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agape11
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Como veremos en la siguiente nota, nada tiene que ver el dia sabado actual, con la ordenanza que Dios establecio para su pueblo, tanto a Israel como al “otro pueblo”.
Tanto como el origen como la propia historia del sabado son todavia bastante oscuros. Hay datos para suponer que, en la epoca pre-exilica, el sabado era la fiesta israelita del plenilunio (cf. 2Re 4,23; Is 1,13; Os 2,13; Am 8,5). Como tal, la celebraban los sacerdotes regularmente en el templo (Is 1,13; Os 2,13; 2Re 16,17s; Lam 2,6) y, en analogia con la ofrenda tamid, con exclusion de toda publicidad.
Para el pueblo, el sabado, solo tenia sentido en cuanto significaba, por ejemplo, una ocasion propicia para recibir un oraculo (Cf. 2Re 4;23), y estaba sujeto (probablemente, como otras fiestas que se celebraban en el templo), a la prohibicion de realizar transacciones comerciales en dicho dia (Am 8,5). De modo que el sabado pre-exilico era esencialmente un elemento del culto oficial que quedo suprimido con la destruccion del templo de Jerusalem (Lam 2,6).
Junto a esa fiesta religiosa existia en epoca pre-exilica la costumbre familiar de interrumpir el trabajo cada siete dias. Dedicando el dia septimo al descanso. Pero ese dia no se denominaba “sabado” (Cf. Ex 23,12; 34,21, donde solo se usa el verbo shabat: descansar, cesar) y no tenia ninguna connotacion directamente cultica. Mas bien, se trataba de un antiguo tabu, originariamente relacionado con el miedo a una explotacion agotadora de los animales de labor. Por otra parte, en el Codigo de la Alianza se atribuia al sabado una funcion social, consistente en proporcionar a los trabajadores que dependian de la familia, o sea, a los esclavos y a los extranjeros, la posibilidad de hacer una pausa para el descanso.
Hay ciertos datos que inclinan a aceptar la hipotesis de G. Robinson, segun la cual esas dos instituciones se habrian combinado durante la epoca del exilio. Las funciones culticas de una practica como la de dejar la tierra en barbecho, relacionada con la antigua fiesta del plenilunio, se transfirieron a la costumbre de interrumpir el trabajo cada siete dias y dedicar al descanso el dia septimo. La fiesta del sabado se convirtio en “dia del sabado” (yom hasshabat), con lo que la celebracion quedo desvinculada del ciclo lunar.
La fiesta que antiguamente se limitaba al culto oficial del templo se extendio a los encuentros de familia (las dos instituciones mencionadas), que se podian practicar en cualquier parte, y el descanso del trabajo, que tenia lugar el dia septimo, cobro una dignidad de caracter cultico y religioso. (Dt 5,12; cf. Ex 20,8-11).
Por supuesto que el sabado, aun con esa transformacion, no perdio su vinculacion con el culto del templo. A principios de la epoca postexilica el sabado volvio a ser dia en el que se desarrollaban especiales actividades culticas en el templo recien construido (Ez 46,1.3.6; Lv 23 23,3; Nm 28,9), aunque encuadradas en el significado generico de la santificacion del sabado.
En la epoca postexilica el sabado dejo de ser una fiesta de plenilunio, para convertirse en un dia de fiesta semanal (Cf. Ez 46,1!), que las famiilias podian celebrar no solo mediante la abstencion del trabajo, sino tambien (especialmente los vecinos de Jerusalen o alrededores) participando en una reunion festiva en el templo (Lv 23,3; cf. Ez 46,9).
Las actividades culticas de la familia se habian visto notablemente limitadas, en primer lugar, por la centralizacion del culto realizado por Josias. Pero con la destruccion del templo y la subsiguiente dispersion de Israel por tierras lejanas, la practica cultual habia quedado aun mas reducida. De suerte que ya no se podia celebrar la fiesta de cosecha, ni se podian ofrecer las primicias.
Pues bien, precisamente de esa total desvinculacion cultica de la vida de familia surgio la necesidad de una fiesta familiar que puediera celebrarse aun en las condiciones extremas del destierro. Y para llenar ese vacio, se transformo el sabado en celebracion familiar.
Por otra parte, como el descanso habia adquirido de por si una dignidad cultica, el sigificado religioso del trabajo no tenia ya que depender de ninguna instalacion cultual y podia realizarse en cualquier sitio, incluso en tierra impura, como el extranjero.
Historia de la Religion de Israel en Tiempos del Antiguo Testamente. Rainer Albertz. 1999.
Tanto como el origen como la propia historia del sabado son todavia bastante oscuros. Hay datos para suponer que, en la epoca pre-exilica, el sabado era la fiesta israelita del plenilunio (cf. 2Re 4,23; Is 1,13; Os 2,13; Am 8,5). Como tal, la celebraban los sacerdotes regularmente en el templo (Is 1,13; Os 2,13; 2Re 16,17s; Lam 2,6) y, en analogia con la ofrenda tamid, con exclusion de toda publicidad.
Para el pueblo, el sabado, solo tenia sentido en cuanto significaba, por ejemplo, una ocasion propicia para recibir un oraculo (Cf. 2Re 4;23), y estaba sujeto (probablemente, como otras fiestas que se celebraban en el templo), a la prohibicion de realizar transacciones comerciales en dicho dia (Am 8,5). De modo que el sabado pre-exilico era esencialmente un elemento del culto oficial que quedo suprimido con la destruccion del templo de Jerusalem (Lam 2,6).
Junto a esa fiesta religiosa existia en epoca pre-exilica la costumbre familiar de interrumpir el trabajo cada siete dias. Dedicando el dia septimo al descanso. Pero ese dia no se denominaba “sabado” (Cf. Ex 23,12; 34,21, donde solo se usa el verbo shabat: descansar, cesar) y no tenia ninguna connotacion directamente cultica. Mas bien, se trataba de un antiguo tabu, originariamente relacionado con el miedo a una explotacion agotadora de los animales de labor. Por otra parte, en el Codigo de la Alianza se atribuia al sabado una funcion social, consistente en proporcionar a los trabajadores que dependian de la familia, o sea, a los esclavos y a los extranjeros, la posibilidad de hacer una pausa para el descanso.
Hay ciertos datos que inclinan a aceptar la hipotesis de G. Robinson, segun la cual esas dos instituciones se habrian combinado durante la epoca del exilio. Las funciones culticas de una practica como la de dejar la tierra en barbecho, relacionada con la antigua fiesta del plenilunio, se transfirieron a la costumbre de interrumpir el trabajo cada siete dias y dedicar al descanso el dia septimo. La fiesta del sabado se convirtio en “dia del sabado” (yom hasshabat), con lo que la celebracion quedo desvinculada del ciclo lunar.
La fiesta que antiguamente se limitaba al culto oficial del templo se extendio a los encuentros de familia (las dos instituciones mencionadas), que se podian practicar en cualquier parte, y el descanso del trabajo, que tenia lugar el dia septimo, cobro una dignidad de caracter cultico y religioso. (Dt 5,12; cf. Ex 20,8-11).
Por supuesto que el sabado, aun con esa transformacion, no perdio su vinculacion con el culto del templo. A principios de la epoca postexilica el sabado volvio a ser dia en el que se desarrollaban especiales actividades culticas en el templo recien construido (Ez 46,1.3.6; Lv 23 23,3; Nm 28,9), aunque encuadradas en el significado generico de la santificacion del sabado.
En la epoca postexilica el sabado dejo de ser una fiesta de plenilunio, para convertirse en un dia de fiesta semanal (Cf. Ez 46,1!), que las famiilias podian celebrar no solo mediante la abstencion del trabajo, sino tambien (especialmente los vecinos de Jerusalen o alrededores) participando en una reunion festiva en el templo (Lv 23,3; cf. Ez 46,9).
Las actividades culticas de la familia se habian visto notablemente limitadas, en primer lugar, por la centralizacion del culto realizado por Josias. Pero con la destruccion del templo y la subsiguiente dispersion de Israel por tierras lejanas, la practica cultual habia quedado aun mas reducida. De suerte que ya no se podia celebrar la fiesta de cosecha, ni se podian ofrecer las primicias.
Pues bien, precisamente de esa total desvinculacion cultica de la vida de familia surgio la necesidad de una fiesta familiar que puediera celebrarse aun en las condiciones extremas del destierro. Y para llenar ese vacio, se transformo el sabado en celebracion familiar.
Por otra parte, como el descanso habia adquirido de por si una dignidad cultica, el sigificado religioso del trabajo no tenia ya que depender de ninguna instalacion cultual y podia realizarse en cualquier sitio, incluso en tierra impura, como el extranjero.
Historia de la Religion de Israel en Tiempos del Antiguo Testamente. Rainer Albertz. 1999.