La poligamia en el AT, por José Grau. ESTUDIO COMPLETO
La poligamia en el AT, por José Grau. ESTUDIO COMPLETO
Con copy/paste os junto el estudio completo de José Grau que os he copartido:
"LA POLIGAMIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Cuando los profetas representaban la relación entre Yahvéh e Israel bajo la imagen de un matrimonio dan por supuesta la monogamía (Os 2.18-23; Jer 2.2; 3.7; Ez 16.8; Is 50.1; 54.5; 62-5). Sería más que difícil, imposible interpretar estos mensajes desde una persperctiva poligámica.
El sumo sacerdote no puede tener más que una mujer (Sal 127.3ss; Pr 5.15ss; 12.4; 18.22; 19.14; 31.19ss; todos estos textos delatan un ambiente prácticamente monogámico.
Hay unanimidad entre los historiadores al considerar casi completamente inexistente la poligamia al fin de la época de la antigua Alianza. La monogamia estaba totalmente extendida y generalizada en dicho tiempo".
El profeta Malaquías enseñço que el hombretambién puede ser adúltero (y no solamente la mujer) con relación a su esposa y afirma que Dios aborrece el repudio y exige que cada uno sea fiel a la mujer de su juventud, a la compañera con la quye contrajo alianza (Mal 2.14ss).
El vocablo "berit" (pacto o alianza) es el que define el matrimonio en la Biblia. Fué Yahvéh quien presentó al primer hombre la primera mujer (Gn 1.28; 2.18-25) y la unión conyugal es designada como pacto o alianza de Yahvéh en Mal 2.17, porque se entiende que Dios mismo es su testigo y protector.
En esta perspectiva de los profetas, la "dureza de corazón" que había motivado la mayor parte de las leyes sobre el matrimonio y el divorcio debía, tarde o temprano, ser puesta en cuestión y el matrimonio entre un hombre y una mujer tenía que volver a ser reflejo o eco del amor de Dios a Israel. Es decir: volvería a encontrar la perspectiva edénica, aquello que fue "en el principio" de la creación la voluntad de Dios.
El texto de Malaquías nos lleva a una importante constatación sobre el matrimonio en la antigua Alianza. Con mayor penetración cada vez, los profetas hablan de la unión -alianza o pacto- entre Dios y su pueblo en la perspectiva de un matrimonio (Is 54.5; 62.1-5; Jer 2.2; 31.32, etc.) y por consiguiente de las infidelidades del pueblo como otros tantos adulterios. Y todo ello se considera desde una concepción monógama; no se puede entender de otra manera.
Bajo la antigua Alianza, el matrimonio estaba comprometido por la presencia del pecado que había que erradicar progresivamente; lo que Jesús llama "la dureza de corazón". Bajo la nueva Alianza el matrimonio debe estar dominado por la fidelidad y el perdón y, consiguientemente, por la vida, no por el pecado y la muerte.
El matrimonio en el Nuevo Testamento es estrictamente monogámico porque Jesucristo no tuvo ni puede tener más de una sola "esposa". En este sentido, el matrimonio cristiano, superada la "dureza de corazón", RESTAURA LA PRIMERA VOLUNTAD DE DIOS (Gn 2 citado en Mt 19.4ss; 1 Cor 11.8ss; Ef 5.31) Al condenar tajantemente el adulterio, el N.T. reafirma la perspectiva monógama.
La doctrina bíblica del matrimonio está íntimamente vinculada al desarrollo de la historia de la salvación, afirma J.J. Von Allmen.
Efectivamente, resulta imposible comprender muchos textos de la Biblia si no sabemos colocarnos dentro del contexto histórico de cada situación y si no discernimos el lugar que estos diferentes contextos tienen dentro de la historia de la salvación.
Dios ha hablado. Pero Dios no lo ha dicho todo de una vez. La revelación es progresiva y tiene sus propias etapas en el devenir histórico.
Por lo que se refiere al matrimonio, la historia de la salvación tiene tres etapas esenciales: el tiempo paradisíaco, el tiempo de la antigua Alianza y el de la nueva Alianza.
"Jesucristo enseñó que el matrimonio no es un elemento accidental sino esencial de la creación (Mt 19.5ss). Dios no está contento de su obra hasta que la pareja humana ha sido formada (Gn 2.18). El primer tiempo de inocencia y de alegría deja paso, muy rápidamente, al segundo de "la dureza de corazón" (Mt 19.8), en el que el matrimonio querido por Dios es comprometido por el pecado y tiene necesidad de normas sólidas y precisas que controlen los excesos y perversiones de la impiedad y la iniquidad. A pesar de la entrada distorsionadora del pecado, el matrimonio es visto positivamente en muchos textos del A.T. (Pr 12.4) y el día de bodas llena los corazones de alegría (Cnt 3.11).
Los hijos de Caín cayeron en la poligamia (Gn 4.19). Tal práctica se extendió por todas partes. Era algo que no entraba en el plan original de Dios para la pareja.
La poligamia acabó por parecer normal y la Biblia, con su gran realismo, refleja esta situación. Pero hace más: trata de paliar sus terribles defectos y consecuencias dentro de lo posible. Los hombres de Dios llama para formar su pueblo con seres humanos de su tiempo y consideran normal cosas que, después, enseñados por Dios, tendrán que corregir, como la esclavitud y la poligamia.
La realidad de aquella situación queda reflejada en pasajes como Gn 4.19-25 y la preocupación divina orientar a su pueblo en Dt 21.15 donde vemos que había israelitas que tenían dos mujeres (concubinas, esposas o esclavas). La gente rica, como los reyes tenían numerosas mujeres (2 S 5.13; 1 R 11.1-8; pero cf. Dt 17.17).
Sin embargo, no faltan indicaciones en época posterior por las que la monogamia es considerada como más perfecta. Así, los judíos que escribieron el apócrifo Tobias, explican Gn 2.24 en el sentido de una recomendación de la monogamia (Tobias 8.6ss; 7.12).
Salomón llegó a tener por mujeres a 700 princesas y a 300 concubinas (1 R 11.3). Además, por razones económicas los ricos y los príncipes eran más propensos a usar esta tolerancia (2 S 3.7; 5.13; 1 Cr 3:1ss) que los simples particulares y la monogamia, generalizada al final de la antigua Alianza, fue cada vez más frecuente que la bigamia o la poligamia.
Toda la enseñanza del Nuevo Testamento, que constituye la culminación de la Revelación de Dios a los hombres, se sitúa en una perspectiva monogámica y de condena, implícita, de la poligamia."