Re: Diferencias entre alma y espiritu
Guevér hermano querido, ¿como está?
Veo que tu también sabes hebreo y griego, que sorpresa; entonces podrás explicarme que palabras van en Gen 6:17 y 7:15,22; Yo estoy casi seguro que Neshamah o Nishmat, no se tampoco como exactamente se escribe, pero desde ya te doy gracias por tu aclaración.
Tampoco llego a captar el sentido de esto: " - Y, aunque el término hebreo para “huérfano de padre” sea masculino, no indica en modo alguno desinterés por el sexo femenino."
Por favor no me avergüences de nuevo.
(Génesis 6:17) . . .toda carne en la cual está activa la fuerza de vida.. . .
Lit.: “en la cual [está] la
fuerza activa (
espíritu) de vida”.
Heb.:
’ascher-bóh rú·aj jai·yím.
Aquí
rú·aj significa “fuerza activa; espíritu”.
Mira el Génesis 1:2..
fuerza activa (
espíritu).Heb.:
werú·aj.
Además de traducirse “espíritu”,
rú·aj también se traduce “viento” y mediante otras palabras que denotan una fuerza activa invisible.
(Génesis 3:8) . . .la parte airosa del día. . .
Lit.: “relativo a la
brisa de”. Heb.:
lerú·aj, la misma palabra básica traducida “fuerza activa” en 1:2.
(Génesis 8:1) . . .Dios hizo pasar un viento sobre la tierra,. . .
Heb.:
rú·aj; antes se ha traducido “fuerza activa; parte airosa; espíritu”.
Ruaj Puede significar
viento; la
fuerza vital de las criaturas;
el espíritu del hombre; espíritus, incluidos Dios y sus criaturas angélicas, y
la fuerza activa de Dios o
espíritu santo.
Todos estos significados tienen algo en común: se refieren a aquello que es invisible a la vista humana y que da muestras de fuerza en movimiento. Tal fuerza invisible es capaz de producir efectos visibles.
(
Lexicon in Veteris Testamenti Libros, de Koehler y Baumgartner, Leiden, 1958, págs. 877-879;
A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament, de Brown, Driver y Briggs, 1980, págs. 924-926;
Theological Dictionary of the New Testament, edición de G. Friedrich, traducción al inglés de G. Bromiley, 1971, vol. 6, págs. 332-451.)
El otro término hebreo,
nescha·máh (Gé 2:7), también significa “aliento”, pero su significado es más limitado que el de
rú·aj.
El relato de la creación del hombre dice que Dios lo formó del polvo del suelo y procedió a “soplar [
na·fáj] en sus narices el
aliento [nescha·máh] de vida, y el hombre vino a ser alma viviente [
né·fesch]”. (Gé 2:7.) N
é·fesch puede traducirse literalmente “respirador”, es decir, una “criatura que respira”, tanto humana como animal.
En realidad,
nescha·máh se utiliza para referirse a “cosa [o criatura] que respira”,
(Génesis 7:15) y
(Génesis 7:22) “Todo lo que tenía activo en sus narices el aliento [
nescha·máh] de la fuerza [o “espíritu” (
rú·aj)] de vida, a saber, cuanto había en el suelo seco, murió”.
Nescha·máh, “aliento”, está, por lo tanto, vinculado directamente con
rú·aj, que aquí hace referencia al “espíritu” o “fuerza de vida” que está activo en todas las criaturas vivas: almas humanas y animales.
El Theological Dictionary of the New Testament (vol. 6, pág. 336) dice: “El aliento solo se puede advertir por el movimiento [bien el del tórax o la dilatación de las ventanas de la nariz], y es también una señal, condición y agente de vida que parece estar particularmente enlazado con la respiración”.
Por consiguiente, el
nescha·máh, o simple aliento, es tanto el producto de
rú·aj, o fuerza de vida, como un medio principal de sostener esa fuerza de vida en las criaturas vivas. Gracias a ciertos estudios científicos se sabe que la vida está presente en cada una de los cien billones de células del cuerpo, y que, aunque cada minuto mueren miles de millones de células, continúa una constante reproducción de nuevas células vivas. La fuerza activa de vida en todas las células vivas depende del oxígeno que la respiración aporta al cuerpo y que la sangre transporta a todas las células. Sin oxígeno, algunas células empiezan a morir después de varios minutos; otras, después de un período más largo. Aunque una persona puede resistir sin respirar por unos cuantos minutos y todavía sobrevivir, si desaparece la
fuerza de vida de sus células, muere sin que haya posibilidad humana de revivirla.
Las Escrituras Hebreas, inspiradas por el Diseñador y Creador del hombre, usan
rú·aj para denotar esta fuerza vital que es el mismísimo principio fundamental de la vida, y
nescha·máh para representar la respiración que la sostiene.
Debido a que la respiración es inseparable de la vida,
nescha·máh y rú·aj se utilizan paralelamente en varios textos, pero no son equivalentes. Es verdad que en ocasiones se habla del “espíritu” o
rú·aj como si fuese la respiración misma (
nescha·máh)
, pero esto parece deberse tan solo a que la respiración es la principal prueba visible de que existe fuerza de vida en el cuerpo.
Nota...“
Aliento de vida.” Heb.:
nisch·máth (de
nescha·máh)
jai·yím.
Atte. Guevér.