Re: Dios no quiere que las mujeres estemos calladitas, algunos hombres sí.
Yo fui Cristiano, hace ya bastantes años, pero ahora no lo soy y por ello, pretendo aclararle que no baso mis creencias en lo que dice la Biblia. Otra cosa muy distinta es como considero los mensajes particulares de ella: Amaos los unos a los otros, por ejemplo, no me parece que sea una cosa que tengamos que evitar realizar. Sin embargo, no creo que sea un mensaje de Dios, por mucho que me pueda gustar. Espero que no se ofenda por lo que le digo, sólo es por aclararlo.
Además, yo no he dicho que hablase cada día con mujeres, ni que fuese una cosa habitual ni que todos los días comiese con pecadores, si no que lo hacia sin importar lo que otros pudiesen pensar, y usted me ha puesto la prueba de que tengo razón en lo que digo. Lo cierto es que, conociendo la mentalidad y las costumbres de la época las discusiones con mujeres serían puntuales (no más de media docena en todo su ministerio, posiblemente, aunque igual hubo más, pero no me parece muy probable), sin embargo, la diferencia con otros maestros de su tiempo es que él las tenía o las tuvo, y los otros ni tan siquiera se lo hubiesen planteado como posibilidad (pobre de la mujer que osase discutir con ellos en público). Igual no lo tenía por costumbre, pero ya sólo el hecho de hacerlo es extraordinariamente significativo, tan significativo, o cuanto menos tan poco usual, que los autores cristianos no dudaron en señalarlo en las obras que luego escribieron de su ministerio.
No obstante, gracias por querer aclarar mis aportaciones y su buena intención de sacarme del error, aunque en este caso no lo hubiese.
Un cordial saludo.
Atentamente, Cthulhu.
Cthulhu:
Ya estoy un poco cansado de este tema, pero haré algún aporte esporádico.
Realmente aquí lo estuve leyendo sin involucrarme, sino viendolo desde una posición distante y confieso que hasta me causa gracia ver como se devanan los sesos tratando de imponer unos a otros sus pensamientos.
Corres con una desventaja, no conocés la palabra en profundidad.
Conocerla en profundidad, no es saberla de punta a punta, sino comprenderla.
Para vos, es impensable que Jesús prácticamente no hablase con mujeres, pero es lo que aconteció.
¿Por qué traigo esta referencia?, por tus dichos:
" discutir en público con mujeres"
La Biblia te enseña otra cosa:
Juan4
"27En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas con ella?"
Este es el pasaje de la mujer Samaritana.
Escribo solo para informarte.
Sé que habló el Cristo con alguna que otra mujer, pero la realidad es que no era su costumbre hacerlo.
¿Por qué escribo esto?
Por tu afirmación y para sacarte de error.
Sé que por esta palabra, me caerán algunos encima, pero no creo que responda.
Lo escrito en la Biblia, escrito está, mal que les pese a algunos.
Saludos.
Yo fui Cristiano, hace ya bastantes años, pero ahora no lo soy y por ello, pretendo aclararle que no baso mis creencias en lo que dice la Biblia. Otra cosa muy distinta es como considero los mensajes particulares de ella: Amaos los unos a los otros, por ejemplo, no me parece que sea una cosa que tengamos que evitar realizar. Sin embargo, no creo que sea un mensaje de Dios, por mucho que me pueda gustar. Espero que no se ofenda por lo que le digo, sólo es por aclararlo.
Además, yo no he dicho que hablase cada día con mujeres, ni que fuese una cosa habitual ni que todos los días comiese con pecadores, si no que lo hacia sin importar lo que otros pudiesen pensar, y usted me ha puesto la prueba de que tengo razón en lo que digo. Lo cierto es que, conociendo la mentalidad y las costumbres de la época las discusiones con mujeres serían puntuales (no más de media docena en todo su ministerio, posiblemente, aunque igual hubo más, pero no me parece muy probable), sin embargo, la diferencia con otros maestros de su tiempo es que él las tenía o las tuvo, y los otros ni tan siquiera se lo hubiesen planteado como posibilidad (pobre de la mujer que osase discutir con ellos en público). Igual no lo tenía por costumbre, pero ya sólo el hecho de hacerlo es extraordinariamente significativo, tan significativo, o cuanto menos tan poco usual, que los autores cristianos no dudaron en señalarlo en las obras que luego escribieron de su ministerio.
No obstante, gracias por querer aclarar mis aportaciones y su buena intención de sacarme del error, aunque en este caso no lo hubiese.
Un cordial saludo.
Atentamente, Cthulhu.