Re: DIOS NO CREO AL HOMBRE DEL POLVO!
Esa alma viviente,que vive en un cuerpo,es la que sale al morir este,es mas!,el cuerpo muere porque se le sale el alma.
[SUP]20 [/SUP]Y clamando a Jehová, dijo: Jehová Dios mío, ¿aun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido, haciéndole morir su hijo?
[SUP]21 [/SUP]Y se tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él.
[SUP]22 [/SUP]Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y revivió.
[SUP]23 [/SUP]Tomando luego Elías al niño, lo trajo del aposento a la casa, y lo dio a su madre, y le dijo Elías: Mira, tu hijo vive.
El espiritu es una parte el alma otra y el cuerpo la tercera.
[SUP]23 [/SUP]Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Ya parece que te va llegando la luz.El puro cuerpo hecho del polvo no tiene vida, pero por eso
Dios sopló en su nariz ALIENTO de vida, y fue el hombre un SER viviente. Genesis 2:7.
O como lo dice Pablo: Fue hecho el primer hombre Adán ALMA VIVIENTE 1 Corintios 15:45.
La Biblia no dice que Dios le haya soplado a Adan una alma.
Esa alma viviente,que vive en un cuerpo,es la que sale al morir este,es mas!,el cuerpo muere porque se le sale el alma.
[SUP]20 [/SUP]Y clamando a Jehová, dijo: Jehová Dios mío, ¿aun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido, haciéndole morir su hijo?
[SUP]21 [/SUP]Y se tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él.
[SUP]22 [/SUP]Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y revivió.
[SUP]23 [/SUP]Tomando luego Elías al niño, lo trajo del aposento a la casa, y lo dio a su madre, y le dijo Elías: Mira, tu hijo vive.
El espiritu es una parte el alma otra y el cuerpo la tercera.
[SUP]23 [/SUP]Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.