Descubriendo los disparates de la secta Testigos de Jehová

Oramos al Padre en nombre del Hijo. Porque NADIE llega al Padre excepto por medio del Hijo. El Hijo es el mediador entre el Padren y la humanidad. Somos salvos por fe en el Hijo. Fue la sangre del Hijo quien propicio y satisfizo la deuda por la transgresion nuestra. Adoramos al Padre, Hijo y Espiritu Santo pero es a traves del Hijo que nuestra relacion con el Padre es manifiesta y expresada.
Cierto amigo Leall, muy bien.
Jesus nos salva para con Dios.
Por medio de la sangre en sacrificio de nuestro Rey Jesucristo, podemos tener la oportunidad de tener la bondad inmerecida de Dios y que nos salve. Un saludo
 
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El tetrageama es una expresion que describe la esencia del Dios Todopoderoso y NO su numbre. En Exodo 3:14 Dios dice a Moises en relacion a su nombre: "YO SOY QUIEN YO SOY". La frase en Hebreo implica y describe qualidades no un patronimico o sujeto-nombre como designacion como estamos acostumbrados. Esa fue la revelacion de Dios a Israel. Un pueblo muy unico y especifico en la historia del hombre porque Dios asi lo decidio. La relaciom de Dios con Israel fue exclusiva, peculiar y marcada por leyes y normas deliniadas por Dios y prescritas SOLO para Israel. Nada que ver con nosotros los gentiles del siglo 21.

Dios ha revelado, de la boca de Su Unico Hijo, Dios mismo hecho hombre, cual ha de ser la relacion que el desea con nosotros. Esa es la esencia del NT, el Nuevo Convenio el cual fue un secreto hasta que fue revelado por Cristo Jesus. Hemos de adorar a Dios en Espiritu y en verdad, clamando a El en el nombre de su Hijo Jesus, de todo corazon y en completa fe. Esa es la naturaleza del Nuevo Convenio. La historia de Israel quedo atras. Dios redimira un residuo del su peublo electo en su proprio tiempo porque asi lo ha determinado pero eso no tiene nada que ver con nosotros hoy dia.
La biblia te puede poner a prueba amigo Leall, a ti y a todos nosotros, así como a toda doctrina para comprobar si es inventada o es inspirada. Entre ellas se encuentra la doctrina falsa de la trinidad.

"Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos"(Éxodo 6:2-3) (ReinaValera1960).
Un saludo amigo
 
Asi es --

Jesús es el nombre INVOCABLE de Dios y del Hijo y del Espíritu Santo
"Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros"(Jn17:11)
(Jesús dijo en la oración "así como nosotros", es decir, Jesús(hijo) y su Dios(padre) “uno” en el mismo sentido que sus seguidores verdaderos “uno”. En propósito y actividad).
(Jamas hablaria Jesus con palabras confusas)

Tambien dijo Jesus "guardalos en tu nombre".
Proverbios dice: "...¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?"(Pr30:4)

Tenemos que analizar mejor las escrituras amigo Yehoshua. Un saludo
 
Ignorar es confundir el Tetragrama con un fonema

Deja de alegar lo irrescatable, es verdaderamente atrevido e irreverente cambiar el Nombre
¿cambiar el nombre? ¿que nombre? ¿realmente tienes un nombre para el padre y otro para el hijo? Creia que los trinitarios no tenian dos nombres, sino uno solo.

Nadie a cambiado nada Oso, solo se a traducido al tiempo de hoy, y Dios así lo a querido.
Tú confundes tradución con cambio, eso es fruto de la trinidad que te confunde
 
Por favor, tómate las cosas con calma. Después, expón las pruebas que tengas y ya veremos. Estás en todo tu derecho de invocar a Dios como lo creas mejor; Él te conoce y comprende mejor que nadie. Aún así, por parte de otros, la comprensión real del nombre más sagrado está por encima de los idiomas.

Ten cuidado con el fetichismo. Es todo lo que puedo decirte.

De que estas hablando , fetichismo cómo y dónde, sino estas calumniando con algo fuera de lugar, porque el nombre de Dios es Jehová de los ejércitos y sino tiene nada que aportar calla, es mejor que en caer en pecado por acusar a otro de mentiras.​

 
Asi es --

Jesús es el nombre INVOCABLE de Dios y del Hijo y del Espíritu Santo

El Hijo de Dios se llama Jesús y su Padre que es Dios sobre todas las cosas y su nombre es Jehová de los ejércitos y Jesucristo nunca le faltaría el respeto a su Padre llamándose Dios y esa es la verdad , el que quiere otra verdad que llame a María la madre de Dios y seguimos engañado en el sistema babilónico de muchos y no quito la divinidad de Jesús, que es la segunda de la Trinidad .​

 

¿POR QUÉ ES CORRECTO EL NOMBRE JEHOVÁ?​

14 minutos de lectura
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Se puede decir tranquilamente que la presencia del nombre de Dios en hebreo, Jehová, en las traducciones de la Biblia de la Reforma, no ha sido por muchos siglos bien vista en el cristianismo. Pero últimamente, la presión en contra de este nombre en el mundo evangélico se ha redoblado significativamente. Ello es debido básicamente a dos factores: la multiplicación del número de versiones y traducciones bíblicas en la actualidad que hacen otras propuestas en cuanto a la transliteración o traducción del nombre de Dios, y el avance entre los evangélicos de un movimiento fuertemente influido por el judeomesianismo. Por su parte, la Iglesia católica-romana tiene el asunto, por así decirlo, completamente resuelto, dado que nunca ha aceptado la vocalización “Jehová” y que en los últimos diez años ha establecido por norma que tan sólo se use el nombre “Señor” en su liturgia.
Hace unos años, publicamos un artículo en el que se explicaba las razones por las que, en la revisión de la Reina-Valera 1909 que está llevando a cabo, la Sociedad Bíblica Trinitaria iba a mantener el nombre “Jehová”.[1] A las razones allí expuestas, con este artículo queremos exponer porqué consideramos que el nombre Jehová es el nombre de Dios correcto y verdadero en las Escrituras en hebreo.
Esta afirmación se basa en dos consideraciones fundamentales. La primera, que el cuestionar la vocalización del nombre Jehová se tiene que hacer pasando por alto la autoridad de la vocalización masorética del Antiguo Testamento hebreo, lo cual afecta directamente a la doctrina bíblica de la preservación del texto inspirado. La segunda, que el nombre Jehová se explica perfectamente, desde el punto de vista del hebreo, tanto en cuanto a su significado como a las distintas alteraciones que conoce la vocalización en el texto masorético.
La primera de estas razones, la preservación de las vocales hebreas del texto bíblico, merecería, por su importancia y por haber producido desde los tiempos de la Reforma una inmensa cantidad de literatura, ser tratada en otro artículo por separado. La segunda de estas razones puede ser tratada aquí sólo en parte, debido a que no se puede hacer un estudio pormenorizado de las cuestiones relativas a las distintas alteraciones vocálicas del nombre Jehová.
De todos modos, en este artículo pretendemos presentar suficientes razones para mostrar que Reina y Valera estuvieron en lo correcto al presentar el nombre de Dios en el Antiguo Testamento como Jehová.

La decisión de Reina y Valera, en su contexto

Los traductores de la Biblia en español en el tiempo de la Reforma, Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, hicieron una clara toma de posición a favor del nombre “Jehová” (originalmente en sus versiones, Iehoua). Hay que darse cuenta de la importancia de esta decisión de los traductores, pues con ello se ponían decididamente a contracorriente de la tradición de 1600 años, iniciada por la Septuaginta (LXX) y continuada por la Vulgata, de verter el nombre de Dios en el Antiguo Testamento como “Señor”. Las traducciones preprotestantes, como la de Wyclif (1395), mantuvieron esta tradición, como lo hicieron también las primeras traducciones de la Reforma, como la de Lutero en alemán (1534). Reina y Valera tampoco siguieron versiones en español de las que se sirvieron para su traducción, como la del Antiguo Testamento de Ferrara (1555) o la traducción de los Salmos de Juan Pérez de Pineda (1557), las cuales vertían el nombre de Dios como “A.” (de Adonai) y “Señor” respectivamente.
No obstante, las primeras traducciones de la Reforma, en base sin duda a una nueva apreciación de la autoridad del texto de las Sagradas Escrituras, comenzaron a reconsiderar la cuestión del nombre de Dios en el Antiguo Testamento y, aunque les costaba corregir la tradición de traducir “Señor”, sí que empezaron a introducir en la Biblia el nombre “Jehová” o su traducción precisa. En inglés, la traducción de Tyndale (1530) transliteró a “Iehovah” en Éxodo 6:3. En 1535, la traducción al francés hecha por Olivétan traduce el nombre como “l’Éternel” (el Eterno) en Éxodo 3:15-16,18, y también transliteró a “Jéhovah” en Éxodo 6:3. En 1539, la primera versión autorizada en inglés, la llamada Great Bible, lo transliteró dos veces (Salmo 33:12 y 83:18), mientras que la traducción de los refugiados ingleses en Ginebra, la Geneva Bible (1560), usó “Jehovah” cuatro veces (Éxodo 6:3, Salmo 83:18, Jeremías 16:21 y 32:18). Posteriormente, la Versión Autorizada, o Biblia del Rey Jacobo, transliteraría “Jehová” en cuatro ocasiones (Éxodo 6:3, Salmo 83:18, Isaías 12:2 y 26:4) y la mantendría también tres veces en nombres compuestos de lugar (Génesis 22:14, Éxodo 17:15 and Jueces 6:24).
Por tanto, la traducción de Casiodoro de Reina, la Biblia del Oso, que data de 1569, tiene una gran importancia en el conjunto de las Biblias de la Reforma, al ser la primera que fue totalmente consistente a la hora de verter el nombre de Dios en el Antiguo Testamento como Iehoua (6715 veces). Más tarde, la misma consistencia se verá también en la reedición de la Biblia de Ginebra hecha por Teodoro de Beza en 1588, que revisó la versión hecha por Calvino (la Biblia de la Espada) en 1560: la revisión de Beza tradujo de manera totalmente consistente el nombre “Jehová” como “l´Éternel” (el Eterno) en todas sus apariciones en el Antiguo Testamento. El nombre “Éternel” llegaría a ser así durante siglos el nombre propio y característico de los protestantes para hablar de Dios.

Razones de Reina y Valera para usar “Jehová”

La generalización del nombre “Iehova” fue una novedad tan importante que tanto Reina como Valera la tuvieron que justificar debidamente. “Hemos retenido el nombre Iehouá no sin gravísimas causas”, decía Reina en el prólogo de la Biblia, para a continuación rechazar la idea judaica de que sea ilícito o una profanación pronunciar el nombre de Dios tal como se encuentra en la Biblia.
Reina hizo referencia al pasaje de Levítico 24:11, el pasaje en el que un hijo de una israelita y un padre egipcio blasfemó el nombre de Dios (en hebreo, qālal, que siempre significa “maldecir, blasfemar”; pero traducido en la LXX como eponomazô, que simplemente quiere decir “nombrar o pronunciar”, dando así a entender que el castigo de pena capital fue porque un extranjero pronunció el nombre propio de Dios).
“Los Rabbinos modernos de la palabra “pronunciar” (no entendiendo la intención de la ley) sacaron esta superstición en el pueblo, Ser ilícito pronunciar, o declarar, el sacro nombre, no mirando que (además de que el intento de la ley era claro por la ocasión del blasfemo) después de aquella ley lo pronunciaron Gedeón, Samuel, David, y todos los profetas, y píos Reyes, y finalmente fue dulcísimo en la boca de todo el pueblo, como parece por todo el discurso de la Sacra historia”.
Está claro que la traducción de la LXX de este texto de Levítico nos pone sobre la pista del porqué tradujo el nombre de Dios como “Señor” en todo el Antiguo Testamento. Según Reina, la traducción del nombre como “Señor” hecha por los traductores de la LXX se debió a este rechazo por parte de los traductores judíos de que los gentiles pronunciaran el nombre de Dios. “Pero entonces”, se podría objetar, “¿qué ocurre con el uso de la Septuaginta por los escritores del Nuevo Testamento?” A ello respondió Reina:
“Ellos nunca se encargaron de hacer versiones, ni de corregir las hechas: más atentos a mayor y más principal negocio, que era la anunciación del advenimiento del Mesías, y de su Reino glorioso, servíanse de la común versión, que entonces estaba en uso, que parece haber sido la de los Setenta, porque en ella tenían abasto para su principal intento. Otra obligación tiene quien hace profesión de traducir la divina Escritura, y darla en su enterez”.

Por su parte, en un tono mucho menos polémico y más didáctico, Cipriano de Valera también defendió en el Prólogo de su versión (1602) el uso de “Jehová”. Principalmente, ofreció el significado del nombre “Jehová”:​

“Iehovah es nombre Hebreo derivado del verbo substantivo ser, y así Jehová, quiere decir el que tiene ser de sí mismo; el que fue, es y será eternalmente, y es el que da ser a las criaturas. Este es el de la Esencia divina, e incomunicable a las criaturas. Iah, tan frecuente en los Salmos, y en algunos otros lugares de la Escritura, es su abreviatura: Y así es nombre proprio de la Esencia divina, que significa y es lo mismo que Iehovah”.

El propósito principal de Valera pareció ser despejar la idea que sea ilícito para los no-judíos pronunciar el nombre Jehová, aportando la evidencia bíblica de los paganos que lo pronunciaron, “como Labán; Batuel, Faraón, los egipcios, Gabaonitas, Rut, Aquis, Híram, la Reina de Sabá, Naamán, Rabsaces” (Gn 24:31, 50; Ex 5:2; 10:7, 10, 11; Ex 18:10; Nm 23:17; 24:11, 13; Jos 2:10; 9:9; Rut 1:17; 1 Sa 29:6: 1 Re 5:7; 10:9; 2 Re 5:11; 19:25, 31).
Como evidencia adicional extrabíblica a favor del nombre “Iehova”, Valera aduce que fue del comercio y trato que tuvieron los paganos con los judíos, que los romanos idólatras llamaran a su dios principal “Iove” (o Iovis, e. d., Júpiter).
Para cerrar esta cuestión, Valera concluye con una solemne advertencia al lector a no profanar el nombre de Dios, usándolo sin reverencia.

¿Jehová o Jahvé?

A pesar de que el Texto Masorético del Antiguo mantiene de manera uniforme y consistente el nombre Jehová (o Yehová), en la actualidad normalmente no se considera que sea la forma correcta, sino que esta sería el nombre “Jahvé” (o Yahvé).
Desde los tiempos de los masoretas (s. VII-XI), la pronunciación Jehová fue siempre considerada correcta. El primero en ponerla en duda, con gran escándalo, fue el escritor judío Elías Levita, en su obra Massoret ha-Massoret (1538). Levita fue seguido poco tiempo después el teólogo católico-romano Gilbert Génébrard en su Chronologia (1567), quien propuso por primera vez la pronunciación “Yahve”, basado en el testimonio del siglo V de Teodoreto, obispo de Ciro, quien señaló que los judíos no pronunciaban el nombre en su forma plena, pero que los samaritanos lo pronunciaban “Yahvé”, y los judíos “Yah”.[2]
A pesar de estas dos obras, la posición a favor de “Yahvé” permanecería como minoritaria entre los eruditos hasta el siglo XIX. Sería el prestigioso hebraísta alemán Wilhem Gesenius (1786-1842), en su obra Thesaurus, el primero en presentar la idea que las vocales del nombre “Jehová” son las del nombre Adonai (“Señor”, en hebreo, y en consonancia con la práctica judía de pronuncia Adonai en vez de leer el Tetragrámaton con su vocalización, Jehová). De esta manera, quedaba en el aire la cuestión de cuál tendría que ser entonces el nombre original de Dios. Entre otras posibilidades, Gesenius avanzó el nombre “Yahvé”, basándose en el testimonio de Teodoreto. Con todo, Gesenius no descartaba completamente el nombre “Jehová”:
“También aquellos que consideran que [Jehova] fue la pronunciación real (Michaëlis in Supplem. p. 534) no están totalmente sin base sobre la que defender su opinión. De esta manera, las sílabas abreviadas יְהוֹ y יוֹ, con las que comienzan muchos nombres propios, se pueden explicar de manera más satisfactoria”.
Como curiosidad, Gesenius también hizo referencia al parecido entre el nombre “Jehová” con el dios principal de los latinos, “Iove”. La explicación que dio fue la contraria de la dicha por Valera, es decir, que fueron los paganos los que influyeron a los israelitas y no al revés. Posteriormente, Gesenius se retractaría completamente de esta idea, considerándola una “pérdida de tiempo”.
Por la influencia de Gesenius, teólogos alemanes como Heinrich Ewald (1803-1875) y Ernst Hegnstenberg (1802-1862) popularizaron el uso del nombre “Jahweh”,[3] hasta llegar a ser considerado hoy por muchos, tal vez la mayoría, como el nombre original de Dios. Sin embargo, este nombre todavía tiene que hacer frente a grandes dificultades:
  1. a) La mayor de ellas, la falta completa de apoyo documental en los textos bíblicos hebreos, por lo que es enteramente especulativo.
  2. b) Descansa sobre el testimonio de un teólogo cristiano, Teodoro de Ciro, que ni siquiera sabía el hebreo.
  3. c) Hay que tener en cuenta que los samaritanos también llamaban a Dios “Yafeh” (e.d. “el bello”) como una manera poética de referirse a Dios, con lo que también podría tratarse simplemente de una confusión.
  4. d) Por último, es altamente improbable que los masoretas hubieran ocultado la pronunciación original y verdadera del nombre de Dios, sustituyéndola para ser leída por las vocales de “Adonai”. Primero, por la simple y evidente razón que la vocalización en ambas palabras es distinta; y segundo, porque en la actualidad se reconoce cada vez más el hecho de que los masoretas no eran judíos rabínicos, sino karaítas, una corriente en el judaísmo que siempre han reconocido y usado con libertad el nombre “Yehova”, como lo siguen haciendo, por lo demás, en la actualidad.

Significado del nombre Jehová

Contrariamente a lo que se suele afirmar, el nombre Jehová sí que tiene un significado concreto. Se trata de una forma nominal (por cuanto es el nombre propio de Dios), pero que tiene como raíz el verbo “ser” en hebreo (hāyāh).
Sobre la base de esta raíz verbal, en la primera sílaba (ye-) se discierne claramente el prefijo de la tercera persona masculino singular del imperfecto o incumplido, lo cual sugiere claramente el tiempo futuro.
La segunda sílaba (-ho-) señala claramente a la forma del participio masculino singular (cuya forma completa sería hoyeh), sugiriéndose así el presente del verbo.
La tercera y última sílaba (-vah), se corresponde a la terminación de la tercera persona masculino singular en perfecto o cumplido de los verbos que acaban con la consonante he (la “h” en español), lo cual sugiere el tiempo pasado.
El significado del nombre Jehová sería, de esta manera, el compuesto “Él será, es, fue”. El nombre “Jehová”, pues, transmite la idea de eternidad, y esta es la razón por la que Biblias de la Reforma en francés tradujeron el nombre de Dios (en vez de transliterarlo) como “el Eterno”.
“Y Él fue, y Él es, y Él será en gloria”. Esto es lo que se canta en hebreo a cada servicio en las sinagogas, en el himno Adon Olam (“Señor eterno”). Y, por supuesto, es también cómo en la Biblia se denomina al Señor Jesucristo: “Gracia sea a vosotros y paz, del que es y que era y que ha de venir” (Apocalipsis 1:4, RV-SBT).

Última evidencia en apoyo al nombre Jehová

A continuación, ofrecemos una lista de los nombres teofóricos hebreos de la Biblia que comienzan o terminan como el nombre “Jehová” [ofrecemos simplemente la transliteración; pueden ver cómo están escritos en la Biblia en español consultando las citas].[4]
Yehoadah (1 Cro 8:36)
Yehoaddan (2 Cro 25:1)
Yehoajaz (2 Re 10:35)
Yehoash (2 Re 11:21)
Yehojanan (1 Cro 26:3)
Yehoiakin (2 Re 24:6)
Yehoiada (2 Samuel 8:18)
Yehoiakim (2 Re 23:34)
Yehoiarib (1 Cro 9:10)
Yehonadab (2 Re 10:15)
Yehonatan (1 Cro27:25)
Yehoram (1 Re 22:50)
Yehosef (Sal 81:5/6)
Yehoshabeat (2 Cro 22:11)
Yehoshafat (2 Sa 8:16)
Yehosheba (2 Re 11:2)
Yehoshua (Nm 13:16)
Yehozabad (2 Re 12:21)
Yehozadak (1 Cro 6:14)
Asimismo, están los nombres teofóricos que acaban con la misma sílaba final que el nombre “Jehová”
Abiah (1 Sa 8:2)
Ahiah (1 Sa14:3)
Amaziah (2 Re 12:21)
Ataliah (2 Re 11:3)
Jizkiah (2 Re 18:1)
Jilkiah (2 Re 18:37)
Yedidiah (2 Sa12:25)
Yesaiah (1 Cro 3:21)
Yeremiah (Jer 27:1)
Yosiah (1 Re 13:2)
Micaiah (2 Re 22:12)
Moriah (Gn 22:2)
Obadiah (1 Cro 3:21)
Pekahiah (2 Re 15:22)
Seraiah (2 Sa 8:17)
Shemaiah (1 Re 12:22)
Uriah (2 Sa 11:3)
Uziah (2 Re 12:21)
Zajariah (2 Re 14:29)
Zedekiah (1 Re 22:11)

A modo de conclusión, nótese cómo el nombre de Dios en el Antiguo Testamento, “Jehová”, es confirmado por el nombre de nuestro bendito Señor y Salvador, “Jesús”, tanto en hebreo (“Yehoshua”) como en griego, (“Iesous”), nombre que tiene un significado absolutamente glorioso: “Jehová es salvación”.
 

En forma particular diría que es correcto el nombre de Dios como Jehová de los ejércitos, porque es así como se anuncia a los pueblos dónde él se manifiesta y escuchamos profecía de Dios y Jesucristo es su Hijo.​

 
No entiendo bien que dices, son dos letra "H". Dependiendo idioma puede variar la ultima H como la primera H, como el nombre entero.

Por este motivo, el más sagrado de los nombres es impronunciable; no se rige por reglas gramaticales humanas porque Dios no es hombre.

Dejen de jugar a querer saber algo.
 
El tetragrama no tiene vocales. No conocemos la pronunciación exacta del más sagrado de los nombres.

Yo si y muchas personas en este mundo conocemos que Dios se llama Jehová de los ejércitos y no escribimos en hebreo, sino que a Dios lo escuchamos en español.​

 
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No pienso entrar en discusiones inútiles.

Si te parece bueno invocar a Dios como lo has hecho, está bien. Yo he preferido aspirar a algo diferente que, a fin de cuentas, tiene el mismo resultado.

"Nadie viene al Padre sino por Mí"
 
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La hipocresía de las Sociedades bíblicas españolas sacaron el nombre de Jehová a su revisión del 2020 y no respetando la obra de Reina y Valera​

"Otro cambio es que hemos optado por no usar el nombre “Jehová”, sino utilizar “El Señor”. Es algo que no se hizo en 1995 y a partir de ese momento muchas personas no lo solicitaban. Esto no es un invento nuestro, sino que se está haciendo desde el siglo III. No es una cuestión de moda, sino que hay un criterio filológico.​

 
No pienso entrar en discusiones inútiles.

Si te parece bueno invocar a Dios como lo has hecho, está bien. Yo he preferido aspirar a algo diferente que, a fin de cuentas, tiene el mismo resultado.

"Nadie viene al Padre sino por Mí"

Lamento que no conozcas a Dios y a Jesucristo porque muchas denominaciones rehúsan el Espíritu Santo y no reciben nada de Dios porque el Reino de Dios se entra por la puerta y no por la ventana .​

 
Ni modo , tienes que alinearte o te descomulga

Sin santidad nadie podrá subir al cielo en la Venida de Jesucristo y sin el Espíritu Santo es imposible lograrla y unos mienten con su relación con Dios como los católicos romanos y muchos evangélicos que cree que es el diablo y así estamos , cada vez mas cerca de su Venida y muchos perros y pocas ovejas.​