno crea en lo que quiera, pero la única Verdad que nos une es el verdadero Amor, el de Dios, el que nos hace vivos, existentes, seres infinitos.
 
La ignorancia no es un pecado, lo es la soberbia. Es la frecuente confusión de nuestro compañero Natanael.

Cada proceso de conversión o iluminación es distinto y personal, por eso nuestro Dios lo consideramos "persona", no tanto por su entidad como Ser o Inteligencia, sino porque está tan íntimamente relacionado con cada uno de nosotros que sin duda conoce todo aquello que somos, necesitamos, para lo que estamos capacitados, nuestros pros, contras, amor o desamor, fallos, errores, pecados, todo aquello que optamos por compartir.

Es muy soberbio creemos como cristianos por encima de otras religiones, usted mismo lo afirmo, la única "religión" si se puede llamar así es nuestra relación con Cristo, pero ojo, es muy soberbio pensar que Cristo no calibraba ya en su venida lo que iba ser el futuro de la humanidad, sabía perfectamente que la conversión no es sino de corazón, por eso se ha hablado tanto de los corazones incircuncisos.

La conversión a Cristo es de corazón, no de religión, no de mente, sino de espíritu, en verdad y en vida, eso es precisamente lo que nos conduce a la salvación. Y bueno, ahí todavía reside la soberbia de muchos en el foro definiendo la salvación como algo monolítico y absoluto, como si Jesucristo no nos conociera, como si Dios no hubiera previsto un camino de conversión para cada ser humano, adaptado a sus circunstancias.

Cada uno crea en lo que quiera, pero la única Verdad que nos une es el verdadero Amor, el de Dios, el que nos hace vivos, existentes, seres infinitos.
Cierto. Jesús decía: Vale mas religión sin Iglesia que Iglesia sin religión". Dicho esto, él nunca atacó a las religiones, supongo que sabía que las religiones son evolutivas, y que, andando el tiempos se irán perfeccionando. Yo, personalmente, entiendo que las comparaciones sean odiosas, pero es evidente que algunas tienen un mayor porcentaje de verdad que otras. A mi me bautizaron y me registraron como católico, nadie me preguntó al respecto. Conozco bien a mi religión y estoy en una mejor posición para criticarle que otro que no lo sea. Es verdad que yo no me siento católico, y que me tengan inscrito como tal no me afecta, dios sabe que yo soy decididamente cristiano, y que las procesiones y los sincretismos católicos me chirrían y molestan. Pero que duda cabe que, el tronco de su enseñanza, padre, hijo y espíritu, es valioso. Todas las religiones que creen en ello son valiosas; pero no perfectas. Yo no quiero destruirlas, ni quiero reformarlas, allá ellas, me quedo con lo que ellas tienen de valioso y paso del resto. Eso en cuanto a la enseñanza, que es discutible, pero tienen algo que es muy valioso, al menos para mi, las personas; y me gastaría que todas ellas se volcaran en el amor y se olvidaran de las diferencias. Porque en esencia somos lo mismo, y nadie es más que otros. Dices que la ignorancia no es un pecado, pero suele ser el germen del crimen; porque por ignorancia se mata. Por eso todos debieran hacer un esfuerzo supremo por despertar al hecho de que los poderes que nos convierten en criminales son aquellos que nos inoculan la ignorancia. Saludos cordiales.
 
Con su visión tan retorcida estaríamos todavía curando las enfermedades con sangrías, los demonios con exorcismos y de cruzadas por media Europa contra gente como usted que, por supuesto, irían a la hoguera.

Aceptar a Cristo es aceptar su gracia, esta es gratuita, donada y perseverante en aquel corazón humano que ama, que cree, que busca.
Aceptar a Cristo también es renunciar a la superstición y al oscurantismo negacionista. Ir contra el progreso también es ir contra Cristo. Jesús nunca quiso inculcar una fe ciega. Enseño a conjugar el deber ciudadano y la ley de este mundo material, con el deber y la ley del reino de dios; siempre que se pudiera, cumplir con los dos, y en caso de duda, al cesar lo que es del cesar, y a dios lo que de dios. Jesús decía que no nos resistiéramos al mal y que amaramos a nuestros enemigos. Toda resistencia produce una fuerza contraria que se le opone; lo que decía Jesús era pura ciencia espiritual, como demuestra la experiencia de la vida carnal al ser humano mortal. Somos afortunado de que el señor se hubiera dignado venir a esta tierra. Podría haber ido a otros 605 mundos habitados que había entonces en nuestro sistema administrativo local y eligió a la tierra; un planeta dominado por la rebelión luciferina. Para coronarse como soberano de este universo, Cristo eligió venir aquí, a este planeta, podría haber ido a un mundo ya establecido en luz y vida, donde no hubiera peligrado la suya, pero vino a la tierra para salvarnos. Cuando sabes esto le amas sí o sí; a menos que tu supuesta sapiencia sea pura palabrería vacía. Las atrocidades que ocurren en este mundo nuestro, incomunicado como él está, no olvidemos que seguimos incomunicados con el resto del Sistema local y del Universo local, indican que los rebeldes le inocularon mucho veneno a la humanidad. No olvidemos que ellos se acostaron con mujeres humanas y que llevamos su misma sangre infectada en nuestras venas. Sin la ayuda de dios estamos perdidos. Y en serio. ¿Se puede pensar que dios nos haya abandonado? Eso es imposible. Jamás podría creerlo. Los exorcismos ya no son necesarios, entre otras razones porque Cristo se ocupó de que no pudieran poseernos. Hoy lo que necesitamos es raciocinio, sentido común, intelecto, ganas de trabajar y servir; y la certeza de que dios está con nosotros y la confianza de que nunca nos va abandonar. Algunos hablan de pactos pasados. Yo hablo de pactos presentes. Todo humano puede pactar con dios ahora. Por si mismo. Sin ayuda de nadie. Ahora mismo. Solo tiene que hablarle a dios en su pensamiento y decirle. " Señor te amo, creo en ti, quiero salvarme, y quiero sobrevivir a esta vida mortal, me comprometo a esforzarme y a ascender a tu encuentro por los caminos ya señalados por el plan divino en el universo, de mundo en mundo, estudiando, esforzándome, obedeciendo fielmente en cada fase de la carrera universal; hasta alcanzar el gran universo central. Prometo serte fiel y servirte por toda la eternidad". "Este pacto ya hecho está y nadie lo podrá romper. Amén". Os aseguro que los ángeles toman buen nota del pacto. Y si vosotros no lo rompéis nadie podrá hacerlo. Por cierto que, esto no es un invento mío. Nos fue revelado. Esta es la formula de pactación hombre-dios que corresponde a nuestro tiempo; individual y no grupal. En esencia sí es la formula, cada cual con sus propias palabras, no necesariamente con las mías. Simplificada incluso. Pero ha de ser individual. No sirve grupalmente. Somos personas, no corporaciones. Dios es una persona. ¡Y que persona! No es como nosotros. " Saludos fraternales.
 
Con su visión tan retorcida estaríamos todavía curando las enfermedades con sangrías, los demonios con exorcismos y de cruzadas por media Europa contra gente como usted que, por supuesto, irían a la hoguera.

ESTO NO ES VISIÓN RETORCIDA

Isa 43:7 todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.

Cuando USTED, FORISTA PISCINEROS, acepte a Cristo como SU Redentor y Señor de su alma, entonces será sellado con el Espíritu Santo, y, solo vivirá para servir al Señor, su verdadero dueño.
 
ESTO NO ES VISIÓN RETORCIDA

Isa 43:7 todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.

Cuando USTED, FORISTA PISCINEROS, acepte a Cristo como SU Redentor y Señor de su alma, entonces será sellado con el Espíritu Santo, y, solo vivirá para servir al Señor, su verdadero dueño.
Ese forista es el bahai Pancho Frijoles.
 
REFLEXIÓN

No creo que la ley sea un camino para llegar a la Gracia de Dios.

¿Por qué no creo?

Porque ya la gracia existía mucho antes de la ley.

El forista Salmo tira sobre la mesa de este debate, la siguiente carta:

Primero que nada, debemos entender que Adán fue puesto bajo la LEY.
Obviamente que no fue la LEY dada por Dios a Moisés sino una LEY dada por Dios a Adán.
Y sabemos esto porque sin LEY no se puede imputar de pecado porque el pecado es transgresión de la LEY.

¿Cuál fue esa ley?, aquí está y consta de un solo mandamiento cuya violación acarrea la muerte.

Gén 2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

No, la muerte física, porque Adán continúo viviendo varios siglos más.

Si no, la muerte espiritual, la cual, en este contexto, significa que el pecado no apartó simplemente al hombre de Dios, sino que apartó a Dios del hombre en toda la descendencia de Adán, hasta el día de hoy.

Nacemos espiritualmente muertos (Ro.5:18), reos al infierno, ya condenados de antemano.

Un Dios santo y justo no podía por menos que considerarle como enemigo.

Pero «siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo».

Y «por el Señor nuestro Jesucristo» aquellos que creen «hemos recibido ahora la reconciliación».

«Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de reconciliación.

La Escritura dice que el fin de la ley es Cristo, pero ya la gracia existía, y había pecado en el hombre antes de establecerse la ley.

Adán fue puesto bajo la ley, pero la gracia de Dios puso Enoc en camino al cielo, y Elías igualmente, ambos jamás conocieron la tumba como es el fruto normal de la descendencia de Adán caído bajo la ley.

Es que más claro no se puede, la ley ya cumplió su función.
 
No puede haber controversia en cuanto a que la gracia de Cristo sustituyó, o vamos a decir, superó la rigurosidad del judaísmo tradicional. No por ello debemos completamente despreciar lo que significa la Torá.

Jesús hizo claro que la contenido en las escrituras, específicamente en la Torá debe seguir siendo recibido como Palabra de Dios, y debemos ser reverentes ante sus principios. Igualmente, tenemos el deber de enseñarlos y obedecer aquellos mandamientos que puedan seguir vigentes (Mateo 5:17-20).

Jesús también hizo claro que los mandamientos de mayor importancia son amar a Dios sobre todas las cosas, y amar a nuestro prójimo. Ambos son principios de la Torá, y no creo que Jesús los mencionara para que no fueran obedecidos. Aun más, el sermón del monte se basa completamente en la Torá, pero expuesto desde la perspectiva de Jesús, quien nos requiere que obedezcamos esos mandamientos siguiendo los principios que Él explicó.

Jesús fue claro que aun quedan profecías de la Torá que tienen que cumplirse, y así será. El salmo más largo de todos, el 119, es exclusivamente sobre la Torá. Entonces: no es algo que debemos despreciar porque somos cristianos. Lo que debemos hacer es vivirla de acuerdo a los parámetros que nos dejó nuestro Salvador y Maestro. Incluso, el mismo Salmo 119 expresa claramente que la Torá es para siempre.

Pidamos al Señor que nos revele su misterio. "Ábreme los ojos, para que contemple las maravillas de tu Torá." Salmo 119:18. Que así sea.
 
No puede haber controversia en cuanto a que la gracia de Cristo sustituyó, o vamos a decir, superó la rigurosidad del judaísmo tradicional. No por ello debemos completamente despreciar lo que significa la Torá.

Jesús hizo claro que la contenido en las escrituras, específicamente en la Torá debe seguir siendo recibido como Palabra de Dios, y debemos ser reverentes ante sus principios. Igualmente, tenemos el deber de enseñarlos y obedecer aquellos mandamientos que puedan seguir vigentes (Mateo 5:17-20).

Jesús también hizo claro que los mandamientos de mayor importancia son amar a Dios sobre todas las cosas, y amar a nuestro prójimo. Ambos son principios de la Torá, y no creo que Jesús los mencionara para que no fueran obedecidos. Aun más, el sermón del monte se basa completamente en la Torá, pero expuesto desde la perspectiva de Jesús, quien nos requiere que obedezcamos esos mandamientos siguiendo los principios que Él explicó.

Jesús fue claro que aun quedan profecías de la Torá que tienen que cumplirse, y así será. El salmo más largo de todos, el 119, es exclusivamente sobre la Torá. Entonces: no es algo que debemos despreciar porque somos cristianos. Lo que debemos hacer es vivirla de acuerdo a los parámetros que nos dejó nuestro Salvador y Maestro. Incluso, el mismo Salmo 119 expresa claramente que la Torá es para siempre.

Pidamos al Señor que nos revele su misterio. "Ábreme los ojos, para que contemple las maravillas de tu Torá." Salmo 119:18. Que así sea.
Quien aprecie o desprecie lo que significa la Tora es el hombre viejo. Para quien ha muerto a si mismo, no hay tal pregunta.

Gálatas 2:20​

20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Esto es comida sólida para los maduros espirituales, los niños espirituales todavía siguen la ley, los riros, etc , pensando que esta los lleva a Dios.

Imposible!

La criatura solo puede adquirir la perfección moral porque el sujeto ha muerto y es Cristo quien vive en él. No es a través de sus esfuerzo... sacate esa idea de la cabeza.

El patriarca antediluviano Enoc no fue transformado y ascendió porque cumplió la ley ... en pocas palabras, la gracia lo saturo.
 
Última edición:
Hebreos 11:5-31
Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan.

Fe y Gracia son dos caras de la misma moneda, son una sola en realidad. Las buenas obras son el fruto.
 
¿Cuál fue esa ley?, aquí está y consta de un solo mandamiento cuya violación acarrea la muerte.
Gén 2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
No, la muerte física, porque Adán continúo viviendo varios siglos más.
La muerte física.
Dios les quitó el acceso al árbol de la vida física y al cabo de unos años murieron físicamente por causa de su transgresión.
La muerte que entró por el pecado fue la muerte física que ves por todos lados.
Si no, la muerte espiritual, la cual, en este contexto, significa que el pecado no apartó simplemente al hombre de Dios, sino que apartó a Dios del hombre en toda la descendencia de Adán, hasta el día de hoy.
La muerte espiritual no es muerte física.
La muerte espiritual se produjo al adquirir aquel conocimiento prohibido pero la muerte que entró por el pecado es la muerte física.
Muerte que antes de que Adán pecara no estaba en los planes del creador cuando nos creó.
Nacemos espiritualmente muertos (Ro.5:18), reos al infierno, ya condenados de antemano.
Falso. Nacemos muertos espiritualmente con destino de muerte física.
El infierno fue creado por la gracia.
 
La "gracia tuya" no perdona, y fabrica lugares de castigo.
La gracia no es mía y perdona pero también condena.
Mirá bajo la ley todos mueren.
Luego es la gracia la que le compra los muertos a la ley.
Y una vez comprados es esa gracia la que separa a los que resucitarán para vida eterna y quienes irán a condenación eterna.