Re: Didajé, Enseñanza de los Apóstoles
la respuesta correcta es que uno de los dos está interpretando mal la Didajé
te expresaste solamente a lo que es Eucaristia como simbolo segun tu, pero no me dices nada sobre el sacrificio que ya expuse; empiezo:
Que nadie como y beba de vuestra Eucaristía, sino los bautizados en el nombre del Señor. Pues justamente sobre esto dijo el Señor: “No déis lo Santo a los perros”.
Entonces te consideraré un idólatra por considerar que el pan que consumes en tu accion de gracias es "santo"? Un símbolo que es santo? donde viste eso? Si fuera un simbolo, la Didajé no se molestaría en aclarar que "los perros no deben comer lo santo". Si para ti lo santo es "la palabra de Dios" (para mi es el Cuerpo de Cristo), como la comes? Es que la verdad no entiendo.
Si me invitaras a una accion de gracias tuya, y cuando me pasen el pan, lo rompo, lo boto, lo mancho y lo tiro a la basura, me van a tratar de hereje? "pero si es un simbolo diria yo".... ves la contradiccion?? si es un simbolo, para que la advertencia de "no dar lo SANTO a los perros" ?
¿Donde se "repite el sacrificio"?
los catolicos no matamos a Cristo, solo hacemos el
memorial de su muerte, y esto es un sacrificio puro y sin mancha, incruento, que no es como los sacrificios de la Ley Judia, cruentos, sangrientos, que no concedian nada..... este sacrificio es mas que eso, es recordar que Cristo es nuestro Sumo Sacerdote, recordar que pagó por los pecados y nos redimió, y a la vez, recordar que nosotros mismos somos sacrificios vivos como dijo Pablo, ofrenciendonos en un altar.. nosotros, nuestra vida, alegrias, penas, preocupaciones, en fin, nuestro trabajo diario, todo eso lo sacrificamos y se lo presentamos al Sumo Sacerdote que es Cristo
Y mira lo que dice la Didaje:
Reuníos el día del Señor, partid el pan y celebrad la acción de gracias, después de haber confesado vuestros pecados, a fin de que vuestro sacrificio sea puro.
Porque éste es el sacrificio del que dijo el Señor: “En todo lugar y en todo tiempo, se me ofrece un sacrificio puro, porque Yo soy Rey grande, dice el Señor, y mi nombre es admirable entre las naciones”.
ESE sacrificio, está profetizado en Malaquias. En todo lugar, en todo tiempo se hace una Misa en el mundo, en todo lugar y en todo tiempo se ofrece el sacrificio puro que te expliqué y parece que no lo entienden. NOSOTROS no matamos a Cristo nuevamente, el sacrificio de Él fue perfecto y único, nadie lo va a igualar.
¿Donde esta la "transubstanciacion"?
La transubstanciacion como poder al sacerdote de hacer que milagrosamente el pan y el vino se transformen en el Cuerpo y Sangre del Señor, bien sabes que surgio de un concilio en 1200 y tanto, tenia su base en la tradicion de la Iglesia, y que indirectamente la ves en la Didajé. Ahora bien, si no la ves, no es mi problema.
Mira este dialogo, ficticio, comico e irreal sobre la Transubstanciacion para que te des cuenta lo que se hace en la Misa Catolica:
Dijeron los Tres a una:
- «Hagamos la Eucaristía».
I
«Que sea obra de mi infinito poder todopoderoso más grande que la creación del mundo», dijo el Padre.
Dijo el Hijo:
- «Donde yo esté presente, verdadera, real y sustancialmente, con mi cuerpo, sangre, alma y divinidad para ser comido por los hombres».
- «Que me invoquen a mí en la epíclesis pre-consecratoria para que se transusbstancie la materia del sacrificio y en la epíclesis post-consecratoria para que los fieles se aprovechen de la Víctima inmolada», agregó el Espíritu Santo.
Dijeron los Tres a una:
- «Amén».
Insistió el Padre:
- «Que sea monumento vivo de mi infinito amor misericordioso».
- «Que por ser representación, memorial y aplicación del sacrificio de la cruz lo perpetúe hasta el fin de los tiempos», acotó Jesucristo.
- «Yo haré que los fieles puedan unir sus sacrificios espirituales al sacrificio de Cristo en la cruz», sostuvo el Espíritu Santo.
Dijeron los Tres a una:
- «Amén».
Todavía dijo el Padre:
- «Será una obra maestra tal de mi infinita sabiduría que ni yo la podré superar».
Insistió el Hijo:
– «En ella brillará mi sacerdocio sumo y eterno, y la participación del mismo en el sacerdocio ministerial y en el bautismal que lucirán en perfecta comunión».
– «Será el mayor y más importante acto de culto, verdadero monumento perenne de fe, de esperanza y de amor, que se dirigirá al Padre, por el Hijo, en mí, el Espíritu Santo».
Dijeron los Tres a una:
– «Amén».
II
Decía la Madre al Hijo:
– «Niño mío, entiendo que debas morir en la cruz para salvar a todos los hombres, tus hermanos, pero ¿qué sacrificarán ellos?».
– «Habrá un sólo y único sacrificio a través de todos los tiempos, el de la cruz, pero el mismo y único sacrificio se perpetuará de otra manera».
– «¿De qué manera?».
– «De manera sacramental, es decir, no en mi especie propia sino en especie ajena».
– «Si bien entiendo me dices que tú y tu sacrificio permanecerán por los siglos, pero como disfrazados bajo otra apariencia. ¿Cuál apariencia?»
– «¡Madre, será bajo la apariencia de pan y vino! Por eso Caná, y el milagro de la Tagba, y el discurso del pan de vida en Cafarnaún. Por eso son figuras de la Eucaristía la oblación de Melquisedec, los sacrificios de la Ley antigua –en especial el de expiación–, el maná en el desierto y el Cordero pascual».
– «Muy bien, mi Niño».
– «Y tú, Madre, estarás presente en todo sacrificio sacramental, que es obra mía y de toda la Iglesia, por estar unidísima a mí y a mi Iglesia, y porque al poner la partícula en el cáliz se simbolizará, también, tu cuerpo resucitado».
III
En el cielo, formando un corrillo hablaban en voz baja un grupo de ángeles, habitualmente muy ruidoso. Uno decía: – «Pero, ¿no basta con el sacrificio de la cruz que tiene valor infinito?».
Intervino, solemne, el ángel del sacrificio:
– «El sacrificio de la cruz alcanza y sobra para limpiar todos los pecados, de todos los hombres, de todos los tiempos. No hace falta otro sacrificio, sino que como no debe extinguirse el sacerdocio de Jesucristo por su muerte y como exige la naturaleza sacramental de los hombres dotados de cuerpo y alma, es necesario que el sacrificio de la cruz se perpetúe visiblemente, en especie ajena o sacramental».
– «¡Lo necesitamos!», gritaron los hombres y mujeres de todos los tiempos.
– «¡También nosotros lo necesitamos!», agregaron como en un eco las benditas almas del purgatorio.
(Ambos grupos se enteraron por las perfectas comunicaciones que existían en el sistema de la comunión de los santos).
Se acerca Melquisedec a Abraham y le pregunta:
– «¿Qué ha pasado?»
– «La figura ha cesado». Como reguero de pólvora corrió la noticia entre los patriarcas y profetas.
Le dicen a Malaquías:
– Se ha dado cumplimiento a tu profecía: Ya se ofrece el sacrificio desde donde sale el sol hasta el ocaso».
Y a San Juan Bautista:
– «Todos repetirán tus palabras: Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo».
La alegría era inmensa. Se imponía festejar.
Aparecieron los ángeles musicales y amenizaron la velada con música celestial. Miríadas y miríadas de ángeles hacían graciosas y divertidas rondas en el cielo, como lo harían luego en cada lugar donde se celebrase la Eucaristía y cantando con los fieles el Sanctus. Como es sabido para San Juan Crisóstomo el altar está rodeado de ángeles y San Gregorio Magno a la hora del sacrificio ve abrirse el cielo y bajar los coros de los ángeles. En la sala de situación del cielo delante de una gigantesca pantalla de cuarzo líquido espiritualizado, donde aparecían miles y miles de luces encendidas en el mapamundi, los ángeles del servicio hacían largas listas de turnos para asistir las Misas que se celebrarían en cada punto iluminado de la pantalla.
El ambiente, por decirlo de alguna manera, se puso más diáfano, gracioso y sereno. Un como sublime arco iris, aumentando de intensidad, pero sin lastimar los ojos, lo iluminaba. ¡Era la paz celestial!
IV
El pan y el vino dijeron:
– «¿Qué pasará con nosotros?»
– «La sustancia de ustedes desaparecerá totalmente», respondió Dios.
– «¿A dónde iremos?», preguntaron. ¿Iremos a la materia preexistente? O, ¿tal vez seremos aniquilados?
– «¡No!», se escucho decir a Dios. «Ni lo uno ni lo otro. Se convertirán».
– «¿Quién tomará nuestro lugar?»
– «El cuerpo y la sangre de mi Hijo. Esta conversión es única y singularísima, por eso tiene nombre propio, se llama: ¡Transubstanciación! Por la que no queda nada de la sustancia del pan, ni nada de la sustancia del vino, que se transelementan, se transustancian»
Se escucharon varias voces que decían:
– «Nosotras también nos iremos porque inherimos en la sustancia como en un sujeto».
– «¿Quiénes son ustedes?, preguntó un ángel.
– «Yo soy el color», dijo una.
– «Yo el sabor», dijo otra.
– «Yo el peso».
– «Yo el tamaño».
– «Yo la medida».
– «Yo soy el olor»
– «Yo soy la figura»
– «Yo…».
– «Basta ya entendí, pero juntas ¿cómo se llaman?», interrumpió el ángel.
Todas hablaron al mismo tiempo y no se entendía lo que decían.
– «¡Silencio! Una por vez».
– «Nos llamamos especies…»
– «También apariencias…»
– «Otros nos dicen accidentes, en el sentido metafísico de la palabra…»
– «Ustedes permanecerán», sentenció Dios.
Ellas preguntaron una vez más:
– «¿Dónde seremos sustentadas, quién nos sostendrá?»
– «Será mi divino poder»
– «Señor, no lo tomes a mal, pero nunca se ha visto que las especies no se sustenten en una sustancia»
– «No será así en la Eucaristía, que es hecha por mi sólo poder».
– «Eso quiere decir que nosotras que desde la creación del mundo y aún cuando lleguen los cielos nuevos y la tierra nueva, existimos y existiremos porque estamos en un sujeto que es la sustancia, ¿sólo en la Eucaristía existiremos sin sujeto de inhesión?
– «¡Sí. Así es!
– «¡Pero eso es un milagro!»
– «¡Un milagro, y muchos y miles y millones! No es perezosa mi mano, ni se cansa mi brazo. Una, muchas, miles y millones de veces he de intervenir en la historia del hombre, para que los hombres y mujeres entiendan que mi infinito poder es misericordioso y providente».
– Y, ¿porqué nos tenemos que quedar nosotras?
– «Por razón de signo. Por ustedes se conocerá lo que debajo de ustedes habrá»
V
Un grupo de jóvenes ruidosos hacía muchas preguntas a alguien a quien las nieves del tiempo cubrían –es una manera de decir– la sien. Las canas hacían juego con las montañas de la cordillera con su blanco poncho de nieves, que en aquel año había sido, también muy poca.
Uno de ellos preguntó:
– «¿Cuál es la razón de que nuestro Señor haya elegido materia doble para el sacramento de la Eucaristía?»
– «La razón es doble», se escuchó.
Impaciente otro preguntó:
– «¿Cuál es la primera razón?»
– «Por razón de ordenarse el sacramento a ser comida espiritual y siendo esta parecida a la comida corporal, así como para ésta es necesario el manjar, que es el alimento sólido, y la bebida, que es el alimento líquido, dos cosas concurren a integrar este sacramento, el manjar espiritual y la bebida espiritual, según el Evangelio: «Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida» (Jn 6, 50).
Saltó un tercero:
- «¿Y la segunda razón?
– «Por razón de la representación del sacrificio de la cruz. Allí la sangre se separó del cuerpo. Aquí la oposición a la otra especie y a la otra forma, muestra su sangre como separada de su cuerpo, como en la cruz, por tanto aparece su cuerpo como muerto, desangrado. La sangre consagrada separadamente del cuerpo es representación viva y eficaz de la Pasión del Señor».
– ¿Cuál es la parte principal?, se animó a indagar otro.
– «La consagración de la sangre es la parte principal de la perpetuación del sacrificio de la cruz que se verifica en la Misa, ya que representa el misterio mismo de la Redención de Cristo obrada por la efusión de la sangre. Y es menester primero la consagración del cuerpo, que es el sujeto de la Pasión, ya que en la Pasión el cuerpo fue lacerado y separado de su sangre en el momento de la muerte».
Se hizo un largo silencio. Luego el mismo terminó de hablar:
– «¡No hay en el mundo cosa más grande que la Misa!».
VI
Se oyó una voz muy dulce, tan dulce como la Palabra de Dios. Los ángeles parecían acaramelados. Era la Madre Virgen:
«Dónde está mi Hijo y su Iglesia, allí estoy yo».
La Ultima Cena del Señor tiene muchos significados
Solamente queremos aquí indicar algunos aspectos importantes en relación con nuestro tema:
- Primero: la Cena del Señor es «la gran acción de gracias» a Dios. La palabra griega «eucharistein» (Lc. 22,19; 1 Cor.11,24) recuerda las bendiciones que proclaman las obras de Dios: la creación, la redención, y la santificación. La Iglesia prefiere la palabra «Eucaristía» para indicar la Cena del Señor.
- Segundo: Cuando Jesús en la Ultima Cena dijo al partir el pan: «Tomen y coman, esto es mi cuerpo», no estaba hablando en forma simbólica. Estas palabras anunciaban claramente su presencia misteriosa y real en los signos del pan y del vino. Realmente Jesús dio al pan y al vino un nuevo sentido.
Jesús dijo claramente: «Esto es mi cuerpo». Jesús indicó un realismo incomparable y no un simple simbolismo. Esto sucedió en la primera Eucaristía o Santa Misa.
- Tercero: También dio Jesús a sus apóstoles el mandato de recordar y revivir estos gestos sagrados: «Hagan esto en memoria mía» (Lc. 22,19). Fiel a este mandato de Jesús, la Iglesia desde aquel momento hasta ahora realiza continuamente estos signos sagrados que hizo Jesús en la Ultima Cena. Y la Iglesia cree que el Pan consagrado en cada Eucaristía es a la vez figura y realidad del Cuerpo celestial de Cristo: un memorial vivo de Cristo.
-Cuarto: El apóstol Pablo para recordar lo sagrado que es el alimento eucarístico, escribe en términos muy claros: «El cáliz que bendecimos, ¿no es acaso la comunión de la Sangre de Cristo? Y el Pan que partimos, ¿no es acaso la comunión del Cuerpo de Cristo?» (1Cor. 10,16).
Para Pablo, ese pan y ese vino, una vez consagrados, no son un simple símbolo del cuerpo y sangre, sino realmente el Cuerpo y la Sangre de Cristo glorificado. Y en este mismo sentido sigue el apóstol escribiendo a los Corintios, después de reprenderles por algunos abusos que cometían en sus reuniones: «Así, pues, cada vez que comen de este pan y beben de la copa, están proclamando la muerte del Señor hasta que venga. Por tanto si alguien come el pan y bebe de la copa del Señor indignamente, peca contra el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Por eso, que cada uno examine su conciencia antes de comer del pan y beber de la copa. De otra manera come y bebe su propia condenación al no distinguir el cuerpo de Cristo. Esta es la razón por la cual se ven tantos enfermos entre ustedes» (1Cor. 11, 26-30).
Si no es parafernalia, todo tiene su base biblica. (Malaquias, Jn6, la Ultima Cena, 1 - Corintios 11)
Cuando compartes el pan (o "Santa Cena") que sacrificios ofreces? El catolico si ofrece, distinto es que no se vea o no lo quieras ver, o no lo veas en la Didaje.
Lo que creen ustedes es que somos canibales que matamos repetidamente a Cristo y nos comemos su carne. Acaso eres como esos discipulos que pensaron que era lenguaje duro y le volvieron la espalda a Cristo?
“Después de haberlo oído, muchos de sus discípulos dijeron: "Dura es esta doctrina: ¿Quién puede escucharla?" Desde aquel momento muchos de sus discípulos volvieron atrás y dejaron de andar con Él.”
Yo no soy como ellos, yo SIGO a Cristo. Él mismo que no necesitó explicar que estaba hablando de un simbolismo, sino de algo real y para los que tienen fe, como los catolicos.
Si alguien come el pan y bebe de la copa del Señor indignamente, peca contra el cuerpo y la sangre del Señor. (1 Co 11, 27).
Por eso te hacia la pregunta: Si me invitas a tu accion de gracias, y el pan que me pasan lo boto a la basura. Que va a pasar conmigo?
Los que reciben la comunión deben estar plenamente convencidos que lo que aparenta ser pan no es pan, aunque sabe así, sino el cuerpo de Cristo, y lo que aparenta ser vino no es vino aunque el sabor es así (Cirilo de Jerusalén año 350 d.C. Discursos Catequéticos).
Como ves, la Transusbtanciacion fue afinada como una "norma tecnica", pero ya Cirilo de Jerusalen creia en ella.
Padres de la Iglesia que creian en la Eucaristia:
<LI>
Ignacio de Antioquía (110 d.C.):
Carta a los romanos, 7:3, "el pan es la carne de Jesucristo, el vino la sangre".
Carta a los Esmirniotas, 6:2-7:1, "algunos malos se apartan de la iglesia por no confesar que la Eucaristía es la carne de nuestro salvador Jesucristo, la misma que padeció por nuestros pecados"
<LI>
Didajé (9): Las oraciones del ofertorio de la misa vienen de éste capítulo. (14): La misa es "un sacrificio puro. " Este es el sacrificio del que dijo el Señor 'En todo lugar y en todo tiempo se me ofrece un sacrificio puro porque yo soy Rey Grande"
<LI>
Justino Martir (151 d.C.): Primera Apología 65,66.Justino describe la Misa Católica que celebraron en aquel tiempo. En el capítulo 66 Justino dice, que el pan no es cualquier pan ni el vino cualquier bebida, sino Jesús que por el poder de su palabra nos alimenta con su cuerpo y su sangre, el mismo cuerpo y sangre de nuestra naturaleza que él toma al hacerse hombre. "Porque recibimos de los Apóstoles que Jesús dijo "Esto es mi sangre' y se les dio".
<LI>
Ireneo (189 d.C.): Contra las herejías, 4:32-33, : "El vino y el pan, al recibir las palabras de la consagración, se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo".
<LI>
Clemente de Alejandría (191 d.C.): El Pedagogo, 1:6:43:3.
<LI>
Tertuliano (210 d.C.):La Resurrección de los muertos, 8.
<LI>
Hipólito (217 d.C.): Fragmento del Comentario sobre proverbios.
<LI>
Eusebio: Pruebas del Evangelio.
<LI>
Orígenes (248 d.C.): Homilías sobre Números, 7:2.
<LI>
Tertuliano: Sobre la oración, La Resurrección del cuerpo, La corona
<LI>
Cipriano (251 d.C.): Epístola a los que dejaron de asistir, 15-16.
<LI>
Concilio de Nicea I (325 d.C.), Canon 18.
<LI>
Afraates (340 d.C.): Tratados, 12:6.
<LI>
Cirilo de Jerusalén (350): Lecturas catequéticas, 19:7 y 22:6-9.
1) Hebreos pone al lado el sacrificio levítico del AT, no el sacrificio memorial de Cristo instituído en la Última Cena. Los sacrificios levíticos eran parte de la Ley (He 7, 11, 18 y 28). El contexto de Hebreos 7 a 9 no se opone al sacrificio de Cristo sino del levítico.
2) El sacrificio memorial de Cristo no está bajo la Ley sino dentro de la promesa o juramento de Dios (He 7, 20-21) (Nota: "sacramento" viene de la palabra de latina para juramento). Es la misma distinción entre Ley y promesa que encontramos en Ro 4, 13-17; Gá 3, 15-22.)
3) Puesto que Cristo es "sacerdote para siempre" su oficio de ofrecer sacrificio continúa: viviendo siempre para interceder (He 7, 25). Hermano, si todos tus pecados son perdonados y estás salvado para siempre, ¿por qué Jesucristo sigue intercediendo por tí? (Ver tema 19). La Biblia dice: Y él es la propiciación por nuestros pecados (la misma palabra utilizada en Ro 3, 25 donde habla de Cristo ofreciéndose como sacrificio por los pecados. Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre (1 Jn 2, 1). No es solo de una vez para siempre. Su ministerio de propiciación por nuestros pecados sigue.
4) La primera intercesión al Padre tuvo lugar en la cruz. Su intercesión continúa en el sacrificio memorial. NO ES UN NUEVO SACRIFICIO sino el mismo sacrificio pero de una manera no sangrienta. Sacrificio no quiere decir morir sino ofrecerse a sí mismo (presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, Ro 12, 1)<SUP>(15)</SUP>.. Es decir Cristo no derrama su sangre cómo lo hizo en el Calvario, sin embargo se ofrece al Padre en la Eucaristía. Cristo murió en la cruz "una vez para siempre" (He 7, 27), es decir para toda la humanidad en toda la eternidad. No va volver al Calvario para morir. Pero la re-presentación (hacer presente) de este sacrificio es ofrecida al Padre por su sacerdocio eterno.
5) La palabra "memoria" o "conmemoración" que utiliza Jesús en la Última Cena (Lc 22, 19; 1 Co 11, 24-25) es la palabra ANAMNESIS, que traduce la palabra hebrea AZKARAH (utilizada siete veces en el AT para referir a los sacrificios: Lv 2, 2, 9, 16; 5, 12; 6, 15 y Nm 5, 26) en la Septuaginta. Es significativo que ANAMNESIS sea solamente utilizada cuatro veces en el NT, la cuarta en He 10, 3 refiriendo a un sacrificio memorial<SUP>(16)</SUP>. El uso de ANAMNESIS por Jesús en Lc 22, 19 subraya, entonces, la dimensión de sacrificio de la Eucaristía. Jesús está diciendo: cuando hagan esto, hacedlo en sacrificio memorial de mí.
6) El uso de ANAMNESIS en Lc 22, 19 es aún más significante porque subraya el aspecto de sacrificio puesto que existía otra palabra griega que Lucas hubiera podido utilizar para un memorial no de sacrificio: MNEMOSUNON (ver Mt 26, 13; Mr 14, 9; Hch 10, 4).
7) Si tomamos el argumento protestante que "no hay más sacrificio" después de la Cruz, entonces no debemos obedecer la Palabra de Dios que nos dice "hacer (ofrecer) sacrificios": de nuestro cuerpo (Ro 12, 1), de nuestros donativos (Fil 4, 18) o de alabanza (He 13, 15-16). ¿Por qué ofrecer nuestros cuerpos como sacrificio si todo está cumplido en la Cruz?
Finalmente, volviendo a la Didaje, vemos que SI hay un sacrificio, SI hay accion de gracias, SI hay fraccion del pan, SI hay mencion a la comida y bebida espiritual, y SI hay una advertencia para los "perros" que comen el "pan santo" (no el simbolo), la misma que hizo Pablo a los Corintios
Como dijo Cristo:
Tienen ojos pero no ven.
Saludos